Las 7 diferencias entre anorexia y bulimia

Los trastornos de la conducta alimentaria son enfermedades de salud mental muy graves. Veamos las diferencias entre las dos formas más frecuentes que suelen considerarse erróneamente sinónimos.

Diferencias anorexia bulimia

Durante la infancia y juventud, somos especialmente sensibles y susceptibles a lo que sucede a nuestro alrededor, siendo altamente influenciables por lo que vemos. Esto, junto con el hecho de que la sociedad ha impuesto unos absurdos estándares de belleza, es el caldo de cultivo perfecto para que surjan inseguridades con nuestro cuerpo.

Y en este contexto, aparece la ansiedad por gustar tanto a los demás como a nosotros mismos, persiguiendo unos ideales físicos que, en la mayoría de casos, son imposibles de lograr. Y así surge una obsesión por el peso, así como una insatisfacción con nuestra imagen.

Estos cambios en los hábitos alimenticios abren la puerta al desarrollo de los conocidos como trastornos de la conducta alimentaria, que son enfermedades de salud mental que se expresan con conductas anómalas en la alimentación, así como con una percepción distorsionada del propio cuerpo.

Se trata de trastornos muy complejos que, en casos graves y por su impacto tanto físico como psicológico, pueden llegar a provocar la muerte. Y teniendo en cuenta que su incidencia no hace más que aumentar, es imprescindible conocer en profundidad a los dos más importantes: la anorexia y la bulimia. Por ello, en el artículo de hoy, analizaremos en qué se diferencian.

¿Qué es la anorexia? ¿Y la bulimia?

Antes de entrar a detallar sus diferencias, es importante definirlas individualmente, pues de esta manera ya pueden verse sus particularidades. Como ya hemos comentado, la anorexia y la bulimia suelen considerarse erróneamente como sinónimos, pero no lo son.

Ambas patologías entran dentro del grupo de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), siendo enfermedades de salud mental de causas muy complejas que se manifiestan con una obsesión por reducir el peso corporal y afectando especialmente a adolescentes y mujeres jóvenes. De hecho, los TCA representan la tercera enfermedad crónica más común entre esta población, pudiendo llegar a una incidencia del 0,3%. Veamos, pues, en qué consiste cada una de ellas.

Anorexia: ¿qué es?

La anorexia nerviosa, conocida simplemente como anorexia, es un trastorno de la conducta alimentaria que se manifiesta con un peso corporal inusualmente bajo, un intenso miedo de subir de peso y una percepción distorsionada del propio cuerpo.

Esta enfermedad se caracteriza por un estricto control sobre la alimentación, restringiendo al máximo el aporte calórico. Es decir, la persona evita por todos los medios comer. En una persecución fatal de un cuerpo ideal que jamás puede lograrse, la persona, que equipara un peso corporal bajo con una autoestima alta, es presa de su propio cerebro.

En este sentido, los síntomas de la anorexia están vinculados a esta inanición, es decir, la grave reducción tanto en los nutrientes recibidos como en las vitaminas, así como en los minerales y la energía en general. Fatiga, intolerancia al frío, anemia, deshidratación, estreñimiento, mareos, desmayos, insomnio, ausencia de menstruación, pérdida de cabello, piel seca, hipotensión… Son solo algunos de los síntomas de la anorexia.

Todos los signos clínicos aparecen por privar al cuerpo de la energía y nutrientes que necesita ya que la persona no está ingiriendo suficientes cantidades de comida. A la larga, el impacto físico y psicológico puede ser tan grave que la enfermedad se vuelve potencialmente mortal.

En resumen, la anorexia nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria caracterizada por una restricción máxima del aporte calórico y de la ingesta de alimentos, lo que lleva a la persona a padecer una inanición potencialmente letal por el impacto físico y emocional de la misma.

Anorexia

Bulimia: ¿qué es?

La bulimia nerviosa, conocida simplemente como bulimia, es un trastorno de la conducta alimentaria en el que la persona, tras darse atracones de comida, siente la necesidad incontrolable de deshacerse de las calorías, por lo que recurre a cualquier medio para hacerlo, el cual suele ser provocarse el vómito.

En este sentido, la bulimia tiene un claro componente emocional y compulsivo. No hay una restricción de la ingesta calórica, sino todo lo contrario. De forma más o menos regular se dan episodios de comer cantidades excesivas de alimentos de golpe, con una clara pérdida del control.

Después de estos, por el miedo de aumentar de peso, la persona tendrá que deshacerse rápidamente de los nutrientes, pues no quiere que las calorías hagan su efecto. Por ello, después de los atracones suelen vomitar, con todas las complicaciones físicas en el aparato digestivo que esto implica.

Por regla general, se considera que una persona sufre bulimia cuando realiza estas purgas al menos una vez por semana. Llegados a este punto, el impacto físico y emocional de la enfermedad es muy destructivo, pudiendo poner en peligro la vida.

En resumen, la bulimia nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria en el que, debido a un miedo profundo a aumentar de peso y a una clara dificultad de controlar las emociones, la persona realiza atracones de comida para luego “compensar” esto con comportamientos purgatorios, los cuales suelen consistir en provocarse el vómito.

Bulimia

¿En qué se diferencian la anorexia y la bulimia?

Después de definirlas individualmente, seguro que quedan bastante claras las diferencias entre ambos trastornos de la conducta alimentaria. Aun así, para que quede todo más claro, vamos a repasar punto por punto las diferencias clave en lo que a causas, incidencia, manifestaciones, síntomas, complicaciones y tratamientos se refiere.

1. La anorexia es restrictiva; la bulimia, compulsiva

Es seguramente la principal diferencia. Como hemos visto, la anorexia se basaba en la restricción. Es decir, una persona anoréxica evitará por todos los medios posibles comer. No está basada (aunque claro que pueden haber circunstancias excepcionales) en los episodios de atracones y posteriores purgas, sino que hay un control obsesivo en la ingesta calórica. Por lo tanto, en la anorexia hay una enorme restricción de la conducta.

La bulimia nerviosa es el polo opuesto, en el sentido que se separa por completo de esta restricción de la conducta. Una persona con bulimia adopta una postura de compulsividad en lo que a comer se refiere. Como hemos visto, la bulimia consiste en darse atracones de comida para luego purgar el cuerpo, siendo la inducción del vómito la vía predilecta para ello.

2. La bulimia se basa en conductas purgativas; la anorexia, no siempre

Como hemos dicho, ambos trastornos se manifiestan con una obsesión enorme por no aumentar de peso. De todos modos, las vías para evitar la acción de las calorías es diferente. Por un lado, la bulimia tiene un claro componente compulsivo, por lo que al no restringir el aporte calórico, hay que expulsar los alimentos del aparato digestivo. Aquí es cuando entran en juego las purgas, que consisten en inducirse el vómito antes de iniciar la digestión.

En la anorexia, pese a que pueden haber episodios aislados de comer e inducir el vómito, no es común que se realice ninguna purga, pues ni siquiera llegan a comerse alimentos. Por lo tanto, vomitar es propio de la bulimia, no de la anorexia.

3. Una persona con bulimia se da atracones; una con anorexia, huye de la comida

La bulimia se basa en la compulsividad. La anorexia, en la restricción. Por lo tanto, mientras que una persona anoréxica evita por todos los medios posibles comer, una con bulimia, movida por unos comportamientos incontrolables, se da atracones de comida para luego compensarlo a través de la purga.

Por lo tanto, una persona con anorexia huye de la comida para evitar la ingesta calórica. En cambio, una con bulimia es compulsiva con la comida. No huye de ella.

4. La anorexia es más común que la bulimia

Hay que dejar muy claro que este punto es muy variable. Después de una búsqueda por diferentes artículos científicos, hemos visto que cada país tiene unos datos concretos. Aun así, de acuerdo a la información publicada por la OMS, la incidencia de la anorexia es, en líneas generales, mayor que el de la bulimia.

De todos modos, en lo que a salud pública se refiere, lo importante es su incidencia global, que puede llegar a ser de 8 por cada 100.000 habitantes. De nuevo, recalcar que estas cifras dependen del país, aunque sirve para hacernos una idea.

Paralelamente, recordar que su incidencia es especialmente alta entre las mujeres jóvenes (hasta el 90% de los casos), con una máxima afectación en la franja de edad de entre los 12 y los 18 años, en cuyo caso la incidencia puede llegar a ser del 0,3%.

5. En la anorexia hay un infrapeso; en la bulimia, no siempre

Una de las principales características que las diferencia es el hecho de que una persona con anorexia suele estar extremadamente delgada (a pesar de que ella, por la distorsión visual que sufre, no es capaz de verlo). En este sentido, las personas anoréxicas tienen, de media, un peso corporal por debajo del 17,5 de IMC. Un peso que, teniendo en cuenta que el IMC óptimo está entre 18,5 y 25, ya se considera infrapeso.

Una persona con bulimia, a pesar de que resulte sorprendente, suele tener un peso corporal dentro de este rango normal. Como no hay restricción alimentaria, sino episodios de atracones, no tiende a estar en el infrapeso, aunque sí que se observan fluctuaciones importantes en su peso corporal.

6. La anorexia suele ser más grave

Ambas patologías son muy serias y pueden poner en peligro la vida. Habiendo dejado claro esto y entrando en particularidades, las estadísticas demuestran que la tasa de mortalidad vinculada a la anorexia es más alta que la vinculada a la bulimia.

Y es que en líneas generales, los efectos de la inanición causada por la anorexia son más dañinos para la integridad física y emocional. Es por esta razón que los ingresos hospitalarios son más frecuentes en personas con anorexia que en personas con bulimia.

7. La bulimia suele empezar a edades más avanzadas

Como hemos comentado, la incidencia de ambos trastornos es especialmente alta entre mujeres jóvenes y adolescentes de entre 12 y 25 años. Ahora bien, hay ligeras diferencias entre la edad de manifestación de la anorexia y de la bulimia.

En líneas generales, la bulimia tiende a manifestarse durante la adolescencia y la juventud, entre los 18 y los 25 años. Por lo tanto, es estadísticamente menos probable que empiece antes de cumplir la mayoría de edad. La anorexia, en cambio, es más común entre los menores de edad. De hecho, suele manifestarse entre los 14 y 18 años.

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