Anorexia nerviosa: causas, síntomas y tratamiento

La anorexia nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria caracterizado por una restricción patológica del aporte calórico y que se manifiesta con un peso inusualmente bajo y una percepción distorsionada del cuerpo.

Anorexia nerviosa

Por desgracia y pese a que, como sociedad, estamos intentando revertir la situación, la salud mental sigue estando rodeada de muchos estigmas. Cuesta mucho hablar acerca de los trastornos psicológicos y, especialmente, de aquellos relacionados con la conducta alimentaria. Unos cuadros clínicos graves cuya incidencia está en aumento, en parte, debido a los estándares de belleza impuestos.

Esto hace que, en determinados sectores poblaciones (especialmente entre adolescentes), los trastornos de la conducta alimentaria puedan llegar a tener una incidencia del 4,5%. Y aunque no se hable lo suficiente acerca de esta realidad, estos trastornos son enfermedades mentales graves que, como tal, deben ser abordadas.

Y, sin duda, uno de los trastornos de la conducta alimentaria más comunes es la anorexia nerviosa, conocida simplemente como anorexia. Una enfermedad en la que la persona restringe al máximo el aporte calórico, evitando, por todos los medios posibles, comer. El peso corporal inusualmente bajo, el miedo a subir de peso, la percepción distorsionada del propio cuerpo, etc, son las principales características de este trastorno.

A la larga, la anorexia se convierte en una situación potencialmente mortal debido al impacto no solo físico, sino también psicológico y emocional, de la inanición. Por ello, en el artículo de hoy, de la mano de las más prestigiosas publicaciones científicas, exploraremos las causas, síntomas y tratamiento de esta enfermedad.

¿Qué es la anorexia?

La anorexia nerviosa o simplemente anorexia es un trastorno de la conducta alimentaria caracterizado por un estricto control sobre la alimentación, restringiendo al máximo el aporte calórico. En otras palabras, es un trastorno psicológico en el que la persona evita comer por todos los medios posibles en una persecución fatal de un cuerpo ideal.

La percepción distorsionada del propio cuerpo, el peso corporal inusualmente bajo y el intenso miedo de subir de peso son las principales características de esta destructiva enfermedad en la que la persona, que equipara un peso bajo con una autoestima alta, termina siendo presa de su propia mente.

La inanición es el principal desencadenante de los síntomas tanto físicos como emocionales, pues la restricción patológica del aporte calórico provoca que la persona tenga poca energía para mantener estable su organismo, no cumpla con los requisitos nutricionales, no disponga de las suficientes vitaminas ni minerales, etc.

Sea como sea, se trata de un trastorno de la conducta alimentaria muy común, con una incidencia global que, si bien varía entre países y grupos de población, se sitúa en 8 casos por cada 100.000 habitantes, siendo especialmente frecuente en mujeres en edad adolescente.

A la larga y sin el tratamiento necesario que comentaremos más adelante, la anorexia puede tomar el control completo de la vida e incluso convertirse en, por el impacto físico, psicológico y emocional, en una enfermedad potencialmente mortal. Pero con terapia, se puede revertir esta situación y volver a tomar el mando de la vida.

Qué es anorexia

Causas de la anorexia

Como sucede con el resto de trastornos psicológicos, las causas exactas detrás del desarrollo de la anorexia no están demasiado claras. Lo que sí sabemos es que, como hemos dicho, presenta una incidencia global de 8 casos por cada 100.000 habitantes y que es especialmente alta entre mujeres jóvenes (el 90% de los casos), con una máxima afectación en la franja de edad entre los 12 y los 18 años.

De hecho, en las mujeres jóvenes dentro de este margen, la incidencia puede llegar a ser de 3 casos por cada 1.000 habitantes. Estamos, pues, ante un trastorno más común de lo que a simple vista puede parecer. Un trastorno que, como veremos más adelante, tiene síntomas y complicaciones muy graves.

Pero volviendo a las causas, pese a que los motivos exactos detrás de su aparición no se conocen del todo, sí que es muy probable que sea debido a una compleja interacción entre factores biológicos, de entorno y psicológicos.

¿Qué son los factores biológicos? Por factores biológicos entendemos aquellos desencadenantes de la anorexia más asociados a nuestros genes. Evidentemente, no se trata de un trastorno genético, pero nuestra biología (a través de nuestros genes) puede incrementar o reducir las probabilidades de que padezcamos este trastorno. Es decir, puede haber una predisposición genética a la genética ya que nuestros genes determinan, en parte, rasgos de la personalidad que, llegados a la adolescencia, pueden ser un desencadenante de la anorexia.

¿Y los factores del entorno? Por factores del entorno entendemos todos aquellos estándares de belleza aplicados especialmente a la mujer occidental, donde la delgadez es, de forma incomprensible, un rasgo vinculado al éxito en todos los ámbitos de la vida. Esta presión social puede hacer que personas que, por genética y personalidad, tengan una predisposición a este trastorno, terminen por desarrollar anorexia.

¿Y los factores psicológicos? Por factores psicológicos entendemos aquellos rasgos de la personalidad que vamos desarrollando en vida y que facilitan la aparición, en conjunción con los factores biológicos y del entorno, de la anorexia. El perfeccionismo, la baja autoestima, la ansiedad, la personalidad obsesiva compulsiva, el deseo de complacer… Todos estos rasgos psicológicos están muy asociados a la anorexia.

Todo esto explica por qué, si bien la anorexia puede aparecer a cualquier edad, sea muy poco común después de los 40 años y muy frecuente durante la pubertad y la adolescencia (especialmente entre mujeres), pues la presión de grupo, la sensibilidad a las críticas y comentarios sobre el peso, los cambios biológicos y hormonales de la pubertad, etc, son el caldo de cultivo perfecto para la aparición de este destructivo trastorno.

También debemos recalcar que algunos estudios señalan que estar a dieta, pasar hambre, cambiar de trabajo (o de escuela) o de casa, pasar por la muerte de un ser querido, estar superando una ruptura amorosa y tener antecedentes de familiares que han sufrido anorexia son factores de riesgo (que no quiere decir causa) para su desarrollo.

Causas anorexia

Síntomas de la anorexia

Todos los síntomas tanto físicos como emocionales de la anorexia, así como sus complicaciones, derivan de la inanición, es decir, de la restricción de la ingesta alimentaria. Aun así, es muy importante tener en cuenta que los signos clínicos varían entre personas, que no siempre se percibe un peso corporal muy bajo y que inducir el vómito no es un síntoma propio de la anorexia, sino de la bulimia.

Teniendo en cuenta esto y que las personas con anorexia tienden a esconder su situación, es importante conocer todas las manifestaciones típicas de este trastorno de la conducta alimentaria. Veamos, pues, sus síntomas físicos, sus síntomas emocionales y sus complicaciones.

  • Síntomas físicos: Pérdida de peso excesiva, delgadez (que puede llegar a ser extrema), intolerancia al frío, hinchazón de extremidades, piel seca, piel amarillenta, pigmentación azulada en los dedos de las manos, fatiga, recuento anómalo (bajo) de células sanguíneas, insomnio, mareos, desmayos, arritmias, deshidratación, erosión dental, hipotensión (presión arterial baja), ausencia de menstruación, pérdida de cabello, cabello quebradizo o muy fino, estreñimiento, dolor abdominal… Como hemos dicho, los comportamientos purgativos (inducción del vómito), si bien pueden ocurrir en algunos casos, no son propios de la anorexia.

  • Síntomas emocionales: Saltarse comidas, no comer en público, mentir acerca de lo que se ha comido, miedo intenso a subir de peso, percepción distorsionada del propio cuerpo, mirarse con frecuencia al espejo, pérdida de la líbido, irritabilidad, distanciamiento social, cubrirse con muchas capas de ropa, quejarse de tener sobrepeso, comer solo alimentos bajos en calorías, negar tener hambre, poner excusas para no comer, rehusarse a comer, cocinar para los demás pero no comer…

  • Complicaciones: Anemia, problemas en el corazón (incluida la insuficiencia cardíaca), pérdida grave de masa muscular, problemas renales, bajo nivel de minerales en sangre, osteoporosis (pérdida de densidad ósea), autolesiones, pensamientos suicidas (e incluso intentos), consumo indebido de alcohol y otras drogas, trastornos de la personalidad, depresión, ansiedad e incluso la muerte.

Como vemos, la anorexia es una enfermedad muy grave que, por desgracia, no puede prevenirse por completo. Y teniendo en cuenta que las personas anoréxicas, al menos al principio, niegan la situación y no quieren someterse a ningún tratamiento ya que el deseo de ser delgado pasa por encima de la salud, es importante que tanto familiares como amigos luchen para conseguir que la persona afectada reciba la ayuda que necesita.

Síntomas anorexia

Tratamiento de la anorexia

La anorexia debe ser tratada por profesionales. Y por suerte o por desgracia, lo más difícil del tratamiento es llegar a recibirlo, pues una persona con anorexia tiende a negarse a ello porque cree que no lo necesita, siente que le hará subir de peso o no ve su situación como una enfermedad, sino como un estilo de vida. Y aquí viene la importancia de los seres queridos para lograr que reciba el tratamiento que necesita.

El tratamiento dependerá de la gravedad de la situación y, evidentemente, de las necesidades de la persona. Si estamos ante un caso serio donde la vida de la persona con anorexia corre peligro, es posible que sea necesaria una hospitalización para controlar las complicaciones médicas de la inanición grave.

Del mismo modo, hay clínicas que ofrecen programas residenciales tanto diurnos como de día completo que ofrecen tratamientos más intensivos durante un tiempo más prolongado, no tanto para evitar complicaciones, sino para recibir el apoyo necesario para superar la enfermedad.

Sea como sea, tanto si han sido necesarios estos pasos previos como si no, el tratamiento de la anorexia debe enfocarse en dos vertientes: volver al peso saludable y aprender a alimentarse correctamente. En este contexto, los médicos de atención primaria, los dietistas y, evidentemente, la familia se convierten en figuras clave a la hora de mantener hábitos alimentarios normales.

Del mismo modo, la psicoterapia, tanto individual como familiar, ha demostrado tener efectos muy positivos a la hora de cambiar las creencias y pensamientos distorsionados acerca del propio cuerpo que habían desencadenado la anorexia. Gracias a toda esta sinergia de profesionales, la anorexia puede (y debe) ser tratada, con resultados muy buenos en la inmensa mayoría de casos.

Cabe destacar que, más allá del abordaje terapéutico de complicaciones psiquiátricas vinculadas a la depresión y la ansiedad, no hay medicamentos ni fármacos indicados para el tratamiento de la anorexia ya que ninguno ha dado resultados suficientemente positivos. Por ello, su tratamiento no es farmacológico.

Tratamiento anorexia
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