Lupus: causas, síntomas, prevención y tratamiento

El lupus es una enfermedad autoinmune en la que el propio cuerpo ataca a sus órganos y tejidos, pudiendo afectar a la funcionalidad del organismo.

Lupus

El sistema inmune es una máquina casi perfecta que nos protege del ataque de patógenos, haciéndonos resistentes ante muchas enfermedades.

Pero decimos “casi” porque incluso él también puede fallar. Hay trastornos genéticos que afectan a la funcionalidad de las células inmunitarias, alterándolas de tal manera que creen que nuestro propio cuerpo es una amenaza que debe ser erradicada.

Fruto de esta mala “programación” surgen las denominadas enfermedades autoinmunes, unas afecciones caracterizadas por el ataque del sistema inmune a órganos y tejidos del cuerpo, con una sintomatología que va desde leve hasta potencialmente mortal.

Una de estas enfermedades es el lupus, un trastorno de origen genético en el que por mero azar, la persona sufrirá un ataque de su propio sistema inmune a muchos órganos distintos del cuerpo. Hoy hablaremos sobre esta enfermedad.

¿Qué es el lupus?

El lupus eritematoso sistémico, conocido simplemente como lupus, es una enfermedad autoinmune en la que las células inmunitarias empiezan a atacar descontroladamente a diferentes órganos y tejidos sanos del cuerpo.

Dependiendo de cómo sea el error genético que conduce a esta enfermedad, las células inmunes atacarán a unos órganos u otros, pudiendo afectar a la piel, los riñones, el cerebro, las articulaciones, etc. La sintomatología, la gravedad y el pronóstico dependerá de dónde está el daño y de la intensidad con la que el sistema inmune ataca.

De todos modos, los signos clínicos del lupus que veremos a continuación están debidos siempre a la inflamación que provocan las células inmunes, pues ocurre lo mismo que cuando afrontamos una infección por parte de un patógeno. Simplemente que aquí, el sistema inmune cree que nuestros órganos son la amenaza.

Al ser un trastorno de origen genético, no existe cura. Sin embargo, como veremos a continuación, sí que existen tratamientos para aliviar los síntomas, así como formas de prevención para reducir la incidencia de los episodios.

Causas del lupus

El lupus es una enfermedad autoinmunitaria, y como todo trastorno de este tipo, está originado en los genes. Por lo tanto, su causa es tener un error genético sucedido durante el desarrollo embrionario que codifique para esta enfermedad.

De todos modos, tener en nuestros genes “aquello” que codifica para el lupus, no es sinónimo de padecer la enfermedad. El gen erróneo es un detonante, haciendo que la enfermedad estalle dependiendo del entorno y de otros factores.

Por lo tanto, pese a que a veces la causa (más allá de lo genético) se desconoce, se ha observado que muchos episodios de lupus aparecen por exposición a la luz solar, haciendo que se desencadene el lupus que ataca a la piel. También se ha observado que determinadas infecciones pueden hacer disparar los ataques de lupus, igual que el consumo de determinados medicamentos.

Además, existen factores de riesgo, como por ejemplo ser mujer, pues se sabe que es más frecuente en este sexo. Y, aunque pueda afectar a cualquier persona, se ha visto que la mayoría de casos se diagnostican entre los 15 y 45 años. Del mismo modo, parece ser que es más frecuente en hispanos, afroamericanos y asiáticos americanos.

Síntomas

No hay dos casos iguales. La sintomatología depende de muchos factores: dónde atacan las células inmunes, con qué intensidad lo hacen, cuáles son los factores desencadenantes, cuál es el estado de salud general de la persona, cuánto dura el ataque del sistema inmune…

De todos modos, la mayoría de las personas con esta enfermedad sufren episodios, es decir, después de un tiempo sin tener ningún síntoma, estos aparecen por exposición a algún desencadenante, haciendo que surjan los signos clínicos.

Los episodios serán más o menos graves y durarán durante más o menos tiempo. La sintomatología dependerá especialmente del órgano afectado, aunque la más común es la siguiente:

  • Erupción rojiza en la cara, especialmente mejillas y nariz
  • Debilidad y fatiga
  • Fiebre (normalmente baja)
  • Aparición de lesiones en la piel expuesta al sol
  • Dificultad para respirar
  • Sequedad de ojos
  • Dolor de cabeza
  • Dedos de color blanco o azul cuando son expuestos al frío
  • Dolor en las articulaciones

Decimos que estos son los síntomas más comunes ya que el lupus suele afectar a la piel, al cerebro, a las articulaciones y al sistema respiratorio de forma no demasiado grave, por lo que los episodios suelen superarse sin mayores problemas, mejorando al poco tiempo.

Sin embargo, es posible que el ataque del sistema inmune sea más fuerte, por lo que la sintomatología será más grave, pudiendo incluso atacar a otros órganos más delicados como los riñones o el corazón. En este caso, es posible que surjan complicaciones.

Complicaciones del lupus

Estas complicaciones que derivan de la sintomatología del lupus no son comunes, pero si la desregulación del sistema inmune es grave, es posible que surjan.

En caso de que la inflamación sea exagerada y que ocurra en órganos sensibles del cuerpo, pueden aparecer circunstancias potencialmente mortales como las que veremos a continuación.

1. Enfermedades cardiovasculares

Las células del sistema inmunitario también pueden atacar al corazón. En este caso, la inflamación propia del lupus afecta al músculo cardíaco, a las arterias o a las membranas de este órgano, comprometiendo la funcionalidad del centro del sistema circulatorio.

Por lo tanto, aumenta mucho el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares e incluso es posible que la persona muera a causa de un infarto, pues debido a la inflamación, el corazón no puede bombear sangre como debería.

2. Insuficiencia respiratoria

En caso de que el lupus afecte a los pulmones de forma grave, es posible que la inflamación dificulte mucho la respiración, provocando falta de aire. También aumenta las probabilidades de sufrir infecciones como la neumonía e incluso, en caso de que las células inmunes ataquen con dureza, pueden aparecer sangrados dentro de los pulmones.

3. Problemas neurológicos

En caso de que el daño esté centrado en el cerebro y el sistema nervioso, es posible que aparezcan muchos trastornos neurológicos.

Los fuertes dolores de cabeza, los vértigos y mareos, los problemas de visión, los cambios de comportamiento, los problemas de memoria, la dificultad para expresar sentimientos, etc, son algunas de las manifestaciones más comunes. Además, también aumenta el riesgo de sufrir convulsiones e incluso accidentes cerebrovasculares.

4. Insuficiencia renal

Los riñones son los encargados de filtrar la sangre, permitiendo la expulsión de todas aquellas sustancias tóxicas. En caso de que el sistema inmune los ataque, es posible que con el tiempo se desarrolle un daño renal grave, pudiendo conducir a una insuficiencia que es potencialmente mortal. Es posible que el trasplante de riñón o un tratamiento por diálisis sea necesario.

5. Trastornos sanguíneos

El lupus también puede afectar a la sangre, provocando una inflamación de los vasos sanguíneos que puede resultar peligrosa, e incluso aumenta el riesgo de padecer anemia y hace que sea más probable que se formen coágulos sanguíneos, los cuales suelen ser responsables de accidentes cerebrovasculares o infartos.

Prevención

Como hemos dicho, el lupus es una enfermedad de origen genético, por lo que no hay ninguna manera de prevenir su desarrollo. Si la persona tiene el defecto genético, tendrá la enfermedad independientemente del estilo de vida que lleve.

Pero lo que sí que se puede prevenir es la aparición de los episodios. Evitando la exposición a la luz solar, vigilar en la medida de lo posible las infecciones (respetando las normas higiénicas de los alimentos, cuidando nuestra higiene personal, no tocar a animales, no estar cerca de personas enfermas…) y procurando, en la medida de lo posible, no tomar medicamentos como los de la presión arterial, los anticonvulsivos o los antibióticos.

De estas maneras reducimos el riesgo de que el lupus se manifieste, aunque hay que tener en cuenta que muchos episodios aparecen sin un desencadenante claro, por lo que muchas veces estas técnicas de prevención no evitan que la persona sufra ataques de su sistema inmune.

Diagnóstico

Detectar que una persona sufre esta enfermedad autoinmune es muy difícil ya que los síntomas varían enormemente entre personas y porque no hay una técnica de diagnóstico específica que permita saber que la persona tiene lupus.

Cuando el médico crea que hay una probabilidad de que se sufra la enfermedad, deberá hacerse un análisis de sangre completo (para ver cómo están los niveles de glóbulos blancos y rojos), una evaluación de la función renal, un análisis de orina (para ver si hay niveles altos de proteína), pruebas del sistema inmune (para ver si las células inmunes están activadas), además de una exploración física de los signos y síntomas.

Con todo esto, el personal médico suele tener suficiente para determinar si la persona sufre lupus o no. En caso afirmativo, se iniciará el tratamiento lo antes posible.

Tratamiento

El tratamiento dependerá de la gravedad de los síntomas y de la región del cuerpo afectada por el ataque del sistema inmune. En función de esto, se administrarán unos medicamentos u otros a unas dosis mayores o menores.

Los tratamientos farmacológicos más comunes son a base de medicamentos antiinflamatorios (para reducir la inflamación y, por lo tanto, el daño a los órganos afectados), medicamentos inmunodepresores (para inhibir el ataque del sistema inmune) y corticosteroides (también reducen la inflamación).

Por lo tanto, pese a que no existe cura ya que es un trastorno de origen genético, hay medicamentos que reducen la sintomatología y hacen que la probabilidad de desarrollar complicaciones graves sea menor.

Referencias bibliográficas

  • Putterman, C., Caricchio, R., Davidson, A., Perlman, H. (2012) “Systemic Lupus Erythematosus”. Clinical and Developmental Immunology.
  • Pedraz Penalva, T., Bernabeu Gonzálvez, P., Vela Casasempere, P. (2008) “Lupus Eritematoso Sistémico”. Sociedad Valenciana de Reumatología.
  • Bertsias, G., Cervera, R., Boumpas, D.T. (2017) “Systemic Lupus Erythematosus: Pathogenesis and Clinical Features”. Eular.
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