Los 5 tipos de Esquizofrenia (causas y síntomas)

La esquizofrenia es uno de los trastornos más severos y estudiados en el ámbito de la salud mental. Su sintomatología, entre la que destacan los delirios y alucinaciones, produce una profunda alteración en el bienestar de la persona.

Tipos esquizofrenia

La esquizofrenia constituye uno de los trastornos psicopatológicos más graves e impactantes. Debido a su severidad y llamativas características, ha protagonizado numerosas investigaciones. A pesar de ello, aún queda mucho por conocer al respecto de esta enfermedad mental.

Frente a otros trastornos mentales, la esquizofrenia está envuelta de un gran estigma que genera mucho sufrimiento tanto en los propios pacientes como en sus respectivas familias. Tradicionalmente, la esquizofrenia se ha vinculado con la idea clásica de locura, ya que quienes la padecen se muestran desconectados de la realidad, muestran conductas raras y extravagantes y son capaces de integrarse con normalidad.

Es uno de los fenómenos relacionados con la salud mental que primero se han descrito en la historia, aunque no ha sido hasta hace tan solo unas décadas que realmente se han empezado a esclarecer las cuestiones relacionadas sobre esta enfermedad, sobre la que aún queda mucho por conocer. Aunque por el momento no se ha completado el puzzle, ya se han logrado reunir ciertas piezas. En este artículo trataremos de reunir aquella información más relevante sobre la enfermedad y hablaremos de qué subtipos existen.

¿Qué es la esquizofrenia?

La esquizofrenia puede definirse como un trastorno mental grave por el cual la persona interpreta la realidad de forma distorsionada. Quien la sufre vive experimentando alucinaciones y delirios de todo tipo, así como un pensamiento y comportamiento claramente desorganizados. Su impacto en el funcionamiento normal del individuo es muy alto y es potencialmente incapacitante.

Cabe señalar que la esquizofrenia se recoge dentro de los llamados trastornos psicóticos y posee un curso crónico, por lo tanto no existe un tratamiento curativo. Además, quien sufre esquizofrenia no posee conciencia de enfermedad, es decir, desconoce que padece un trastorno psicopatológico. Este hecho agrava aún más el sufrimiento de la persona, que vive su sintomatología desde la desconexión con la realidad.

Aunque en todos los casos sabemos que se trata de una enfermedad crónica, la trayectoria que sigue el trastorno es distinta en cada individuo. No obstante, lo más frecuente es que este se vaya asentando de manera insidiosa a lo largo del tiempo, pudiendo confundirse con otros problemas psicológicos, como por ejemplo la depresión, en sus primeras fases. Generalmente, antes de que la enfermedad brote en todo su esplendor, la persona vive los llamados síntomas prodrómicos.

Estos son manifestaciones sutiles de que algo no va bien, aunque es muy poco habitual que se pueda realizar un diagnóstico certero en estos primeros estadios. Normalmente, en estos momentos iniciales aparece una tendencia al aislamiento, menor rendimiento académico o laboral, falta de cuidado personal, desinterés por las relaciones sociales, etc.

Esquizofrenia definición

¿Cuál es la causa de la esquizofrenia?

Respecto al origen de la esquizofrenia, se han elaborado diversas hipótesis. La explicación que más solidez ha mostrado en las investigaciones indica que esta enfermedad puede ser resultado de una combinación de factores biológicos y ambientales. Más específicamente, se cree que aquellas personas que desarrollan esquizofrenia lo hacen partiendo de una predisposición genética a la que se le añade un ambiente prenatal desfavorable.

Ciertos factores perjudiciales en el embarazo podrían alterar el neurodesarrollo del feto, favoreciendo el posterior inicio de este trastorno. Lo que se sabe con seguridad es que la esquizofrenia es una condición que se origina a partir de múltiples variables. Por ello, es inviable hablar de una causa única que la explique.

Es cierto que, si tenemos algún familiar con este diagnóstico, nuestra probabilidad de desarrollar la enfermedad aumenta. No obstante, se ha comprobado cómo en gemelos monocigóticos (que comparten una genética idéntica), puede desarrollar esquizofrenia sólo uno de los dos hermanos. Esto quiere decir que, aunque los genes importan, no pueden explicar por sí solos el trastorno. Junto al mencionado desarrollo prenatal alterado, también se ha valorado el peso del entorno sociocultural y familiar en la gestación de esta alteración psicopatológica.

Además de los antecedentes familiares y las complicaciones prenatales, otro importante factor de riesgo es el consumo de drogas psicoactivas durante la adolescencia y primeros años de la juventud. A diferencia de los anteriores, este aspecto sí puede ser evitado con una correcta labor de prevención. Por ejemplo, proporcionando psicoeducación sobre las consecuencias del uso de drogas en aquellos grupos de mayor riesgo.

¿Cuáles son los síntomas de la esquizofrenia?

En lo que refiere a la sintomatología, la esquizofrenia presenta síntomas positivos y negativos. Esta clasificación diferencia entre aquellos relacionados con alteraciones que van apareciendo (positivos) y aquellos vinculados con la pérdida de funciones (negativos).

Entre los síntomas positivos se encuentran las alucinaciones, los delirios y la desorganización del pensamiento. En lo referente a los negativos, es habitual encontrar aplanamiento afectivo, ausencia de motivación y disfrute por las cosas y una reducción de la expresión verbal. A nivel afectivo los pacientes con esquizofrenia también pueden mostrar dificultades. Es habitual que aparezcan síntomas depresivos, especialmente tras episodios en los que la persona ha vivido sintomatología positiva muy florida.

En el plano cognitivo también pueden aparecer alteraciones relacionadas con una menor capacidad atencional, memoria de trabajo y funciones ejecutivas. El nivel de severidad del estado cognitivo depende de cada persona, aunque el perfil neuropsicológico puede recordar al de un paciente con demencia.

No cabe duda de que todo el cuadro psicopatológico aquí descrito genera un importante déficit en la autonomía y desempeño de la persona. Quienes conviven con este trastorno encontrarán grandes dificultades en todas las áreas de la vida: laboral, familiar, social, personal, etc. En los casos más graves, es posible que aparezcan ideaciones y conductas suicidas. Por este motivo, resulta fundamental que las personas con esta enfermedad puedan contar con supervisión de familiares y profesionales que les apoyen desde los primeros momentos del trastorno.

¿Cuál es el tratamiento de la esquizofrenia?

En lo que respecta al tratamiento, resulta indispensable el abordaje con psicofármacos. Estos permiten controlar los síntomas y evitar episodios y brotes agudos. Es fundamental que los pacientes tomen su medicación de forma continuada a lo largo de la vida, ya que se trata de una enfermedad crónica. Además, también puede ser de ayuda el abordaje con terapia psicológica. Esta puede fomentar la adherencia a los psicofármacos, aumentar las habilidades sociales del paciente y brindar apoyo a su entorno familiar.

Cabe señalar que, a diferencia de lo que se suele pensar, los pacientes con esquizofrenia no son agresivos o peligrosos en general. Siguiendo el adecuado tratamiento farmacológico y con un buen apoyo psicosocial, pueden llegar a llevar una vida bastante normalizada.

Esquizofrenia tratamiento

¿Qué clases de esquizofrenia existen?

Ahora que ya hemos dibujado una definición de qué es la esquizofrenia, es el momento de hablar de los tipos que existen, sus síntomas y causas. No obstante, es importante indicar que, con la publicación del manual diagnóstico de la Sociedad Americana de Psiquiatría (DSM-5), se optó por suprimir los subtipos que se habían recogido en las anteriores ediciones, por considerarlos poco útiles a la hora de tomar decisiones clínicas. En cualquier caso, el uso de estos subtipos sigue estando bastante extendido y resulta interesante repasarlos:

1. Paranoide

Se trata del tipo más extendido, iniciándose habitualmente entre los veinte y los treinta años. En este tipo de esquizofrenia predominan las ideas delirantes y las alucinaciones auditivas. Los síntomas centrales son de tipo psíquico, no observándose alteraciones motrices ni lingüísticas.

Los delirios constituyen un conjunto de creencias que la persona vive con total convicción, a pesar de no existir evidencias que las apoyen. Cuando una persona delira, su razonamiento y forma de actuar no son lógicas y pueden generar grandes alteraciones en su vida cotidiana. Entre los tipos de delirios más frecuentes se encuentran el persecutorio (creer que se está siendo perseguido) y el de grandeza (creer que se es o se ha hecho algo extremadamente importante).

Las alucinaciones auditivas consisten, generalmente, en voces que la persona escucha en su cabeza. Estas pueden dirigirse a él en segunda o tercera persona, criticar lo que hace, amenazar, dar órdenes, etc. La persona termina siendo esclava de estos mensajes y su conducta está condicionada por lo que esas voces le transmiten. Además de todo lo mencionado, las personas que sufren este tipo de esquizofrenia pueden adoptar conductas autolesivas o llevar a cabo agresiones hacia otras personas, especialmente si no se sigue tratamiento.

2. Desorganizada

Tal y como su nombre indica, este tipo de esquizofrenia hace referencia a aquella en la que existe incoherencia y desorden en el comportamiento, los pensamientos y las emociones de la persona. Se trata de la manifestación de la enfermedad más caótica, ya que la conducta no sigue un hilo conductor claro y eso hace que el modo en el que se comporta la persona sea muy impredecible.

3. Catatónica

A diferencia del subtipo paranoide, la esquizofrenia catatónica se caracteriza por manifestar sintomatología psicomotriz. Fundamentalmente, el paciente muestra rigidez y tensión muscular, posturas atípicas y ausencia de lenguaje. En general, se muestra totalmente inexpresivo, con la mirada perdida y carente de cualquier resquicio de emoción en su expresión.

Esquizofrenia catatónica

4. Residual

Este tipo es algo particular, ya que tiene que ver con la progresión del trastorno a lo largo del tiempo más que con sus características centrales. A pesar de ser un trastorno claramente crónico, en algunos pacientes la intensidad de la sintomatología varía y tiende a volverse, afortunadamente, cada vez más sutil. Tras épocas de sintomatología positiva muy marcada, la persona puede dejar de experimentar alucinaciones y delirios, quedando solo aquellos síntomas negativos más discretos.

5. Indiferenciada

Esta categoría fue creada para aquellas personas con diagnóstico de esquizofrenia que no pueden ser clasificadas en ninguno de los subtipos anteriores, debido a que presentan una mezcla de todos los síntomas comentados hasta ahora.

Conclusiones

Como comentábamos al principio, la esquizofrenia se sitúa entre los trastornos psicopatológicos más graves y complejos de abordar. Al impacto que los síntomas tienen en la persona se le debe añadir el enorme estigma que rodea a esta enfermedad. La imagen que se ha construido de los pacientes esquizofrénicos ha sido la de personas agresivas, peligrosas, frías, malvadas e incapaces de integrarse en la sociedad.

En los medios de comunicación todas las noticias referentes a la esquizofrenia hablan de personas con esta enfermedad que han dañado a otras. Estas situaciones, aunque reales, no representan la totalidad de personas que padecen esquizofrenia. Lejos de ese estereotipo, hay miles de personas que, gracias al apoyo de la familia, los profesionales y el tratamiento farmacológico, han podido salir adelante y llevar una vida normal.

En este sentido, resulta fundamental que exista más información al alcance de la población sobre este y otros trastornos mentales, ya que la base del miedo y el rechazo hacia quienes los sufren es el desconocimiento. De igual forma, resulta crucial saber ver a las personas que hay detrás de las etiquetas clínicas. A menudo, muchos pacientes, especialmente aquellos que sufren enfermedades de mayor severidad, se fusionan con el trastorno que sufren. Es decir, han asimilado el mensaje de “soy esquizofrénico” en lugar de “Soy Jorge y sufro esquizofrenia”.

Aunque por el momento la esquizofrenia carece de una cura, se puede hacer la vida más fácil a estas personas adoptando una actitud empática y respetuosa hacia ellas.

Esquizofrenia conclusiones
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