Paracelso: biografía y resumen de sus aportes a la ciencia

Paracelso fue un médico suizo del siglo XVII que revolucionó para siempre el mundo de la medicina al diseñar los primeros medicamentos basados en las propiedades químicas de distintas sustancias.

Paracelso

“Todas las sustancias son venenos. No hay ninguna que no sea venenosa. La dosis correcta es lo que diferencia un tóxico de un remedio.”

La historia de la medicina está llena de momentos y personajes clave. Y uno de ellos es, sin duda, Paracelso, un médico y alquimista suizo que, pese a lo controvertido de su figura, revolucionó por completo la medicina al crear los primeros “fármacos” basados en las propiedades químicas de distintas sustancias en una época en la que se creía que solo las plantas y hierbas podían ser útiles.

Por ello, Paracelso se considera un precursor de la bioquímica y padre de la toxicología. Además, su vida está llena de momentos polémicos entre los que se incluyen cuestionar textos clásicos (e incluso quemarlos) de la medicina y la ciencia, desprestigiar a figuras científicas que se consideraban intocables y separarse de los procedimientos tradicionales.

Todo esto hace que Paracelso sea considerado toda una leyenda en el mundo de la medicina. Y es que además de ser pionero en el desarrollo de lo que hoy en día consideramos medicamentos, Paracelso fue el primero en describir la clínica de algunas enfermedades infecciosas, estableció la conexión entre mente y cuerpo, desarrolló tratamientos para patologías que se consideraban incurables…

La medicina y la ciencia en general le debe mucho a Paracelso. Por ello, en el artículo de hoy haremos un repaso de quién fue y cuáles fueron sus principales aportes a la ciencia.

Biografía de Paracelso (1493 - 1541)

El primer dato que ya nos muestra que Paracelso fue un personaje curioso es que este no es su verdadero nombre. Es su nombre artístico. Su verdadero nombre es Theophrastus Phillippus Aureolus Bombastus von Hohenheim.

Pero para él, este nombre no vendía, así que decidió hacerse llamar Paracelso, que en latín significa literalmente “Por encima de Celso”. Celso fue un filósofo griego del siglo II cuya figura se consideraba un auténtico referente. Esto ya nos da muestras de cómo era este médico suizo, considerado el padre de la toxicología.

Primeros años

Paracelso nació en Einsiedeln, una pequeña localidad situada en el centro de Suiza, el 10 de noviembre de 1493. Hijo de un médico reputado, desde niño acompañó a su padre cuando este visitaba a los enfermos.

Fue en esta temprana edad en la que desarrolló una gran pasión y admiración por la naturaleza y por la ciencia en general. Por ello y dado que su familia gozaba de una buena posición social, Paracelso (aunque todavía no se había dado este nombre a él mismo) recibió una buena educación en astronomía, música, aritmética, gramática, etc.

Fue también durante su juventud que empezó a estudiar la química de los metales y se familiarizó con el arte de trabajarlos y manipularlos, pues esta región de Suiza destacaba por sus tareas de minería.

En 1506 fue a la Universidad de Basilea para continuar con sus estudios en química y medicina. Después, siguió formándose en Viena y Ferrara, Italia, donde consiguió el título de doctor. Fue en este momento en el que decidió cambiarse de nombre. Oficialmente era Paracelso.

Vida profesional

Al doctorarse, Paracelso decidió iniciar una peregrinación que duraría 12 años y en la que recorrió muchos países, incluidos Inglaterra, España, Turquía y Egipto. Fue durante este largo viaje en el que empezó a ganar seguidores al explicar sus ideas acerca de cómo los filósofos y científicos estaban equivocados ya que no enfocaban bien los estudios en medicina.

En contra de lo que se pensaba, Paracelso estaba convencido de que las enfermedades aparecían por algo que venía del exterior, y no por cambios internos como se venía diciendo. Por ello, era imposible curar enfermedades con hierbas, ungüentos y mucho menos con purgas y otras “terapias” tradicionales.

Paracelso defendía que el remedio a todos estos males estaba en la naturaleza, pero no en las plantas, sino en los minerales y que, por lo tanto, todo lo que se había explicado hasta ese momento era mentira.

Después de esta peregrinación, Paracelso volvió a Suiza, donde ganó una cátedra por la Universidad de Basilea en 1526. Fue en esta ciudad donde desarrolló gran parte de su vida profesional, que estuvo enfocada básicamente en desmontar la medicina clásica y en tratar de demostrar que era en los minerales y los químicos donde estaba la solución a los problemas de la medicina.

Y para combatir esta medicina clásica incluso llegó a quemar públicamente libros de algunos de los filósofos y científicos más venerados durante la historia. Se cree que pudo llegar a quemar algunos textos de Hipócrates, considerado como el padre de la medicina.

Publicó distintas obras en las que ligaba alquimia y medicina y en las que defendía que cada enfermedad debía tener una cura propia (los remedios universales no podían existir) y describía cómo elaborar “medicamentos” combinando distintos químicos y metales. Sin embargo, es evidente que se ganó muchos enemigos, tanto médicos como “farmacéuticos”.

Por ello, tuvo que marcharse de Basilea en 1528 y volver a recorrer distintos países, cambiando cada poco tiempo de residencia. Durante este tiempo siguió atacando a la medicina clásica y apostando por una nueva visión en la que se defendía que era en la química donde encontraríamos la respuesta a cómo curar las enfermedades que azotaban el mundo.

De todos modos, pese a que Paracelso hizo increíbles progresos en el ámbito de la medicina, no todas sus investigaciones fueron válidas. Y es que dijo que la cirugía no servía para nada ya que la anatomía humana no tenía ninguna relevancia a la hora de desarrollar enfermedades. En esto se equivocó, pero en sus progresos como alquimista encontramos el origen de la medicina moderna.

Finalmente y después de dejar tras de sí un legado que sigue vigente a día de hoy pese a lo polémico y controvertido de su figura, Paracelso falleció en el año 1541 en Salzburgo, Austria, donde llevaba viviendo poco más de un año.

Los 5 principales aportes de Paracelso a la ciencia

Pese a que su forma de desprestigiar a algunos referentes de la medicina tradicional fue, por lo menos, cuestionable, lo cierto es que Paracelso aportó muchos avances y progresos a la medicina y la ciencia en general. Asentó las bases de lo que hoy en día se considera como medicina moderna.

1. Desarrollo de los primeros fármacos

Paracelso, pese a lo controvertido de su figura, indudablemente fue una persona adelantada a su tiempo. E igual que sucede con las personas que marcan un antes y un después, se atrevió a cuestionar las bases de todo. Y uno de los grandes aportes fue que afirmó que los remedios a las enfermedades, si bien a veces podían encontrarse en los vegetales, por regla general había que recurrir a los minerales y a los químicos, algo que hasta ese momento se consideraba un sinsentido.

Paracelso desarrolló distintos preparados gracias a sus conocimientos en alquimia en los que introducía sales, hierro, mercurio, antimonio, plomo, azufre, etc, en cantidades en las que no resultaban tóxicas para el cuerpo pero que ayudaban a superar las enfermedades. Esto asentó las bases de la farmacología moderna.

Y es que fue el primero en considerar que ciertos venenos (como estas sustancias químicas que utilizaba), en las dosis adecuadas, podían curar enfermedades.

2. Descripción clínica de enfermedades

Hasta ese momento, las enfermedades y su naturaleza eran un absoluto misterio. Paracelso fue uno de los primeros en afirmar que el origen de las enfermedades no se encontraba en los cambios que sufría uno mismo por dentro, sino que venían del exterior. Esto fue un absoluto cambio de paradigma que iba en contra de todo lo que se creía.

Una de sus grandes aportaciones fue la primera descripción clínica de la sífilis y el bocio, además de desarrollar “fármacos” a base de azufre y mercurio para combatirlas. De todos modos, algunos de sus escritos estaban más cerca de la homeopatía que de la medicina como tal.

3. Negación de los remedios universales

Hasta ese momento se creía que había remedios universales que podían curar muchas enfermedades distintas. Paracelso fue el primero en decir que esto era imposible. Él afirmaba que cada enfermedad era distinta y que, por lo tanto, el remedio para curarla debía ser muy específico. Esto es algo absolutamente comprobado a día de hoy.

4. Defensa de la experimentación como método científico

Paracelso era un férreo defensor de que para conseguir progresos en la medicina y la ciencia en general, la única vía era la experimentación. Y es que Paracelso aplicaba a la perfección el método científico que a día de hoy continúa absolutamente vigente. Él decía que el único modo de hacer descubrimientos reales era plantear una teoría y afirmarla o rechazarla con experimentos.

5. Defensa de la unión entre mente y cuerpo

Cuando decimos que Paracelso fue un visionario es, en gran parte, por esto. Y es que fue el primero en defender la conexión entre lo emocional y lo físico, es decir, en afirmar que nuestras emociones y estado mental podían tener un papel muy importante a la hora de determinar nuestra susceptibilidad a desarrollar enfermedades. En su momento esto fue considerado absurdo, pero a día de hoy, está más que comprobado que mente y cuerpo están estrechamente conectados.

Referencias bibliográficas

  • Lugones Botell, M., Ramírez Bermúdez, M., Miyar Pieiga, E. (2013) “Paracelso”. Medigraphic.
  • Hanegraaff, W.J. (2008) “Paracelsus: Essential Theoretical Writings”. BRILL.
  • Petrovic, B., Matovic, V., Vukomanovic, P. (2018) “Paracelsus - a Man behind a Myth”. History of toxicology.
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