¿Es un virus un ser vivo? La ciencia nos da la respuesta

Siempre ha habido mucha controversia alrededor de este tema y todavía no está muy claro qué es un virus. ¿Tiene que ser considerado un ser vivo?

Es un virus un ser vivo

¿Qué es un ser vivo? Pese a que nosotros mismos somos uno y a estar rodeado de ellos a diario, definir exactamente qué es lo que nos hace estar vivos es complicado. Tradicionalmente se considera como ser vivo a toda aquella entidad capaz de relacionarse, nutrirse y reproducirse.

Los humanos, las plantas, los hongos, las bacterias… Todos estos organismos cumplen con los requisitos imprescindibles de todo ser vivo. Nos relacionamos tanto entre nosotros como con el medio que nos rodea, consumimos materia para producir energía que nos permite crecer y tenemos la capacidad de reproducirnos para transmitir nuestros genes a las siguientes generaciones.

Generalmente se dice que un virus no es un ser vivo. Pero, ¿acaso no se relacionan con el medio infectando a otros organismos? ¿No generan copias de sí mismos para aumentar su “descendencia”? ¿No han evolucionado a lo largo de los años igual que los otros seres vivos?

En este artículo analizaremos esta cuestión tan complicada de responder, exponiendo los motivos por los que podemos considerar un virus como un ser vivo y las razones que explican que no sean considerados como tal.

La naturaleza de los virus

De forma resumida, un virus es un agente infeccioso que solo puede multiplicarse dentro de las células de otros organismos. Son, por lo tanto, parásitos que necesitan infectar a organismos para completar su ciclo de desarrollo.

Son estructuras muy simples que constan básicamente de un material genético envuelto por una cubierta generalmente proteica. No disponen de los componentes tradicionales de las células animales, vegetales o bacterianas.

Capaces de entrar en las células de animales, plantas, hongos e incluso de infectar a bacterias, los virus son las estructuras más abundantes de la Tierra. Para hacernos una idea, de humanos en el mundo hay 7.000 millones. Un siete seguido de 9 ceros. Pues bien, el número de virus que hay se estima que es de un 1 seguido de 31 ceros. Intentar pronunciar este número sería imposible.

Son, además, una de las estructuras de la naturaleza más pequeñas. Pese a variar en función del tipo de virus, suelen medir unos 100 nanómetros. O lo que es lo mismo, en un solo milímetro cabrían 10.000 virus puestos en fila. Para visualizarlos se requiere de microscopios electrónicos dotados de una tecnología muy compleja.

Si bien es cierto que algunos de ellos son causantes de algunas de las enfermedades humanas más temidas, la mayoría de las especies son inocuas para los humanos. Se cree que podrían existir millones de especies diferentes de virus, encontrándose la mayoría de ellas en los océanos.

Pese a ser las estructuras más abundantes y variadas de la naturaleza y a haber formado parte de algunos de los sucesos más importantes de la historia de la humanidad, seguimos sin saber exactamente si hay que considerar a estos agentes infecciosos como seres vivos o no.

Los 3 dominios de los seres vivos: ¿dónde entran los virus?

Si por algo se caracteriza la biología es por su necesidad de ordenar, encasillar y catalogar a las formas de vida estableciendo relaciones entre ellas y destacando sus relaciones de parentesco. En definitiva, de realizar un árbol de la vida.

Todo ser vivo pertenece a una especie concreta, cada especie está dentro de un género junto con otras, que a la vez está dentro de una familia, orden, clase… Y así hasta completar toda la taxonomía. Los tres grupos de clasificación más altos son los dominios. Dentro de ellos están todas las especies del mundo. No hay una clasificación por encima.

Propuesto en 1977, el sistema de los tres dominios clasifica el árbol de la vida en tres grupos: bacteria, arquea y eucaria. Los dos primeros están conformados por los organismos unicelulares más simples (procariotas) cuyas células no tienen un núcleo bien definido; el dominio eucaria, en cambio, está formado por todos aquellos seres vivos con células de núcleo bien definido, de modo que todos los animales, plantas y hongos del planeta entran dentro de este dominio.

Entonces, ¿dónde entran los virus? No están formados por células, por lo que no pueden formar parte de ninguno de estos tres dominios. ¿Tendríamos que formar un cuarto dominio para ellos?

Algunos científicos sostienen que los virus no pueden considerarse como seres vivos y que simplemente hay que verlos como material genético con la capacidad de infectar células. Otros, en cambio, creen que pese a tener un origen, estructura y comportamiento muy distinto al de los otros seres vivos, habría que crear un cuarto dominio y darles el título de organismos vivos.

Las 7 razones para considerar que los virus son seres vivos

Los argumentos que los investigadores que están a favor de considerar los virus como seres vivos suelen presentar son los siguientes.

1. “Los virus sí que se reproducen”

Pese a que no lo hagan del mismo modo que las células animales o vegetales, los virus tienen su propia manera de dar descendencia. Son capaces de replicar su material genético para fabricar copias de ellos mismos, en un proceso fisiológicamente diferente pero de resultado muy similar al que se da con la reproducción asexual de las bacterias.

Es por ello que, pese a no cumplir exactamente con la definición de “reproducción” que solemos usar, los virus son capaces de replicarse y aumentar su número de individuos; el objetivo básico de la función reproductiva.

2. “Se relacionan con el medio en el que se encuentran”

Es cierto que no son tan complejas como las que los animales superiores podemos desarrollar, pero las relaciones que el virus establece con el medio le permiten diseminarse entre individuos y seguir infectando.

Si no pudiera relacionarse con el medio, no encontraría vehículos para su diseminación. Además, también se relaciona con el individuo al que parasita, pues para penetrar en sus células necesita detectarlo e iniciar el proceso de parasitación.

3. “Son capaces de mutar”

Una de las principales problemáticas de los virus es la tendencia a que su material genético sufra mutaciones. Que la gripe nos afecte cada año es debido precisamente a este hecho, pues el virus continuamente está mutando y nuestro sistema inmune nunca está del todo preparado para combatirlo. Si se tratara de partículas totalmente inertes como las proteínas, no observaríamos esta tasa de mutaciones.

4. “Tienen su propio metabolismo”

Pese a ser más sencillo que el de los otros seres vivos, los virus tienen un metabolismo propio. Durante su replicación, los virus son capaces de sintetizar proteínas y ácidos nucleicos destinados a la formación de las nuevas partículas víricas.

5. “Han evolucionado por efecto de la selección natural”

Del mismo modo que el resto de seres vivos, su evolución va de acuerdo a la selección natural. En función de las condiciones en las que tiene que vivir, los virus mejor adaptados a ellas serán los que más éxito de replicación tengan.

Mutaciones que hagan que un tipo de virus sea más infectivo tenderán a ser más comunes en la población. De igual manera, un hecho así está sucediendo con el virus del VIH, que por selección natural se están expandiendo algunos tipos de virus resistentes a los medicamentos actuales, lo que puede representar una gran problemática en el futuro.

6. “Hay bacterias parásitas obligadas que sí que están dentro de los seres vivos”

Uno de los grandes pilares en el momento de negar que los virus son seres vivos es apelar a que no pueden replicarse si no es dentro de otro organismo. Sin embargo, existen bacterias que solo pueden reproducirse si están dentro de otro organismo y que, a pesar de ello, nadie dice que no sean seres vivos.

7. “Son capaces de alterar la fisiología de la célula que parasitan”

Igual que lo hace cualquier organismo infeccioso o parasitario, los virus tienen la capacidad de alterar la fisiología de las células que penetran, dando así la sintomatología propia de las enfermedades que provocan.

Las 7 razones para no considerar a los virus seres vivos

Tradicionalmente se ha dicho que no son seres vivos y las razones más utilizadas para defender esta idea son las siguientes.

1. “No disponen de estructuras celulares”

Todas las células de los seres vivos, independientemente de que sean de animales, vegetales, hongos o bacterias, tienen un seguido de estructuras comunes a todas ellas: núcleo (con el material genético), mitocondrias (para la respiración celular), retículo endoplasmático (síntesis de proteínas y lípidos), etc. Los virus no disponen de ninguna de estas estructuras ni tiene una morfología celular, por lo que no puede entrar dentro de ninguno de los grupos de seres vivos.

2. “No pueden vivir por sí solos, dependen de un huésped”

Los virus solo están activos dentro de las células del organismo al que parasitan. En el medio externo difícilmente pueden sobrevivir y si lo hacen es porque son capaces de formar estructuras de protección a la espera de llegar a su huésped. Los seres vivos deben ser capaces de vivir por sí solos.

3. “No se alimentan de materia”

Uno de los motivos de más peso para negar la inclusión de los virus dentro de los seres vivos es que no cumplen con la función vital de la nutrición. No se alimentan de materia para realizar sus funciones de parasitación, cosa que sí hacen el resto de los seres vivos.

4. “No pueden considerarse elementos independientes”

También se dice que un virus solo es un virus cuando está infectando, pues en el exterior de las células son entidades que no cumplen con ninguna función. Solo están a la espera de llegar a una célula que puedan parasitar. Es por ello que dependen absolutamente de infectar a otros organismos.

5. “No se relacionan con el medio”

Los virus no establecen relaciones con el medio como sí hacen el resto de los organismos. Estas entidades infecciosas no detectan cambios en las condiciones ambientales, no establecen relaciones con otros virus ni alteran su comportamiento de acuerdo a las necesidades. Simplemente replican su material genético cuando están dentro de una célula del huésped.

6. “Su evolución no va ligada a la de los otros seres vivos”

Los seres vivos, en especial los animales, tienen una evolución que va de acuerdo a las relaciones que se establecen con otros organismos. Por ejemplo, en las relaciones de depredación, el depredador va a evolucionar de acuerdo a las características de su presa, del mismo modo que esta presa va a evolucionar para evitar que el depredador se la coma. En los virus, al no relacionarse con el medio, esto no sucede.

7. “No pueden replicarse sin parasitar”

Los virus no cumplen con la función de reproducción porque no pueden hacerlo independientemente, ya que para replicar su material genético necesitan haber parasitado previamente una célula. Los seres vivos deben ser capaces de reproducirse por sí solos, cosa que los virus son incapaces de hacer.

Entonces, ¿son seres vivos o no?

La naturaleza no entiende de calificaciones, de grupos ni de dominios. Funciona por sí misma y no se preocupa por cómo catalogamos sus elementos. Como hemos visto, la línea entre lo “vivo” y lo “no vivo” es muy delgada y seguramente nunca llegaremos a dar con una explicación universal.

Los virus, igual que las otras entidades de la naturaleza, son un conjunto de moléculas que desarrollan su rol en los ecosistemas. Que decidamos darles o no el título de “ser vivo” es cosa nuestra, pues la naturaleza no funciona por etiquetas. Simplemente funciona.

Referencias bibliográficas

  • Delgado Ortiz, M.I., Hernández Mujica, J.L. (2015) “Los virus, ¿son organismos vivos? Discusión en la formación de profesores de Biología” VARONA.
  • Gelderblom, H.R. (1996) “Structure and Classification of Viruses”. Medical Microbiology.
  • Villarreal, L. (2005) “Are Viruses Alive?”. Scientific American.
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