Cáncer de piel: tipos, causas, síntomas y prevención

El de piel es uno de los cánceres más comunes en el mundo y suele desarrollarse en las zonas de la piel expuestas a la radiación solar.

Cáncer de piel

Cada año se declaran en el mundo más de 1 millón de nuevos casos de cáncer de piel, convirtiéndose en uno de los tipos de cáncer más comunes.

Pese a que la mayoría de ellos no son mortales si se detectan y son tratados a tiempo, es importante conocer su naturaleza y las mejores formas de prevenirlo.

Hay que tener en cuenta que, pese a que es lo más frecuente, el cáncer de piel no siempre se desarrolla en las zonas expuestas a la radiación solar. Existen diferentes tipos de cáncer de piel y diferentes factores de riesgo que pueden conducir a su aparición.

Por ello, en el artículo de hoy veremos los tipos de cáncer de piel más comunes, especificando tanto sus causas como sus síntomas, así como los factores de riesgo asociados y las mejores estrategias para prevenir su desarrollo.

¿Qué es el cáncer de piel?

Como cualquier tipo de cáncer, consiste en un crecimiento anómalo y descontrolado de las células de nuestro propio cuerpo, las cuales, a causa de una mutación o de un daño en su material genético, pierden el sistema de regulación de su reproducción.

Esto hace que crezcan más de lo que deben y acaben provocando la formación de un tumor, el cual puede ser maligno y recibir la categoría de cáncer.

El de piel, pues, es el tipo de cáncer que se desarrolla en las células de la epidermis. Pese a que normalmente surge en las zonas más expuestas al sol, también puede aparecer en regiones de la piel que no entran nunca en contacto (o muy poco) con la radiación solar.

Aunque, como veremos, las características dependen del tipo de cáncer de piel que se sufra, normalmente todos están caracterizados por la aparición de bultos, lesiones o úlceras en la región afectada.

De todos modos, la mayoría de los cánceres de piel pueden ser tratados con cirugía si se detectan rápidamente, pues suelen estar localizados en la superficie y no diseminan a otros órganos.

Causas

El cáncer de piel se desarrolla cuando las células de la piel sufren mutaciones en su material genético, las cuales hacen que estas crezcan sin control y acaben produciendo el cáncer. Todas estos errores en los genes ocurren de forma espontánea, aunque hay determinados factores que aumentan la probabilidad de que surjan, pues hay compuestos que dañan el material genético de las células.

Uno de ellos es la radiación ultravioleta, la cual está presente en la luz del sol. Por lo tanto, la principal causa de desarrollo de cáncer de piel es la exposición prolongada a la radiación solar, la cual hace que las células de la piel vayan dañándose lentamente hasta poder desarrollar un cáncer.

De todos modos, hay algunos cánceres de piel que aparecen en regiones del cuerpo que prácticamente nunca están expuestas a la luz del sol, en cuyo caso las causas no están demasiado claras.

Además, existen algunos factores de riesgo que predisponen a desarrollar este tipo de cáncer: tener la piel clara, tener lunares, haber sufrido quemaduras por el sol de joven, vivir en climas muy soleados y/o a grandes altitudes, tener el sistema inmune debilitado, exponerse a sustancias tóxicas como el arsénico, antecedentes familiares...

¿Dónde aparece?

El cáncer de piel es aquel que se desarrolla en la epidermis, que es la capa más superficial de la piel. Es la capa que sufre el impacto de la radiación solar, lo que explica que sea en ella donde surgen los cánceres de piel.

Sabemos que en esta epidermis hay tres tipos principales de células. En función de cuál de ellas sea la afectada por la mutación, estaremos ante un tipo u otro de cáncer de piel. Los tres tipos celulares son los siguientes:

1. Melanocitos

Los melanocitos son las células de la piel encargadas de producir melanina, un pigmento que, además de dar a la piel su color, sirve de protección natural contra la radiación solar. Estos melanocitos se encuentran en la parte inferior de la epidermis y aumentan su funcionalidad cuanto más nos exponemos al sol. Esto explica que cuando tomamos el sol nos pongamos morenos, pues estas células producen más melanina para protegernos de él.

2. Células basales

Las células basales son las que se encuentran, como su propio nombre indica, en la base de la epidermis. Se encuentran justo por debajo de las células escamosas y su principal función es la de producir nuevas células epiteliales.

3. Células escamosas

Las células escamosas son las que se encuentran en la parte más superior de la epidermis, es decir, son las que están en contacto con el exterior. Son las células más expuestas a la radiación solar y las que, por lo tanto, más fácilmente pueden dañarse, sufrir mutaciones y derivar en tumores.

Los 3 principales tipos de cáncer de piel (y sus síntomas)

Existen muchos tipos de cáncer de piel distintos, pues hay algunos que afectan a los vasos sanguíneos de la piel, otros en las glándulas sebáceas, en las células productoras de pelo, etc. De todos modos, nosotros presentamos los tres tipos principales de cáncer de piel, los cuales vienen determinados por el tipo de célula afectada.

Como veremos, el tipo de cáncer más agresivo es el que surge en los melanocitos. Afortunadamente, al estar en regiones más internas de la piel, no es el más común. Los más frecuentes son aquellos que se dan en las células basales o las escamosas.

1. Cáncer de piel no melanoma

Para facilitar la clasificación, los cánceres de piel que no aparecen en los melanocitos se engloban en un grupo único. En él, tenemos tanto los que se desarrollan en las células basales como los que lo hacen en las escamosas.

Los de tipo no melanoma son los más comunes dentro de los cánceres de piel, pues aproximadamente un 75 % de los cánceres de piel que se diagnostican son de este grupo. Se detectan 1 millón de nuevos casos cada año en el mundo.

1.1. Carcinoma de células basales

El carcinoma de células basales es un tipo de cáncer de piel que, como su propio nombre indica, aparece en las células basales de la epidermis. Suele desarrollarse en las zonas de la piel más expuestas al sol, especialmente en la cabeza y el cuello, aunque a veces puede aparecer en regiones que no sufren la incidencia de la radiación ultravioleta, como los genitales.

Los carcinomas de células basales se reconocen porque suele observarse una llaga que no sana y que surge sin ninguna explicación. Estas lesiones suelen tener alguna de las siguientes características:

  • Aparición de bultos traslúcidos con vasos sanguíneos visibles.
  • Aparición de lesiones similares a una cicatriz de color blanco.
  • Formación de parches escamosos y rojizos.
  • Aparición de lesiones marrones, negras o azules.

De todos modos, el carcinoma de células basales raramente trae complicaciones graves, pues es muy poco común que se disemine a otros órganos. Sin embargo, se está estudiando la posibilidad de que aumente el riesgo de desarrollar otros tipos de cáncer más graves. Por ello, es importante tratarlo precozmente. La cirugía de extirpación suele ser suficiente.

1.2. Carcinoma de células escamosas

El carcinoma de células escamosas, también conocido como carcinoma epidermoide de la piel o carcinoma espinocelular, es el tipo de cáncer de piel más común ya que es el que se desarrolla en las capas más externas de la epidermis, las cuales son las que reciben mayor cantidad de radiación ultravioleta.

El carcinoma de células basales se desarrolla con mayor frecuencia en las zonas más expuestas a la luz del sol, como por ejemplo las manos, los labios, las orejas, la nariz, etc, aunque puede aparecer en otras partes como los pies, los genitales e incluso en el interior de la boca.

Las características de las lesiones dependen del lugar en el que aparecen, pero suelen ser las siguientes:

  • Formación de llagas con costras escamosas.
  • Aparición de un bulto rojo y firme.
  • Formación de parches similares a verrugas.

Pese a ser poco frecuente, el carcinoma de células escamosas puede expandirse a otros órganos, especialmente a los ganglios linfáticos, en cuyo caso sí que puede resultar mortal. De ahí la importancia de detectarlo rápidamente y tratarlo de forma precoz. Generalmente la cirugía es suficiente para tratar el cáncer.

2. Melanoma

Un melanoma es el tipo de cáncer de piel más agresivo, aunque también es el menos frecuente, pero no por ello hay que quitarle importancia, pues siguen apareciendo más de 280.000 casos cada año en el mundo.

El melanoma puede aparecer en cualquier parte del cuerpo. Y, si bien es cierto que suele hacerlo en las partes expuestas al sol (espalda, manos, piernas, brazos, nariz, orejas, labios…), puede desarrollarse en zonas que no sufren la incidencia de la luz solar, incluso en los intestinos. Todavía no se conocen con exactitud las causas de muchos melanomas.

El principal síntoma es que aparecen nuevos lunares en la piel o que los que ya se tienen cambian de tamaño o de forma. Sin embargo, uno de sus principales problemas es que no siempre se traduce en la formación de un lunar, pues como los melanocitos están en capas más internas, a menudo no dan ninguna manifestación en la piel.

Si se detecta rápidamente, un melanoma puede tratarse con cirugía de extirpación. De todos modos, como a veces no da sintomatología hasta que se ha diseminado a otros órganos (de ahí que sea la forma más grave de cáncer de piel), es posible que el tratamiento tenga que incluir quimioterapia o radioterapia.

Prevención

Si bien es cierto que algunos casos de cáncer de piel son de causa desconocida, prácticamente todos son debidos a la exposición prolongada a la radiación solar. Por ello, la mejor forma de prevención es limitar el tiempo que se pasa al sol, además de utilizar siempre protector cuando se vaya a estar expuesto a él.

Hay que revisar siempre nuestra piel y, ante la aparición de cualquier lunar, llaga o lesión cuyo origen no conozcamos, es importante acudir rápidamente al médico. Una detección precoz aumenta enormemente las probabilidades de que el tratamiento sea exitoso.

Referencias bibliográficas

  • American Cancer Society. (2017) “Skin Cancer”. American Cancer Society.
  • Gutiérrez Vidrio, R.M. (2003) “Cáncer de piel”. Revista de la Facultad de Medicina UNAM.
  • World Cancer Research Fund International. (2019) “Diet, nutrition, physical activity and skin cancer”. WCRF.
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