​​Contacto cero tras una ruptura: ¿qué es y cómo se aplica?

La mayoría de personas han pasado alguna vez por una ruptura sentimental. Esta situación siempre es motivo de gran dolor emocional, llegando a ser en ocasiones una vivencia traumática. En cualquier separación hay emociones encontradas, miedos y dudas. Esto es especialmente cierto en aquellas parejas en las que no hay una ruptura radical y se mantiene la puerta abierta a una reconciliación.

Aunque mantener el contacto con un ex puede ser tentador, la realidad es que esta forma de poner fin a un vínculo no es precisamente eficaz. De hecho, suele complicar más un camino que de por sí ya resulta difícil. Cuando se rompe una relación de pareja, suele ser recomendable aplicar lo que se conoce como contacto cero. Esto implica una interrupción total del contacto por cualquier vía con esa persona, al menos en las primeras etapas tras la separación.

Mantener el contacto aunque sea de una forma intermitente suele despertar falsas esperanzas y dificulta el desenganche de esa persona. Aunque al principio cuesta y duele, a largo plazo cortar el contacto de manera total es generalmente la mejor decisión. En muchos casos, esta es la única salida para conseguir avanzar y rehacer la propia vida sin esa pareja en ella. En este artículo hablaremos acerca de qué es el contacto cero, cómo se aplica y qué beneficios puede brindar en el marco de una ruptura sentimental.

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¿Qué es el contacto cero?

El contacto cero implica cortar toda comunicación con la persona con la que hemos roto. Esto requiere poner fin al vínculo que se tenía con ella a todos los niveles, de manera que no sólo se interrumpe la interacción cara a cara, sino también aquella a través de las llamadas, los mensajes, las redes sociales, las personas en común, etc. Esto permite crear un escenario de recuperación en el que no hay cabida para esa persona y toda la información que la rodea. Se trata de actuar como si ya no existiera por un tiempo, con el fin de evitar dinámicas perjudiciales y facilitar la superación de la ruptura.

Siempre que un vínculo se rompe se produce una reacción de duelo. Sin embargo, este duelo requiere atravesar diferentes etapas para realmente conseguir superar la situación. Cortar el contacto permite enfocar nuestra vida sin que esa persona esté en ella, estar con nosotros mismos y nuestras emociones y ordenar la mente. Por el contrario, mantener un mínimo hilo de contacto con un ex nos hará tenerle muy presente, desarrollar dependencia emocional e incluso idealizar su persona.

Por qué es aconsejable el contacto cero tras una ruptura

A continuación, hablaremos acerca de por qué es aconsejable apostar por el contacto cero tras una ruptura.

• Evita idealizar a esa persona y autoengañarnos: Cuando cortamos el contacto con alguien de manera total, somos capaces de analizar la realidad de manera más objetiva. No nos convencemos con argumentos fáciles para mantener algo de vínculo con ese ex, sino que nos mantenemos firmes en nuestra postura tratando de ordenar las emociones. Esto no significa que no se puedan experimentar emociones contradictorias o que haya cierta sensación de incertidumbre. Sin embargo, a pesar de ello hay una decisión tomada de forma irrevocable y límites bien definidos.

• Espacio para pensar y reflexionar: El contacto cero permite tener calma y espacio para estar con nosotros mismos y nuestros pensamientos. Esto es esencial para aclarar los pensamientos, pensar en lo vivido y en lo que haremos a partir del momento presente. Esta distancia también ayuda a que nuestra mente gire únicamente en torno al recuerdo de esa persona, pudiendo así hacer hueco para otras cuestiones de la vida.

• Evita y pone freno a las dinámicas tóxicas: Muchas rupturas se viven de forma muy traumática porque la propia relación seguía dinámicas poco sanas. Mantener el contacto cero permite dejar de alimentar estas dinámicas y facilitar la adaptación a una nueva realidad sin ese ex. Cuando se viene de relaciones con dependencia, abusos…el camino hacia la ruptura definitiva puede ser muy duro y tormentoso, requiriendo varios intentos hasta al fin lograr el ansiado contacto cero. En estas situaciones, puede que incluso sea importante contar con el acompañamiento de un psicólogo para poder salir de esta espiral tan devastadora.

• Fomenta el autocuidado: Al dejar de tener contacto alguno con esa persona, es más fácil poder dedicar tiempo y energía al cuidado de uno mismo. Podemos reconciliarnos con nuestra esencia, hacer actividades que habíamos dejado de hacer y reconstruirnos poco a poco.

• Aprendizaje para futuras relaciones: Ese tiempo en soledad con contacto cero también es clave para elaborar lo vivido y extraer aprendizajes útiles para el futuro. Las rupturas nos permiten cambiar algunos comportamientos dañinos y tener más claro qué vamos a buscar y qué no en futuras relaciones de pareja.

• Mejora la autoestima: Las idas y venidas con un ex son muy dañinas para el bienestar y la autoestima. Nos centramos tanto en el otro y en la relación que nos perdemos a nosotros mismos y olvidamos nuestro valor y nuestro derecho a ser queridos de forma sana. Por ello, tomar fortaleza para mantener contacto cero es una forma de proteger nuestra autoestima y afianzar una relación adecuada con lo que somos.

Cómo llevar a cabo el contacto cero

Si tras todo lo dicho decides dar el paso de poner en marcha la estrategia del contacto cero, puede que te preguntes cómo es posible empezar. Antes de nada, debes asumir que dar este paso no es algo fácil y que en los primeros momentos puedes llegar a sentir algo parecido a un síndrome de abstinencia. Desengancharte de alguien con quien has mantenido un vínculo tan fuerte puede ser realmente duro y ponerte al límite. Por eso, es crucial tener las ideas claras y pensar en lo que realmente buscamos a largo plazo en nuestra vida. ¿Queremos una relación intermitente que nos mantiene ansiosos o buscamos la paz mental?

Desarrollar el contacto cero siempre es más fácil cuando se cuenta con otras personas alrededor que brinden apoyo en los momentos de debilidad. Expresar tu compromiso de no volver a contactar con ese alguien abiertamente te ayudará a no tirar la toalla y ceder al impulso de llamarle o escribirle. En general, llevar a cabo el contacto cero requiere actuar de la siguiente manera:

• Borra a esa persona de tus redes sociales. Si temes que ella contacte contigo, no dudes en bloquearla. No se trata sólo de evitar mandarle mensajes, también deberás reprimir el deseo de revisar su perfil y publicaciones.
• Habla con las personas de tu entorno sobre tu voluntad y pídeles que no te hablen de esa persona ni de noticias nuevas acerca de su vida.
• Evita frecuentar lugares en los que es probable que coincidáis.
• Mantener una vida activa con actividades varias que permitan mantener la mente enfocada en otras cosas que no sea esa persona. Esto evitará un deseo impulsivo de volver a contactar con ella.
• Rodéate de las personas conocedoras de tu compromiso y amplía tu red social con personas nuevas, ya que esto te ayudará a ampliar tu perspectiva y desengancharte de tu ex.

Dar el paso de poner fin a una relación puede llegar a ser muy duro. Sin embargo, debemos aceptar que la ruptura de un vínculo importante requiere necesariamente experimentar emociones difíciles. No se trata de luchar contra ellas, sino de darnos permiso para transitarlas. Estos estados cumplen una función y desatenderlos puede hacernos más difícil superar la situación. Por ejemplo, sentir tristeza nos permite reducir el gasto de energía para recuperarnos y pedir ayuda a los demás.

Pasar por este cóctel de emociones (muchas veces contradictorias entre sí) es más sencillo si tenemos claro nuestro objetivo final más allá del malestar transitorio. Tener claro que si decidimos romper una relación fue por una razón y no caer en el error de idealizar el pasado. Es evidente que no existen relaciones ideales y que en todas hay luces y sombras. No obstante, cuando se ha optado por el punto y final es porque ese lazo nos estaba haciendo más mal que bien.

Conclusiones

En este artículo hemos hablado acerca de algunas claves que son importantes a la hora de llevar a cabo el contacto cero. Cuando rompemos con una pareja es inevitable transitar un proceso de duelo. Se trata de una pérdida dolorosa que puede incluso ser traumática. Sin embargo, muchas veces poner fin a esa conexión es complicado y pronto sentimos la tentación de llamar a esa persona, buscarla, saber de ella, etc. A veces, recurrimos a pretextos y autoengaños absurdos para justificar el acercamiento.

Sin embargo, la realidad es que este contacto intermitente no hace más que complicar un proceso ya de por sí difícil. El contacto cero implica dejar de tener encuentros en persona, pero también bloquear las redes sociales, llamadas e incluso pedir a las personas en común que no nos informen acerca de la vida de ese ex. Sólo mediante este camino podemos darnos espacio para ordenar nuestras emociones y pensamientos, trabajar en nuestra recuperación y rehacer nuestra vida.