Las 6 funciones de nuestra microbiota

Lejos de ser una amenaza, los microorganismos que habitan de forma natural nuestro cuerpo son imprescindibles para gozar de buena salud.

Funciones de la microbiota

100 millones de millones de bacterias. Este es el número de microorganismos que habitan nuestro cuerpo de forma natural.

Ya de por sí sorprende, pero es todavía más impactante si entendemos que esto quiere decir que la mitad de nuestro cuerpo no es humano, pues hay una bacteria por cada célula humana. Por ello, se estima que si quitáramos todas las bacterias de nuestro cuerpo, automáticamente perderíamos cerca de 2 kilos.

Las bacterias son capaces de colonizar cualquier ambiente de la Tierra. Nuestro cuerpo no iba a ser una excepción, pues hay muchas especies que encuentran en nuestros intestinos, nuestra piel, nuestra nariz, etc, el lugar idóneo para crecer y reproducirse.

Pero, ¿por qué el sistema inmune no ataca a estas bacterias? La respuesta es sencilla: porque nosotros obtenemos un beneficio de que los microorganismos colonicen partes de nuestro cuerpo.

Y esto es lo que vamos a explorar en este artículo, pues veremos las principales funciones que tienen las bacterias en nuestro cuerpo.

¿Qué es el microbioma humano?

El microbioma humano, también conocido como flora microbiana o microbiota, es el conjunto de microorganismos de distintas especies que se localizan de forma natural en distintos órganos y tejidos de personas sanas.

Existen millones de especies de bacterias, y solo unas 500 son patógenas para el ser humano. De estas, solo unas 50 son realmente peligrosas. Por lo tanto, no hay que relacionar “microorganismo” con “enfermedad”, pues la inmensa mayoría de ellos no nos causan ningún daño.

Y no solo eso, pues hay muchas especies de bacterias que ya no es que no nos provoquen enfermedades, sino que su presencia en nuestro cuerpo es tremendamente favorable. Así, los humanos y las bacterias establecemos una relación de simbiosis en la que ambas partes obtienen beneficios.

Esta relación podría resumirse en que, por un lado, las bacterias obtienen un lugar en el que crecer y nutrientes para hacerlo y, por otro lado, los humanos se benefician de las funciones que desarrollan estas poblaciones de microorganismos.

Pero, ¿todo nuestro cuerpo está plagado de bacterias?

Sí. Casi todo nuestro cuerpo lo está. O, al menos, todas esas zonas de nuestra anatomía que están en contacto con el medio externo. En los órganos y tejidos internos como la sangre o el cerebro no debe haber ningún microorganismo, ni siquiera de estos beneficiosos que hemos mencionado anteriormente.

Ahora bien, todas aquellas zonas externas de nuestro cuerpo o que están conectadas de alguna manera con el medio están plagadas de bacterias. Y esto es inevitable por mucha higiene personal que se tenga, pues todo aquello que nos rodea está lleno de millones de especies de microorganismos, por lo que es imposible impedir que estos acaben asentándose en nuestro cuerpo.

Por lo tanto, la piel, el tracto respiratorio, los intestinos, la vagina, la boca… Todos estos órganos y tejidos de nuestro cuerpo que se comunican con el exterior tendrán poblaciones de bacterias.

Solo en la boca, si cogemos una gota de saliva, encontraremos 100 millones de bacterias de más de 600 especies diferentes. Si miramos debajo de una uña, ahí encontraremos más de 300 millones de bacterias. Es como si cogiéramos a toda la población de Estados Unidos y la pusiéramos encima de una de nuestras uñas.

Pero es en los intestinos donde se da la mayor densidad de bacterias, pues es donde se encuentran cerca de un millón de millones de bacterias, con un total de más de 40.000 especies distintas.

Somos un auténtico zoológico de bacterias. Miles de especies colonizan casi todos los órganos y tejidos de nuestro cuerpo.

Esta microbiota va adquiriéndose a lo largo de nuestra vida, pues nacemos sin poblaciones bacterianas en nuestro interior. Básicamente con la exposición al medio y a través de la alimentación vamos incorporando todas estas bacterias para que desempeñen sus funciones.

¿Cuáles son las principales funciones del microbioma humano?

Las bacterias que habitan nuestro cuerpo están más relacionadas con nuestra salud de lo que parece a simple vista. Estas poblaciones de microorganismos son imprescindibles para que nuestro cuerpo desarrolle sus funciones vitales.

A continuación veremos las 6 funciones clave que tienen las bacterias que habitan nuestro cuerpo de forma natural.

1. Ayudan a la digestión

Como hemos dicho, los intestinos son la zona de nuestro cuerpo más colonizada por bacterias. Esto es así porque para las bacterias son el mejor sitio para desarrollarse, pues están protegidas de las alteraciones del medio externo y, además, es el lugar del cuerpo humano con más disponibilidad de nutrientes para su crecimiento.

Pero no solo las bacterias obtienen beneficios de esta relación, pues nos ayudan a que la digestión de los alimentos se produzca adecuadamente. Estas bacterias favorecen el movimiento intestinal, por lo que los alimentos circulan de manera más eficiente, potenciando así la absorción de nutrientes y evitando problemas gastrointestinales.

Además, la flora intestinal ayuda a que los intestinos absorban el calcio y el hierro, dos minerales esenciales para el correcto funcionamiento de muchos procesos vitales pero que son difícilmente asimilables en los intestinos sin la presencia de estas bacterias.

También ayuda a degradar los alimentos complejos en nutrientes más simples y asimilables por nuestras células, además de permitir la digestión de compuestos que por nosotros mismos no podemos degradar.

Por ello, alteraciones en la composición de la microbiota intestinal pueden conducir a trastornos como estreñimiento, diarrea, dolor abdominal, gases, etc.

Esto explica que tengamos problemas intestinales cuando consumimos antibióticos, pues estos no solo matan a los patógenos, sino que también pueden hacer mermar la población de bacterias beneficiosas.

2. Estimulan el sistema inmune

El sistema inmune humano está perfectamente diseñado para reconocer y atacar a todo aquello que no tenga los mismos genes que nuestras células. Por ello, técnicamente tendría que intentar neutralizar a todas estas bacterias, ya que técnicamente son algo ajeno al cuerpo.

Pero si lo hiciera, estaría perjudicando a la salud del organismo, así que ha evolucionado para “hacer la vista gorda” con estas bacterias y permitir que crezcan y se reproduzcan.

Pese a que no las ataca, el sistema inmune siempre está alerta por si acaso alguna de estas poblaciones crece demasiado, circunstancia que puede comportar problemas de salud. Las poblaciones de bacterias deben estar en equilibrio, ninguna debe desarrollarse más de lo necesario.

Estar constantemente pendiente de estas bacterias hace que el sistema inmune nunca se relaje, por lo que si llega un patógeno al cuerpo, las células del sistema inmunológico ya estarán “en caliente” para combatir la infección.

3. Protegen frente al ataque de patógenos

Como todas las otras especies, las bacterias compiten entre ellas para colonizar los ambientes. Las que habitan nuestro cuerpo viven en armonía porque cada una ocupa una zona concreta. Cada especie coloniza una parte del cuerpo y se reparten los nutrientes sin molestarse.

Ahora bien, cuando una especie patógena ajena a esta compleja población intenta colonizar alguna parte de nuestro cuerpo, se va a encontrar con que ahí “ya vive alguien”, y este alguien no va a dejar que le quiten su lugar.

Imaginemos que consumimos un producto contaminado con una bacteria que nos puede provocar una gastroenteritis. Cuando esta llega a los intestinos, querrá colonizarlos. Pero una vez ahí, descubrirá que ya hay poblaciones de bacterias que viven y tendrá que competir contra ellas.

En esta lucha, el patógeno se encuentra en inferioridad numérica y, además, la flora intestinal ya se está bien instalada y es difícil que el germen gane la batalla.

La microbiota nos defiende de la infección de muchos patógenos. Por ello, personas con alteraciones en el microbioma son más propensas a padecer enfermedades infecciosas.

4. Permiten una buena salud de la piel

Aunque no lo veamos, la piel también está colonizada por millones de bacterias. Estas son básicas para proteger este tejido del ataque de muchos patógenos que podrían comprometer la vitalidad de la piel y causarnos enfermedades dermatológicas.

La bacterias presentes en ella, acidifican la piel para impedir que los patógenos se asienten en ella. Por ello, es importante no lavarse las manos con jabón en exceso, pues podemos afectar a estas poblaciones beneficiosas. En otras palabras, limpiando demasiado la piel acabamos comprometiendo su estado de salud.

5. Producen vitaminas y ácidos grasos

Las bacterias intestinales no solo ayudan a la digestión, sino que también sintetizan compuestos como las vitaminas del grupo B (B12, biotina, ácido fólico y ácido pantoténico) y vitamina K, muy importantes para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo.

También producen ácidos grasos de cadena corta, los cuales son muy útiles como fuente de energía para las células del cuerpo.

6. Podrían estar relacionadas con la salud mental

Pese a que todavía se necesitan más estudios para confirmarlo, las últimas investigaciones en el campo de la microbiología parecen indicar que hay bacterias intestinales que son clave en el proceso de sufrir depresión. La confirmación de esta hipótesis demostraría que el microbioma influye en la salud mental de las personas.

Lo que ya se sabe es que las bacterias que habitan nuestro cuerpo son capaces de modular la producción de serotonina, una hormona que actúa como neurotransmisor y que es importante para la regulación de las emociones y del estado de ánimo.

Por lo tanto, es posible que la microbiota también influya en el funcionamiento de nuestro cerebro.

Referencias bibliográficas

  • Lloyd Price, J., Abu Ali, G., Huttenhower, C. (2016) “The healthy human microbiome”. Genome Medicine.
  • Huttenhower, C., Gevers, D., Knight, R. (2012) “The Human Microbiome Project (HMP) Consortium. Structure, function and diversity of the healthy human microbiome”. Nature.
  • Hillyard, D.R. (2017) “The Human Microbiome in Health and Disease”. University of Utah: School of Medicine.
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