Las 18 enfermedades del oído más comunes (causas, síntomas y tratamiento)

El oído es un órgano muy sensible, por lo que es susceptible de padecer distintas enfermedades. Veámoslas.

Enfermedades del oído

El oído es un órgano básico para relacionarnos con el medio. Los sonidos se propagan por el aire en forma de vibraciones, las cuales llegan a nuestros oídos, que las transforman en impulsos nerviosos y envían estos al cerebro, que traduce estas señales nerviosas en los sonidos que sentimos. Además, el oído es el encargado de controlar el equilibrio.

No obstante, dada su delicadeza, el oído es susceptible de sufrir distintos trastornos que, pese a que suelen ser leves, pueden llegar a provocar problemas de audición e incluso sordera.

En este artículo veremos algunos de los trastornos que podemos sufrir en el oído más comúnmente, explicando tanto sus causas como sus síntomas, así como los tratamientos asociados a estas enfermedades.

Otorrinolaringología: ¿qué es y qué estudia?

De nombre casi impronunciable, la otorrinolaringología es la rama de la medicina que estudia la fisiología y anatomía del oído, la nariz y la garganta, pues son tres estructuras estrechamente interconectadas, por lo que deben analizarse conjuntamente.

Esta disciplina se divide en sub especialidades. La audiología es la que estudia las alteraciones que podemos sufrir en los oídos, así como las enfermedades tanto infecciosas como no infecciosas que suelen comprometer la audición de las personas.

Por lo tanto, en este artículo veremos algunas de las afecciones a las que típicamente se enfrentan los otorrinolaringólogos.

Las 18 enfermedades del oído más frecuentes

Tendemos a pensar que los únicos trastornos que podemos sufrir en los oídos son la otitis y la sordera, pero lo cierto es que hay muchas otras enfermedades que pueden poner en peligro nuestra capacidad para captar sonidos.

A continuación presentamos las 18 enfermedades de los oídos más comunes en humanos.

1. Otitis externa

La otitis externa es el trastorno auditivo más común y consiste en una inflamación de la parte externa del oído. Está causada por una infección bacteriana o fúngica (por hongos) del conducto auditivo externo.

Suele producirse por nadar en aguas contaminadas por estos patógenos, que consiguen llegar a los oídos cuando la persona se sumerge en el agua. La principal sintomatología es el dolor de oído, aunque también es común el enrojecimiento del oído y la hinchazón de los ganglios linfáticos que se encuentran alrededor de este. La fiebre y la pérdida de audición no son comunes.

El tratamiento consiste en la aplicación de gotas para los oídos con antibióticos, que se aplican durante una semana hasta que la infección remite.

2. Otitis media aguda

La otitis media aguda consiste en una infección del oído medio, localizado detrás del tímpano, por parte de bacterias o virus. Está causada por un bloqueo de la trompa de Eustaquio, la cual se encarga de drenar líquido, pero si esta se tapona puede propiciar el crecimiento de patógenos que darán lugar a la infección.

Al ser aguda, esta otitis media consiste en un episodio corto pero con mucho dolor de oído. La sintomatología es similar a la otitis externa, aunque aquí el dolor es mayor. El problema de la otitis media es que los gérmenes causantes pueden expandirse a otras estructuras de la cabeza, por lo que es importante tratarla rápidamente.

Para evitar que deriva en problemas de audición, la otitis media es tratada del mismo modo que la externa, con aplicación de gotas para los oídos con antibióticos.

3. Otitis media secretora

La otitis media secretora se desarrolla cuando la otitis media aguda no se ha resuelto por completo, por lo que sigue habiendo un exceso de líquido en el oído medio.

La principal sintomatología es que hay una cierta pérdida de audición a causa del taponamiento de las trompas de Eustaquio, que dificultan el movimiento del tímpano, por lo que no capta bien las vibraciones. Además, los afectados suelen tener una sensación de congestión en el oído y notan chasquidos al tragar.

El tratamiento consiste en aplicar descongestivos y en realizar maniobras para recuperar la presión en el oído, pues el taponamiento hace que sea demasiado baja. Si no se resuelve así, es posible que haya que realizar un drenaje del oído.

4. Otitis media crónica

Cuando los episodios de otitis media persisten y se repiten periódicamente, hablamos de una otitis media crónica. Suele producirse cuando el líquido no es eliminado, lo que hace que continuamente haya reinfecciones por parte de bacterias y virus.

Además de los síntomas propios de un episodio de otitis media, la crónica acaba provocando daños permanentes en los oídos: afecciones en el hueso mastoideo detrás del oído, secreciones del oído, endurecimiento del tejido del oído, formación de quistes… La audición, a la larga, puede verse comprometida.

5. Enfermedad de Ménière

La enfermedad de Ménière es un trastorno del oído interno causado por la acumulación de líquido en el oído interno, aunque no se sabe qué hace que esto ocurra.

Esta afección se caracteriza por episodios de vértigos y mareos. Además, puede provocar pérdida de audición, sensación de taponamiento, percepción de zumbidos en los oídos, etc.

No existe cura para esta enfermedad, por lo que los tratamientos (medicamentos para evitar los mareos y las náuseas) están enfocados a reducir la gravedad de los síntomas.

6. Neuritis vestibular

La neuritis vestibular consiste en una inflamación del nervio vestibular, el cual está localizado en el oído interno y se encarga de controlar el equilibrio.

Esta inflamación viene provocada por la infección de un virus y la sintomatología suele consistir en una crisis de vértigos que duran entre 7 y 10 días. Este ataque de mareos puede venir acompañados de náuseas, vómitos y sacudidas rápidas de los ojos a causa del daño al nervio.

Al ser causada por un virus, no puede ser tratada con antibióticos. El tratamiento consiste en aliviar los síntomas del vértigo y del mareo, además de aplicar líquidos intravenosos para evitar la deshidratación si los vómitos son muy frecuentes.

7. Presbiacusia

La presbiacusia es la pérdida gradual de audición. Es muy común que surja con la edad. De hecho, un tercio de las personas mayores de 65 años tienen pérdidas del sentido del oído.

Este trastorno está causado por el propio envejecimiento, aunque el estilo de vida que haya llevado la persona influye mucho. La pérdida de audición nunca llega a ser total, aunque la sintomatología incluye: dificultad para llevar una conversación, problemas para captar sonidos leves, amortiguación del habla, pedir a la gente que hable despacio, etc. En definitiva, compromete la sociabilidad de la persona.

El daño a los oídos es irreversible, por lo que no puede recuperarse la audición perdida. El tratamiento consiste en aplicar audífonos, unos dispositivos que se colocan en el oído y que amplifican los sonidos.

8. Cofosis

La cofosis es la forma más grave de sordera. Los afectados no pueden percibir ningún sonido, es decir, hay una pérdida total de audición. Es menos común que la presbiacusia.

La causa más común es la genética, aunque también puede deberse a otras enfermedades o traumatismos, especialmente si afectan al nervio auditivo.

El tratamiento consiste en aplicar un implante coclear, un dispositivo que se implanta mediante cirugía cuando los audífonos no son suficiente. El implante coclear permite que las personas con cofosis puedan recibir y procesar los sonidos.

9. Tinnitus

El tinnitus (o acúfenos) es un trastorno auditivo caracterizado por la percepción recurrente de ruidos o zumbidos en el oído. Es muy común, pues afecta de manera más o menos recurrente al 20% de la población.

Las causas son extremadamente variadas, aunque generalmente están relacionadas con trastornos del oído interno. Muchas veces el origen se desconoce. El principal síntoma es que la persona oye ruidos o zumbidos aunque no haya ningún sonido a su alrededor.

Pese a que no es algo grave, el tinnitus puede ser muy molesto y comprometer la calidad de vida de los afectados, especialmente si los episodios son muy recurrentes y/o se producen también de noche, en cuyo caso suele haber problemas para dormir.

El tratamiento consiste en solucionar el desencadenante que haya llevado a sufrir tinnitus (por ejemplo un tapón de cera), aunque si no se puede, el médico puede recomendar el uso de dispositivos que inhiben el ruido, como los audífonos o las máquinas de ruido blanco.

10. Barotrauma del oído

Un barotrauma es un daño que sufre el oído cuando el cuerpo experimenta cambios de presión muy bruscos, especialmente cuando se viaja en avión o se bucea.

El oído es muy sensible a estas variaciones de presión. Los síntomas, que suelen desaparecer rápido, son los siguientes: dolor, taponamiento de los oídos, mareo y, a veces, pérdida de audición.

No hay tratamiento, pues es la respuesta del organismo a cambios de presión. Bostezar o masticar chicle pueden evitar la aparición de los síntomas.

11. Otosclerosis

La otosclerosis es un crecimiento anormal de los huesos del oído medio. La causa se desconoce, aunque se cree que podría ser hereditaria.

Los síntomas de esta malformación ósea son los siguientes: pérdida de audición progresiva, vértigos, mareos, tinnitus, etc. La otosclerosis empeora lentamente pero las afectaciones en el sentido del oído pueden ser importantes.

Al ser genético, no existe cura. Los tratamientos con calcio o vitamina D pueden ralentizar la pérdida auditiva, aunque esto no está del todo corroborado. Cuando la enfermedad ha progresado mucho, los audífonos e incluso la cirugía en los huesos afectados (reemplazándolos con una prótesis) pueden ser útiles.

12. Pericondritis

La pericondritis es una infección del tejido epitelial que rodea el cartílago de las orejas. Suele estar causada por bacterias del género “Pseudomonas”, que consiguen crecer cuando hay lesiones traumáticas en el oído que comprometen la estructura del pericondrio, que es la capa de piel por encima del cartílago.

La sintomatología incluye: dolor, inflamación y enrojecimiento del oído y, en ocasiones, fiebre e incluso supuraciones desde el lugar de la herida.

El tratamiento consiste en la administración de antibióticos, aunque si se acumula demasiado pus, es posible que sea necesaria una cirugía de drenaje.

13. Osteoma

Un osteoma es un tumor benigno (no es un cáncer) que aparece en cualquier tipo de hueso del cuerpo. No son un peligro para la salud ni se diseminan a otros órganos. Permanecen siempre en el mismo lugar.

Pese a ser más comunes en otros huesos del cuerpo, los osteomas pueden aparecer en el hueso del tímpano. Esto provoca pérdida de audición, mayor probabilidad de sufrir infecciones y dolor de oído.

Los tumores suelen ser muy pequeños y no suponer demasiados problemas, aunque si es más grande de lo normal y compromete en gran medida la audición, es posible que sea necesaria una cirugía.

14. Traumatismos acústicos

Los traumatismos acústicos son lesiones del oído interno debidas a la exposición a ruidos muy fuertes. Es una causa muy común de sordera ya que el tímpano es muy sensible a vibraciones superiores a las que puede soportar.

La sintomatología principal es la pérdida de audición, aunque el tinnitus suele ser también muy común. El daño es irreversible, por lo que el tratamiento solo se aplica si el daño al tímpano es extremadamente grande y hace falta una cirugía.

15. Tapones de cerumen

En el oído hay glándulas que producen cerumen, la cual protege el oído de la irritación por el agua y del polvo y de los patógenos. Sin embargo, algunas personas producen más de lo normal y este cerumen puede endurecerse y bloquear el conducto auditivo, formándose un tapón de cera.

No eliminar el exceso de cera puede provocar dolor de oído, sensación de taponamiento, tinnitus e incluso pérdida de audición. El tratamiento puede administrarse en casa y consiste en aplicar gotas, aunque si el problema persiste, un médico puede hacer un lavado para extraer el exceso de cerumen.

16. Exóstosis

La exóstosis auditiva es un trastorno del oído que aparece por la exposición prolongada a agua fría. Por ello, es una afección muy común en surfistas.

La exóstosis está caracterizada por la formación de protuberancias en el hueso temporal del cráneo, circunstancia que puede llegar a obstruir el canal auditivo y hacerlo más propenso a sufrir otitis y otras enfermedades del oído.

El tratamiento es quirúrgico, por lo que se recomienda prevenir el desarrollo de este trastorno utilizando tapones para los oídos cuando se vaya a entrar en contacto repetidamente con agua fría.

17. Otematoma

El otematoma, también conocido como “oído en forma de coliflor”, es un trastorno que resulta de lesiones frecuentes en el cartílago, especialmente por traumatismos fuertes. Por ello, es común en boxeadores.

Estos daños en el cartílago del oído vienen acompañados de hemorragias internas y aparición de tejido cicatrizante, lo que acaba provocando pérdidas de audición. Las lesiones son irreversibles, por lo que el único tratamiento posible es realizar una cirugía, aunque no siempre puede hacerse.

18. Dermatitis seborreica

La dermatitis seborreica es una enfermedad de la piel bastante común causada por una infección micótica (por hongos), aunque a veces es debida a un mal funcionamiento del sistema inmune. Pese a ser más frecuente en el cuero cabelludo, el rostro y la nariz, la dermatitis seborreica también puede afectar a la piel de las orejas.

La sintomatología incluye enrojecimiento y picazón, los cuales pueden llegar a ser muy molestos. No hay una pérdida de audición ya que no afecta a los conductos internos del oído. Además, suele desaparecer sin la necesidad de tratamiento. La higiene personal es la mejor forma de prevenir su aparición.

Referencias bibliográficas

  • Black, B. (2000) “An Introduction to Ear Disease”. International Journal of Audiology.
  • Minovi, A., Dazert, S. (2014) “Diseases of the Middle Ear in Chilhood”. Laryngo-Rhino-Otologie.
  • Centers for Disease Control and Prevention (2019) “Preventing and Treating Ear Infections”. CDC.
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