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No hemos registrado ni el 1% de todas las especies que podría haber en la Tierra. Y aun así, sin duda, uno de los mayores logros de la historia no solo de la Biología, sino de la ciencia en general, ha sido el de agrupar a las más de 1.200.000 especies identificadas en unos reinos claramente delimitados.
La naturaleza no entiende de clasificaciones ni de jerarquías, pero nosotros hemos sido capaces de desarrollar un sistema que nos permita introducir a cualquier especie descubierta (y que descubriremos en un futuro) en uno de los siete reinos: animales, plantas, hongos, cromistas, protozoos, bacterias y arqueas.
Aun así, este sistema no ha sido siempre igual. Ha pasado por muchas modificaciones. Y una de las más importantes revoluciones en la taxonomía se produjo en 1969 cuando Robert Whittaker, célebre ecólogo estadounidense, dijo que los hongos, por sus características, debían formar su propio reino independiente.
Hasta entonces, se pensaba que estos organismos eran plantas. Y, de hecho, tienen algunas características que pueden hacer pensar que se trata de plantas. Aun así, en cuanto analizamos su biología, nos damos cuenta de que el reino fúngico no tiene nada que ver con el vegetal. Y en el artículo de hoy analizaremos las diferencias entre los hongos y las plantas.
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¿Qué es un hongo? ¿Y una planta?
Antes de analizar en profundidad sus diferencias, es importante e interesante definir ambos seres vivos de forma individual. Y es que entendiendo a nivel biológico qué son los hongos y qué son las plantas, las diferencias entre ambos reinos empezarán a quedar muy claras. Vamos allá.
Los hongos: ¿qué son?
Los hongos son organismos eucariotas tanto unicelulares como pluricelulares constituidos siempre por células fúngicas. Desde 1969 constituyen su propio reino (hasta entonces estaban dentro del reino vegetal) y, a día de hoy, hemos identificado un total de 43.000 especies de hongos, aunque su diversidad real se estima en más de 600.000 especies.
Se trata de seres heterótrofos, lo que significa que, como fuente de carbono y energía, requieren de la degradación de materia orgánica. No son capaces de realizar la fotosíntesis. Igual que los animales, los hongos tienen que “comer”, aunque a diferencia de nosotros, ellos realizan una digestión intracelular y suelen ser saprófitos, es decir, utilizan la materia orgánica en descomposición y en condiciones de humedad, por lo que es común (en el caso de las setas) encontrarlos en suelos o sobre madera.
Los hongos aparecieron hace unos 1.300 millones de años a partir de la evolución de unos protozoos parasitarios y se trata del reino más cercano a los animales, cosa que explica que se encuentren a medio camino entre las plantas y estos animales.
Las células fúngicas de los hongos disponen siempre de una pared celular (uno de los principales motivos por los que fueron considerados como integrantes del reino vegetal), aunque mientras que la pared celular vegetal es de celulosa, la de los hongos es de quitina, un tipo de carbohidrato.
Los hongos se reproducen mediante esporas y hay algunas especies que pueden comportarse como patógenos, habiendo hongos que pueden infectar a los humanos. Pero más allá de estas especies patógenas, la diversidad metabólica y ecológica es enorme. Desde mohos hasta levaduras, pasando por setas comestibles, venenosas e incluso alucinógenas, hay formas de vida muy variadas dentro de este reino.
- Para saber más: “Reino Fungi: características, anatomía y fisiología”
Las plantas: ¿qué son?
Las plantas son organismos eucariotas pluricelulares constituidos por células vegetales, las cuales tienen la propiedad casi exclusiva en la naturaleza (compartida con cianobacterias y algas) de realizar la fotosíntesis. Constituyen su propio reino desde la primera concepción de los reinos hecha por Carlos Linneo, naturalista sueco, realizada en 1735. A día de hoy, hemos identificado 215.000 especies de plantas, aunque su diversidad real se estima en 298.000 especies.
Se trata de seres autótrofos, lo que significa que no tienen que consumir materia orgánica para obtener carbono, sino que son capaces de “generar su propia comida”. Las plantas realizan la fotosíntesis (son fotoautótrofas), un proceso bioquímico que les permite obtener energía química a partir de la luz solar, una energía que usarán para sintetizar su propia materia orgánica gracias a la fijación del dióxido de carbono atmosférico. Son los únicos organismos pluricelulares fotosintéticos.
Las plantas están formadas siempre por la unión de millones de células vegetales, las cuales, además de ser autótrofas, disponen de una pared celular de celulosa, que conforma una especie de armadura alrededor de su membrana plasmática.
La presencia de esta pared celular hace que las plantas estén más limitadas en lo que a diversidad morfológica se refiere, pero aun así tenemos especies muy distintas entre ellas. Desde un arbusto hasta una secuoya, el reino vegetal es fascinante.
Todas las células vegetales contienen, en el interior de su citoplasma, además de una gran vacuola (un orgánulo que ayuda a mantener el balance hídrico y a almacenar agua y nutrientes), clorofila, un pigmento presenta en los cloroplastos y que no solo hace posible la fotosíntesis, sino que hace que el color verde predomine en estas especies.
- Para saber más: “Reino vegetal: características, anatomía y fisiología”
¿En qué se diferencian los hongos de las plantas?
Después de analizar individualmente qué son, ha llegado el momento de la verdad: ver exactamente las diferencias entre un hongo y una planta. Seguro que estas diferencias ya han quedado bastante claras, pero aun así hemos preparado una selección de puntos claves para verlo todavía mejor. Empecemos.
1. Las plantas siempre son pluricelulares; los hongos pueden ser también unicelulares
Una de las características más importantes. No hay ni una sola especie de planta unicelular. En cambio, de hongos, si bien sí que hay seres pluricelulares (como las setas), también hay especies en las que el individuo está constituido por una sola célula (como las levaduras).
2. Las plantas son autótrofas; los hongos, heterótrofos
Las plantas son autótrofas, lo que significa que son capaces de sintetizar materia orgánica a partir de moléculas inorgánicas. Es decir, crean su propio alimento. Los hongos, en cambio, son heterótrofos como nosotros, lo que significa que, como fuente de carbono, utilizamos materia orgánica y, como desecho, producimos materia inorgánica. Los hongos son incapaces de crear su propio alimento.
3. Los hongos no pueden realizar la fotosíntesis
Una de las diferencias más importantes. No hay ni una sola especie fúngica capaz de realizar la fotosíntesis. Como hemos dicho, son heterótrofos, así que evidentemente no pueden sintetizar materia orgánica a partir de la energía obtenida de la luz. La fotoautotrofia (o fotosíntesis) solo la pueden realizar los organismos fotosintéticos: plantas, algas y cianobacterias.
4. Los hongos pueden ser patógenos; las plantas, no
A diferencia de los animales pero también de las plantas, algunas especies de hongos han desarrollado la capacidad de infectar a otros seres vivos. Algunos hongos pueden colonizar tejidos y órganos de otros animales (incluidos los humanos) y provocar enfermedades. En el caso de las plantas, no hay ni una sola especie patógena.
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5. La pared celular de las plantas es de celulosa; la de los hongos, de quitina
Tanto plantas como hongos disponen de una estructura que rodea la membrana plasmática y que se conoce como pared celular, un rasgo que hizo que erróneamente se creyera que los hongos eran plantas. Pero hay una diferencia muy importante. Mientras que la pared celular vegetal es de celulosa, la fúngica es de quitina, un tipo de carbohidrato presente en estos hongos y, por ejemplo, en el exoesqueleto de los artrópodos.
6. Los hongos son evolutivamente más antiguos que las plantas
Como hemos dicho, los hongos aparecieron hace unos 1.300 millones de años a partir de la evolución de unos protozoos parasitarios. Las plantas, en cambio, surgieron hace 541 millones de años y proceden de la evolución de las algas acuáticas. Y las plantas vasculares (las más evolucionadas) surgieron hace “solo” 400 millones de años. Los hongos son mucho más antiguos que las plantas.
7. Se han descubierto más especies de plantas
Mientras que se han descubierto 43.000 especies de hongos, de plantas están registradas actualmente 215.000 especies. Por lo tanto, se han identificado más especies vegetales que fúngicas. Aun así, como veremos, parece ser que este no es el reflejo de la realidad.
8. La diversidad real de hongos en la Tierra es mayor que la de las plantas
A pesar de que se han registrado más especies de plantas, se estima que la diversidad real de hongos podría ser mucho mayor. De hecho, mientras que la diversidad total de especies vegetales se estima en 298.000 especies, la de hongos se estima en más de 600.000 especies. Faltan muchas más especies de hongos por descubrir que de plantas.
9. Los hongos son haploides; las plantas, diploides
Mientras que las plantas y los animales son diploides (tienen dos cromosomas de cada), los hongos son haploides. Es decir, mientras que las células vegetales tienen dos pares de cromosomas, las fúngicas solo tienen un cromosoma de cada. Una característica muy importante a nivel genético.
10. Las células vegetales contienen una gran vacuola; las fúngicas, no
Las vacuolas son unos orgánulos celulares que sirven para mantener el balance hídrico y almacenar tanto agua como nutrientes. Las células animales y fúngicas disponen también de vacuolas, pero suelen varias de un tamaño pequeño y dispersas por el citoplasma. Representan una porción pequeña del medio interno celular. En las células vegetales, en cambio, hay una única gran vacuola que ocupa prácticamente todo el citoplasma. A nivel fisiológico, una diferencia muy importante.
