Espacio intergaláctico: ¿qué hay entre galaxias?

El espacio intergaláctico es el espacio físico que se encuentra entre galaxias separadas por millones de años luz. Y aunque parezca vacío, lo cierto es que alberga algunos asombrosos (y oscuros) secretos.

Espacio intergaláctico qué hay entre galaxias

La Vía Láctea es nuestro hogar en el Universo. Es nuestra galaxia. Es la galaxia cuyo centro es orbitado por nuestro Sol y por las entre 100.000 y 400.000 millones de estrellas con las que comparte órbita. Todos los planetas y estrellas que conocemos están contenidos en esta nuestra galaxia.

Pero, ¿es la única galaxia del Universo? No. Por supuesto que no. Hasta hace poco se estimaba que el Universo podía contener hasta 2 millones de millones de galaxias y, aunque recientemente, en 2021, esta estimación se haya reducido a unos cuantos cientos de miles de millones, la cifra de galaxias en el Universo sigue siendo inmensa.

Pero es que el Cosmos es también inmenso. El Universo observable tiene un diámetro de 93.000 millones de años luz, una extensión totalmente inimaginable. El Universo es tan vasto que las galaxias, pese a su cantidad, están muy alejadas entre ellas. Y este espacio entre galaxias se conoce como espacio intergaláctico.

Pero, ¿qué hay exactamente en este espacio intergaláctico? ¿El espacio entre galaxias es el puro vacío? ¿Qué distancias tiene? ¿Por qué las galaxias se separan entre ellas? Prepárate para que te estalle la cabeza, porque hoy saldremos de nuestra Vía Láctea y nos sumergiremos en los asombrosos (y muy oscuros) secretos del espacio intergaláctico.

¿Qué es el espacio intergaláctico?

El espacio intergaláctico es un concepto astronómico que hace referencia al espacio físico que separa a las galaxias. Es el medio aparentemente vacío que inunda el inmenso espacio existente entre galaxias. Es también lo más cerca que puede estarse del vacío absoluto, pero, pese a estar cerca, sigue estando, como veremos, muy lejos.

Pero pongámonos en contexto. Y para ello, debemos comprender primero qué es una galaxia. Las galaxias son sistemas cósmicos en los que miles de millones de objetos celestes (estrellas, planetas, asteroides, satélites, agujeros negros, etc) se mantienen unidos por acción de la fuerza de la gravedad.

De hecho, toda la materia de la galaxia mantiene su cohesión gracias a la existencia, en el centro de masas, de un agujero negro hipermasivo con una atracción gravitatoria tan inmensa que atrapa en su órbita a todas las estrellas de la galaxia (y, de paso, a los objetos astronómicos que orbitan dichas estrellas).

Sin ir más lejos, nuestro Sol y las hasta 400.000 millones de estrellas de la Vía Láctea giran alrededor de Sagitario A, un agujero negro hipermasivo con 44 millones de km de diámetro y una masa equivalente a 4.300.000 Soles que, gracias a su poder de atracción, permite que el Sol, pese a estar a 25.000 años luz de distancia del centro de la Vía Láctea, gire a su alrededor a 252 km/s, completando una órbita cada 200 millones de años.

Pero lo importante de todo esto es que debemos concebir las galaxias como regiones de unión de la materia del Universo. Los cuerpos celestes son los componentes del Universo. Y todos ellos se encuentran agregados en núcleos más o menos definidos de materia que son estas galaxias. Estos monstruos galácticos tienen diámetros que oscilan entre los 3.000 y los 300.000 años luz (la Vía Láctea tiene un diámetro de 52.850 años luz), aunque hay algunas que superan, por mucho, estas cifras. La galaxia IC 1101 es la más grande del Universo, con un asombroso diámetro de 6.000.000 de años luz.

Pero entonces, si toda la materia se encuentra dentro de las galaxias, ¿qué hay entre ellas? ¿Qué hay en el espacio intergaláctico? Las distancias que separan a las galaxias son inmensas. Muchísimo más que cualquier galaxia. De hecho, si pudiéramos ver el Universo en su plenitud, las galaxias serían pequeñas islas dentro de un océano de vacío.

Sin ir más lejos, nuestra Vía Láctea está separada por una distancia de 2,5 millones de años luz de Andrómeda, la galaxia más cercana a nosotros. Un año luz equivale 9.460.730.472.580 km, que es la distancia que la luz, a 300.000 km/s, recorre en un año. Si multiplicar esto por los 52.850 años luz que mide de punta a punta a nuestra galaxia ya es de locos, imagina multiplicarlo por los 2.500.000 años luz que nos separan de Andrómeda. Así de inmenso, sobrecogedor y aterrador es el espacio intergaláctico.

El espacio intergaláctico es lo más cerca que existe del vacío absoluto, pero sigue sin estarlo del todo. Y aunque en el vacío no tenga sentido hablar de temperatura, la temperatura de este vacío intergaláctico es de unos -270,42 °C, apenas tres grados por encima del cero absoluto. El espacio intergaláctico es lo más oscuro, frío, solitario y vacío que puede existir en el Universo. Pero, ¿qué hay exactamente en este espacio entre galaxias?

Vía Láctea Andrómeda

Medio intergaláctico, estrellas errantes y planetas hiperveloces: ¿qué hay entre las galaxias?

Después de entender qué es el espacio intergaláctico y de poner en perspectiva (dentro de las capacidades de nuestra mente humana) la inmensidad del espacio entre galaxias, llega el momento de responder a la gran pregunta: ¿qué hay entre galaxias?

Y antes de seguir, una afirmación que seguramente vuele tu cabeza: a pesar de ser prácticamente vacío, el espacio intergaláctico contiene, en conjunto, más materia que todas las galaxias del Universo juntas. ¿Cómo es posible esto? Pues porque a pesar de que la densidad de materia sea ínfima, la extensión global del “vacío” (que ya vemos que no es tan vacío) es tan inmensa, que el total de materia es también inmenso.

De hecho, se estima que la suma de toda la materia presente en el espacio intergaláctico supondría hasta el 80% de la materia bariónica del Universo, que es la materia ordinaria, aquella con la que podemos interactuar (luego está la materia oscura y otras locuras en las que hoy no entraremos).

Pero, ¿cómo de poco denso estamos hablando que es? La densidad de materia disminuye a medida que más nos alejamos de las galaxias. En los puntos de menor densidad estamos hablando de 1 átomo de hidrógeno por metro cúbico. Y para darte cuenta de la baja densidad, piensa que en un metro cúbico de aire que respiras, hay 5 x 10^22 átomos de hidrógeno. Es decir, mientras que en un metro cúbico del aire atmosférico hay 50.000 trillones de átomos de hidrógeno, en un metro cúbico del punto más vacío del espacio intergaláctico hay 1 átomo. O incluso menos. Increíble.

Pero las cosas asombrosas no terminan aquí. Y es que dentro de este prácticamente “vacío”, hay cosas. Y es aquí cuando debemos hablar de tres conceptos fascinantes: el medio intergaláctico, las estrellas errantes y los planetas hiperveloces. Prepárate, porque vienen curvas.

1. El medio intergaláctico

El medio intergaláctico, o IGM por sus siglas en inglés (Intergalactic Medium), es un plasma ionizado que forma una estructura cósmica filamentosa entre las galaxias. Los astrónomos consideran que el medio intergaláctico es materia que une las galaxias entre ellas a través de filamentos de materia con una densidad entre 10 y 100 veces mayor que la media del espacio intergaláctico más vacío.

Este medio intergaláctico sería principalmente hidrógeno gas ionizado y a alta temperatura, con “trazas” de otros elementos más pesado como el carbono, el oxígeno o el silicio. Se cree que el hidrógeno que forma estos filamentos ionizados de plasma procede del propio Big Bang, mientras que los elementos más pesados habrían sido expulsados de las galaxias a través de las nebulosas.

Sea como sea, estos filamentos de plasma cósmico no pueden verse directamente ya que no tienen la suficiente energía como para brillar, pero eso no significa que no puedan detectarse. De hecho, con el descubrimiento de los primeros cuásares (objetos astronómicos muy extraños, lejanos y, por lo tanto, antiguos que contienen un agujero negro y que emiten cantidades ingentes de energía en todo el espectro electromagnético), los astrónomos vieron que la luz procedente de ellos no era como debía ser.

En su viaje a través del espacio intergaláctico, algo había absorbido parte de esta luz. ¿El culpable? Exacto. El gas ionizado del medio intergaláctico. Posteriormente, su estudio permitió determinar que es este medio intergaláctico lo que hace que el espacio entre galaxias no sea vacío y es el que, en conjunto, contiene más materia que todas las galaxias del Universo juntas.

Y, si bien hay regiones de este medio intergaláctico condenadas, debido a la expansión del espacio del Universo, a estar alejadas (y cada vez más alejadas) de las galaxias que lo rodean, las partes más cercanas a las galaxias juegan un papel muy importante en ellas. Y es que este medio intergaláctico se va acumulando en las galaxias a una velocidad de aproximadamente una masa solar al año. El espacio intergaláctico, que creíamos vacío, nos está dando los ingredientes (en forma de gas hidrógeno) para el nacimiento de nuevas estrellas. El “vacío” entre galaxias da vida a las galaxias.

Medio intergaláctico
La red cósmica que inunda el espacio entre galaxias.

2. Estrellas errantes

Por muy espectacular que haya sido el medio intergaláctico, no es lo único que hay ahí fuera entre las galaxias. También hay estrellas. Sí, como lo oyes. De hecho, los astrónomos estiman que la mitad de estrellas del Universo estarían perdidas en medio de la inmensidad del espacio intergaláctico, condenadas a vagar, para siempre y hasta el día en el que mueran, por el vacío entre galaxias.

Pero, ¿cómo es posible esto? Bueno, básicamente de dos formas. Tanto el tirón gravitatorio de un agujero negro como una colisión con otra estrella podría hacer que una estrella, presa de una fuerza inimaginable, fuera expulsada de la órbita alrededor del agujero negro hipermasivo del centro de su galaxia.

Estas estrellas, que pasan a llamarse estrellas fugitivas, pueden desplazarse a velocidades de más de 2,4 millones de km/h, estando condenadas a, tarde o temprano, abandonar los bordes de su galaxia. Sin nada con lo que interactuar gravitatoriamente, esta estrella terminará adentrándose en el espacio intergaláctico, momento en el que se conoce como estrella errante.

En 2012, un estudio sobre estas estrellas desterradas de la Vía Láctea, culminó con el descubrimiento de 650 estrellas de este tipo. 650 estrellas perdidas por el espacio intergaláctico cercano a los límites de la Vía Láctea. No es de extrañar, pues, que (junto a estudios sobre el Fondo Cósmico de Microondas) se crea que, en todo el Universo, haya trillones de estrellas que vagan, sin rumbo ni destino, por la inmensidad del espacio vacío, frío, solitario y oscuro que separa a las galaxias.

Estrellas errantes

3. Planetas hiperveloces

Después de ver lo que hemos visto sobre las estrellas, hay una pregunta que debe venir a tu mente curiosa: ¿no pueden haber planetas errantes? Y la respuesta es clara: sí. Los estudios demuestran que en el espacio intergaláctico podría haber miles de millones de planetas que, al igual que las estrellas errantes, vagan sin rumbo por el espacio entre galaxias.

Al igual que en las estrellas errantes, los tirones gravitacionales de un agujero negro o las colisiones entre estrellas, aunque habría que añadir una explosión en forma de supernova de su estrella madre, podrían hacer que un planeta saliera despedido de su órbita.

Cuando esto sucede, pasa a llamarse planeta nómada y, como su propio nombre indica, está condenado a vagar sin rumbo. Se cree que podría haber 100.000 veces más planetas nómadas que estrellas en la Vía Láctea. Y de estrellas en la Vía Láctea recordemos que podría haber hasta 400.000 millones. Así que estamos ante una cifra inimaginable de planetas que vagan sin rumbo por la galaxia.

Muchas veces, este planeta termina quedando atrapado por la gravedad de alguna otra estrella de su galaxia, por lo que es “adoptado” en un nuevo Sistema Solar (recordemos que Sol puede usarse para cualquier otra estrella de un sistema planetario). Pero hay otros que no son tan afortunados.

Algunos quedan atrapados por las estrellas fugitivas que hemos visto antes. Y, evidentemente, esta obligará al planeta nómada a viajar hacia fuera de la galaxia a velocidades que, debido al efecto gravitatorio de la estrella, podrían ser de casi 50 millones de km/h. En ese momento, el planeta nómada pasa a considerarse un planeta hiperveloz que puede ser también desterrado de su galaxia.

¿Cuántos mundos en el Universo habrán quedado desterrados al espacio intergaláctico, condenados a vagar por siempre en medio de la inmensidad del espacio entre galaxias hasta que no sean más que una fría y oscura roca perdida en el Cosmos? Sin duda, el Universo es fascinante. Pero también puede ser aterrador.

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