Crianza Respetuosa: ¿qué es y cuáles son sus principios?

Si hay una tarea difícil en este mundo esa es la de ser padres. Criar a los hijos es un viaje que puede resultar desconcertante y vertiginoso, lleno de dudas y miedos combinados con grandes dosis de amor hacia ellos. La crianza debería ir encaminada a ayudar a los más pequeños a formarse como personas, conocerse y adquirir herramientas que les permitan convertirse en adultos emocionalmente sanos. Es decir, criar va mucho más allá de cubrir las necesidades puramente fisiológicas. En este sentido, la manera de entender la crianza y el desarrollo infantil ha venido sufriendo cambios importantes en los últimos años.

Antaño, el modelo tradicional de crianza estaba basado en castigos y amenazas que iban encaminados a fomentar disciplina. Esto ha provocado que muchos adultos hayan vivido infancias en las que no había cabida para comprender sus emociones y vivir el aprendizaje en un clima amoroso y respetuoso. Sencillamente, se pretendía que los niños fuesen adultos en miniatura capaces de “contenerse” y acatar las normas, ignorando las particularidades que la infancia tiene como etapa evolutiva.

Además, la manera de ver a los niños también se ha transformado, de manera que ya no se les trata como inferiores a los adultos. Aunque aún queda mucho por hacer, cada vez hay mayor conciencia acerca de la importancia de escuchar a los niños, dejarles expresarse y dar su opinión en un entorno basado en el respeto y la validación. Ser padres no es fácil y en este viaje que es criar muchas veces los adultos cargan con sus propias mochilas a las espaldas.

La forma en la que afrontamos la crianza está altamente influida por la manera en la que fuimos criados por nuestros padres. Por ello, muchos progenitores se encaminan en todo un proceso de desaprendizaje por el que procuran no repetir esquemas dañinos que a ellos les perjudicaron en su niñez. En este escenario, se ha comenzado a hablar hace algunos años de crianza respetuosa, una forma nueva de enfocar la educación de los hijos que trata de cambiar el paradigma tradicional y los daños que se asocian a él. En este artículo hablaremos con detenimiento acerca de la crianza respetuosa y los principios que la fundamentan.

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¿Qué entendemos por crianza respetuosa?

Si eres padre o madre, probablemente estés de acuerdo con el hecho de que criar es toda una aventura. No hay una forma correcta de educar a los hijos, ya que no todos los niños y sus familias son iguales. Por eso, hay familias que ven con cierto recelo el modelo de la crianza respetuosa, pues pueden asociar este concepto con la idea de no poner límites o disciplinar a los hijos para fomentar un comportamiento adecuado. Sin embargo, se trata de un modelo que en absoluto renuncia a poner límites y modelar comportamientos adaptativos. La diferencia es la manera en la que busca hacerlo, huyendo del clásico estilo autoritario que se ha venido aplicando en las generaciones anteriores.

La crianza respetuosa es una forma de educar a los hijos que se basa en una visión diferente, donde no se busca someter a los hijos a las normas y el control adultos por la fuerza. En su lugar, se enfatiza la importancia de entender el mundo emocional de los pequeños, brindarles un trato respetuoso y modelar su personalidad y comportamiento acorde a normas y valores con cierto margen de libertad. Se busca que los niños aprendan a comportarse de forma responsable y amable entendiendo el sentido de ello, sin que se produzca una obediencia superficial que sólo busca evitar un castigo.

Desde la crianza respetuosa se rechaza el uso de medios como la violencia física o el uso de premios y castigos. Se entiende que el empleo de estas estrategias provoca más inconvenientes que beneficios, de manera que se buscan caminos nuevos. Cuando hablamos de crianza respetuosa no estamos haciendo referencia a un método puntual. Más bien, se trata de toda una filosofía que debe casar con los valores de los padres, de forma que hagan de ella su camino para educar en el amor, el respeto y la coherencia.

La filosofía de este estilo de crianza bebe de las aportaciones realizadas por John Bowlby mediante su Teoría del Apego. Para él, el apego es un comportamiento innato, que permite al ser humano explorar el entorno durante su infancia sintiéndose seguro. Así, ante un peligro, la reacción inmediata es la de acudir al cuidador primario con el fin de obtener seguridad y protección.

Esto significa que los niños y niñas necesitan a sus progenitores para lidiar con sus emociones difíciles. Si los adultos no sintonizan emocionalmente con sus hijos, es difícil que la crianza respetuosa pueda llevarse a cabo. Criar de esta manera implica ser consciente de las necesidades emocionales de los pequeños y responder a ellas adecuadamente.

Lejos de utilizar mecanismos rígidos o fórmulas mágicas, este modelo de crianza enfatiza la importancia del instinto de los progenitores. Esto es de gran importancia, ya que muchos padres se desconectan de su propio instinto influidos por mitos y normas sociales absurdas que dictan cuál es la manera correcta de criar. Todos los padres del mundo han recibido voces externas que les dicen cómo de equivocados están haciendo lo que consideran mejor. Por ello, la crianza respetuosa trata de fomentar esa reconexión de los padres con su voz interna y con sus hijos.

Criar de manera respetuosa implica adoptar una actitud coherente, donde los progenitores actúan como un modelo de referencia adecuado para los hijos. No inculcan normas o comportamientos que ellos no practican, no hacen promesas que luego no cumplen y tampoco cambian de criterio cada dos por tres. Son cuidadores consistentes en las pautas y la dirección que siguen a la hora de educar, lo que ayuda a los niños a tener seguridad y certidumbre.

Los 4 principios de la crianza respetuosa

La crianza respetuosa se sustenta sobre una serie de principios esenciales. A continuación, vamos a comentarlos.

1. Amor incondicional

La filosofía de este tipo de crianza se basa en un sentimiento de amor hacia los hijos que no entiende de condiciones. Se ama y acepta a los pequeños al margen de lo que hacen o consiguen. Los padres no buscan que cambie como es, que sea lo que ellos quieren ni fuerzan que logre unas expectativas irreales. Por supuesto, tampoco niegan su afecto y atención bajo ninguna circunstancia. El amor es firme e innegociable con independencia de todo lo demás.

2. Empatía

La empatía es otro pilar importante en la crianza respetuosa. Esta se define como la capacidad para conectar con las emociones de otras personas. Los progenitores que crían desde este modelo tratan de acercarse a sus hijos desde la comprensión y el entendimiento, tratando de ponerse en su piel y acompañarlos cuando aparecen emociones difíciles.

Los padres ayudan a los hijos a lidiar con sus estados internos y, sobre todo, procuran validarlos de forma que el niño aprenda a abrazar lo que siente con independencia de su valencia. La empatía se transmite no sólo a través de las palabras, sino también mediante el lenguaje no verbal. Se habla a los hijos desde el cariño, con voz serena y calmada, tratando de ayudarles a regularse porque ellos solos no pueden hacerlo.

3. Igualdad

La igualdad es otro principio de la crianza respetuosa. Los padres escuchan la voz de sus hijos y saben que el hecho de ser un niño no hace que sus emociones, pensamientos y opiniones sean menos valiosas. Esto hace que la crianza sea, en efecto, más respetuosa, porque el niño sabe que lo que tiene que decir es importante y puede expresarlo con naturalidad. Lejos de pisar su criterio, se le tiene en consideración y se le anima a manifestarlo.

4. Respeto

El respeto es otro principio esencial en el marco de la crianza respetuosa. Los padres tratan con total respeto a sus hijos, sin emitir palabras o actos hirientes que menoscaben su autoestima y su bienestar emocional. Con independencia del comportamiento del pequeño, las actuaciones de los progenitores siempre se llevan a cabo con tacto y consideración hacia el menor y sus derechos. Lejos de ser un entorno enfocado en las necesidades y deseos de los adultos, se entiende que tanto padres como hijos deben estar bien para que la crianza sea satisfactoria.

Conclusiones

En este artículo hemos hablado acerca de la crianza respetuosa y los principios que la fundamentan. Esta se define como un estilo de crianza por el cual se busca romper con el paradigma tradicional y huir de métodos de disciplina basados en la autoridad. En su lugar, se busca conectar con las emociones de los más pequeños, ayudándoles a aprender un comportamiento saludable en un marco de afecto, amor y respeto. Se inculcan normas, valores y límites sin que esto implique invalidar los estados pequeños del menor o utilizar estrategias violentas.

La base de este estilo de crianza se sitúa en la Teoría del Apego de John Bowlby, que reconoció por primera vez la importancia del vínculo como un mecanismo innato que conecta a los humanos con sus cuidadores principales. Así, un apego de buena calidad permite a los niños explorar el entorno de manera segura, sabiendo que pueden acudir al adulto en momentos de miedo o estrés.