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La Teoría del Apego es una de las más importantes en psicología. Este modelo fue propuesto por John Bowlby, un psicoanalista convencido de la influencia de las experiencias tempranas infantiles sobre la salud mental adulta.
La propuesta teórica de este autor permitió conocer la importancia de las relaciones que los niños establecen con sus cuidadores en los primeros años de su vida. Esto supuso un antes y un después ya que dio pie a muchos avances en el ámbito de la crianza, la educación y la psicología del desarrollo.
Aunque Bowlby fue pionero al plantear este marco teórico que hoy es universalmente conocido, después de él otros autores siguieron su estela para continuar aprendiendo e investigando en el campo del apego. Una de las discípulas más destacadas del inglés fue Mary Ainsworth, una psicóloga de origen canadiense que amplió con sus trabajos la teoría original de su mentor.
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Del niño al adulto, la psicología del apego
Aunque en un principio la Teoría del Apego estuvo exclusivamente enfocada en los vínculos que los niños establecen con sus cuidadores, Ainsworth prepararía el terreno para una posterior ampliación a la población adulta.
Sin embargo, la autora se hizo universalmente conocida por la elaboración de un diseño experimental que denominó “La situación extraña” (Strange Situation), que ha sido ampliamente replicado y estudiado en todas las universidades del mundo.
Los logros de esta eminente psicóloga le han llevado a ser una de las más citadas del siglo XX. No cabe duda de que su teoría ha sido la base de los trabajos de autores posteriores, por lo que no sorprende que haya sido una profesional de la psicología muy reconocida y valorada. Como mujer, el mérito de Ainsworth es doble, ya que en el momento en el que desarrolló su carrera no era fácil para el sexo femenino hacerse un hueco en el mundo académico.
En este artículo vamos a repasar brevemente la biografía de esta brillante autora y sus principales aportes a la psicología.
Biografía de Mary Ainsworth (1913 - 1999)
Mary D. Saslter Ainsworth nació en Glendale, Ohio (EE.UU) en 1913. Sin embargo, cuando ella era aún muy niña su familia se mudó a Toronto, Canadá.
Ainsworth cursó sus estudios de Psicología en la Universidad de Toronto, donde se graduó y obtuvo un doctorado en 1939. Una vez que finalizó su formación académica, tomó la decisión de unirse al cuerpo femenino de la Armada Canadiense. Permaneció en el ejército durante cuatro años, consiguiendo alcanzar el rango de Mayor.
Un tiempo después, en 1950, Ainsworth contrajo matrimonio con Leonard Ainsworth y se trasladó a Londres junto a su marido. Será entonces cuando comienza a trabajar en el Instituto Tavistock junto a su maestro John Bowlby. La colaboración entre ambos permitirá iniciar una potente línea de investigación para conocer más acerca de la experiencia de separación de los niños de sus madres.
Ya en 1953, Ainsworth decide trasladarse a Uganda para trabajar en el Instituto Africano de Investigación Social de Kampala. En este organismo continuará investigando las relaciones tempranas de los más pequeños con su figura de cuidado.
La investigadora se divorció en 1960, lo que le lleva a someterse a terapia y adquirir un creciente interés en la teoría psicoanalítica. Posteriormente, obtendrá un puesto en el Instituto John Hopkins en Estados Unidos, para luego trasladarse a la Universidad de Virginia.
En este momento de su vida comenzaría a trabajar para crear un sistema de evaluación que permitiera medir el vínculo entre las madres y sus hijos. De esta forma, desarrolló la conocida “Situación extraña”, en la que un investigador observa las reacciones del niño cuando su madre le deja brevemente solo en una habitación desconocida.
Así, la forma en la que el niño se comporta en la separación y la reconciliación ofrece información muy valiosa sobre la calidad del apego entre ambos. Ainsworth continuó trabajando e investigando en Virginia hasta su retiro profesional en 1984.
La Teoría del Apego
De acuerdo con la propuesta teórica de Bowlby, el apego es un mecanismo innato que tiene como objetivo favorecer la supervivencia de la especie. Así, el vínculo entre una madre y su hijo garantiza la proximidad y cuidados necesarios para que el niño se encuentre protegido.
Progresivamente, el vínculo admite un mayor margen de separación, con el fin de que el pequeño pueda seguir su tendencia exploratoria del medio. No obstante, este descubrimiento del mundo siempre se hace partiendo de la base segura que es la figura de apego, ya que ante cualquier peligro se regresará a ella.
Ainsworth estaba de acuerdo con las premisas de su mentor, aunque ella sentía interés por conocer cómo se podía medir la calidad del apego entre una madre y su hijo. Es por este motivo que trabajó para desarrollar lo que hoy conocemos como la “Situación extraña”.
En dicha situación extraña, la autora decidió incluir una persona extraña en la ecuación para comprender mejor la relación materno filial. Los resultados que se obtuvieron fruto de esta investigación permitieron ampliar la teoría de Bowlby e identificar tres estilos de apego: el apego seguro, el apego inseguro-evitativo y el apego inseguro-ambivalente.
1. Apego seguro
Este tipo de apego es aquel que se produce en los niños que perciben reciprocidad con su figura de cuidado, lo que les lleva a sentirse queridos y protegidos de forma incondicional. Aunque es natural que al separarse de su cuidador en ciertos momentos sientan angustia, esta reacción es temporal ya que existe una confianza en que el cuidador regresará.
Cuando se produce la reconciliación, el niño se siente calmado y reconfortado. Los cuidadores que brindan este tipo de seguridad son personas que se comunican con el niño y se implican emocionalmente con él, en lugar de limitarse a cubrir sus necesidades de limpieza o alimentación. Esto hace que los niños con apego seguro puedan mostrar interacciones saludables con su entorno, ya que no existe temor al abandono.
2. Apego inseguro-evitativo
Los niños con apego evitativo son aquellos que han asumido que no pueden contar con sus cuidadores, lo que produce un gran sufrimiento. Esto se traduce en una aparente frialdad del pequeño frente a su figura de cuidado, mostrando distanciamiento y ausencia de llanto cuando existe separación.
Los cuidadores que generan este tipo de vínculo no han generado la suficiente seguridad, lo que fuerza al pequeño a ser autosuficiente emocionalmente. Aunque la despreocupación al separarse del cuidador puede confundirse con un indicador positivo que denota seguridad, la realidad es que a nivel fisiológico estos niños se sienten muy estresados. La ausencia de sintonía emocional con el adulto puede conducir a dificultades en la expresión y comprensión de sus propias emociones.
3. Apego inseguro-ambivalente
En este tipo de apego el niño siente desconfianza hacia sus cuidadores y se siente continuamente inseguro, pues las respuestas que obtiene de ellos son inconsistentes. Estos le proporcionan respuestas positivas de cuidado y seguridad que se intercalan con otras negativas, lo que produce mucha inestabilidad.
En estos niños aparece miedo ante la separación, pero cuando el adulto regresa encuentran muchas dificultades para calmarse. En este caso existe un gran temor al abandono, lo que produce un continuo estado de alerta que les impide explorar con tranquilidad.
4. Apego desorganizado
Posteriormente, otros autores ampliaron la tipología propuesta por Ainsworth, incluyendo el tipo de apego desorganizado, que posee características tanto del estilo ansioso como del evitativo. Este tipo se ha observado en aquellos niños que han sufrido abandono o malos tratos.
Este representa el extremo contrario al apego seguro, pues provoca en los niños problemas para vincular emocionalmente con otras personas, ira, pobre control de los impulsos, entre otros.
Aportaciones de Mary Ainsworth a la Psicología
Ainsworth extrajo conclusiones muy interesantes fruto de sus investigaciones. Lejos de limitarse al plano teórico, trató de aplicar al mundo real los hallazgos que obtenía en el laboratorio. Como conocedora de la importancia de la relación sana de apego entre un niño y su madre, consideraba que era necesario implementar medidas sociales que permitieran a las mujeres compatibilizar su vida familiar y profesional.
Cuando Ainsworth realizó sus estudios, ser madre y profesional era verdaderamente difícil, pues no existían medidas de conciliación. Por tanto, la mayoría de mujeres se terminaban resignando a una vida doméstica para no renunciar a tener hijos.
Ainsworth no estaba de acuerdo con este sistema y defendió la necesidad de aplicar programas de maternidad por los que las mujeres pudieran trabajar sin dejar de atender las necesidades emocionales de sus bebés.
En este sentido, Ainsworth no sólo fue una gran investigadora, sino también una pionera en lo referente a la conciliación laboral. Como mujer, su mérito es notorio, ya que no sólo logró hacerse un hueco en la ciencia sino que, además, puso el foco en las necesidades de las mujeres y sus hijos cuando nadie lo hacía.
Conclusiones
En este artículo hemos hablado acerca de Mary Ainsworth, una de las psicólogas más importantes del siglo XX. Esta autora es conocida por haber continuado el legado de Bowlby, ampliando su teoría gracias a su diseño de la “Situación Extraña”. Gracias a su investigación, se pudo conocer una forma de identificar la calidad del apego y los distintos tipos de apego existentes y sus implicaciones.
Además de haber sido una importante figura para la psicología, Ainsworth destacó por enfocarse en las necesidades reales de las mujeres, apostando por aplicar programas de conciliación que permitieran que estas pudieran ser profesionales sin renunciar a una maternidad saludable para ellas y para sus hijos.
