Los 5 tipos de células procariotas (y sus características)

Las bacterias y arqueas son organismos procariotas, pues su información genética se encuentra libre en el citoplasma, sin membrana nuclear que la aísle. Veamos cómo se clasifican sus células.

Tipos células procariotas

Todo entorno está rodeado de miles de millones de microorganismos que el ojo humano no es capaz de ver. Sin ir más lejos, la pantalla del móvil en el que puede que estés leyendo estas líneas contiene una media de 25,127 bacterias por cada 6,5 centímetros cuadrados de pantalla, lo que la convierte en una de las superficies más sucias con las que el ser humano entra en contacto todos los días (bastante más que un inodoro).

Si nos movemos a una escala mucho más grande, descubriremos que los microorganismos son unos de los mayores productores de materia orgánica del planeta Tierra. Las plantas aportan unas 450 gigatoneladas de las 550 gigatoneladas de carbono presentes en el globo (un 80% del total), pero las bacterias y arqueas no se quedan cortas, con 70 gigatoneladas y 7 Gt, respectivamente. Con estos datos, nos queda claro que estos microorganismos están por todas partes y juegan un papel esencial en el desarrollo de la vida.

Tanto bacterias como arqueas tienen un rasgo basal en común: ambas son unicelulares y procariotas, o lo que es lo mismo, son los dos únicos dominios englobados dentro del superreino Prokaryota. Si estas cifras y afirmaciones han captado tu curiosidad, te animamos a seguir leyendo, pues a continuación hacemos un extenso recorrido por los 5 tipos de células procariotas y sus características.

¿Cuáles son los tipos de célula procariota?

Antes de buscar diferencias, es necesario tender puentes a nivel biológico. Una célula procariota es aquella que no presenta su ADN envuelto en una membrana nuclear, es decir, su material genético se encuentra libre en el citoplasma, en una región denominada nucleoide. En las células procariotas, el genoma se presenta generalmente en forma de un único cromosoma, compuesto por ADN de doble cadena y de forma circular.

Como podrás imaginar, esta simplicidad genómica limita bastante la funcionalidad de los procariotas. Por ejemplo, la especie E. coli presenta en su genoma 4.639.221 pares de bases, mientras que un ser humano (eucariota), en cada conglomerado genético del núcleo celular, contiene 3200 millones de pares de bases. No es de extrañar, pues la mayoría de bacterias poseen un único cromosoma en su célula, mientras que nosotros tenemos 46 (23 parejas).

De todas formas, las bacterias y arqueas tienen un as bajo la manga para extender su genoma: los plásmidos. Estas son moléculas de ADN circular extracromosómico que se autorreplican por sí solas y suponen un mecanismo esencial de transferencia horizontal de genes (de individuo a individuo, sin que exista reproducción). Los plásmidos más grandes contienen de 50 a 100 genes distintos y son un factor clave a la hora de desarrollar resistencias a antibióticos en poblaciones bacterianas.

Una vez realizada esta acepción, estamos preparados para mostrarte los 5 tipos de células procariotas, haciendo una escisión temprana entre los dominios bacteria y arquea. Vamos a ello.

1. La célula bacteriana

Antes de sumergirnos en los subtipos de células bacterianas, podemos citar una serie de características comunes a todas ellas. Te las enumeramos, de forma somera, en la siguiente lista:

  • Pared celular (excepto en Mycoplasma y Thermoplasma): una pared gruesa compuesta por peptidoglicano, que protege a la bacteria de la lisis, de la acción de antibióticos y le otorga gran parte de su patogenicidad.
  • Membrana celular: una membrana mucho más fina y frágil que la pared, que delimita el citoplasma del medio y actúa como centro de intercambio de sustancias con el exterior celular.
  • Ribosomas: los ribosomas están presentes en todas las células (excepto espermatozoides), sean estas procariotas o eucariotas. Se encargan de ensamblar proteínas.
  • Citoplasma: el medio acuoso interno de la célula. Está compuesto mayoritariamente por agua, pero también contiene enzimas, sales y moléculas orgánicas.
  • Nucleoide: la información genética del organismo procariota, en forma de un cromosoma distribuido de forma difusa.
  • Inclusiones citoplasmáticas: incluye a los ribosomas y a otras masas más grandes repartidas por el citoplasma.

Además de esto, cabe destacar que existen muchas formaciones específicas según el género bacteriano en el que nos fijemos, como flagelos, membranas externas (por encima de la pared) o glucocálix, un material exudado polimérico extracelular compuesto por proteínas y carbohidratos. A continuación, te presentamos las particularidades de los tipos de células bacterianas.

Célula bacteriana

1.1 Cocos

Los cocos son bacterias unicelulares (como todas) con formas casi esféricas y agrupaciones homogéneas. Dependiendo de su asociación con otras células bacterianas, se distinguen diverso tipos de cocos: diplococos (permanecen en pares después de la división), tétradas (agrupaciones de cocos en disposición cuadrada), sarcinas (disposición cúbica, división en tres direcciones), estreptococos (4 o más bacterias en forma de cadena) y estafilococos, similares a los estreptococos pero de organización más difusa.

1.2 Bacilos

Este grupo es mucho más heterogéneo que el anterior, pues las células procariotas presentan formas diversas, desde cilindros a “bastones”, pasando por diferentes tamaños y diámetros. Cabe destacar que el término bacilo hace referencia a un grupo polifilético, es decir, incluye a varios géneros y familias (Actinomyces, Bacillus, Bacteroides y muchos más). Esto quiere decir que no todos los bacilos son del género Bacillus.

Al igual que los cocos, los bacilos pueden presentar varias formas, según la agrupación celular en la que se presenten los microorganismos citados. Por ejemplo, los diplobacilos se organizan en pares, los estreptobacilos forman cadenas de 4 o más individuos y las formas filamentosas crecen ramificándose en diversas direcciones.

1.3 Espirilos

Son aquellas células bacterianas que, en su forma, presentan una o más curvaturas, siendo las más famosas las que tienen una disposición en tipo hélice. Dentro de esta agrupación podemos destacar 3 subgrupos diferentes, de los cuales te contamos unas pocas pinceladas:

  • Vibriones: bacteria con forma de coma, dotada de un movimiento ondulatorio.
  • Espirilos: de forma rígida y helicoidal, estas bacterias se mueven gracias los flagelos que presentan, en disposición lofotrica o anfitrica. El género Spirillum es el más famoso.
  • Espiroquetas: también presentan forma helicoidal, pero son mucho más flexibles que los espirilos. Se mueven a partir de flagelos periplásmicos internos.

1.4 Otras formas de la célula bacteriana

Existen otras formas que no se pueden englobar en ninguno de los grupos aquí citados, pues recordamos que estos son meramente informativos de la condición morfológica del organismo. Por ejemplo, las bacterias del género Stella presentan formas estrelladas y las del género Haloarcula son de forma plana y rectangular.

2. La célula arquea

Las arqueas, a pesar de englobarse (erróneamente) en el mismo saco que las bacterias, son muy diferentes a nivel anatómico, aunque sean también procariotas unicelulares. En primer lugar, cabe destacar que la membrana plasmática es muy diferente entre ambas: la bicapa lipídica bacteriana está compuesta (entre otras cosas) por lípidos unidos al glicerol mediante enlaces éster, mientras que en arqueas este tipo de enlace es de éter.

Este dato puede parecer anecdótico, pero nada más lejos de la realidad: el enlace tipo éter es mucho más resistente que el éster y, por ello, se cree que esta es una de las razones por las que las arqueas tienen una tendencia mucho más marcada a habitar en ambientes inclementes (extremófilas).

Por otro lado, al igual que las bacterias, muchas arqueas poseen flagelos con una funcionalidad muy similar, pero su origen y desarrollo es muy diferente. No nos vamos a centrar en las particularidades de esta compleja estructura, pues nos basta con saber que el flagelo bacteriano y el arqueano provienen de un antepasado morfológico distinto.

Más allá de estas diferencias, cabe destacar que los mecanismos de transcripción y traducción de las arqueas son similares a los de los eucariotas, mientras que las bacterias presentan modos de acción completamente diferentes. De todas formas, ambas presentan un cromosoma circular que no está separado por un núcleo del citoplasma.

Célula arquea

Resumen

En este espacio, hemos cubierto toda la variabilidad de las células procariotas, al menos de forma somera. Si queremos que te quedes con una idea central, esta es la siguiente: arqueas y bacterias son procariotas y unicelulares, pero presentan una serie de características diferenciales que las separan de forma clara.

Más allá de todas estas diferencias, también es necesario destacar que comparten mucho más entre ellas que aquello que las separa: ambas solo presentan un cromosoma circular, carecen de orgánulos rodeados de membrana, no tienen membrana nuclear, su reproducción es de tipo asexual y colonizan todo tipo de ambientes. Donde la evolución diverge, también se crean puentes adaptativos o heredados de un ancestro común.

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