Las 7 diferencias entre juego y deporte (explicadas)

La frontera entre lo que es un juego y lo que es un deporte puede llegar a ser muy difusa, pero hay distinciones importantes entre estos términos. Una descripción de sus diferencias en forma de puntos clave.

Diferencias juego deporte

El juego y el deporte forman parte de nuestra naturaleza humana. Han estado, están y estarán presentes en todas las culturas del mundo, formando parte de la existencia social, pues hay referencias de ellos que datan del año 3000 a.C. Los juegos y los deportes, pues, han moldeado nuestra forma de relacionarnos entre nosotros y con el mundo.

Desde actividades de natación en el Antiguo Egipto hasta prácticas de gimnasia en la Antigua China, jugamos y hacemos deporte desde los orígenes de la civilización. Y es que más allá de sus claros beneficios para la salud y a nivel social, el juego y el deporte tienen una magia que nos invita a, sin importar nuestras preferencias, practicar cualquiera de sus vertientes.

Ahora bien, ¿los juegos y el deporte son sinónimos? No. Ni mucho menos. Pese a su más que evidente relación que comentaremos más adelante y a que su frontera y límites pueden parecer muy difusos, se trata de conceptos muy diferentes que designan actividades distintas.

Por ello, en el artículo de hoy y con el objetivo de despejar todas las posibles dudas existentes en referencia a su distinción, además de entender de manera individual qué son los juegos y qué es el deporte, presentaremos, en forma de puntos clave, las diferencias más importantes entre estos dos términos que forman parte del mundo en el que vivimos.

¿Qué son los juegos? ¿Y los deportes?

Antes de entrar en materia en profundidad y ver las diferencias clave entre ambos conceptos, es interesante e importante que nos pongamos un poco en contexto y entendamos, individualmente, qué es exactamente el juego y qué es el deporte. De esta forma, tanto su relación como sus diferencias empezarán a quedar mucho más claras.

Juego: ¿qué es?

Un juego es cualquier actividad de carácter lúdico con unas reglas más o menos limitadas que, mediante el uso de herramientas o de la simple imaginación, guían la actividad para proporcionar entretenimiento, diversión y, en ocasiones, competitividad. Así pues, es toda aquella actividad física o mental que se hace para pasarlo bien.

Tiene una clara vinculación con la infancia, pues muchos juegos acompañan este carácter lúdico con una clara voluntad didáctica o de fomentación de valores culturales, sociales y personales. Y es que jugar favorece el desarrollo de habilidades mentales y nos empuja a establecer, especialemente cuando somos niños, vínculos estrechos con otras personas.

La mayoría de juegos tienen un carácter tradicional, con reglas y normas poco estandarizadas que, de hecho, son pactadas normalmente por los propios participantes. Esta carencia de una oficialidad tan férrea hace que sean actividades más recreativas, espontáneas, naturales y muy influenciadas por el contexto sociocultural donde se desarrolla.

Además, muchos juegos pueden ser practicados por una sola persona (como los juegos de construcción e incluso los videojuegos), aunque es cierto que la mayoría están diseñados para ser practicados con fines placenteros por distintas personas, como el escondite, el pilla-pilla, los juegos de mesa, montar en bici, perseguirse… Actividades de carácter lúdico que carecen de oficialidad pero sí de un poderoso componente tradicional. Eso son los juegos.

Juego qué es

Deporte: ¿qué es?

Un deporte es cualquier actividad de carácter competitivo con unas reglas oficiales y cuya práctica, además de esta competitividad, requiere de un esfuerzo físico que viene precedido de un entrenamiento con adquisición de habilidades para su práctica. Aunque esté muy asociado a la competitividad, también tiene fines recreativos y placenteros.

En el mundo hay un total de 250 deportes reconocidos, siendo la natación, el fútbol, el voleibol, el running, el ajedrez (a pesar de la controversia de si debe considerarse un deporte o un juego), el ciclismo, el baloncesto y el tenis los más practicados. Son actividades con unas reglas y normas oficiales que, generalmente, están asociadas a la actividad física.

Para que una actividad pueda ser considerada como un deporte, debe estar evaluada por las organizaciones deportivas que se encargan de controlar todo lo relativo a la reglamentación. Por ello, pese a que puedan tener un origen tradicional, han normalizado y oficializado sus normas por el mundo, haciendo que el carácter cultural no sea (en la mayoría de casos) tan notorio.

Además, con la excepción de prácticas deportivas solitarias, la mayoría de deportes se practican en equipo, con un componente de competición que siempre está presente. Aunque evidentemente haya diversión, el deporte se fundamenta en la competitividad y la oficialidad de sus reglas. Actividades reconocidas por organizaciones públicas o privadas que, a través de la práctica de actividad física con normas oficiales, permiten que personas compitan entre ellas para obtener una victoria. Eso son los juegos.

Deporte qué es

¿Cuáles son las diferencias entre los juegos y los deportes?

Tras esta introducción, seguro que las diferencias entre conceptos han quedado más que claras. Al final, un deporte puede entenderse como un juego. Y un juego, como un deporte. Pero lo que queremos hacer aquí es mostrar, de la forma más clara posible, las diferencias más importantes entre ellos. Veamos, pues, a través de puntos clave, cuáles son las principales distinciones entre un juego y un deporte.

1. El juego tiene un carácter lúdico; el deporte, competitivo

La diferencia clave y, sin duda, aquella con la que nos tenemos que quedar. Es cierto que los juegos tienen también un toque de competitividad y que los deportes son también lúdicos. Pero si nos ceñimos a sus cimientos, es una evidencia que los juegos están diseñados, más que para competir, para fomentar la diversión de sus practicantes. En cambio, los deportes, más que para divertirse, que también, están diseñados para ser actividades competitivas cuya práctica culmine con la obtención de un jugador o equipo ganador.

2. El deporte es una actividad oficial; el juego, una actividad tradicional

Para que un deporte pueda ser considerado como tal, debe ser evaluado y reconocido como tal por organizaciones deportivas públicas o privadas. Algo que favorece su estandarización internacional y la pérdida de, en caso que la tuviera, su origen tradicional. En cambio, los juegos, al no estar oficializados ni regulados, mantienen su carácter tradicional y su adherencia a un contexto sociocultural concreto. De ahí que, mientras que hay 250 deportes, hay miles de juegos distintos.

3. El deporte está más vinculado a la actividad física

Una diferencia que, de nuevo, es sutil, pues hay juegos que también involucran actividad física. De todos modos, lo que es evidente es que, al estar regulado por normas oficiales (especialmente en lo que a intensidad y tiempo se refiere), el grado de actividad física para la práctica del deporte suele ser mayor. Aun así, hay casos como el ajedrez que se encuentran en el limbo. Pero la regla general es que los juegos no requieren normalmente de tanto esfuerzo físico por parte de los participantes.

Entrenamiento basket

4. La práctica de deporte requiere de entrenamiento

De nuevo, una diferencia que puede generar debate. Y es que a pesar de que muchos juegos requieran de destreza y de mucha práctica, es innegable que el factor “entrenamiento” es mayor en el deporte. Al ser una actividad más competitiva que el juego y que, no olvidemos, a niveles altos genera mucho dinero, tiene un componente de entrenar para ganar fuerza y resistencia física, así como para mejorar las destrezas y habilidades, mayor.

5. Un deporte requiere de espacios para su práctica; un juego, rara vez

Es cierto que hay deportes como el running o el ciclismo que no requieren de instalaciones como tal para su práctica, pero la inmensa mayoría de deportes, sí. Campos de fútbol, pistas de baloncesto, pistas de tenis, campos de golf… Se necesitan unos espacios perfectamente adaptados a las reglas y necesidades del deporte en cuestión. Esto no sucede tanto con los juegos, pues la mayoría de ellos pueden practicarse donde y cuando sea, sin necesidad (normalmente) de instalaciones especiales.

6. Las reglas de los juegos son más flexibles que las de los deportes

Como hemos dicho, los juegos, con un fuerte carácter tradicional, se plantean como actividades naturales, espontáneas y poco oficiales, con unas reglas que, si bien están algo delimitadas para que la práctica del juego sea viable y justa, son menos estrictas que en los deportes. Los deportes, en cambio, debido a su estandarización internacional y uso de normas oficiales, son mucho menos flexibles.

Es decir, mientras que en el juego son los propios participantes los que pactan las reglas, en el deporte son las organizaciones deportivas las que las pactan, requiriendo de una estricta adherencia a las mismas.

Juego niños

7. Un deporte puede convertirse en algo profesional; un juego, no

Acabamos con una diferencia importante. Y es que, ¿cuántos futbolistas millonarios conoces? ¿Y cuántas personas se han hecho millonarias jugando al escondite? Las respuestas son más que evidentes. Al ser actividades promocionadas por organizaciones deportivas y debido a su gran interés mediático por la competitividad que tienen detrás, los deportes pueden convertirse en algo profesional. Los juegos, no. Lo único similar podrían ser los deportes electrónicos, pero estos ya han abandonado la frontera de los juegos y han pasado a ser considerados (justamente) como deportes.

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