Los 10 hongos más letales del mundo

Los hongos no siempre se comportan como patógenos, pero algunas especies sí que pueden ser letales, tanto por micosis subcutáneas como por ingesta de micotoxinas sintetizadas por setas venenosas.

Hongos más letales

Se estima que la especie humana comparte la Tierra con más de mil millones de especies de seres vivos distintas pertenecientes a los siete reinos: animales, plantas, hongos, protozoos, cromistas, bacterias y arqueas. Y de estas, las bacterias, los hongos y los virus (aunque no sean seres vivos como tal), son los que tienen peor fama.

Y es que estos tres grupos son célebres por su capacidad de comportarse como patógenos y hacernos enfermar. Y aunque es normal pensar esto, de todas las especies bacterianas, fúngicas y víricas, solo unas 500 son capaces de colonizar el cuerpo humano. Y de estas, “solo” 50 son realmente peligrosas.

Y a pesar de que son las bacterias y los virus los más reconocidos causantes de enfermedades letales, los hongos disponen de algunas especies tremendamente peligrosas. Y de las más de 600.000 especies fúngicas que podrían existir, algunas pueden causarnos la muerte en caso de infectarnos.

En el artículo de hoy, pues, veremos los hongos más letales del mundo, inspeccionando tanto aquellas patologías infecciosas causadas por especies fúngicas microscópicas como los envenenamientos provocados por las famosas setas tóxicas. Vamos allá.

¿Qué son las micosis y las micotoxinas?

El reino de los hongos está formado por más de 600.000 especies y es, seguramente, el más diverso de todos. Y es que, sin ir más lejos, es el único reino con especies tanto unicelulares (un individuo, una célula) como pluricelulares (el individuo es resultado de la unión de millones de células especializadas en tejidos).

Paralelamente, la diversidad ecológica de los hongos es enorme. La mayoría de ellos son saprófitos, lo que significa que su estilo de vida consiste en descomponer materia órganica para obtener así energía. Pero hay algunas especies unicelulares que se han adaptado a la vida patógena, es decir, colonizando los órganos y tejidos de otros seres vivos. Ser humano incluido.

Este proceso de infección fúngica se conoce como micosis, que es una enfermedad que aparece tras la colonización de alguna región de nuestro cuerpo por parte de un hongo patógeno. Cabe destacar que suelen ser patologías leves, como los pies de atleta, por ejemplo. Las formas graves y letales son muy raras, solo suelen afectar a personas inmunodeprimidas y pueden tratarse con antifúngicos. De ahí que, a diferencia de las enfermedades bacterianas y víricas, sean menos relevantes a nivel de salud pública.

Y otra cosa totalmente distinta es la que se refiere a la ingestión de setas tóxicas, aquellos hongos pluricelulares que, si bien no son patógenos ya que crecen sobre la materia orgánica en descomposición (jamás van a infectar nuestro cuerpo), para protegerse de la depredación, producen micotoxinas, unas sustancias químicas venenosas que, en caso de ingerirlas, sí que son realmente peligrosas.

En resumen, en lo que a hongos letales se refiere, tenemos, por un lado, patógenos microscópicos que pueden colonizar nuestros órganos y tejidos y hacer que desarrollemos una micosis y, por otro lado, setas no patógenas pero productoras de unas micotoxinas que pueden provocar envenenamientos potencialmente mortales.

¿Cuáles son las especies fúngicas más peligrosas?

Una vez nos hemos puesto en contexto y hemos entendido de qué dos formas distintas pueden causarnos problemas los hongos, es el momento de entrar ya en la cuestión que nos ha reunido. Veamos, pues, cuáles son las especies de hongos más letales. Analizaremos tanto las responsables de micosis como las responsables de intoxicaciones. Vamos allá.

1. Pseudallescheria boydii

La mayoría de micosis, es decir, de infecciones fúngicas, son superficiales, lo que significa que el hongo patógeno en cuestión crece sobre la epidermis, que es la capa más externa de la piel, donde se alimenta de la queratina de la misma. Estas micosis cutáneas, más allá de problemas de picor y enrojecimiento, no suelen ser graves.

El problema viene cuando los hongos patógenos no colonizan la epidermis, sino la dermis, que es la capa media de la piel. Por la localización del hongo, estas micosis subcutáneas son mucho más graves (pero también más raras, siendo prácticamente exclusivas de países tropicales y subtropicales) y, en ocasiones, pueden poner en peligro la vida. Y los primeros cinco patógenos fúngicos que veremos son estos que provocan micosis subcutáneas.

Empezamos con Pseudallescheria boydii, un hongo responsable del conocido micetoma, una enfermedad fúngica (puede estar causada por unas 20 especies fúngicas distintas, pero nos hemos quedado con este representante, que es el más relevante) en la que este hongo coloniza la dermis cutánea (especialmente en extremidades), provocando el surgimiento de regiones de piel muerta (está matando a las células epiteliales) y de granos supurativos cargados de pus debido a la reacción inmune.

Pseudallescheria boydii provoca una patología que, además de ser muy infecciosa, provoca unas deformidades que, en etapas avanzadas de progreso del hongo, pueden llegar a ser muy graves e incluso fatales. El principal problema es que los antifúngicos no suelen funcionar, por lo que el tratamiento es posible que deba basarse en una cirugía, una terapia que intenta evitar que el hongo llegue al hueso o que viaje a través del sistema linfático a órganos vitales.

Micetoma
"Pseudallescheria boydii" provoca deformidades de este calibre.

2. Sporothrix schenckii

Sporothrix schenckii es un hongo responsable de la conocida como esporotricosis, una micosis subcutánea que, de no ser tratada, puede poner en serio riesgo la vida de la persona. Se trata de un hongo que puede vivir en prácticamente cualquier lugar del mundo, siempre que tenga temperaturas por debajo de los 25 °C.

Es capaz de infectar el cuerpo humano si sus esporas entran a través de heridas, empezando a desarrollarse en la dermis, generalmente en extremidades. Una vez ahí, empieza la sintomatología. El hongo crece y provoca la aparición de pústulas en distintas partes del organismo.

Además de tener un enorme impacto en la calidad de vida, el verdadero problema viene dado porque el hongo es capaz de pasar a la sangre y viajar a través del torrente sanguíneo hasta llegar a órganos vitales, como por ejemplo los pulmones. Si consigue hacerlo, la vida de la persona está en peligro y hay que tratar inmediatamente la infección con antifúngicos.

3. Fonsecaea pedrosoi

Fonsecaea pedrosoi es un hongo responsable de la conocida como cromoblastomicosis, una enfermedad fúngica subcutánea, como las dos anteriores. Se trata de un hongo que suele vivir en regiones áridas, pues su hábitat es generalmente la superficie de plantas cactáceas, conocidas en conjunto como cactus.

Aun así, en caso de que a través de una herida (que puede ser directamente con el cactus) entre a nuestra piel, se inicia el desarrollo de una micosis que cursa con deformaciones cutáneas horribles. Fonsecaea pedrosoi coloniza la capa media de la piel de las extremidades inferiores y empieza a crecer hasta que surgen unos crecimientos similares a tumores.

Paralelamente, se observan regiones de piel que parecen de tejido muerto. Tanto los tumores como las zonas de aparente necrosis son horribles y, además, suelen abarcar mucha extensión cutánea. Para evitar que la vida de la persona corra peligro, hay que iniciar el tratamiento, el cual suele requerir de cirugía (los antifúngicos no son suficientes) y, de todos modos, la piel nunca vuelve a estar igual.

4. Basidiobolus ranarum

Basidiobolus ranarum es un hongo que suele crecer de forma saprófita en el interior de los intestinos de animales vertebrados de sangre fría (forma parte de su microbiota) o en la superficie de frutas y tierra (materia orgánica) en descomposición. El problema es que puede comportarse como patógeno.

En caso de que pueda colonizar la piel, puede causar la conocida como basidiobolomicosis, una patología infecciosa muy rara que afecta a países de Asia, África y América del Sur. La enfermedad consiste en la aprición de deformidades en extremidades y rostros que pueden llegar a ser graves.

Cabe destacar también que este hongo tiene la particularidad de que puede contagiarse por el consumo de alimentos contaminados con esporas de esta especie fúngica. En este caso, las esporas viajan hasta los intestinos y crecen ahí (están adaptadas a hacerlo, como hemos visto), provocando una patología gastrointestinal peligrosa que requiere de tratamiento inmediato.

5. Conidiobolus coronatus

Conidiobolus coronatus es un hongo saprofítico que, en determinadas ocasiones, puede infectar al ser humano. De hecho, es tan poco común, que el primer caso de infección se produjo en Jamaica en 1965.

Aun así, se trata de un hongo que, en caso de que infecte nuestra dermis, puede causar una patología potencialmente grave conocida como conidiobolomicosis. Conidiobolus coronatus suele infectar la dermis de la cara, provocando la aparición en ella de deformidades especialmente horribles en la zona de la nariz y de los labios.

A diferencia de las anteriores micosis subcutáneas, que las zonas donde crecía el hongo se percibían como regiones de necrosis (de tejido muerto), en este caso, se perciben como edemas, pues el hongo provoca la acumulación de líquido en la piel. Debe tratarse rápidamente para evitar complicaciones peligrosas.

6. Aspergillus fumigatus

Aspergillus fumigatus es, seguramente, el hongo micótico más famoso, pues es conocido por provocar infecciones fúngicas en pacientes inmunodeprimidos. Esta patología se conoce como aspergilosis y, a diferencia de las anteriores, no se basa en una colonización de la piel, sino de los pulmones.

Esta patología aparece cuando Aspergillus fumigatus entra por nuestro aparato respiratorio ya que hemos inhalado sus esporas y estas llegan a los pulmones, donde “germinan” y los hongos empiezan a colonizar el tejido pulmonar.

Es importante dejar claro que es un hongo que se encuentra de forma natural en el ambiente, incluso en el interior de nuestras casas. Lo que sucede es que el sistema inmune es capaz de neutralizar estas esporas para evitar que nos hagan enfermar. De ahí que el hongo solo pueda infectar a personas inmunodeprimidas o con graves patologías respiratorias previas. En la población sana es increíblemente raro que pueda causar esta aspergilosis.

Sea como sea, cuando el hongo crece en los pulmones, provoca una neumonía fúngica que se manifiesta con falta de aire, expulsión de esputo con sangre, tos, pérdida de peso, fiebre elevada y que pone en peligro la vida, por lo que el tratamiento con antifúngicos debe iniciarse inmediatamente.

Aspergillus fumigatus

7. Amanita phalloides

Dejamos el mundo de las micosis y nos centramos, a partir de ahora y hasta el final, en las setas venenosas. Es decir, ahora ya no veremos patógenos fúngicos como tal, sino hongos pluricelulares (setas) que, pese a no infectar nuestro cuerpo, producen unas micotoxinas para protegerse de la depredación que, en caso de ingerirlas, pueden causar la muerte.

Empezamos con Amanita phalloides, también conocida como oronja verde. Se trata de la seta más venenosa del mundo y es responsable, además, del 90% de intoxicaciones fúngicas, pues es muy fácil confundirla con algunas especies de champiñones.

Sus micotoxinas (sustancias químicas sintetizadas por las setas venenosas para evitar ser comidas por animales) son tan potentes que no se eliminan con la cocción y son suficientes apenas 30 gramos de Amanita phalloides para provocar, debido al daño hepático y renal que causan, la muerte de una persona adulta.

8. Amanita muscaria

Amanita muscaria es la seta tóxica más famosa, pues tiene un aspecto muy característico que hace que todo el mundo la conozca y que ya da señales de que, en efecto, es muy venenosa. Sus micotoxinas tienen un efecto neurotóxico (afecta al sistema nervioso) y gastrointestinal muy potente. En determinadas personas, su ingesta puede inducir al coma.

Amanita muscaria hongo

9. Cortinarius orellanus

Cortinarius orellanus, más conocido como cortinario de montaña, es una seta venenosa responsable de una gran parte de las intoxicaciones fúngicas. Su ingesta provoca la aparición rápida de síntomas tales como náuseas, vómitos y diarrea.

Pero el problema viene dado porque, aproximadamente 15 días después de su consumo, empiezan a aparecer dolores de cabeza muy intensos, pérdida de peso, dolores musculares muy fuertes y, finalmente y debido a una súbita insuficiencia renal, la muerte.

10. Lepiota brunneoincarnata

Lepiota brunneoincarnata es una seta venenosa cuyo nombre común, lepiota mortal, ya lo dice absolutamente todo. Y es que la ingesta de esta seta suele provocar, debido a sus potentes micotoxinas, la muerte por fallo hepático. De forma súbita, el hígado deja de funcionar, algo que tiene consecuencias devastadoras a nivel sistémico.

Comparte:
¿Te ha gustado?
MédicoPlus Logo
MédicoPlus te acerca al mundo de la medicina. Rigor científico y médico en cada artículo. Contacta con tu médico y mejora tu salud en tu portal especializado de confianza.
  • Estilonext
  • azsalud

Suscríbete a
nuestra newsletter

Cada semana te enviamos tips de salud,
nutrición, noticias y más.

Puedes darte de baja cuando quieras.

© Copyright 2024 MédicoPlus. Todos los derechos reservados.Aviso legal,política de privacidad,cookies