Las 10 partes del diente (y sus funciones)

Imprescindibles para masticar alimentos, iniciando así la digestión, y la comunicación verbal, los dientes son estructuras únicas y formadas por distintas estructuras que analizaremos a continuación.

Partes diente

Los dientes son el tejido más fuerte del cuerpo humano. Y no es de extrañar, pues, además de que en los animales cumplen con la función de defensa y caza, en la especie humana son el primer paso de la digestión, ya que son imprescindibles para masticar y triturar los alimentos.

Pero sus funciones van mucho más allá del aspecto digestivo (que ya es importantísimo), pues los dientes también son pieza clave para permitir la comunicación verbal. En la misma línea, también son, seguramente, la parte de nuestro cuerpo que más habla sobre nuestra higiene y salud.

Unos dientes sanos no solo estimulan nuestra salud física, sino que, dependiendo de si los cuidamos o no, también tienen impacto en la salud emocional. Pero, ¿qué son exactamente los dientes? ¿Por qué partes están formadas? ¿Cuál es la función de cada una?

En el artículo de hoy daremos respuesta a estas y muchas otras preguntas, pues analizaremos la naturaleza de los dientes y veremos por qué partes y estructuras están constituidos.

¿Qué es exactamente un diente?

Un diente es un órgano constituido por un tejido altamente mineralizado compuesto principalmente por calcio y fósforo que, debido a esta mineralización y composición, dispone de una elevada dureza. De hecho, son los órganos (y tejidos) más duros del cuerpo humano.

Los dientes empiezan a desarrollarse desde el nacimiento, aunque los primeros son los denominados dientes de leche, los cuales son distintos anatómicamente a los definitivos, por los que serán sustituidos a lo largo de la infancia. Sea como sea, los dientes son órganos que permiten masticar los alimentos, iniciando así la digestión, y que hacen posible la comunicación verbal, siendo pieza clave para la generación de sonidos que interpretamos como palabras.

Son, por lo tanto, estructuras duras y de color blanco que se encuentran dentro de la cavidad oral, concretamente anclados a los huesos maxilares mediante el conocido como ligamento periodontal y otras estructuras que permiten que estén bien unidos (siempre que no haya enfermedades que los debiliten) a los huesos de la boca.

Tipos dientes

En la dentición temporal (los dientes de leche) hay un total de 20 piezas dentales, aunque en la dentición definitiva (se va formando desde los 6 hasta los 21 años, aproximadamente, dependiendo del diente en cuestión) se observan un total de 32 dientes; los cuales se ordenan (las filas de dientes superior e inferior son más o menos simétricas), desde el centro hasta el fondo de la mandíbula, de la siguiente manera:

  • Incisivos: Hay un total de 8 dientes de este tipo y se sitúan en la parte más delantera. Son dientes aplanados pero con bordes afilados, como si de cinceles se tratara. Son básicos para cortar los alimentos que entran en la boca.

  • Caninos: Se sitúan al lado de los incisivos y hay un total de 4. Conocidos también como colmillos, tienen una forma más puntiaguda, por lo que sirven para desgarrar los alimentos más duros, especialmente la carne.

  • Premolares: Se sitúan a continuación de los caninos y hay un total de 8. Su morfología es diferente, pues cada uno de ellos tiene dos picos o cúspides. Su principal función es la de triturar alimentos, aunque también pueden ayudar a los caninos en la función de desgarrar alimentos.

  • Molares: Se sitúan al fondo de la mandíbula, flanqueando a los premolares. Hay un total de 12 y son similares a los premolares, aunque en este caso pueden tener hasta cuatro picos o cúspides, lo que los convierte en los dientes más grandes. Su función es la de seguir triturando la comida.

Como vemos, cada tipo de diente está especializado en una función determinada y, por lo tanto, tienen una morfología característica. De todos modos, todos comparten una estructura común que analizaremos a continuación.

¿Cuál es la estructura de los dientes?

Solo un tercio de la totalidad de los dientes es visible. El resto está en el interior de las encías y no lo podemos ver, pero no significa que no sea importante. Los dientes son, quizás, una de las estructuras corporales más únicas, pues están altamente especializados morfológicamente, lo que hace que estén compuestos por elementos que no vemos en ninguna otra parte del organismo. Veamos sus partes.

Diente estructura

1. Corona

La corona es, básicamente, la parte visible del diente. Es la zona cubierta por el esmalte (luego veremos qué es) y se localiza, por lo tanto, por arriba de la línea gingival. Su morfología determina el tipo de diente y, consecuentemente, su función. Más que una región funcional, la corona es todo aquello que vemos del diente.

El paso del tiempo hace que las encías se vayan retrayendo poco a poco, cosa que puede ser impulsada enormemente por enfermedades bucales como la gingivitis y especialmente la periodontitis, por lo que es normal que cada vez haya más diente expuesto y, por lo tanto, más corona visible.

2. Cuello

El cuello es la parte del diente que, siendo también conocida como zona cervical, une la corona con la raíz. El cuello se sitúa en el borde de las encías y es el lugar donde se suele acumular placa bacteriana, por lo que la higiene diaria de esta región es imprescindible para mantener una adecuada salud bucal.

3. Raíz

La raíz es, a grandes rasgos, la parte del diente que se inserta en los huesos maxilares, por lo que es realmente la estructura que ancla el diente a la boca. Constituye cerca del 70% de todo el volumen del hueso y se extiende por los maxilares tanto superiores como inferiores.

Cada tipo de diente tiene una raíz diferente, pues como su corona es distinta (los incisivos tienen forma de cincel, los caninos son puntiagudos y los premolares y molares tienen cúspides), también tienen que serlo por dentro. La diferencia más notoria, sin embargo, se da en los molares, ya que, como son más grandes, un solo diente de este tipo puede llegar a tener hasta tres raíces, cosa que explica por qué son los que están más fuertemente anclados.

Del mismo modo, al final de la raíz encontramos un espacio conocido como foramen apical, el cual (luego lo analizaremos con más detalle) permite la entrada de los nervios y los vasos sanguíneos al interior del diente.

Sea como sea, basta con quedarnos con la idea de que es la región que une todo el diente a los huesos maxilares y que, por lo tanto, los sostiene; cosa que explica que las enfermedades que afectan a la raíz pueden provocar la caída de los mismos.

4. Esmalte

El esmalte es la parte del diente que recubre la corona, por lo que es la región más externa del diente y, a la vez, la más dura. Y es que es el esmalte la zona altamente mineralizada (con calcio y fósforo), lo que hace que esta sea la estructura más dura de todo el cuerpo. Carece de sensibilidad, pues no hay irrigación nerviosa.

Gracias a esta dureza, los dientes pueden soportar altas presiones al masticar. Sin embargo, esto no significa que sea inmune a fracturarse o a sufrir daños por parte de microorganismos patógenos. Tiene que cuidarse diariamente con una buena higiene dental e incluir calcio y fósforo en la dieta para que esta estructura pueda repararse.

A pesar de lo que pueda parecer, el esmalte no es blanco. De hecho, es transparente. Lo que otorga el color característico de los dientes es la estructura que veremos a continuación. Del mismo modo, es la zona en la que se instaura la flora de la boca, es decir, los microorganismos beneficiosos que ayudan a preservar nuestra salud bucal.

5. Dentina

La dentina es una estructura que se encuentra justo en la región de la corona debajo del esmalte dental y tiene una constitución similar al hueso. De hecho, es la zona del diente más parecida al componente óseo. Constituye la mayor parte del diente (sin tener en cuenta la raíz) y es el tejido responsable de darle el color blanco característico.

Cuando, ya sea por café, tabaco, antibióticos, enfermedades u otras circunstancias, se altera el color del diente es porque hay problemas en la salud de la dentina. Además, a diferencia del esmalte, sí que tiene irrigación nerviosa, por lo que es sensible. De hecho, cuando una caries nos empieza a doler es porque las bacterias han atravesado el esmalte y llegado hasta la dentina. Esto se debe a que la dentina dispone de millones de conductos que comunican con la siguiente estructura.

6. Pulpa

La pulpa es, básicamente, el núcleo del diente. A diferencia del esmalte y la dentina, es un tejido blando en el que se encuentran los nervios y los vasos sanguíneos. Su función es la de, además de dar sensibilidad, renovar las células del resto del diente (por eso necesita irrigación de nutrientes a través de la sangre) para mantener así su funcionalidad. Tiene mucha más sensibilidad que la dentina, por lo que cuando las bacterias llegan aquí después de atravesar esta dentina, el dolor ya es casi insoportable.

7. Cemento dentario

El cemento dentario es una estructura que recubre la raíz. Se trata de un tejido menos blanco y menos duro que la dentina pero tiene la importante función de ser el lugar donde se insertan las fibras y ligamentos (hablábamos al principio del ligamento periodontal) que anclan el diente a los huesos maxilares. El nombre le viene perfecto, pues realmente es el cemento de nuestros dientes que mantiene en buen estado a los ladrillos, que serían las raíces.

8. Foramen apical

El foramen apical es, básicamente, un pequeño orificio en la punta de cada raíz a través de la cual entran los nervios y los vasos sanguíneos que irrigarán al diente. Es mediante esta abertura que el sistema nervioso y el sanguíneo consigue acceder hasta la pulpa dental.

9. Conducto pulpar

El conducto pulpar es, siguiendo con la explicación anterior, una especie de tubo que se prolonga desde el foramen apical y que hace llegar tanto los nervios como los vasos sanguíneos a la pulpa, que es donde se les necesita. Cuando una enfermedad dental afecta a este conducto, el diente no puede recibir nutrientes a través de la sangre, por lo que, a no ser que se trate rápidamente, es cuando se puede llegar a perder el diente.

10. Línea gingival

La línea gingival o línea de la encía la hemos dejado para el final porque realmente no es una parte del diente en sí, pero sí que es muy importante para preservar su salud. Se trata del borde de unión entre los dientes y las encías, el tejido conectivo que recubre la parte no visible de los dientes. Su higiene es imprescindible, pues muchas enfermedades como la gingivitis o la periodontitis se desarrollan en esta línea gingival. La salud bucal es imprescindible para la salud física general y la emocional.

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