Los 6 tipos de dientes (características y funciones)

Por sorprendente que parezca, los dientes son las estructuras más fuertes del cuerpo humano. Más incluso que cualquiera de los 206 huesos que conforman el esqueleto. Y no es de extrañar, pues los dientes, además de cumplir con la función de defensa y caza en muchos animales, en los seres humanos son clave para el inicio de la digestión, al ser los tejidos que mastican y trituran los alimentos.

Pero los 32 dientes que constituyen nuestra dentadura son esenciales no solo para el sistema digestivo (algo que por sí solo ya es muy importante), sino que también son estructuras imprescindibles para hacer posible la comunicación verbal y son pieza clave de la estética y de nuestro reflejo de higiene y salud.

Por lo tanto, los dientes son esenciales para la salud tanto física como emocional. Y, por ello, es interesante (e importante) conocer en profundidad la naturaleza de estos tejidos altamente mineralizados compuestos principalmente por calcio y fósforo que se encuentran en nuestra boca.

En este sentido, en el artículo de hoy, además de entender perfectamente qué es un diente y por qué partes está formado, veremos cómo se clasifican en función tanto de su permanencia en la cavidad oral como de su localización y funciones en la misma. Vamos allá.

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¿Qué son los dientes y de qué están formados?

Los dientes son estructuras altamente mineralizadas ricas en calcio y fósforo, dos minerales que le dan a estas piezas dentales su elevada dureza característica. Esto hace que sean los órganos (cada diente puede entenderse como un órgano, pues es la suma de distintos tejidos) más duros del cuerpo humano.

Además de esta mineralización, los dientes también están formados por estructuras más blandas que hacen posible la irrigación tanto nerviosa como sanguínea para así dar a las células del tejido los nutrientes y oxígeno que necesitan.

En este sentido, son estructuras duras y de color blanco que se encuentran fijados en la cavidad oral gracias a un anclaje a los huesos maxilares, anclándose a estas piezas óseas a través del ligamento periodontal y otras estructuras fisiológicas que permite que los dientes estén bien unidos a los huesos de la boca.

Los dientes empiezan a desarrollarse desde el nacimiento, aunque los primeros son denominados “dientes de leche”, teniendo unas propiedades diferentes a los definitivos, que sustituirán a estos dientes temporales a lo largo de la infancia. En la dentición temporal tenemos un total de 20 dientes, mientras que en la dentición definitiva (que se desarrolla entre los 6 y 21 años) tenemos 32.

Solo un tercio de la totalidad del diente es visible. El resto está en el interior de las encías. Pero sea como sea, cualquier diente está formado siempre por unas partes en común:

Corona: La corona es la parte visible del diente. Una región cubierta por esmalte ubicada por arriba de la línea gingival. Dependiendo del tipo de diente en cuestión (que luego veremos), su morfología será una u otra.
Cuello: El cuello es la parte del diente que, estando situada en el borde las encías, une la corona con la raíz. Es donde se acumula la placa bacteriana.
Raíz: La raíz ancla el diente a la boca, uniéndolo a los huesos maxilares. Constituye casi el 70% del diente y su morfología también depende del tipo de diente. Presenta, al final, el foramen apical, que permite la entrada de vasos sanguíneos y nervios al diente.
Esmalte: El esmalte es una sustancia altamente mineralizada (calcio y fósforo) que recubre la corona. Es lo que hace que un diente sea la estructura más dura del cuerpo. Es transparente, carece de sensibilidad y hace que los dientes puedan soportar grandes presiones.
Dentina: La dentina es la zona del diente más similar al componente óseo. Es la parte de la corona por debajo del esmalte responsable de darle al diente el color blanco característico. Es parecida al hueso y tiene irrigación nerviosa.
Pulpa: La pulpa es el núcleo del diente. Es un tejido blando donde se encuentran los nervios y vasos sanguíneos y que tiene la función de renovar las células del resto del diente.
Cemento dentario: El cemento dentario es una estructura que recubre la raíz y que, a pesar de ser menos blanco y menos duro que la dentina, es esencial, al ser el lugar donde se insertan los ligamentos que anclan el diente al hueso maxilar.

Ahora bien, que todos los dientes estén compuestos de una estructuras en común, ¿significa que todos son iguales? No. Ni mucho menos. Y ahora que ya hemos entendido qué es exactamente un diente, estamos más que preparados para analizar su clasificación.

¿Cómo se clasifican los dientes?

Los dientes se pueden clasificar de acuerdo a dos parámetros: permanencia (dientes de leche y dientes definitivos) y localización y funciones (incisivos, caninos, premolares y molares). Veamos cada una de estas clasificaciones y las particularidades de cada uno de los tipos de dientes. Vamos allá.

1. Tipos de dientes según su permanencia

Evidentemente, no tiene nada que ver un diente de leche con uno definitivo. Por lo tanto, la primera clasificación que presentamos es en base a la permanencia del diente. Veamos qué diferencias hay entre ambos tipos.

1.1. Dientes de leche

Los dientes de leche son temporales. Son los que se desarrollan unos 6 meses después del nacimiento, que terminan por asentarse formando una dentadura temporal de 20 piezas dentales (8 incisivos, 4 caninos y 8 molares) y que acompañarán al niño hasta los 12-13 años, que es cuando se completará la sustitución por los dientes definitivos.

Se trata de unos dientes más pequeños con un cuello y corona más estrechos, con unas capas de esmalte y dentina más delgadas y unas raíces más finas y largas. Cuando llega el momento de desprenderse de ellos porque ya está creciendo la dentadura definitiva, unas células especializadas reabsorben la raíz hasta que ya no pueden fijarse a la mandíbula y caen.

1.2. Dientes definitivos

Los dientes definitivos son permanentes. Normalmente, entre los 12 y 13 años todos los niños ya han perdido los dientes de leche y han sido sustituidos por estos definitivos, que conforman la dentadura permanente, compuesta por 32 piezas dentales.

Tras la caída de los de leche, el diente no sale inmediatamente, sino que pueden pasar entre 2 y 3 meses hasta que el definitivo ocupe por completo el lugar. Sea como sea, entre los 6 y los 13 años irán surgiendo estos dientes que reemplazan a los de leche y que son para toda la vida.

2. Tipos de dientes según su localización en la cavidad oral y sus funciones

Esta es, seguramente, la clasificación más importante a nivel fisiológico. Sean de leche o definitivos, todos los dientes pueden clasificarse de acuerdo a su localización y funciones dentro de la cavidad oral. Nuestra dentadura se divide en cuatro grupos principales. Los 32 dientes (o 20, si es la dentadura temporal) se clasifican en incisivos, caninos, premolares o molares. Veamos las particularidades de cada uno de ellos.

2.1. Incisivos

La dentadura adulta está compuesta por un total de 8 dientes incisivos (4 en la arcada superior y 4 en la inferior), que son los que se sitúan en la parte más delantera. Se trata de dientes aplanados y con bordes afilados, con una morfología que puede recordar a la de un cincel. Son básicos para cortar los alimentos.

De todos modos, se estima que solo el 10% del trabajo que realizan está vinculado a la masticación. El 90% de sus funciones se destinan a la comunicación verbal, al ser esenciales para la pronunciación de palabras, y al factor estético. Los superiores son más grandes que los inferiores.

2.2. Caninos

La dentadura adulta está compuesta por un total de 4 dientes caninos (2 en la arcada superior y 2 en la inferior), que, siendo también conocidos como colmillos, tienen una forma más puntiaguda esencial para desgarrar los alimentos más duros, especialmente la carne. Una muestra de que, a nivel biológico, sí que estamos hechos para comer carne.

Los caninos superiores son los dientes más largos, al ser un legado evolutivo de los mamíferos depredadores. Sea como sea, los cuatro caninos, en conjunto, están asociados en un 20% a la acción masticatoria y en un 80% a tareas de comunicación verbal y de factor estético.

2.3. Premolares

La dentadura adulta está compuesta por un total de 8 dientes premolares (4 en la arcada superior y 4 en la arcada inferior), que se sitúan a continuación de los caninos y que tienen una morfología con dos picos en su corona y dos picos en su raíz. Su principal función masticatoria es la de triturar los alimentos, aunque también pueden ayudar a desgarrarlos.

En este caso, están asociados en un 60% a la acción masticatoria y en un 40% a tareas de comunicación verbal y de factor estético. Se distinguen, como ahora veremos, de los molares en lo que a tamaño (son más pequeños) y morfología de la corona y de la raíz se refiere.

2.4. Molares

La dentadura adulta está compuesta por un total de 12 dientes molares (6 en la arcada superior y 6 en la inferior), los cuales, estando situados al fondo de la mandíbula y flanqueando a los premolares, siguen teniendo la función de triturar la comida. Son dientes más grandes que los premolares y su corona puede llegar a tener hasta 4 picos, un rasgo morfológico que los diferencia.

En este caso, están asociados en un 90% a la acción masticatoria y solo en un 10% a tareas de comunicación verbal y de factor estético. Son los más proclives a sufrir caries, pues presentan más recovecos donde la placa bacteriana puede acumularse. Las muelas del juicio son los últimos molares de todos y pueden erupcionar o no a partir de los 17 años de edad, pero son considerados órganos vestigiales, al no estar bien integrados en la fisiología bucal.