Los 12 tipos de taquicardia: causas, síntomas y tratamiento

Existen distintas condiciones clínicas en las que el corazón late más rápido de lo que debería. Veamos los principales tipos de taquicardias.

Tipos de taquicardia

El corazón puede acelerarse por muchos motivos: hacer deporte, estar nervioso, sufrir una crisis de ansiedad, estar delante de alguien que nos gusta… Unos aumentos leves en la frecuencia no son sinónimo de enfermedad, pues es una simple respuesta de nuestro cuerpo ante una situación en la que necesita bombear más sangre.

De todos modos, esta aceleración de la frecuencia cardíaca, en caso de que sea excesiva y repetitiva, puede llegar a provocar problemas de salud graves. Y el término médico que reciben estos aumentos de la frecuencia cardíaca es el de taquicardia.

En el artículo de hoy veremos los principales tipos de taquicardia, desde los menos peligrosos para la salud hasta algunos que, sin intervención médica, pueden resultar mortales.

¿Qué es una taquicardia?

Una taquicardia es un trastorno cardiovascular en el que, por distintas condiciones clínicas que veremos a continuación, la frecuencia de latidos del corazón se ve afectada, pues late más rápido de lo que debería.

Nuestro corazón es una especie de bomba encargada de hacer llegar la sangre a todos los órganos y tejidos del cuerpo. Para conseguir esto, todas las estructuras del corazón deben trabajar de forma sincronizada, haciendo que las contracciones y relajaciones de sus músculos ocurran en el momento justo para permitir unos latidos adecuados.

Esta coordinación viene determinada por la transmisión de impulsos eléctricos a través de los tejidos del corazón, que hacen que este se contraiga y se relaje. Cuando estos impulsos no se envían como deberían, los latidos no se realizan como deberían, haciendo que sucedan más deprisa de lo normal y provocando una taquicardia.

¿Qué síntomas provoca una taquicardia?

Como hemos dicho, una taquicardia no tiene por qué ser un problema de salud. Constantemente sufrimos aumentos de la frecuencia cardíaca. Solo cuando estas alteraciones superan unos valores concretos y se prolongan en el tiempo más de lo normal, estamos ante una condición clínica que requiere de tratamiento.

Muchas veces las taquicardias no provocan síntomas, aunque cuando empiezan a ser graves puede ser que la persona experimente lo siguiente: aturdimiento, dificultad para respirar, dolor en el pecho, desmayos, sensación agobiante en el pecho, pulso acelerado…

El principal problema de las taquicardias son las complicaciones que pueden aparecer si el trastorno es grave y no es tratado, pues a la larga pueden provocar la formación de coágulos sanguíneos (responsables de infartos o accidentes cerebrovasculares), insuficiencia cardíaca y muerte súbita.

Por ello, es importante conocer cuáles son los principales tipos de taquicardias y saber cuáles de ellos requieren atención médica.

¿Cuáles son los principales tipos de taquicardias?

A grandes rasgos, el corazón humano está segmentado en dos hemisferios. El hemisferio norte corresponde a las dos aurículas, que reciben la sangre, es decir, son la puerta de entrada al corazón. La derecha la recibe sin oxígeno y la izquierda la recibe oxigenada.

El hemisferio sur corresponde a los ventrículos, que envían la sangre al resto del cuerpo. El derecho envía la sangre sin oxígeno a los pulmones para volverla a oxigenar y el izquierdo envía la sangre cargada de oxígeno al resto del cuerpo.

Una vez entendido esto ya podemos presentar los principales tipos de taquicardias, pues se dividen en función de si el trastorno se encuentra en las aurículas o los ventrículos.

1. Taquicardia sinusal

La taquicardia sinusal no está debida a problemas en el propio corazón. De hecho, pese a que el ritmo cardíaco aumente, el corazón continúa funcionando como es debido. Es el tipo de taquicardia que sufrimos cuando hacemos ejercicio físico, estamos nerviosos, tenemos miedo, bebemos alcohol o tomamos mucha cafeína, estamos ante una crisis de ansiedad…

No es grave ya que el corazón se acelera de acuerdo a la necesidad que despierta el estímulo, pues las células deben recibir más oxígeno que en condiciones normales. No hay una descoordinación, por lo que no es un trastorno propiamente dicho.

2. Taquicardias supraventriculares

Entramos ahora ya en el terreno de las taquicardias causadas por problemas en el corazón. Las taquicardias supraventriculares son las debidas a trastornos en las aurículas o en la zona que comunica las aurículas con los ventrículos. A continuación presentamos los subtipos principales.

2.1. Taquicardia auricular

Una taquicardia auricular es todo aquel trastorno cardiovascular en el que, debido a algún error en un punto concreto de las aurículas, el corazón late anormalmente rápido. Esta situación, que normalmente es debida a un problema de nacimiento, hace que los impulsos nerviosos se superpongan, por lo que las señales no se transmiten como deberían. Suele tratarse con medicamentos, aunque dependiendo de la naturaleza del trastorno, puede requerir cirugía.

2.2. Fibrilación auricular

La fibrilación auricular es un tipo de taquicardia causada por la transmisión irregular de impulsos eléctricos a través de las aurículas. Esto hace que los latidos estén descoordinados y que las contracciones sean más rápidas de lo normal. Es decir, el corazón late irregularmente y más deprisa.

Es el tipo de taquicardia más común y, pese a que normalmente son episodios temporales, algunos no se resuelven a no ser que se apliquen tratamientos farmacológicos.

2.3. Aleteo auricular

El aleteo auricular es un tipo de taquicardia en el que el corazón también late más deprisa de lo normal, pero en este caso no lo hace de forma irregular. Es decir, el corazón no está descoordinado. Simplemente late más rápido de lo que debería.

De todos modos, la mayoría de personas con este problema también sufren episodios de fibrilación. Pese a que suelen mejorar solos, es posible que el tratamiento con medicamentos sea necesario.

2.4. Taquicardia por reentrada

La taquicardia por reentrada es todo aquel episodio en el que la persona siente palpitaciones debido a que la sangre pasa de los ventrículos a las aurículas, algo que no debe suceder. La sangre va “al revés”. Pese a que los episodios empiezan y terminan de forma abrupta (muchas veces sin presentar síntomas) y no suelen ser graves para la salud, se recomienda administrar tratamiento farmacológico.

2.5. Taquicardia paroxística supraventricular

Las taquicardias paroxísticas supraventriculares son debidas también a una reentrada de la sangre a las aurículas, aunque se diferencian de las anteriores ya que aquí sí que hay síntomas: dolor en el pecho, malestar, palpitaciones, dificultad para respirar… De igual modo, debe tratarse con medicamentos y aplicar medidas preventivas para evitar que los episodios se repitan.

3. Taquicardia ventricular

Las taquicardias ventriculares son las debidas a trastornos en los ventrículos. Teniendo en cuenta que, como hemos dicho, los ventrículos son los encargados de enviar la sangre al resto del cuerpo, estos tipos de taquicardias son más graves que los anteriores.

Las taquicardias ventriculares suelen estar presentes en personas con cardiopatías, es decir, enfermedades del corazón u otros trastornos del sistema circulatorio. Los subtipos más comunes son los que presentamos a continuación.

3.1. Taquicardia ventricular no sostenida

Por taquicardia ventricular no sostenida entendemos todos aquellos episodios de aceleración del corazón pero que terminan de forma brusca, es decir, no se prolongan en el tiempo. Normalmente los ventrículos experimentan ataques de varios impulsos eléctricos consecutivos durante no más de treinta segundos.

De todos modos, hay riesgo de muerte súbita, por lo que hay que tratar el trastorno que haya conducido a esta taquicardia. Es decir, hay que intentar corregir la cardiopatía.

3.2. Taquicardia ventricular sostenida

Es uno de los tipos de taquicardia más peligrosos. Debido a trastornos en los ventrículos, su funcionamiento está totalmente alterado y los episodios de aumento de la frecuencia cardíaca se prolongan en el tiempo, por lo que no tardan en causar dolor de pecho, mareos, desmayos, etc.

Suelen requerir de desfibrilador para solucionar el episodio, administración de medicamentos y tratamiento de la causa de fondo, que suele ser una cardiopatía.

3.3. Fibrilación ventricular

La fibrilación ventricular es un tipo de taquicardia originada en los ventrículos en el que el corazón, además de latir muy deprisa (más de 250 latidos por minuto), lo hace de forma irregular. Es potencialmente mortal ya que el cuerpo no recibe los nutrientes ni el oxígeno de forma regular, por lo que los desmayos son muy comunes. Debe ser tratado rápidamente mediante desfibrilador para evitar que la persona sufra un paro cardíaco repentino.

3.4. Aleteo ventricular

El aleteo ventricular es un tipo de taquicardia originada en los ventrículos en el que, pese a que no hay una irregularidad en el ritmo, el corazón late muy deprisa (más de 200 latidos por minuto). Para evitar que se entre en un episodio de fibrilación ventricular es importante realizar una desfibrilación.

3.5. “Torsades de pointes”

La “torsades de pointes” (término francés que significa “puntas retorcidas”) es un tipo de taquicardia ventricular que, ante un electrocardiograma, presenta un patrón fácilmente reconocible. Suele estar vinculada a una hipotensión y puede derivar fácilmente en una fibrilación ventricular, por lo que hay que realizar una desfibrilación para evitar la muerte súbita.

3.6. Displasia arritmogénica

La displasia arritmogénica es una enfermedad cardíaca hereditaria que afecta al ventrículo derecho. El daño al ventrículo hace que los impulsos eléctricos no circulen como deberían, lo que lleva a un aumento de la frecuencia cardíaca y a una irregularidad en los latidos. Esta rapidez y descoordinación en el ritmo cardíaco hace que la mayoría de personas afectadas por esta enfermedad mueran de forma súbita a causa de un infarto.

Al ser de origen genético y hereditario, no hay prevención posible. Afecta de forma prácticamente exclusiva a hombres y los primeros síntomas pueden manifestarse a partir de los 20 años de edad, pudiendo hacer que gente muy joven muera de un infarto.

El tratamiento consiste en la implantación de un desfibrilador automático, administración de fármacos e incluso puede ser necesario un trasplante de corazón, aunque uno de los principales problemas es que el trastorno no hace acto de presencia hasta que es demasiado tarde.

Referencias bibliográficas

  • Deshmukh, A. (2012) “Definition, Diagnosis and Management of Tachycardia”. Book: Tachycardia.
  • Rasmus, P.A., Pekala, K., Ptaszynski, P., Kasprzak, J. et al (2016) “Inappropriate sinus tachycardia – cardiac syndrome or anxiety related disorder?”. Research Gate.
  • Fresno, M.P., Bermúdez, I.G., Míguez, J.O. (2011) “Valoración y manejo de las Taquicardias en urgencias de Atención Primaria”. ABCDE en Urgencias Extrahospitalarias.
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