Reino Cromista: características, anatomía y fisiología

Los cromistas son unos organismos unicelulares con muchas especies capaces de realizar la fotosíntesis y con un exoesqueleto que les hace adquirir formas increíblemente variadas.

Reino cromista

Clasificar a las más de 1.200.000 especies de seres vivos que, a día de hoy, hemos identificado, es uno de los mayores logros de la Biología. Y es que a pesar de que la naturaleza no entiende “cajones”, nosotros hemos sido capaces de diseñar un sistema que permita ordenar a todos los organismos en grupos organizados y jerarquizados.

Dominios, reinos, filos, clases, órdenes, familias, géneros y, finalmente, especies. Pero no ha sido (ni sigue siendo) sencillo, pues con el tiempo, nos hemos encontrado con conjuntos de seres vivos que, por sus características, no sabíamos si debían entrar dentro de otro grupo ya establecido o crear el suyo propio.

Uno de estos casos es el de los cromistas, los cuales constituyen uno de los siete reinos de los seres vivos y, pese a ello y a su tremenda importancia en los ecosistemas de la Tierra, son uno de los grandes desconocidos.

El reino cromista incluye especies increíblemente variadas que, a lo largo de la historia, han llegado a considerarse plantas, hongos o protozoos, pero que desde 1998, conforman su propio reino. Pero, ¿qué son exactamente? ¿Por qué tienen que formar un reino separado de los otros? ¿Qué características comparten? ¿Cuál es su metabolismo? ¿Hay especies patógenas? ¿Dónde se encuentran? En el artículo de hoy responderemos a estas y muchas otras preguntas sobre los cromistas.

¿Qué son los cromistas?

Los cromistas son organismos eucariotas unicelulares o unicelulares-coloniales (pueden formar agrupaciones de células, pero no llegan a constituir un organismo pluricelular) con una característica única: disponen, alrededor de la membrana plasmática, de una cubierta rígida que les hace adquirir formas increíblemente variadas que resultan asombrosas bajo el microscopio.

Se trata, pues, de seres vivos unicelulares que disponen de un exoesqueleto, una especie de armadura que les ofrece rigidez y protección. Más allá de esto, la diversidad morfológica, metabólica y fisiológica dentro de este reino es inmensa.

La mayoría de cromistas son organismos fotosintéticos, es decir, disponen, en el interior de sus células, de cloroplastos que les permiten convertir la energía lumínica del Sol en energía química para tener combustible para sus células.

Y los principales representantes de los cromistas fotosintéticos son bien conocidos por todos: las algas. En efecto, las algas son cromistas que pueden vivir de forma individual o bien organizarse para formar colonias que son perfectamente visibles a simple vista, pues pueden adquirir tamaños muy grandes.

Cromista

El hecho de disponer de la fototrofía como ruta metabólica y de una pared celular con celulosa hizo que, durante mucho tiempo, se considerara a estos organismos como integrantes del reino vegetal, es decir, como plantas. Pero el hecho de que fueran unicelulares rompía bastante los esquemas a los biólogos.

Además, había otros cromistas como los oomicetos (parásitos) y los foraminíferos (heterótrofos) que rompían con esta regla y, por lo tanto, eran más similares a los hongos. Estaba claro que algo fallaba. Los cromistas no eran ni plantas, ni hongos ni mucho menos animales.

Pero, entonces, ¿qué eran? No estaba claro. Por ello, en 1969, el ecólogo vegetal estadounidense, Robert Whittaker, propuso la formación de un nuevo reino conocido como Protista. En él, estaban estos cromistas (todavía no se había formulado este nombre) pero también los protozoos. Actualmente sabemos que no tienen nada que ver, pero las semejanzas morfológicas hicieron que formaran un mismo reino.

Y aunque a día de hoy todavía se utiliza este término de protista, lo cierto es que, desde 1998 y con una nueva reestructuración de los reinos, está en desuso. Y es que vieron (y lo acabaron de confirmar con los análisis genéticos) que dentro de los protistas, había dos grupos claramente diferenciados.

Por un lado, los protozoos, que eran algo así como animales unicelulares (muchas especies eran depredadoras de bacterias y algas), sin ninguna cubierta alrededor de su membrana y con especies patógenas para el ser humano (como determinadas amebas o incluso el parásito responsable de la malaria).

Y, por otro lado, los cromistas, que eran un grupo muy diverso con tendencia a la fotoautotrofía (la mayoría no son heterótrofos), con una cubierta rígida alrededor de su membrana y sin especies patógenas para el ser humano, aunque con una tremenda importancia en los ecosistemas.

Y es que las algas y las diatomeas son productores primarios vitales para la Tierra (realizan la fotosíntesis), algunos dinoflagelados producen toxinas responsables de las mareas rojas, son también fuente de nutrientes para muchos organismos marinos y algunos oomicetos son parásitos de plantas.

En resumen, los cromistas constituyen su propio reino desde 1998 y consiste en un grupo de organismos unicelulares o unicelulares-coloniales con tendencia clara a la fotosíntesis (aunque hay especies heterótrofas e incluso parasitarias), que disponen de un exoesqueleto y que no están bien adaptados a la vida en tierra firme, por lo que suelen encontrarse en ecosistemas acuáticos.

Cromista unicelular

Las 15 principales características de los cromistas

Como hemos visto, los cromistas son un grupo de organismos que, pese a compartir características de plantas y hongos, por sus propiedades morfológicas y fisiológicas, no pueden entrar dentro de ninguno de estos reinos. Tienen que constituir el suyo propio. De todos modos, su enorme diversidad hace que sea complicado establecer unas características comunes a todos los cromistas. Pero a continuación lo haremos de la mejor manera posible.

1. Son eucariotas

Los cromistas pertenecen, junto a animales, plantas, hongos y protozoos, al dominio Eukarya. Esto significa que se trata de organismos eucariotas, por lo que sus células disponen de un núcleo delimitado donde almacenar el ADN y de unos orgánulos celulares en el citoplasma que permitan compartimentalizar las rutas metabólicas.

2. Son unicelulares

Absolutamente todos los cromistas son unicelulares. No hay ni una sola especie pluricelular. Es decir, una sola célula ya es capaz de realizar todas las funciones vitales y de equiparse con todas las propiedades morfológicas propias de este grupo. Un individuo, una célula.

3. Pueden formar colonias

A pesar de ser siempre unicelulares, pueden formar colonias. De ahí que las algas tengan tamaños macroscópicos. Y es que distintos cromistas pueden agregarse para formar estructuras visibles a simple vista. Pero como no hay especialización en tejidos, no se trata de un organismo pluricelular. Pese a estar unidas, cada célula “va a la suya”.

4. Suelen ser fotoautótrofos

A diferencia de los protozoos y de, evidentemente, hongos y animales, los cromistas tienen una clara tendencia a la fotoautrofía. Es decir, la mayoría de sus especies (ya hemos dicho que las algas son las que más destacan dentro de este grupo) realizan la fotosíntesis. Sus células disponen de las enzimas y pigmentos necesarios para, por una parte, convertir la energía lumínica en energía química y, por otro lado, consumir este combustible para sintetizar materia orgánica a partir de la captación del dióxido de carbono.

5. Disponen de una cubierta rígida

Una de las principales características de los cromistas ya que es compartida por todos es la presencia de una cubierta rígida, una especie de exoesqueleto que puede adquirir formas y tamaños muy variados que hace que, bajo el microscopio, resulten asombrosos. Esta armadura les ofrece tanto rigidez como protección.

Cubierta rígida

6. Tienen pared celular

Al igual que las plantas (luego veremos por qué), los cromistas disponen de una pared celular por encima de la membrana plasmática (y por debajo del exoesqueleto). Esta pared celular es rica en celulosa y les otorga, además de rigidez, la posibilidad de comunicarse con el exterior.

7. Son importante productores primarios

Las algas y las diatomeas son los cromistas fotosintéticos más abundantes en los ecosistemas acuáticos y, sin duda, unos de los organismos que más contribuyen a la producción primaria, en el sentido que generan materia orgánica, captan el dióxido de carbono de la atmósfera y liberan oxígeno. Por lo tanto, tienen un papel vital en las cadenas tróficas.

8. Pueden provocar las mareas rojas

Los dinoflagelados son un grupo de cromistas que cuenta con algunas especies productoras de toxinas. Bajo condiciones muy concretas de movilidad del agua, temperatura, salinidad (hay especies marinas y otras de agua dulce), falta de depredadores, etc, pueden crecer descontroladamente y provocar floraciones o blooms.

Esto provoca que el agua adquiera coloraciones (generalmente rojas, de ahí el nombre) y que las toxinas causen la muerte tanto de peces como de especies vegetales. Evidentemente, esto tiene un grave impacto en el ecosistema.

Marea roja

9. Necesitan humedad

Los cromistas aparecieron en un momento de la historia de la Tierra en el que la vida todavía estaba ligada a los ecosistemas acuáticos. Por ello, la inmensa mayoría de los cromistas se encuentran en los mares (son la parte principal del plancton) y sistemas de agua dulce. Pueden encontrarse en tierra firme, pero es poco común y siempre en suelos con mucha humedad.

10. Disponen de sistemas de movilidad

Una característica común en todos los cromistas es la presencia de sistemas de movimiento activo. La mayoría de cromistas (algas incluidas) tienen flagelos o cilios que se prolongan a través del exoesqueleto y que les permiten moverse, aunque están muy limitados por las corrientes de agua.

11. Aparecieron hace unos 1.700 millones de años

Los cromistas fueron el segundo reino de eucariotas en aparecer, después de los protozoos, que surgieron hace 2.500 millones de años. De hecho, los cromistas nacieron de la endosimbiosis entre un protozoo (de ahí su semejanza morfológica) y una cianobacteria (de ahí la capacidad fotosintética). Se estima que los primeros cromistas fueron algas verdes y rojas que surgieron hace entre 1.700 y 1.500 millones de años.

12. Permitieron el surgimiento de las plantas

Como hemos comentado, la presencia de una pared celular de celulosa similar a la del reino vegetal tiene todo el sentido del mundo. Y es que las plantas proceden de los cromistas. De hecho, las plantas surgieron hace 540 millones de años a partir de la evolución de las algas que vivían en las orillas de los lagos. Por lo tanto, la pared celular del reino vegetal es una característica heredada de los antepasados cromistas.

13. No hay especies patógenas para el ser humano

No hay ninguna especie de cromista patógena para el ser humano, pues ya hemos dicho que no están adaptadas a la tierra firme. En este sentido, sí que hay cromistas patógenos para animales marinos e incluso para plantas, pero no para nosotros.

14. Pueden reproducirse de forma sexual o asexual

La reproducción es muy diversa entre los cromistas. La mayoría optan por la reproducción asexual, que permite generar muchos invididuos (de ahí los blooms que comentábamos), aunque algunas especies de cromistas, además de esta vía asexual, pueden optar por la reproducción sexual, generando gametos.

15. Hemos identificado 180.000 especies

Hemos identificado 180.000 especies de cromistas, aunque se cree que la diversidad real podría ser mucho mayor. De hecho, se estima que podría haber más especies de cromistas que de plantas (la diversidad se estima en 298.000 especies) y hongos (podrían haber más de 600.000). Sea como sea, lo que está claro es que en términos de abundancia, hay muchos más cromistas en la Tierra que todos los animales y plantas juntos.

Alga
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