Los 16 tipos de hongos (y sus características)

Los hongos constituyen un reino de seres vivos formado por más de 600.000 especies distintas. Veamos cómo se clasifican estas formas de vida de acuerdo a diferentes parámetros.

Tipos hongos

La diversidad dentro del reino fúngico, aquel formado por los hongos, es enorme. Seguramente, estamos ante el reino de seres vivos más diverso que existe. Y es que desde las levaduras que nos permiten obtener la cerveza hasta las setas que utilizamos en los guisos, pasando por los hongos que nos provocan los pies de atleta o las especies alucinógenas, la variedad de morfologías, fisiologías y ecologías que pueden adoptar es inmensa.

Los hongos son seres vivos que, de algún modo, están a medio camino entre las plantas y los animales. Comparten características de ambos pero, por sus particularidades, no pueden considerarse como ninguno de ellos. Es por este motivo que los hongos conforman, por sí mismos, uno de los siete reinos de la vida.

Desde su catalogación en 1963 como reino propio, hemos descubierto un total de 43.000 especies fúngicas, aunque su diversidad total se estima en más de 600.000 especies de hongos. Y, dada su increíble variedad, ha sido necesario clasificar a los hongos de acuerdo a distintos parámetros.

En el artículo de hoy, pues, además de entender exactamente qué es un hongo, veremos cómo se clasifican, analizando los distintos tipos de especies fúngicas en función de la constitución celular, de su morfología, de su ecología y de su relación con el ser humano. Vamos allá.

¿Qué es un hongo?

Los hongos son organismos eucariotas que pueden ser tanto unicelulares como pluricelulares que tienen, en las células fúngicas, el pilar de su existencia. Estas células fúngicas son únicas en la naturaleza, en el sentido que son distintas a las células animales, vegetales, bacterianas, etc.

Pero, ¿cuáles son sus particularidades? Las células fúngicas tienen una pared celular, una estructura que recubre su membrana plasmática con el objetivo de dar rigidez, permitir la formación de tejidos complejos, regular la comunicación con el exterior y otorgar integridad a la célula.

Esta pared celular es similar a la de las células vegetales, motivo por el que durante mucho tiempo (hasta 1963) fueron considerados plantas. Pero esto se vino abajo cuando descubrimos no solo que esta pared celular está formada por quitina (un carbohidrato presente tanto en los hongos como en el esqueleto de los animales artrópodos) y no por celulosa (como las plantas), sino que son incapaces de realizar la fotosíntesis.

Ninguna especie de hongo puede hacer la fotosíntesis. En este sentido, se alimentan mediante un metabolismo “similar” al animal, basado en la heterotrofia. Es decir, los hongos degradan materia orgánica para obtener energía. Como nosotros. Lo que pasa es que su “digestión” (entendida como el proceso de descomponer las moléculas complejas en otras de más sencillas) es extracelular, mientras que la de los animales es intracelular.

El hecho de que se alimenten por heterotrofia pero con digestión extracelular, junto a que se reproduzcan mediante esporas, que haya formas de vida unicelulares y que algunas especies pueden ser patógenas, hizo que tampoco pudieran ser considerados animales.

Hongo qué es

Por lo tanto, estaba claro que los hongos no eran ni animales ni plantas, y mucho menos bacterias. Tuvieron que formar, pues, su propio dominio. Y hoy en día (desde la última reformulación en 2015), la clasificación en reinos queda de la siguiente manera: animales, plantas, hongos, protozoos (como las amebas), cromistas (como las algas), bacterias y arqueas.

En resumen, los hongos son organismos eucariotas unicelulares o pluricelulares constituidos por células fúngicas que aparecieron hace unos 1.300 millones de años a partir de la evolución de los protozoos y que son heterótrofos (nunca realizan la fotosíntesis), tienen una pared celular de quitina, no disponen de sistemas de movilidad activa y que se reproducen mediante la producción y liberación de esporas. Esto es, en esencia, un hongo. Pero la diversidad es tan enorme que clasificarlos ha sido, desde el inicio, una necesidad.

¿Cómo se clasifican los hongos?

Si bien es cierto que todas y cada una de las más de 600.000 especies fúngicas que pueden habitar la Tierra comparten las características comunes anteriormente analizadas, la diversidad morfológica, ecológica y fisiológica que pueden adoptar los hongos es inmensa.

Por ello, ha sido necesario clasificar a los hongos en distintos tipos de acuerdo a parámetros concretos. Después de analizar la bibliografía especializada en ello, hemos visto que los parámetros más frecuentemente usados para dividirlos son los siguientes: en función del número de células, en función de su morfología, en función de su ecología y en función de su relación con el ser humano. A continuación los analizaremos uno por uno.

1. Según su número de células

El fúngico es el único de los reinos con especies tanto unicelulares como pluricelulares. Es decir, mientras que todos los animales y todas las plantas son pluricelulares y todos los protozoos, todos los cromistas, todas las bacterias y todas las arqueas son unicelulares, de hongos podemos encontrar de los dos tipos. Por ello, la primera clasificación es la siguiente.

1.1. Hongos unicelulares

Los hongos unicelulares son aquellos en los que el individuo fúngico está formado por una única célula. Esta célula es capaz de desarrollar todas las funciones vitales, por lo que a pesar de que pueden formar colonias entre varios organismos, esta célula mantiene su individualidad. Son, evidentemente, microscópicos y tenemos, por ejemplo, las levaduras. Estas tienen un tamaño promedio de 10 micrómetros, por lo que son más grandes que las bacterias. Escherichia coli, la bacteria más famosa, mide 2 micrómetros.

Hongo unicelular

1.2. Hongos pluricelulares

Los hongos pluricelulares son organismos fúngicos formados por la unión de millones de células. Estas células fúngicas se especializan en tejidos, por lo que no desempeñan por sí solas todas las funciones, sino que la vida del individuo multicelular es posible gracias a la coordinación de todas las células que lo conforman. Aquí ya tenemos a los hongos macroscópicos, como por ejemplo las setas.

2. Según su morfología

Seguramente, el parámetro más controvertido, pues es difícil clasificar la ingente diversidad anatómica de los hongos en grupos claramente diferenciados. Teniendo en cuenta esto, estos son los principales tipos de organismos fúngicos dependiendo de su morfología.

2.1. Mohos

Los mohos son un grupo muy diverso de hongos que mantienen la particularidad de ser individuos pluricelulares que crecen formando filamentos en distintas superficies. Su grado de complejidad morfológica es bajo, pues no hay una clara diferenciación en tejidos, sino simplemente filamentos formados por varias células fúngicas unidas. Los mohos crecen en regiones cálidas y húmedas, desarrollándose encima de productos de los que puedan extraer materia orgánica, como panes, frutas, verduras, excrementos, quesos, paredes...

Moho

2.2. Levaduras

Las levaduras son, de nuevo, un grupo muy diverso de hongos que mantienen la particularidad de, a nivel morfológico, ser unicelulares. Por lo tanto, las levaduras son hongos que no pueden crecer formando hifas o filamentos (como el moho), sino que estas células fúngicas mantienen su individualidad, no crecen de forma colonial. Estas levaduras, además, descomponen la materia orgánica mediante un proceso de fermentación, del cual nos aprovechamos a nivel industrial para producir, por ejemplo, cervezas y panes.

2.3. Setas

Las setas son un grupo muy diverso de basidiomicetos, un filo de hongos con más de 25.000 especies que conforman lo que tradicionalmente conocemos como “seta”. Estas setas son hongos pluricelulares macroscópicos que, a diferencia de los mohos, tienen la capacidad de desarrollarse con tejidos claramente diferenciados (no solo filamentos), lo que hace que adquieran morfologías muy variadas. Desde trufas blancas con un coste de 5.000 dólares el kg hasta especies alucinógenas, la diversidad de setas es enorme.

3. Según su ecología

El tercer parámetro se realiza de acuerdo a su ecología, es decir, a cómo interacciona con otros organismos con los que comparte hábitat y de qué forma es capaz de obtener la energía y materia que necesita para crecer, desarrollarse y reproducirse. Estos son los principales tipos de acuerdo a ello.

3.1. Hongos saprófitos

Los hongos saprófitos son todos aquellos que obtienen la materia orgánica (recordemos que todos son heterótrofos) de otra materia orgánica en descomposición. Es decir, crecen sobre materia orgánica como por ejemplo madera o suelo y obtienen la energía y materia que necesitan de la descomposición metabólica de la misma. Por lo tanto, no interactúan con otros seres vivos (al menos, no de forma directa), pues se aprovechan de aquello que ya está muerto.

3.2. Hongos simbiontes

Los hongos simbiontes son aquellos que establecen relaciones mutualistas con otros seres vivos. Es decir, se relacionan con otros animales y plantas para que, fruto de esta relación, ambas partes reciban un beneficio. Un ejemplo es el de las micorrizas, una relación simbiótica entre distintas especies de hongos y las raíces de las plantas que está presente en el 97% de especies vegetales. El hongo le facilita a la planta la obtención de minerales y agua y la planta, por su parte, lo recompensa dándole hidratos de carbono y vitaminas.

Micorrizas

3.3. Hongos parásitos

Los hongos parásitos son aquellos que se comportan como patógenos de animales o plantas. Estos hongos establecen relaciones con otros seres vivos, pero lejos de buscar el beneficio de ambas partes, el hongo daña a la especie a la que ha parasitado para obtener un beneficio, aunque eso implique problemas de salud (e incluso la muerte) del organismo infectado.

4. Según su relación con el ser humano

Llegamos al final de nuestro camino y, por último, vamos a ver cómo se clasifican los hongos en función de cómo se relacionan con el ser humano. Hay que tener en cuenta que muchas especies no se relacionan con nosotros de ninguna manera, pero las que sí lo hacen pueden hacerlo de la siguiente manera.

4.1. Hongos comestibles

Los hongos comestibles (aunque mejor hablar directamente de setas) son aquelllos que tienen interés gastronómico. El consumo de los mismos no solo no afecta a nuestra salud, sino que aportan interesantes valores organolépticos de sabor y aroma. La FAO reconoce un total de 1.000 especies de setas comestibles cuyos cuerpos fructíferos esconden sabores y texturas que no pueden encontrarse en ningún otro producto de la naturaleza.

Hongos comestibles

4.2. Hongos ornamentales

Los hongos ornamentales son aquellos cuyo interés humano radica en la belleza de sus cuerpos fructíferos. Son setas que no se comen pero que sí que pueden servir como decoración. Es cierto que no es frecuente, pero sí que lo es en determinados rituales de ofrendas en México.

4.3. Hongos medicinales

Los hongos medicinales son aquellos que sintetizan productos metabólicos interesantes en el mundo de la clínica. Determinadas especies unicelulares de hongos, para protegerse del ataque de bacterias en el mundo natural, sintetizan sustancias que inhiben su crecimiento e incluso que las matan. Y los humanos, evidentemente, hemos sacado provecho de ello. En efecto, los antibióticos se obtienen de los productos metabólicos de los hongos.

4.4. Hongos parásitos

Los hongos parásitos son aquellos capaces de colonizar algún órgano o tejido de nuestro cuerpo y de hacernos enfermar. La candidiasis oral, los pies de atleta, la dermatofitosis, la pitiriasis versicolor… Hay muchas enfermedades fúngicas, aunque hay que tener en cuenta que disponemos de fármacos antifúngicos para tratarlas, que la mayoría de ellas no son graves (claro que hay excepciones) y que solo el 0,1% de las especies de hongos son capaces de infectar nuestro organismo.

4.5. Hongos contaminantes

Los hongos contaminantes son aquellos que, si bien no se comportan como patógenos ya que no pueden colonizar nuestro cuerpo, pueden crecer en lugares que forman parte de nuestro ecosistema. Es decir, son hongos que pueden pudrir la madera de nuestro hogar o crecer en las frutas de nuestra cocina. No nos harán daño directamente, pero sí que pueden causar desperfectos.

4.6. Hongos alucinógenos

Las setas alucinógenas, también conocidas como psicoactivas, son hongos que sintetizan una sustancia química conocida como psilocibina, la cual, tras ser ingerida, tiene efectos a nivel neurológico que provocan alucinaciones más o menos intensas. La venta es ilegal en prácticamente todos los países, pero tradicionalmente se han usado con fines recreativos.

Hongos alucinógenos

4.7. Hongos tóxicos

Las setas tóxicas o venenosas son aquellos hongos que sintetizan unas sustancias químicas conocidas como micotoxinas, unas moléculas que, tras ser ingeridas, provocan unos daños sistémicos que, en ocasiones, pueden provocar la muerte. Amanita phalloides, conocida como oronja verde, es la seta más venenosa del mundo. Sus micotoxinas no se eliminan con la cocción y basta con 30 gramos de seta para provocar la muerte con total seguridad debido al daño hepático (en el hígado) y renal (en los riñones)

4.8. Hongos industriales

Los hongos industriales son aquellos utilizados en la industria, especialmente en la alimentaria, donde su capacidad de fermentación es muy preciada para elaborar productos como, por ejemplo, la cerveza, el pan y el vino, donde usamos a Saccharomyces cerevisiae, una especie de levadura.

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