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Una de las teorías más importantes en Psicología es, sin duda, la Teoría del Apego. Este modelo fue desarrollado por John Bowlby, un psicoanalista convencido de que la salud mental adulta estaba estrechamente relacionada con las experiencias tempranas infantiles. Desde su propuesta teórica, el autor puso el foco en las relaciones que los niños establecen con sus cuidadores principales en los primeros años de vida.
Tras realizar numerosas investigaciones, Bowlby llegó a la conclusión de que todos los niños desarrollan un vínculo primario con una de sus figuras de cuidado, generalmente la madre.Sin embargo, la calidad de esta relación depende de muchos factores y, cuando esta es deficiente, ello repercute en las características personales que el niño desarrollará al convertirse en adulto.
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Bowlby y la Teoría del Apego
El mayor interés de este psicoanalista era conocer cómo la separación de los cuidadores impacta en los más pequeños. Con el paso del tiempo, Bowlby se convirtió en todo un referente en esta materia, llegando a publicar un informe para la Organización Mundial de la Salud (OMS) titulado “Cuidado Materno y Salud Mental”, donde defendió la necesidad de los bebés y niños de experimentar un relación cálida, íntima y continua con su madre o un sustituto permanente de ella, en la que ambos miembros de la diada encuentren satisfacción y disfrute.
Para la elaboración de su teoría, Bowlby se nutrió de los hallazgos en diversas áreas, como la ciencia cognitiva, la psicología del desarrollo o la etología, la ciencia que estudia el comportamiento animal. Particularmente importante fue para él el trabajo de Konrad Lorenz, un etólogo que observó cómo los gansos siguen el primer objeto en movimiento que ven en las primeras 12-17 horas después de la eclosión, un proceso llamado impronta.
Esto sugirió que el apego podía ser innato y estar programado genéticamente. Bowlby apoyaba esta idea ya que consideraba que el apego era una estrategia de supervivencia que favorecía la proximidad entre el niño y su figura de cuidado. Así, madres y bebés habían evolucionado hasta desarrollar esa necesidad innata de cercanía, que brinda a los más pequeños la atención y protección que necesitan para sobrevivir.
En otras palabras, los bebés tienen una necesidad innata de formar un vínculo de apego con su cuidador, motivo por el que nacen dotados de comportamientos como el llanto, que incitan a los adultos a responder. No obstante, aunque las madres siempre se asocian con el papel de figuras de cuidado primarias, Bowlby consideraba que los bebés también podían formar vínculos con otras personas. Lejos de lo que se creía, este autor descartaba que el vínculo dependiera de la alimentación, motivo por el que estos lazos de proximidad y afecto podían formarse con otros cuidadores.
Hoy en día, la teoría del apego de Bowlby es considerada uno de los descubrimientos más importantes en el campo de la psicología. Gracias a ella se ha podido comprender mejor el desarrollo de muchas psicopatologías y la manera en la que los humanos nos relacionamos con los demás. En este artículo vamos a hablar acerca de la vida de este célebre psicólogo para conocer a la persona detrás de esta destacada figura.
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Biografía de John Bowlby (1907 - 1990)
Vamos a conocer de forma breve la trayectoria vital de este importante psicólogo.
Primeros años
John Mostyn Bowlby nació en Londres en una familia de clase media-alta. Fue el cuarto de los seis hijos que Sir Anthony Bowlby, cirujano de la Casa Real, tuvo con su esposa. La infancia de Bowlby estuvo marcada por la soledad y la ausencia de afecto. Siguiendo la moda de las familias pudientes inglesas, fue criado por una niñera.
Su padre pasaba la mayor parte del tiempo trabajando fuera de casa y su madre solo le veía una hora al día después de la hora del té, aunque le dedicaba algo más de tiempo durante la época estival. La creencia de entonces era que si un niño pasaba demasiado tiempo recibiendo afecto y atenciones de sus padres esto mermaría su desarrollo y crecimiento adecuados, motivo por el que Bowlby no disfrutó de vínculos de afecto saludables con sus progenitores.
Cuando sólo contaba con 4 años, Bowlby experimentó un duro golpe cuando la niñera que le había criado abandonó la familia. Para él, ella había sido lo más parecido a una figura de cuidado y su marcha le resultó profundamente traumática, tal y como si hubiera perdido a su madre.
Con la edad de siete años, Bowlby es llevado a un internado, algo que también era habitual en los hijos de las familias de clase alta. Esta época sería también muy traumática para él, algo que plasmó en su obra “Separación: ansiedad y angustia”. Todas las experiencias dolorosas que vivió en sus primeros años sirvieron como impulso para desarrollar una extrema empatía hacia el sufrimiento infantil.
Educación
Bowlby asistió al Trinity College (Cambridge), donde estudió psicología y obtuvo premios por su excelente desempeño intelectual. Después de graduarse en esta institución, tuvo la oportunidad de trabajar como voluntario en una escuela donde pudo estar en contacto con menores delincuentes y con problemas de adaptación. Esto le inspirará a formarse como psiquiatra infantil.
Posteriormente, estudió medicina en el Hospital Universitario y psiquiatría en el Hospital Maudsley. Añadido a esto, comenzó a formarse en el Instituto Psicoanalítico Británico, donde fue influido por la autora Melanie Klein. Esta psicoanalista, también centrada en el trabajo con la infancia, desarrolló la terapia de juego y propuso ideas pioneras hasta entonces. Sin embargo, con el tiempo Bowlby discreparía cada vez más con la autora, por considerar que ensalzaba demasiado las fantasías internas de los niños en detrimento de los factores ambientales.
Madurez
En 1937, se convirtió oficialmente en psicoanalista y sirvió en el Royal Army Medical Corps durante la Segunda Guerra Mundial. Al año siguiente se casó con Ursula Longstaff, hija de un cirujano, con la que tuvo cuatro hijos en común. Al finalizar la guerra, Bowlby se consolidó como profesional y ocupó el puesto de director en la Clínica Tavistock. Además, en 1950 se convirtió en consultor de salud mental de la OMS.
Esta institución le encomendó en 1949 la tarea de redactar un informe sobre la salud mental de los niños sin hogar en Europa. Este documentó se tituló “Cuidado Materno y Salud Mental” y en él Bowlby defendió que los niños y bebés necesitan experimentar una relación cálida, íntima y continua con su madre o un sustituto permanente de ella, en la que ambos miembros de la diada sientan satisfacción y disfrute. Durante los siguientes años sus conocimientos le permitirían ir dando forma a su teoría del apego progresivamente hasta ser el marco teórico que conocemos hoy.
Fallecimiento
Bowlby falleció el 2 de septiembre de 1990 en su residencia de verano en Escocia. Las investigaciones de Bowlby sobre el apego han dejado una gran huella en el campo de la psicología y han tenido un gran impacto sobre los ámbitos de la educación y la crianza infantil. A partir de su teoría, otros autores posteriores (entre ellos su discípula Mary Ainsworth) continuaron ampliando su legado con el fin de desarrollar tratamientos de salud mental y medidas de prevención basadas en pautas de crianza saludables para los más pequeños.
Todos sus logros han situado a Bowlby como uno de los psicólogos más citados del siglo XX. Su teoría es considerada una de las más importantes de las elaboradas hasta la fecha en el campo de la Psicología.
Aportaciones de John Bowlby
Para Bowlby, las relaciones con la madre son decisivas para que el niño tenga un desarrollo saludable y una salud mental adecuada a corto y largo plazo. La teoría del apego defiende que las experiencias tempranas dejan una huella en la persona que condiciona su bienestar y sus relaciones posteriores. Gracias a sus estudios, el autor pudo comprobar que sus hipótesis eran ciertas y que, en efecto, los adultos que habían sufrido abandono en la infancia experimentaban graves secuelas.
En otras palabras, la privación de la figura materna tiene efectos devastadores sobre la vida de un niño. Bowlby defendió siempre el componente innato del apego, pues los niños nacen con una tendencia natural a mantenerse próximos a sus figuras de cuidado. Esta herencia primitiva sería una estrategia que favorece la supervivencia de la especie.
Lejos de lo que se sostenía en aquella época, Bowlby descartaba que el apego dependiera exclusivamente del suministro de alimento, pues consideraba que este se basaba en la reciprocidad, el afecto, las atenciones y los cuidados sostenidos en el tiempo. Dicho de otra forma, las necesidades alimentarias no guardan dependencia de las afectivas.
Las opiniones de Bowlby generaron gran controversia en un primer momento, aunque instituciones como la OMS respaldaron sus trabajos y conclusiones. Bowlby fue un autor muy activo que siempre buscó saber más y mejorar continuamente. Revisaba sus trabajos pasados y trataba de estudiar permanentemente. Añadido a esto, fue mentor de grandes figuras de la psicología, como Mary Ainsworht, que siguió sus pasos y amplió la teoría del apego sugiriendo la existencia de varios estilos de apego.
El legado de este autor es incuestionable y muestra de ello es que el apego es un aspecto relevante para cualquier profesional de la salud mental. En este artículo hemos hablado acerca de un gran autor de la psicología, que ha permitido formar los cimientos para un campo de trabajo muy fructífero. La infancia y la psicología le deben sin duda mucho a este psicoanalista.
