Leucemia: causas, síntomas y tratamiento

La leucemia es un tipo de cáncer que se desarrolla en la médula ósea y que afecta a la producción de células sanguíneas. Cada año se diagnostican 437.000 nuevos casos en el mundo.

Leucemia

18 millones. Este es, por desgracia, el número de diagnósticos de cáncer que se realizan cada año en el mundo. No es de extrañar, viendo esto y teniendo en cuenta su gravedad, que sea la enfermedad más temida del mundo. Pero hoy, afortunadamente, “cáncer” no es sinónimo de “muerte”.

Existen muchos tipos de tumores malignos distintos, pues todos los órganos y tejidos de nuestro cuerpo son susceptibles de desarrollar cáncer. Y la sangre, al ser un tejido vivo, no es una excepción. En las células sanguíneas también puede aparecer un cáncer.

Estamos hablando de la leucemia, un tipo de cáncer sanguíneo que suele afectar a los glóbulos blancos, las células de la sangre que constituyen el sistema inmunitario, aquel que nos defiende de las amenazas externas.

Teniendo en cuenta esto, que es uno de los pocos cánceres que afecta a niños, que es el décimo cuarto con mayor incidencia y que en etapas avanzadas tiene una tasa de supervivencia baja, es imprescindible conocer sus causas y primeros síntomas, pues la detección precoz es primordial para asegurar la eficacia de los tratamientos oncológicos. Y esto es precisamente lo que haremos en el artículo de hoy.

¿Qué es la leucemia?

La leucemia es un tipo de cáncer que afecta a la sangre, aunque empieza a desarrollarse en la médula ósea. Sea como sea, estamos ante el décimo cuarto cáncer más común del mundo, con un total de 437.000 nuevos casos diagnosticados anualmente.

Se trata, además, del tipo de cáncer infantil más frecuente. De hecho, el 30% de los tumores malignos diagnosticados en niños de hasta 16 años, corresponden a la leucemia. Es más frecuente en adultos, pero en lo que a población pediátrica se refiere, la máxima incidencia se da entre los 2 y los 5 años de vida.

Como cualquier otro tipo de cáncer, por mucho que se desarrolle en un tejido líquido como es la sangre, consiste en un crecimiento anómalo de células de nuestro propio cuerpo que, por mutaciones sufridas en el material genético, pierden tanto la capacidad de regular su ritmo de división (se dividen más de lo que deberían) como su función (dejan de comportarse como deberían).

En cuanto esto sucede, se forma un tumor. En caso de que este no afecte a la salud de la persona, se trata de un tumor benigno. Pero si pone en peligro su integridad física, estamos ante un tumor maligno, más conocido como cáncer.

En este sentido, la leucemia es aquel tipo de cáncer que nace en la médula ósea, un tipo de tejido blando localizado en el interior de los huesos donde tiene lugar la hematopoyesis, es decir, la formación y maduración de los distintos tipos de células sanguíneas (glóbulos rojos, plaquetas y glóbulos blancos) a partir de unas células madre.

Estamos ante un proceso muy complejo, pero basta con entender que, en este caso, el cáncer hace que las células que se dividen incontroladamente sean los glóbulos blancos, es decir, las células del sistema inmunitario. Y esto tiene una reacción en cadena devastadora.

Leucemia qué es

Este cáncer desarrollado en los glóbulos blancos inmaduros en la médula ósea hace no solo que estos leucocitos (sinónimo de glóbulo blanco) no puedan madurar, sino que las otras células sanguíneas no puedan formarse.

¿El resultado? En la sangre se tienen valores bajos de células sanguíneas saludables. Los glóbulos rojos disminuyen, por lo que hay problemas en el transporte de oxígeno. Las plaquetas disminuyen, por lo que perdemos capacidad de coagular la sangre. Y los glóbulos blancos disminuyen, por lo que somos más sensibles al ataque de patógenos.

Y, además, las células cancerosas pueden propagarse a través del torrente sanguíneo y llegar a otros órganos, algo que se conoce como metástasis y que hace que el pronóstico sea preocupante. Esto, junto con el hecho de que no puede tratarse con cirugía, hace que el tratamiento sea complejo.

En resumen, la leucemia es un tipo de cáncer que se desarrolla a nivel de la médula ósea, impidiendo que se formen células sanguíneas saludables y, por lo tanto, afectando a la salud de todo el sistema circulatorio.

Causas

Como pasa con la mayoría de cánceres, las causas no están demasiado claras. Es decir, no pasa como con el cáncer de pulmón, que sabemos que su principal causa es fumar. Aquí, las cosas son más complicadas.

No se sabe con exactitud por qué algunas personas desarrollan leucemia y otras no y mucho menos por qué es inusualmente tan común entre niños. Se cree, por lo tanto, que su aparición estaría debida a una compleja combinación entre factores genéticos y ambientales, es decir, de estilo de vida.

Por ello, a pesar de que existen factores de riesgo, la predisposición genética parece ser el componente más importante a la hora de desarrollar este tipo de cáncer en la sangre. Pero, ¿cuáles son estos factores de riesgo? Antes de enumerarlos, es importante dejar claro que no son causa directa, sino que se ha visto que, estadísticamente las personas que cumplen con ellos tienen probabilidades más altas de sufrirlo.

Habiendo dejado claro esto, los principales factores de riesgo son el tabaquismo (fumar aumenta el riesgo de sufrir algunas formas de leucemia), tener antecedentes familiares de leucemia (el factor hereditario no siempre se cumple, pero hay ocasiones en las que sí), haber estado expuesto durante mucho tiempo a sustancias químicas tóxicas (parece ser que la exposición muy prolongada al benceno incrementa el riesgo, pero todavía hay que realizar más estudios), sufrir determinadas anomalías genéticas (al parecer, las personas con síndrome de Down tienen mayor riesgo de padecer leucemia) y haber pasado por tratamientos contra el cáncer previamente (la quimioterapia y la radioterapia pueden incrementar el riesgo de sufrir leucemia).

Leucemia causas

Síntomas

Las manifestaciones clínicas de la leucemia dependen de muchos factores. Y es que dependiendo de la naturaleza del tumor, del lugar donde se ha originado, de la afectación a la producción de células sanguíneas, de la médula ósea afectada, etc, la leucemia puede adoptar formas muy distintas.

Los signos clínicos se deben a la alteración en los niveles de células sanguíneas, es decir, de glóbulos rojos, plaquetas y leucocitos. Como comentamos, cada persona con leucemia experimentará unos síntomas específicos con una gravedad mayor o menor, pero los más frecuentes son los siguientes:

  • Fiebre: La leucemia es uno de los pocos cánceres que, en etapas tempranas, se manifiesta con fiebre, la cual puede venir acompañada de escalofríos.

  • Sangrados: Debido a la afectación en los niveles de plaquetas, las personas con leucemia suelen sufrir sangrados nasales comunes, dificultad para cicatrizar heridas y tendencia a que aparezcan moratones por el cuerpo.

  • Pérdida de peso: Como la mayoría de cánceres, es común que la leucemia provoque una pérdida repentina de peso sin explicación. Esta suele ser de unos 5 kg en poco tiempo.

  • Infecciones recurrentes: Debido a la afectación en la maduración de glóbulos blancos, el sistema inmunitario no puede combatir las infecciones. Por ello, las personas con leucemia suelen enfermar con frecuencia.

  • Fatiga: La leucemia suele manifestarse con fatiga, debilidad y cansancio extremo que no desaparecen por mucho que se descanse o se duerman las horas necesarias.

  • Petequia: Otro de los signos clínicos recurrentes de la leucemia es que aparezcan pequeñas manchas rojas en la piel, debidas a pequeños derrames sanguíneos que ocurren cuando se rompen las paredes de los capilares sanguíneos.

  • Sudoración: Especialmente durante la noche, la leucemia suele provocar una sudoración excesiva que no desaparece por mucho que mantengamos un ambiente frío.

  • Inflamación de ganglios linfáticos: La leucemia suele manifestarse con una inflamación de los ganglios linfáticos (especialmente los del cuello), unas estructuras que participan activamente en las funciones del sistema inmune. Si están inflamados y no hay infección en el cuerpo, habría que acudir al médico.

  • Dolor óseo: Recordemos que el tumor maligno responsable de la leucemia se forma en la médula ósea, un tejido interno de los huesos. Por ello, suele manifestarse con dolor o sensibilidad en los huesos.

Si estos síntomas persisten en el tiempo y ocurren cuando no estamos sufriendo ninguna enfermedad infecciosa, es importante ir al médico. Y es que cuanto antes se detecte la leucemia, más efectivos serán los tratamientos para resolver la enfermedad.

Petequia

Tratamiento

El tratamiento de la leucemia es complejo. Al menos, más que el de otros cánceres. Y es que este depende de muchos factores: el tipo de leucemia, la edad, el estado de salud general, de si ha diseminado a otros órganos, de la localización…

Además, al ser un tipo de cáncer en sangre, no puede tratarse con cirugía, que es el tratamiento predilecto para la mayoría de cánceres que se diagnostican cuando todavía no han diseminado por la sangre. En la leucemia, por mucho que se detecte precozmente, el cáncer ya está en la sangre, por lo que una extirpación quirúrgica no es posible.

En este contexto, el médico optará por un tratamiento u otro, los cuales pueden ser quimioterapia (es el tratamiento por excelencia para combatir la leucemia y consiste en la administración de fármacos que matan las células tumorales), radioterapia (se utilizan rayos X para destruir las células tumorales), inmunoterapia (con medicamentos que estimulan la actividad del sistema inmunitario para combatir el cáncer), trasplante de médula ósea (reemplazar la médula ósea con el tumor maligno por otra de sana procedente de un donante o de tu propio cuerpo) o una combinación de varios.

A pesar de lo complejo del tratamiento y del evidente impacto psicológico tanto en el paciente como en sus seres queridos, la leucemia es tratable. De hecho, si se diagnostica precozmente (de ahí la importancia de conocer los signos clínicos) y se aplican rápidamente tratamientos, el índice de supervivencia puede ser del 90%.

Aunque teniendo en cuenta que las recaídas son comunes (es difícil eliminar completamente el cáncer), que algunas formas de leucemia son más agresivas que otras, que hay veces en las que el tumor ha diseminado y que cada persona es más o menos susceptible, esta también puede ser del 35%.

De todos modos, en líneas generales, la leucemia es, a día de hoy, un cáncer muy tratable que, pese a que las causas de su aparición son desconocidas (y por lo tanto no hay estrategias claras de prevención), sabiendo identificar los síntomas prematuros y solicitando cuanto antes atención médica, el pronóstico suele ser bueno.

Quimioterapia leucemia
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