Anquiloglosia: causas, síntomas y tratamiento

La anquiloglosia es un trastorno congénito que reduce el rango de movimiento de la lengua por un acortamiento del frenillo lingual. Un repaso de sus bases clínicas.

anquiloglosia

La lengua es un órgano sensorial compuesto por músculos y rodeado de una membrana mucosa que desempeña más funciones de las que creemos. Y es que es imprescindindible no solo para marcar el inicio de la digestión y a través de las papilas gustativas haer posible el desarrollo del sentido del gusto, sino también permitir el habla a través de sus movimientos.

Así pues, la lengua es un órgano que pertenece al sistema digestivo con una naturaleza muscular y una forma de cono con una longitud de aproximadamente 10 centímetros. Ubicada en la parte inferior de la boca, está compuesta por distintas estructuras que trabajan de forma coordinada.

Y una de ellas, pese a que sea poco conocida, es el frenillo lingual, un pliegue vertical formado por tejido mucoso que surge desde el suelo de la boca hasta la parte delantera de la cara inferior de la lengua. Este frenillo permite y limita los movimientos de los músculos para impedir que sean demasiado exagerados. Pero como cualquier estructura del cuerpo, este frenillo es susceptible de sufrir alteraciones morfológicas.

Y en el caso de un acortamiento del mismo que reduce el rango de movimiento de la lengua estamos hablando de un trastorno conocido como anquiloglosia, más conocido como frenillo corto. Y en el artículo de hoy, de la mano de las más prestigiosas publicaciones científicas, analizaremos las causas, factores de riesgo, síntomas, complicaciones y tratamiento de esta anquiloglosia.

¿Qué es la anquiloglosia?

La anquiloglosia es un trastorno morfológico caracterizado por un acortamiento del frenillo lingual que reduce el rango de movimiento de la lengua. Se trata de una afectación anatómica en la que la parte de abajo de la lengua esta mas cerca, y en ocasiones casi pegada, al piso de la boca. Como hemos dicho, el frenillo lingual es un pliegue vertical compuesto por tejido mucoso que surge desde el suelo de la boca y que se prolonga hasta la parte delantera de la cara inferior de la lengua, con un tamaño de unos 16 milimetros.

Cuando mide menos de 16 milimetros, hablamos de anquiloglosia. Esta puede ser leve, cuando el frenillo mide entre 12 y 16 mm (no llega a dificultar el funcionamiento normal de la lengua ya que se reduce muy poco el rango de movimientos), moderada cuando mide entre 8 y 10 mm (pueden aparecer alteraciones en el habla y problemas en el bebé lactante), severa cuando mide entre 3 y 7 mm (rango de movimientos muy limitado con impacto en la fonación, masticación y deglución) o total cuando mide menos de 3 mm, en cuyo caso la lengua parcial o totalmente fusionada con el suelo de la boca.

La palabra "anquiloglosia" significa literalmente "lengua anclada", por lo que, como vemos, este trastorno apela al desarrollo al nacer de un frenillo inusualmente corto, grueso y/o denso, ocasionando molestias o derivando en complicaciones en la fonación o la masticación dependiendo del grado en el que se presente. No se conoce exactamente la causa detrás de este trastorno, aunque se sabe que el factor genético sería la más importante, que hay casos que muestran tendencia hereditaria y que es más frecuente en niños que en niñas, con un ratio de 2.6 casos en niños por cada caso en niña. Su incidencia total es de aproximadamente el 4,8%.

Generalmente, la anquiloglosia no requiere de tratamiento, pues hay veces en las que no solo es que no haya síntomas, sino que la longitud del frenillo puede aumentar durante la infancia. Sea como sea, en casos donde sí que se necesita, puede optarse por un tratamiento conservador (ejercicios que estimulan la elongación del frenillo) o en casos más graves, un tratamiento quirurgico.

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Causas y factores de riesgo

Las causas detrás de la anquiloglosia no están demasiado claras. Se desconoce el motivo por el que algunas personas nacen con un frenillo lingual demasiado corto, por lo que todo parece apuntar a que su desarrollo se debe a factores genéticos que todavía no conocemos con exactitud. Anomalías en determinados genes que codifican para el desarrollo normal del frenillo podrían estar detrás, pero aún no hemos identificado dichas mutaciones.

Del mismo modo, se ha observado que este trastorno, que tiene una incidencia aproximada del 4,8% en la población, es hereditario, pues hay familias en las que muchos de sus miembros lo presentan. Asimismo, la incidencia en niños es mayor que en niñas, con un ratio de 2,6 a 1,0. Recordemos también que es un trastorno con el que se nace, es decir, que tiene una naturaleza congénita. Durante el desarrollo embrionario, este pliegue que es el frenillo no se desarrolla de forma normal, derivando así en la anquiloglosia.

Síntomas y complicaciones

Los sintomas de la anquiloglosia dependen de la gravedad del trastorno. Aun así, los signos clínicos más comunes son la dificultad para levantar la lengua hasta los dientes superiores o para mover la lengua de lado a lado (pues su rango de movimiento está reducido), problemas para sacar la lengua más allá de los dientes anteriores inferiores y la tendencia a que, cuando se saca, esta presente una forma de corazón o una hendidura. Pero, como decimos, es importante considerar su clasificación.

En la anquiloglosia de grado I estamos ante un trastorno leve. El frenillo lingual mide 12-16 mm y, más allá de leves complicaciones en los movimientos como las que acabamos de mencionar, no hay una pérdida de funciones normales de la lengua ni complicaciones asociadas al frenillo corto.

En la anquiloglosia de grado II estamos ante un trastorno moderado. El frenillo mide 8-10 mm y ya hay una afectación más importante en los movimientos, así como problemas durante la lactancia y alteraciones en el habla. Y es que puede haber problemas al mamar, pues el bebé tiene tendencia a masticar en vez de succionar el pezón. Esto, además de provocar dolor en la madre, puede interferir en la alimentación del bebé. Y en lo que a afectación en el lenguaje se refiere, pueden haber problemas para emitir ciertos sonidos.

En la anquiloglosia de grado II estamos ante un trastorno severo. El frenillo mide 3-7 mm y, además de las anteriores complicaciones, el movimiento de la lengua está mucho más limitado y las afectaciones en la succión, la fonación, la mastación y la deglución se ven más afectadas. Pueden aparecer también problemas de higiene bucal, al ser más complicado quitar los restos de alimentos entre los dientes, incrementando así el riesgo de gingivitis y de caries.

Por último, en el grado IV hablamos de una anquiloglosia total. El frenillo mide menos de 3 mm, por lo que la lengua está parcial o completamente fusionada al suelo de la boca. Todos los síntomas son mucho más severos y pueden aparecer complicaciones graves relacionadas con la higiene bucal. Por ello, especialmente encasos graves, es importante diagnosticar y tratar esta anquiloglosia.

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Diagnóstico y tratamiento

La anquiloglosia se diagnostica a través de una simple exploración fisica del tamaño del frenillo, lo que también permite determinar el grado del mismo. Esto es esencial para conocer la gravedad de la patología y la necesidad o no de realizar un tratamiento en el paciente. Este tratamiento sigue rodeado de mucha controversia, pues hay quienes defienden que la anquiloglosia debe tratarse desde el nacimiento para corregirla y otros que consideran que es mejor esperar a ver cómo evoluciona, pues hay veces en las que el frenillo incrementa de forma natural su tamaño durante la infancia.

Sea como sea, por regla general, la anquiloglosia no suele requerir de tratamiento, pues no solo es que, como hemos dicho, puede conseguir un tamaño normal, sino que incluso cuando no lo hace, como muchos casos son leves, mayoritariamente cursa sin sintomatología. Y cuando hay signos clínicos y el médico considera que hay que abordar la situación para evitar las complicaciones que hemos detallado, este tratamiento suele ser conservador, consistiendo en ejercicios linguales que pueden favorecer la elongación del frenillo.

Ahora bien, en casos más graves (en grados más severos de la anquiloglosia) es posible que este tratamiento conservador no sea suficiente y haya que recurrir a la cirugía, a un tratamiento quirúrgico que puede realizarse en bebés, niños o adultos en los que este acortamiento del frenillo está interfiriendo en su vida.

Generalmente, la cirugía consiste en una frenotomía, una intervención quirúrgica que puede realizarse en la sala de reción nacidos en el hospital o en un consultorio médico y en la que el médico usa unas tijeras esterilizadas para cortar el frenillo, liberándolo. Este procedimiento es rápido y con pocas molestias, pues hay pocas terminaciones nerviosas en este frenillo.

Ahora bien, en caso de que el frenillo sea demasiado grueso como para realizar esta frenotomía o que sea necesaria una reparación adicional, puede realizarse una frenuloplastia, una intervención que se hace bajo anestesia general en la que no solo se corta y libera el frenillo, sino que la herida se sutura.

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