12 pautas para padres con niños con TDAH

Los niños con TDAH pueden encontrar dificultad para mantener la concentración y controlar los impulsos. El papel de los padres es clave en el trabajo terapéutico, ya que son ellos los que deben dar normas, estructura y afecto.

pautas-padres-con-niños-con-tdah

Son muchos los niños que reciben un diagnóstico de trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) en el mundo. Aunque existe gran polémica relacionada con una posible tendencia al sobrediagnóstico, es cierto que muchos niños y niñas sufren dificultad para mantener su atención y controlar los impulsos. En estos casos, los problemas de concentración y conducta pueden asociarse también con baja autoestima, dificultades relacionales y un bajo rendimiento académico.

Lo cierto es que en muchos casos la sintomatología tiende a reducirse con el paso del tiempo y la entrada en la etapa adulta. Sin embargo, esto no es una norma generalizada. Aunque el TDAH no tiene una cura como tal, es posible abordarlo de manera exitosa con terapia cognitivo-conductual. Esta puede complementarse en algunos casos con el uso de psicofármacos específicos.

Los padres de niños con TDAH a menudo se sienten desbordados por el comportamiento de su hijo. Por ello, es muy importante que los profesionales puedan trabajar no sólo con el propio menor, sino también con su familia. En este sentido, hay algunas pautas clave que pueden ser de ayuda para manejar la situación.

12 pautas para padres con niños con TDAH

A continuación, comentaremos algunas recomendaciones importantes para padres con niños con TDAH. Este tipo de pautas son de gran ayuda tanto para los progenitores como para el propio hijo. Por un lado, los padres podrán conocer cómo actuar, a la vez que el niño logra sentirse más comprendido.

1. Estructura en el día a día

Los niños con TDAH suelen encontrar dificultad para organizar sus tareas y actividades. Esto hace que a veces su día a día sea algo caótico. Para evitarlo, es clave que los padres puedan brindar su ayuda otorgando cierta estructura durante la jornada. Es aconsejable que las actividades se hagan siempre a la misma hora o siguiendo una secuencia parecida. De esta manera, el niño podrá predecir con mayor sencillez lo que vendrá después, evitando así descuidos y despistes cotidianos.

2. Normas sí, pero bien formuladas

Todos los niños necesitan tener orden y estructura, para lo cual existen normas básicas de convivencia. Cuando un hijo tiene TDAH, es común que el cumplimiento de las normas más básicas se complique. Favorecer la obediencia requiere saber cómo plantear estas normas. Es importante que en casa no exista un número elevado de normas. Lo ideal es que sean pocas pero estén muy claras. También es aconsejable que se establezcan en clave positiva y no en forma de prohibiciones.

Las normas también deben ser muy concretas. Para definirlas operativamente, se aconseja desglosar los objetivos grandes en otros más accesibles. Si, por ejemplo, queremos que un niño se porte bien en el colegio, podemos indicarle que debe estar sentado sin levantarse x tiempo o que no debe hablar con otros niños mientras la profesora está dando la clase. Añadido a todo esto, nunca está de más pedir al niño que nos explique la norma que le acabamos de dar, con el fin de garantizar que entiende bien qué tiene que hacer.

Además, es importante cuidar las contingencias, es decir, la relación entre conducta y consecuencias. Es recomendable que las conductas adecuadas se refuercen positivamente, ignorando o castigando las que no lo sean. En cualquier caso, es esencial que los premios/castigos aparezcan inmediatamente después de la conducta. Los niños no suelen entender las recompensas demoradas porque la distancia temporal impide asociar conducta y consecuencia.

En el caso de los castigos, es recomendable que estos tengan relación con la conducta inadecuada, ya que con ello se favorece la comprensión de lo que se ha hecho mal y se fomenta la reparación del posible daño. También es necesario matizar que, siempre que se apliquen normas en casa, es fundamental que exista coherencia entre los padres. Ambos deben estar conformes con las normas, su cumplimiento y las consecuencias en función del mismo. De lo contrario, el niño no tendrá claro cómo debe comportarse y se obtendrá un resultado indeseado.

3. Priorizar el proceso sobre el resultado

Los niños con TDAH suelen ver afectado su rendimiento académico. Es por ello que se hace necesario focalizarse en el proceso y no tanto en las notas resultantes. Se trata de revisar todo su proceso y premiar el esfuerzo dedicado con independencia de si el examen ha sido o no aprobado. Esto es clave para cuidar su autoestima y depositar en ellos confianza en que pueden lograrlo, evitando así la frustración.

padres-hijos-tdah

4. Adiós etiquetas

Los niños con TDAH a menudo tienen que lidiar con el peso de las temidas etiquetas. Se les tacha como hiperactivos o impulsivos y su dificultad termina por empañar toda su personalidad. Esto hace que todo lo bueno que el niño tiene por ofrecer quede en un segundo plano, lo que supone un fuerte daño a su autoestima. Es por esta razón que se hace esencial separar el “problema” del propio niño, en lugar de actuar como si el niño fuese el problema. Este cambio de enfoque tiene una enorme importancia, ya que se trata de cambiar conductas, no a la persona. En lugar de recurrir a etiquetas de este tipo, se hace necesario enfatizar las cualidades que el niño tiene más allá del TDAH.

5. Saber decir que NO

Los niños con y sin TDAH pueden insistir una y otra vez en peticiones inaceptables. Es importante saber decirles que no cuando corresponde, ya que de esta manera se les ayuda a lidiar con la frustración. No obstante, es importante que siempre que se diga que NO este vaya acompañado de una explicación razonada que permita al niño entender el porqué de esa negativa. Cuando los niños entienden el sentido de las normas y observan que no son indicaciones arbitrarias, es más fácil que las sigan.

6. Conocer los intereses del niño y usarlos a favor

Es importante identificar qué cosas son del agrado del niño, ya que con esto se podrá facilitar el trabajo con la conducta. Si empleamos aquello que le gusta para fomentar un mejor comportamiento, se incrementará su motivación y disposición.

7. Evitación de estímulos fuertes

Los niños con TDAH pueden ser especialmente sensibles a ciertos estímulos fuertes, como luces, ruidos y gritos. Por ello, es aconsejable evitarlos en la medida de lo posible, pues con su presencia puede agitarse su estado emocional y, por consiguiente, su comportamiento.

8. Informar de posibles cambios con antelación

Como ya comentamos, los niños con TDAH necesitan estructura y orden. Por eso, cuando se producen cambios en la rutina es importante que en la medida de lo posible se avise al pequeño con antelación. De esta manera, será más fácil que se prepare para ese giro en la jornada, evitando que se sienta confuso o agitado.

9. Fomentar la reflexión

Cuando un niño con TDAH se ha comportado mal, es aconsejable poder comentar con él lo que ha pasado con tranquilidad. Muchos de sus malos comportamientos son resultado de su impulsividad, por lo que es necesario ayudar a que pueda entender qué ha pasado y cómo podría mejorar su conducta la próxima vez. Al reflexionar, se puede ayudar al niño a detectar su dificultad y dotarlo de estrategias para controlar sus impulsos en situaciones similares en el futuro.

10. Dividir la tarea en partes más pequeñas

Como venimos comentando, los niños con TDAH pueden tener dificultades para concentrarse en sus tareas durante períodos de tiempo largos. Es por ello que, cuando es momento de hacer sus deberes, se aconseja facilitarles el trabajo mediante el uso de intervalos. Para ello, la actividad se puede fragmentar en partes más pequeñas con descansos entre ellas. En el momento de los deberes también es aconsejable que no haya distractores alrededor y que el niño esté supervisado por algún adulto.

11. Entender que la conducta varía acorde al contexto

Tal y como sucede con cualquier niño, hay situaciones en las que puede darse más agitación emocional. Por ejemplo, las fiestas navideñas, el cumpleaños o una visita en casa. Es necesario entender que un niño con TDAH puede encontrar más dificultad para controlarse en estos escenarios. Por ello, los adultos alrededor en estos momentos deben conocer su situación.

12. Realización de actividades gratificantes

Los niños con TDAH suelen verse beneficiados de la realización de actividades extraescolares, especialmente el deporte. No obstante, es importante que sea el pequeño el que elija lo que desea hacer. El efecto positivo de estas actividades aparece siempre y cuando él las realice con gusto y diversión. Mediante estas actividades, el niño puede liberar energía y estar con otros niños, lo que le ayuda a entrenar sus habilidades sociales y sentirse más calmado.

hijos-tdah-pautas-padres

Conclusiones

En este artículo hemos hablado acerca de algunas claves útiles para padres de niños con TDAH. Los niños con esta condición pueden tener dificultad para concentrarse y controlar sus impulsos. En este sentido, el papel del entorno se hace fundamental para ayudar a su bienestar. Es importante que los padres conozcan cómo actuar dando estructura, serenidad y comprensión, ayudando al niño a entender cómo debe comportarse sin que esto suponga un daño a su autoestima.

Comparte:
¿Te ha gustado?
MédicoPlus Logo
MédicoPlus te acerca al mundo de la medicina. Rigor científico y médico en cada artículo. Contacta con tu médico y mejora tu salud en tu portal especializado de confianza.
  • Estilonext
  • azsalud

Suscríbete a
nuestra newsletter

Cada semana te enviamos tips de salud,
nutrición, noticias y más.

Puedes darte de baja cuando quieras.

© Copyright 2024 MédicoPlus. Todos los derechos reservados.Aviso legal,política de privacidad,cookies