El amor no es para mí: 6 motivos por los que te sientes de esta forma

Son muchas las personas que sienten que el amor no está hecho para ellas. En ocasiones, tras esta percepción se esconden problemas de apego, rupturas no superadas o expectativas demasiado desajustadas sobre la pareja.

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El mundo de las relaciones de pareja es complejo. Cada persona vive el amor de manera diferente, y es que no todos buscamos lo mismo en un compañero sentimental. Lo cierto es que muchas personas aspiran a encontrar a esa persona especial que les brinde un vínculo amoroso pleno y satisfactorio, ese alguien con el que compartir la vida misma. Sin embargo, la realidad es que otras muchas se sienten decepcionadas con el amor. Por diferentes razones, tienen la sensación de que el amor no es algo que encaje con ellas. Esta percepción puede aparecer por muchas causas, de las cuales hablaremos en este artículo a continuación.

6 motivos por los que sientes que el amor no es para ti

Lo cierto es que las personas necesitamos el amor para sentirnos bien. Ese amor puede proceder de nuestra familia y amigos, pero también de una pareja. En este último caso, el amor tiene elementos diferenciales, ya que entra en juego la atracción sexual, la intimidad y la sintonía a un nivel totalmente distinto.

Por ello, cuando nos sentimos vacíos en el plano amoroso esto repercute en nuestro bienestar general. Son muchas las personas que se sienten desesperanzadas en el ámbito de las relaciones, hasta el punto de asumir que el amor no es algo hecho para ellas. Lo cierto es que esta percepción puede derivarse de muchos motivos distintos. Vamos a verlos en detalle a continuación.

1. Relaciones previas negativas

Muchas personas que sienten que el amor no es para ellas tienen esta creencia a raíz de sus experiencias pasadas. La mayoría de la gente ha vivido algún desengaño amoroso, un fracaso sentimental e incluso una ruptura traumática. También hay personas que han sufrido situaciones dolorosas con componentes de abuso y malos tratos por parte de su ex pareja. En cualquier caso, este tipo de vivencias en el ámbito de las relaciones dejan una huella en nosotros que no siempre es fácil de superar.

Las experiencias difíciles con parejas anteriores pueden desecantarnos y llevarnos a sentir desgana ante el amor, haciéndonos sentir que esto no es para nosotros. Lo cierto es que las heridas resultantes de ese pasado no deben ser ignoradas, sino que requieren ser atendidas y curadas. De lo contrario, es difícil poder avanzar y reconciliarse con el amor de manera sana. Creer que tú eres defectuoso y por ello no eres apto para ser amado es señal de que hay dentro mucho dolor pendiente por elaborar.

2. Infancia traumática

No es ninguna sorpresa que la infancia sea una etapa decisiva para establecer las bases de nuestra salud emocional. En los primeros años de la vida necesitamos contar con afecto y apoyo incondicional por parte de nuestros adultos de referencia. Sin embargo, quienes deberían cuidarnos y protegernos no siempre saben desempeñar su papel de manera correcta.

Esto hace que en nuestra infancia veamos las necesidades emocionales insatisfechas, algo que resulta en una experiencia traumática que nos marcará en el futuro. Nuestros padres son las primeras personas que nos enseñan lo que implica una relación vincular. Si esa primera experiencia no es satisfactoria, será difícil que podamos formar vínculos con posibles parejas que nos llenen y sean saludables. Así, muchas personas que han vivido este tipo de carencias infantiles crecen sintiendo que el amor no es algo para ellas.

3. Idealización del amor

En la sociedad en la que vivimos estamos habituados a recibir mensajes relacionados con el amor muy distorsionados y alejados de la realidad. Así, aceptamos que cuando estamos en pareja debemos sentir que el otro es nuestra media naranja, hasta el punto de coincidir y estar de acuerdo en absolutamente todo. Creemos que, en el amor, hay cabida para mariposas, pero no para heridas, críticas, enfados… De igual manera, asumimos que amar tiene que ver con estar todo el tiempo con esa persona, compartiendo hobbies, actividades e intereses. Además, también nos han vendido que el amor es estático, de manera que los sentimientos y el sexo permanecen siempre igual de intensos.

Por desgracia, el mito del amor romántico es, como su propio nombre indica, sólo un mito. Es decir, sólo es una imagen distorsionada e idealizada de lo que es el amor. Por ello, nada tiene que ver con la realidad de las relaciones de pareja. Lo cierto es que las relaciones pasan por distintas fases, deben lidiar con la adversidad, no coinciden en todo y necesitan tener un espacio individual y privado ajeno a la otra persona.

Muchas veces, el hecho de asumir estas ideas como ciertas es lo que nos conduce a tener unas expectativas irreales acerca de cómo debe ser nuestra relación de pareja. Por ello, es fácil frustrarse al ver que nuestro amor no es tan ideal como nos habían prometido. Amar a una persona de manera real implica dificultades, pero también una enorme satisfacción cuando juntos se consiguen superar metas y obstáculos en sintonía. Si alguien se involucra en el amor esperando algo irreal, es esperable que sienta que el amor es algo que no encaja con su persona.

4. Estilo de apego evitativo

Como comentamos anteriormente, muchas personas han vivido infancias difíciles con ausencia de afecto y seguridad. En estos casos, se puede desarrollar un estilo de apego inseguro. Uno de los tipos de apego inseguro es aquel llamado evitativo. En la pareja, esta forma de vinculación suele dar pie a la típica alergia al compromiso. La persona se encuentra incómoda en la intimidad, se siente vulnerable al depender de otro y eso le hace salir corriendo en cuanto la relación se hace más estrecha.

Esta dificultad para vincularse de manera segura con alguien puede hacer que el individuo tenga esa sensación de no estar hecho para el amor, de ser una especie de alma libre ajena a las relaciones y todo lo que implican. Sin embargo, detrás de ese pensamiento simplista suele existir ese miedo a no ser amado, ese temor al abandono y a confiar por miedo al resultado.

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5. Ruptura mal elaborada

Poner fin a una relación de pareja implica vivir un duelo. Los duelos aparecen cuando sufrimos alguna pérdida relevante, y sacar de nuestra vida a alguien por el que hemos sentido tanto es muy doloroso. Muchas personas que han vivido rupturas difíciles pueden tener dificultad para elaborar dicho duelo. Por ende, quedan atrapadas en una especie de paréntesis, por el que les es complicado involucrarse de nuevo en una relación. Siguen ancladas en su pasado, en la vida que tenían con esa otra persona, y eso les hace pensar que simplemente no están hechas para el amor.

6. Valores vitales

No siempre que hay rechazo al amor esto es debido a experiencias dolorosas o traumáticas. Hay personas que sencillamente ponen en valor otros aspectos ajenos a la vida amorosa. Por ejemplo, este es el caso de quienes se vuelcan de lleno en su profesión o, por ejemplo, disfrutan enormemente de su tiempo en soledad. Ese aprecio de su total independencia les hace descartar el amor como algo importante en su vida, dedicando más tiempo y energía a otras áreas que consideran mucho más interesantes.

Lo cierto es que una vida plena es perfectamente posible sin una pareja al lado, algo que para mucha gente sigue resultando inviable. Cambiar la mentalidad y abrir la mente hacia otros estilos de vida es algo que afortunadamente se está empezando a hacer, de manera que encontrar a la “media naranja” ha dejado de ser el único objetivo de vida posible.

Conclusiones

En este artículo hemos hablado acerca de algunos motivos que pueden estar detrás de la creencia de que no se está hecho para el amor. Lo cierto es que el mundo de las relaciones es complejo y no todo el mundo espera lo mismo de una pareja. Sin embargo, en algunos casos en los que se reniega del amor existen algunas causas subyacentes.

Algunas personas sienten que no están hechas para el amor porque han tenido experiencias previas negativas e incluso traumáticas. Rupturas difíciles, situaciones de abuso y malos tratos son algunos ejemplos de ello. Por otro lado, también sucede que algunas personas han sufrido infancias con carencias afectivas, lo que se traduce en un estilo de apego inseguro que dificulta las relaciones de pareja en la adultez. También ocurre que, en algunas situaciones, las personas encuentran dificultad para involucrarse en una relación amorosa porque no han superado del todo alguna ruptura previa.

En estos casos, el amor se antoja como algo inaccesible porque no hay una disposición abierta a conocer a alguien nuevo. No obstante, también hay quienes no se sienten identificados con el amor y las relaciones porque valoran su total independencia por encima de lo demás. En este sentido, tampoco podemos olvidar el caso de quienes poseen unas expectativas demasiado alejadas de la realidad. El mito del amor romántico ha llevado a idealizar el amor y ofrecer una imagen de él demasiado perfecta. Así, cuando alguien se involucra en una relación de pareja real, puede sentir que esta no le llena porque esperaba mucho más.

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