6 características (y rasgos) de las personas sin responsabilidad afectiva

Vivimos en una sociedad en la que el egocentrismo y la búsqueda de la satisfacción personal son la norma, mientras que la empatía y el compromiso con los demás representa la excepción. Esta tendencia generalizada ha modificado en gran medida la dinámica de las relaciones románticas, dificultando muchas veces la comunicación y la sintonía emocional.

En un mundo donde nos han convencido de que debemos ser egoístas y absolutamente independientes, pensar en las necesidades de la otra persona parecería algo fuera de lo común. Añadido a esto, el papel de las tecnologías nos ha llevado a ser cada vez menos proclives al contacto genuino cara a cara, refugiándonos tras las pantallas cuando toca afrontar situaciones incómodas.

Todos estos cambios han creado el escenario ideal para que muchas personas se vuelvan menos consideradas con respecto a sus parejas, ya sean estas puntuales o estables. Cuando nos vinculamos con alguien a nivel sexual y/o afectivo, entra en juego un ingrediente conocido como responsabilidad afectiva. Esta hace referencia a la toma de conciencia del impacto que nuestras palabras y acciones pueden tener sobre los demás.

Si ignoramos el efecto de aquello que hacemos y decimos sobre el otro, es difícil que podamos construir relaciones de pareja saludables. En este sentido, es importante identificar cuando nos encontramos ante una pareja que no está cumpliendo con su responsabilidad a nivel afectivo. Algunas conductas típicas nos pueden dar pistas acerca de ello, de las cuales hablaremos a continuación en este artículo.

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¿Qué es la responsabilidad afectiva?

La responsabilidad afectiva se define como la capacidad de ser consciente del impacto emocional que las propias acciones tienen sobre los demás. Las personas responsables en este sentido, son aquellas que comprenden de una forma genuina la dinámica de las relaciones interpersonales. De esta manera, quienes mejor se desenvuelven en este sentido son capaces de forjar vínculos más sólidos, saludables y duraderos con los demás.

Ser responsable a nivel afectivo no implica anteponer las necesidades del otro a las propias. De esta manera, sólo estaríamos volviendo a caer en un extremo poco saludable y adaptativo. En realidad, la responsabilidad implica hallar un equilibrio o balance entre lo que la otra persona siente y piensa y lo que nosotros pensamos y sentimos.

Como venimos comentando, la responsabilidad afectiva cobra una relevancia especial en las relaciones sentimentales, ya sea en el marco de una pareja estable o en relaciones esporádicas sin compromiso. La ausencia de esta capacidad es especialmente frecuente en la actualidad y ocasiona enormes daños psicológicos en las personas que la sufren. El uso de las redes y las nuevas tecnologías ha facilitado, en parte, que esta actitud sea aceptada y vista como algo normal. Ejemplos de ello son el ghosting, el benching o el breadcrumbing.

En el ghosting, alguien desaparece de repente, dejando de coger llamadas y responder a los mensajes de la persona con la que había estado quedando. En el benching, se mantienen conversaciones online con personas con las que nunca se llega a quedar personalmente, ya que se las utiliza como alternativas de repuesto o segundo plato en caso de no tener más citas.

En el breadcrumbing, una persona envía mensajes contradictorios en redes a otra. Así, muestra su interés de manera evidente y de pronto deja de responder, para luego volver a mostrarse cercana de nuevo y así “enganchar” a su víctima. Todos estos ejemplos representan una dinámica relacional inadecuada, en la que no se habla de manera honesta de los propios sentimientos y se ignora la repercusión psicológica de los propios actos sobre la otra persona.

6 características de las personas sin responsabilidad afectiva

Saber identificar a esas potenciales parejas irresponsables a nivel afectivo es una forma de protegernos y tomar distancia. Dejarnos arrastrar por relaciones de este tipo nunca puede llevar a un buen resultado y, de hecho, es perjudicial para la salud mental. Veamos algunas características típicas de los individuos con escasa responsabilidad afectiva.

1. Se guían por su propio interés

Cuando establecemos una relación sentimental debe existir sintonía entre nosotros y esa persona. Esto significa que hay un interés mutuo por los intereses del otro, una implicación recíproca. Cuando una de las partes actúa guiada exclusivamente por su propio interés ignorando las necesidades de su pareja, es difícil que se forme un vínculo satisfactorio.

La escasa responsabilidad afectiva se hace notar cuando una persona deja de tener en consideración lo que el otro siente, piensa o quiere. Así, sus acciones se orientan siempre en un sentido egoísta y pueden resultar hirientes para la otra persona. Por supuesto, cualquier intento de comunicación o búsqueda de puntos comunes resulta inútil, pues esa persona es incapaz de pensar en alguien más que no sea ella misma.

2. Invalidan las emociones de su pareja

Al hilo de lo anterior, las personas con escasa responsabilidad afectiva tienden a menospreciar las emociones de su pareja. Sólo consideran válidas e importantes las suyas propias, lo que se traduce en una actitud muy dañina que puede llegar al maltrato emocional. El otro miembro de la relación se siente poco importante e incluso puede llegar a dudar de sus propios sentimientos, ya que siempre recibe el mensaje de ser un loco, un paranoico o alguien con la piel muy fina. Esta ausencia de responsabilidad afectiva hace que la persona ignore por completo el impacto de sus acciones sobre las emociones ajenas, lo que le impide reflexionar y cambiar algunos comportamientos inadecuados que pueden estar haciendo daño.

3. Mienten y ocultan información

La ausencia de responsabilidad afectiva también lleva a las personas a mentir u ocultar información relevante en el marco de la relación. A veces se trata de detalles menores, pero en algunos casos esto puede conducir a infidelidades o ausencia de honestidad con la pareja. Se manifiestan las emociones que se sienten de manera distorsionada, haciendo creer al otro que se siente amor y disfrute cuando muchas veces no es así.

Esto hace que, cuando el miembro irresponsable decide dejar la relación, la otra persona se sienta confusa y desconcertada. Aparentemente la relación seguía un curso normal, por lo que cuesta comprender ese punto y final. Se trata de un acto irresponsable porque la persona evita ser sincera con su pareja, prolongando un vínculo que en el fondo no pretende mantener durante demasiado tiempo. No se piensa en cómo esto puede hacer sentir al otro o en cómo le puede afectar.

4. Hacen falsas promesas

La ausencia de responsabilidad afectiva lleva a la persona a traicionar la confianza de su pareja. Con frecuencia, promete cosas que finalmente no puede o quiere cumplir, creando en el otro un sinsabor importante. Hay un compromiso aparente que a la hora de la verdad se diluye y produce decepción en la pareja. En definitiva, son compañeros sentimentales poco confiables y fieles a su palabra.

5. Practican la bomba de humo

Una persona irresponsable a nivel afectivo suele realizar lo que se conoce como una bomba de humo. En otras palabras, desaparece de manera repentina sin dejar rastro. Se trata de una conducta egoísta que genera mucho sufrimiento en la otra persona, que no recibe una explicación acerca de lo sucedido. En algunas parejas se producen huidas temporales que se intercalan con el regreso. Sin embargo, en otras la bomba de humo se realiza de forma definitiva, dejando a la otra persona devastada sin entender los motivos de esa ruptura.

En ningún momento se plantea el impacto emocional que el otro puede sentir, ignorando la culpa, incertidumbre y tristeza que se le provoca con ese comportamiento. El uso de las redes ha hecho aún más fácil este comportamiento, pues detrás de la pantalla es mucho más sencillo ignorar a alguien repentinamente sin dar más explicación. En la jerga de internet esta actitud se conoce como ghosting y puede tener efectos importantes, sobre todo cuando sucede tras relaciones de pareja largas y duraderas con alto nivel de compromiso.

6. Ignoran los límites de la pareja

Las parejas con escasa responsabilidad afectiva pueden encontrar problemas para comprender y respetar los límites marcados con su pareja. Aunque la otra persona comunique de manera asertiva aquello que necesita o que no puede tolerar, parece como si esas palabras fueran ignoradas. Esto hace que el curso de la relación se deteriore y aparezcan conflictos con frecuencia, ya que se repiten continuamente conductas inadecuadas que merman la sintonía entre ambos miembros.

Conclusiones

En este artículo hemos hablado acerca de algunas características típicas de las personas con escasa responsabilidad afectiva. La responsabilidad afectiva es la capacidad para tomar conciencia del impacto que nuestras palabras y acciones tienen sobre los demás. Esta es clave en todas nuestras relaciones, aunque cobra una relevancia especial en el marco de la pareja.

Mantener una relación romántica con alguien irresponsable a nivel afectivo produce un gran dolor emocional y mucho desgaste, por lo que es importante identificar este tipo de parejas para tomar distancia y protegernos. La ausencia de responsabilidad afectiva lleva al individuo a invalidar las emociones del otro, incumplir sus límites, ser deshonesto, hacer falsas promesas o actuar guiado por su propio interés sin considerar las necesidades ajenas.