Los 9 tipos de depresión (y sus características)

No todos los casos de depresión son iguales. Dependiendo de sus síntomas, gravedad o desencadenantes, pueden clasificarse en distintos tipos.

Tipos de depresión

Bajo estado de ánimo, insomnio, baja autoestima, pérdida de energía y de vitalidad, pérdida o aumento de peso, problemas de concentración… La depresión es una de las enfermedades que requieren de mayor atención, pues sus síntomas afectan enormemente a la capacidad de los afectados de llevar una vida plena.

A pesar de esto y a que casi 300 millones de personas la sufren en todo el mundo, igual que pasa con todos los trastornos relacionados con la mente, nos cuesta hablar de ello. Esto provoca que no se conozca bien la naturaleza de esta enfermedad.

La salud mental sigue siendo tema tabú en la sociedad, pues todavía nos es difícil aceptar que el cerebro es un órgano más, y que como tal, puede enfermar. Por ello, en el artículo de hoy hablaremos sobre la depresión, analizando tanto su naturaleza como los tipos que existen.

¿Qué es la depresión?

La depresión es una enfermedad mental grave que además, a pesar de que intentemos ocultarlo, es más común de lo que creemos. Prueba de ello es que más de 300 millones de personas la sufren en todo el mundo.

Sufrir depresión no tiene nada que ver con “estar triste” durante un tiempo. Se trata de una condición clínica seria en la que la persona experimenta unos sentimientos mucho más profundos que llegan a expresarse con sintomatología física. La mezcla de afectación tanto física como mental hacen de la depresión uno de los trastornos que más interfieren en la calidad de vida de las personas.

Y es que la tristeza, vacío emocional, insomnio (aunque a veces se manifiesta durmiendo más horas de las normales), pérdida de interés por realizar actividades que en condiciones normales resultaban placenteras, pérdida de apetito (aunque en ocasiones hay un aumento), dolor de cabeza, cansancio constante, debilidad y fatiga, irritabilidad, sentimientos de culpa e incluso la aparición de pensamientos de suicidio la convierten en una enfermedad que interfiere enormemente en la vida diaria de los afectados.

Afortunadamente, siempre que se tengan las fuerzas suficientes para solicitar atención médica en caso de sospecha de padecerla, la depresión puede tratarse. Las terapias psicológicas, juntamente con la administración de fármacos en caso de que sea necesario, pueden ayudar a las personas a curarse o, al menos, a que esta enfermedad tenga el menor impacto posible en sus vidas.

¿Puede prevenirse?

El desarrollo y aparición de la depresión están ligados a muchos factores distintos, desde la propia genética de la persona hasta la vivencia de determinadas experiencias, por lo que no existe una forma infalible de prevenirla.

De todos modos, hay una serie de consejos para reducir las probabilidades de sufrirla: intentar reducir el estrés, apoyarse en familiares y amigos, no hacer abusos con el alcohol ni otras drogas, hacer deporte con regularidad, comer bien, trabajar la autoestima, solicitar atención psicológica rápidamente si se ha vivido un suceso traumático o hay indicios de que se pueda estar desarrollando un trastorno depresivo, procurar no ser dependiente emocionalmente de nadie, hablar de tus sentimientos con tus seres queridos…

De todos modos, es importante recordar que la depresión puede y, de hecho, debe tratarse. Y es que si no se busca ayuda, la persona corre el riesgo de que esta derive en problemas muy graves: aislamiento social, desarrollo de sobrepeso u otros trastornos de la conducta alimentaria, intentos de suicidio, automutilaciones, consumo de drogas, conflictos en las relaciones personales, desarrollo de fobias e incluso un aumento en el riesgo de sufrir todo tipo de enfermedades físicas.

Por ello, ante la duda de que se pueda estar sufriendo este trastorno, hay que solicitar ayuda a un profesional de la salud mental. Pero antes, es importante tener en cuenta que no todas las depresiones son iguales. Se clasifican en distintos tipos en función de sus características.

¿Qué tipos de trastornos depresivos existen?

Dependiendo de su sintomatología, la duración de estos signos, el impacto en el día a día, los desencadenantes, etc, los trastornos depresivos se clasifican en los distintos tipos que veremos a continuación.

El hecho de que estos tipos sean muy similares entre sí y que a veces los síntomas pasen desapercibidos o puedan ser confundidos con alteraciones del estado de ánimo más leves hacen que tanto el diagnóstico como el tratamiento de los trastornos depresivos sea complicado.

1. Depresión mayor

La depresión mayor es el tipo de trastorno depresivo más grave, pues cumple con toda la sintomatología anteriormente mencionada, además de presentar un notable riesgo de desarrollar las complicaciones más serias en las que puede derivar la depresión.

Su principal característica es que los episodios depresivos van apareciendo periódicamente en el tiempo y que mientras duran, la persona expresa una inmensa apatía. No es tristeza. Es falta de empatía consigo mismo y con lo que le rodea.

Empezando generalmente en la adolescencia o en los primeros años de la edad adulta, la depresión mayor suele manifestarse en episodios que duran unas 2 semanas. Después, pueden pasar meses o años sin manifestaciones, pero esta volverá a aparecer.

No suele estar causada por un desencadenante claro, por lo que no siempre hay un motivo que explique su aparición. A menudo, suele venir provocada por la genética, las características físicas y/o químicas del cerebro e incluso las hormonas de la persona.

2. Distimia

La distimia es similar a la depresión mayor, aunque en este caso la sintomatología es menos grave. Eso sí, es más prolongada en el tiempo. No van apareciendo episodios graves periódicamente, sino que la persona se ve inmersa en estos sentimientos de apatía de forma más constante.

El problema es que muchas veces, las personas con distimia también desarrollan episodios de depresión mayor. Esto, junto con el hecho de que las “crisis” puedan prolongarse hasta más de 2 años y que los síntomas no sean tan claros, hacen que la distimia deba ser detectada lo antes posible.

3. Depresión posparto

Hasta el 15% de las mujeres que dan a luz sufren este trastorno depresivo durante el primer año después del parto. Los cambios tanto físicos como emocionales, así como hormonales, por los que pasa una mujer después de que su bebé nazca hacen que sea posible que esta desarrolle depresión.

De todos modos, los síntomas no siempre son graves y aunque a veces puedan incluir algunos de los signos más característicos de la depresión, estos no suelen prolongarse más de unos meses. En cuanto el cuerpo recupera su estado físico y hormonal normal, la depresión tiende a desaparecer.

4. Trastorno bipolar

El trastorno bipolar, aunque se puede incluir dentro de los tipos de depresión, engloba tanto trastornos depresivos como maníacos. Se trata de una de las formas más graves de la depresión, pues además de contar con episodios de depresión mayor, también incluye fases de manía, caracterizados por una euforia abrupta, hiperactividad, actos compulsivos, irritabilidad, problemas para dormir… Por ello, su detección y tratamiento precoz son de vital importancia.

5. Depresión estacional

La estacional es un tipo de depresión que aparece en las personas de forma cíclica, desarrollándose siempre en una época concreta del año que suele ser el invierno. Los síntomas no son tan graves como los de la depresión mayor, pero una manera de identificarla es que los signos se intensifican con la llegada del frío e incluyen tristeza, aislamiento social, problemas para dormir, pérdida de vitalidad…

No siempre hay una gran afectación a la capacidad para desempeñarse con normalidad, aunque siempre es importante solicitar atención profesional en caso de que haya dudas. Cabe destacar también que hay personas que la sufren en los meses de verano.

6. Depresión psicótica

La depresión psicótica es aquella que además de incluir los síntomas típicos de la depresión, también se manifiesta con signos psicóticos, es decir, alucinaciones y delirios que afectan a la forma de percibir la realidad. Esta distorsión psicológica, juntamente con los pensamientos depresivos, hacen que sea de suma importancia tanto diagnosticarla como tratarla de la forma más rápida posible, pues la probabilidad de desarrollar complicaciones graves es especialmente alta.

7. Trastorno ansioso-depresivo

Este tipo de trastorno mezcla tanto síntomas de depresión como de ansiedad, aunque estos no suelen ser extremos. Es decir, ni los episodios de depresión son tan graves como los de la depresión mayor ni la ansiedad es suficientemente seria como para afectar al desempeño de las actividades diarias.

De todos modos, sí que compromete la calidad de vida de la persona, pues debe convivir con sentimientos de tristeza y de estrés. El problema es que se trata de un trastorno constante en el tiempo, por lo que la persona acaba creyendo que es simplemente su forma de ser. Pero no. También hay formas de detectarla y de tratarla.

8. Ciclotimia

En la ciclotimia, como su propio nombre indica, la persona pasa por ciclos en cuanto a su estado de ánimo. Durante unos días, es posible que aparezcan síntomas de depresión, de ansiedad e incluso de manías. Sin embargo, tienden a desaparecer a las pocas semanas y puedan tardar en regresar, por lo que no siempre es fácil de detectar para la persona, que llega a creer que son cosas normales de su forma de ser. De igual manera, hay formas de tratarla.

9. Depresión atípica

La depresión atípica se encuentra en la frontera entre lo que puede catalogarse como depresión y lo que son simplemente fases de cambio en el estado de ánimo. Y es que su principal característica es que aunque la persona pueda ser víctima de pensamientos fuertes de tristeza, apatía y otros signos típicos de la depresión, estos pueden desaparecer de forma relativamente sencilla ante la vivencia de sucesos positivos. De todos modos, es importante tenerla en cuenta y tratarla para conseguir que los episodios aparezcan con la menor tendencia posible.

Referencias bibliográficas

  • Benazzi, F. (2006) “Various forms of depression”. Dialogues in Clinical Neuroscience, 8(2), 151-161.
  • Smith, M., Robinson, L., Segal, J. (2019) “Depression Symptoms and Warning Signs”. HelpGuide.
  • National Institute of Mental Health. (2015) “La depresión: lo que usted debe saber”. U.S. Department of Health and Human Services.
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