Las 7 diferencias entre gingivitis y periodontitis

La gingivitis y la periodontitis consisten en una infección bacteriana de las encías, pero más allá de esto, son enfermedades bucales de gravedad muy distinta. Veamos sus principales diferencias.

Diferencias gingivitis periodontitis

La boca es un órgano más de nuestro cuerpo que cumple con importantísimas funciones que, como órgano que es y teniendo en cuenta lo expuesta que está a sufrir el ataque de gérmenes, tiene una gran tendencia a enfermar. De ahí que la higiene bucal sea tan esencial en nuestra vida.

Y dentro de la cavidad bucal, una de las regiones más sensibles son, sin duda, las encías, el tejido conectivo que recubre los dientes, siendo parte de la mucosa oral que rodea la dentadura. El problema es que es también el lugar donde con más frecuencia se acumula la temida placa bacteriana, la cual, si no se controla, puede acabar dañando la integridad de estas encías.

Y en caso de que esta situación progrese, es posible que la persona desarrolle una enfermedad periodontal, que son todas aquellas patologías (generalmente infecciosas) que afectan a los tejidos de sujeción y protección del diente, a saber: encías, ligamentos periodontales, huesos que sostienen a los dientes y cemento de las raíces de los dientes.

Y entre ellas, las más comunes y relevantes en el mundo de la odontología son la gingivitis y la periodontitis. Aun así, su frecuencia, gravedad, tratamiento, consecuencias, síntomas y complicaciones no tienen nada que ver. Así que en el artículo de hoy, de la mano de las más recientes y prestigiosas publicaciones científicas, veremos las principales diferencias entre la gingivitis y la periodontitis.

¿Qué es la gingivitis? ¿Y la periodontitis?

Como hemos dicho, la gingivitis y la periodontitis son las enfermedades periodontales más relevantes y, como tal, son daños causados en las encías y otros tejidos de sujeción y protección de los dientes a causa de la patogénica acumulación de placa bacteriana en ellos. Pero antes de enumerar sus diferencias, es interesante e importante definir ambas patologías individualmente. De este modo, empezarán a quedar claros los puntos en los que son distintas. Vamos allá.

Gingivitis: ¿qué es?

La gingivitis no solo es la enfermedad periodontal más común, sino que es la infección bucal más frecuente en todo el mundo. Se trata de una patología que afecta en mayor o menor medida a más del 90% de la población y consiste en una colonización por parte de distintas especies de bacterias de las encías.

Las bacterias, que no forman parte de la flora bucal normal, se desarrollan formando la conocida como placa bacteriana en la piel que rodea, por su base, a los dientes. Es importante mencionar que, a pesar de que no se considere una enfermedad contagiosa, algunos estudios señalan que las bacterias causantes de la misma pueden transmitirse entre personas a través de la saliva.

Sea como sea, cuando se desarrolla placa bacteriana en esta región, las bacterias (la más frecuente es Porphyromonas gingivalis) que la conforman se adhieren al surco gingival y empiezan a sintetizar enzimas digestivas para alimentarse de las encías, cosa que hace que estas pierdan su color pálido (y que pasen a tener una tonalidad más rojiza) y que los dientes empiecen a bailar, pues estos están perdiendo lentamente su punto de sujeción.

Del mismo modo y de forma paralela a esto, la gingivitis cursa con otros síntomas secundarios tales como inflamación de las encías, mal aliento, tendencia a sangrar cuando nos cepillamos los dientes, sensibilidad a alimentos y bebidas frías, etc.

Aun así, hay que tener en cuenta que la gingivitis, por sí sola, no es una enfermedad grave. El problema es que de no actuar ante su desarrollo y frenar la expansión de la placa bacteriana, esta patología puede derivar en otra que sí es grave: la periodontitis.

Gingivitis qué es

Periodontitis: ¿qué es?

A grandes rasgos, la periodontitis es una complicación de la gingivitis. De hecho, es una gingivitis llevada al extremo. En ella, las mismas bacterias que habían provocado la aparición del cuadro de la gingivitis, siguen creciendo y, con el tiempo, la placa puede haber dañado tanto las encías que empieza una destrucción del hueso que sostiene los dientes.

Los huesos alveolares son aquellas cuencas en las que se mantienen ancladas las raíces de los dientes y las bacterias, en caso de no hacer nada para evitar su expansión (ni nos cepillamos los dientes ni nos realizamos limpiezas dentales), pueden destruir por completo las encías y llegar hasta estos huesos, momento en el que se alimentan de él y, evidentemente, hay riesgo de que los dientes se caigan al perder su punto de sujeción.

Los signos clínicos son los mismos que en la gingivitis, pero con una gravedad de sintomatología mucho mayor a la que hay que añadir esta posible pérdida de dientes. Y no solo esto, sino que con la periodontitis hay riesgo de que estas bacterias patógenas pasen a la sangre y utilicen los vasos sanguíneos como medio de transporte para llegar e infectar otros órganos vitales como el corazón, los pulmones e incluso el cerebro.

De hecho, las últimas investigaciones apuntan en la dirección de que la periodontitis podría, en personas con predisposición genética, aumentar tanto el riesgo de desarrollar como la velocidad con la que progresa el Alzheimer.

Sea como sea, al tratarse de una infección grave, no basta con una simple limpieza dental, sino que hay que hacer un raspado (una limpieza más dolorosa pero más exhaustiva) y administrar antibióticos para conseguir que la infección remita. Y aun así, los daños desarrollados en las encías y los huesos de sujeción de los dientes son irreversibles. Como vemos, la periodontitis es una enfermedad seria que puede derivar en complicaciones muy graves.

Periodontitis qué es

¿En qué se diferencian la gingivitis y la periodontitis?

Después de haber estudiado la clínica detrás de ambas patologías, seguro que las diferencias han quedado más que claras. De todos modos, para que puedas verlas de forma más visual, hemos preparado esta selección de las más importantes diferencias en forma de puntos clave.

1. La periodontitis es una complicación de la gingivitis

Es la diferencia más importante y de la que derivan todas las demás. La periodontitis es una complicación de la gingivitis. Como hemos dicho, es realmente una gingivitis llevada al extremo que surge cuando no hacemos nada para evitar la expansión de las bacterias patógenas que han provocado la sintomatología de la gingivitis. Si actuamos y resolvemos la gingivitis, nunca llegaremos a padecer una periodontitis. No hay periodontitis sin antes gingivitis.

2. La periodontitis es más grave que la gingivitis

La gingivitis es una enfermedad bucal molesta que cursa con inflamación y enrojecimiento de las encías, sangrado al cepillarse los dientes, sensibilidad a alimentos y bebidas frías y mal aliento. Pero más allá de esto, no es una patología grave. Pero la periodontitis, sí lo es. La periodontitis no solo presenta una mayor intensidad de los anteriores síntomas, sino que hay que añadir dolor, grave afectación visual al aspecto de la boca, probabilidad de caída de los dientes e incluso infecciones en órganos vitales debido al paso de las bacterias a la circulación sanguínea.

3. Los daños de la gingivitis son reversibles; los de la periodontitis, irreversibles

Otra de las diferencias más importantes. La gingivitis es una enfermedad reversible, en el sentido que, de actuar rápido, se puede volver a recuperar la integridad de las encías. Pero cuando permitimos que progrese en una periodontitis, los daños en las encías y huesos alveolares son irreversibles. Aunque se trate, no puede recuperarse la integridad que tenían antes.

Gingivitis periodontitis

4. La gingivitis es más común que la periodontitis

Evidentemente, la gingivitis es mucho más frecuente que la periodontitis, pues la mayoría de personas solicitan atención odontológica antes de que la primera derive en la segunda. Los estudios estadísticos señalan que (a pesar de que es difícil determinar cuándo pasamos a considerar un cuadro de enfermedad periodontal como periodontitis como tal) mientras que la gingivitis tiene una incidencia del 90%, la de la periodontitis es del 10%, aproximadamente.

5. La periodontitis puede provocar pérdida de dientes; la gingivitis, no

En la gingivitis únicamente hay afectación a las encías. El hueso que sostiene a los dientes está intacto, por lo que a pesar de que estos dientes puedan “bailar” un poco por la pérdida de las encías, no hay riesgo de que se caigan. La periodontitis es otro tema. Como hemos visto, en ella, las bacterias llegan al hueso alveolar y a los tejidos del periodonto, alimentándose de ellos y aumentando el riesgo de pérdida de dientes. De hecho, la periodontitis es la principal causa de caída de dientes en la población adulta.

6. La periodontitis puede derivar en una bacteriemia; la gingivitis, no

Con la gingivitis, no hay riesgo de que las bacterias responsables de la misma pasen a la circulación sanguínea. La periodontitis, de nuevo, es otro tema. Cuando permitimos que la gingivitis progrese en una periodontitis, estamos en riesgo de padecer una bacteriemia, una situación grave en la que las bacterias que se encontraban en las encías pasan a la sangre y utilizan esta como medio de dispersión para llegar a otras regiones del organismo.

Y en este contexto, las bacterias responsables de la periodontitis pueden infectar el corazón, las articulaciones, los pulmones e incluso el cerebro. Como ya hemos comentado antes, un estudio de 2019 señaló que hay muchos indicios de que Porphyromonas gingivalis, bacteria responsable del 50% de casos de gingivitis y por tanto también de periodontitis, podría estar vinculada, debido a este paso a la circulación sanguínea, con el desarrollo y progresión de la enfermedad del Alzheimer. En principio, cuando llega al cerebro, las toxinas que sintetizaba para alimentarse de las encías, matarían a las neuronas cerebrales. El cuerpo es un todo. Y la higiene bucal puede determinar la salud de muchos otros órganos.

Bacterias sangre

7. La gingivitis se trata con una limpieza dental; la periodontitis, con un raspado

El tratamiento de la gingivitis es muy sencillo. Basta con una simple limpieza dental de unos 10 minutos para eliminar la placa bacteriana que está provocando la patología. De este modo (y con la posterior prevención con el cepillado), evitamos que progrese en una periodontitis. Pero en caso de llegar a ella, la situación se complica. No basta con una limpieza dental, sino que debe realizarse un raspado (una limpieza más exhaustiva pero también más dolorosa), además de una administración de antibióticos para asegurarnos de que la infección remite por completo.

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