Los 8 tipos de tratamiento contra la lumbalgia

La lumbalgia es una dolencia extremadamente común en el mundo, pues hasta 9 de cada 10 personas la sufren a lo largo de su vida. Esta condición se puede tratar de muchas formas.

Tipos Tratamiento lumbalgia

El aparato locomotor, formado por el sistema osteoarticular (huesos, articulaciones y ligamentos) y el sistema muscular (músculos y tendones) permite al ser humano y al resto de animales vertebrados interactuar con el medio de forma rápida y eficiente, además de resultar esencial para la forma de los seres vivos y el sostén de órganos vitales.

Debido a la importancia de huesos y músculos, resulta intuitivo pensar que los trastornos musculoesqueléticos pueden ser una causa de discapacidad muy importante a nivel individual. La Organización Mundial de la Salud (OMS) confirma esta sospecha con los siguientes datos: aproximadamente 1.700 millones de personas presentan dolencias del aparato locomotor, convirtiendo este grupo de patologías en la mayor causa de discapacidad en el mundo.

De todos los trastornos musculoesqueléticos, el dolor lumbar (lumbalgia) es el más frecuente, ya que presenta una prevalencia de más de 560 millones de personas a nivel global. El malestar de la lumbalgia a nivel social está claro: prácticamente el 100% de los seres humanos sufriremos dolor de espalda en algún momento de nuestra vida, si es que vivimos lo suficiente. Si quieres conocer los 8 tipos de tratamientos contra la lumbalgia, te animamos a seguir leyendo.

¿Qué es la lumbalgia y cómo se distribuye?

La lumbalgia no es una enfermedad en sí misma, sino que se trata de un signo clínico o indicativo de una patología subyacente. Dicho de forma rápida, el dolor lumbar consiste en el malestar localizado en la parte baja de la espalda, que afecta a alguna zona que se encuentre desde la parte más baja de las costillas posteriores hasta la zona más baja de los glúteos (comprometiendo o no a las piernas).

La lumbalgia presenta una incidencia del 60% al 90% a lo largo de la vida del individuo, es decir, que hasta 9 de cada 10 personas experimentan un dolor característico de la espalda baja en algún momento. Por suerte, el 80% de los casos son de naturaleza aguda, los cuales no persisten por más de 2-3 semanas, aunque se pueden extender sin una explicación clara hasta por 2 meses.

¿Cómo tratar la lumbalgia?

El 90% de las lumbalgias son de naturaleza idiopática, así que no se conoce un agente etiológico concreto que desemboca en el dolor lumbar. Como podrás imaginar, esto puede dificultar bastante el tratamiento del evento según cada paciente, pues nada tiene que ver un cáncer con una mala postura en el entorno laboral, por ejemplo.

Siguiendo con este tren estadístico, resulta muy interesante conocer que el 70% de las lumbalgias agudas desaparecen por sí solas en unas 2 semanas sin ninguna necesidad de tratamiento, el 15% están relacionadas con una malformación anatómica y solo el 2% se relacionan con enfermedades graves.

En base a esta premisa, hay que destacar que nada tiene que ver un tumor vertebral con una contractura muscular. Así pues, te presentamos los 8 tipos de tratamiento contra la lumbalgia, englobando el máximo número posible de cuadros clínicos y eventos subyacentes. No te lo pierdas.

1. Medicamentos

Los medicamentos son casi universales en el tratamiento de la lumbalgia. A continuación, te presentamos los fármacos que se pueden recetar según la sintomatología y estado general del paciente.

Medicamentos

1.1 Analgésicos de venta libre: antiinflamatorios no esteroideos (AINEs)

El ibuprofeno, la aspirina, el diclofenaco, el naproxeno y el paracetamol son los medicamentos de venta libre más frecuentes en Europa y EE.UU, que se utilizan para tratar dolores crónicos e inflamaciones que engloban secciones del aparato locomotor (en la mayoría de los casos).

A pesar de que no requieran una receta médica para su adquisición, siempre es adecuado que comentes con tu médico qué analgésicos tomar, en qué dosis y cuáles son sus posibles efectos secundarios. Ante algunos cuadros clínicos concretos, los AINEs pueden ser más perjudiciales que beneficiosos.

1.2 Relajantes musculares

Muchos casos de lumbalgia se producen 24 horas después de una distensión o contractura muscular. Las sobrecargas posturales y actividades físicas demasiado demandantes pueden fomentar su aparición, así que, en caso de agarrotamiento a nivel de estos tejidos, los relajantes musculares pueden ser de gran ayuda.

Algunos de los fármacos que se prescriben bajo receta para paliar el dolor lumbar son los siguientes: carisoprodol, ciclobenzaprina, diazepam y metocarbamol. Estos pueden provocar somnolencia y mareos, así que siempre es mejor que discutas con el médico el momento de administración para evitarte disgustos.

1.3 Antidepresivos

Algunos antidepresivos (en particular la duloxetina y los antidepresivos tricíclicos) han demostrado ser de gran utilidad para aliviar la lumbalgia crónica, que se presenta en el paciente sin signos de remitir por más de 3 meses. Estos medicamentos tienen diversos efectos secundarios y no son aptos para todo el mundo, así que no siempre se recetan.

2. Aplicación de calor/frío

Desde casa, se suele recomendar a los pacientes con lumbalgia aguda colocarse compresas de frío (20 minutos cada 4 horas) durante los primeros días, pues puede ayudar a reducir la zona inflamada de la espalda. En los casos crónicos, las mantas térmicas y otras fuentes de calor también pueden ser de relativa utilidad.

Compresas lumbalgia

3. Descanso

Si el paciente está experimentando un evento de lumbalgia aguda, lo mejor es que permanezca en reposo, en una posición tumbada y boca arriba. De todas formas, ten cuidado: el descanso solo se indica durante un intervalo de 2 a 4 días, pues cada día postrado reduce en un 1% la masa muscular y fomenta la aparición de problemas cardiovasculares.

Como podrás imaginar, cuanto más tiempo esté sin levantarse el paciente, más le costará recuperar su movilidad y postura habituales. Aunque no se haya demostrado que las lumbalgias agudas con una duración de 6 semanas o menos mejoren con el ejercicio, siempre conviene mantenerse relativamente activo para no perder masa muscular y capacidad motriz tras los dolores iniciales.

4. Fisioterapia

Existen múltiples técnicas fisioterapéuticas que pueden ayudar al paciente a sobrellevar su dolor lumbar. El especialista pertinente en la materia le enseñará al individuo a aumentar su flexibilidad, mantener su tono muscular y mejorar sus posturas diarias, entre otras muchas cosas.

Los ejercicios aeróbicos, de estiramiento y tonificación musculares son de gran utilidad para reducir el dolor lumbar, pero también para evitar que estos reaparezcan en el tiempo. Además, en el centro fisioterapéutico también se pueden realizar masajes, electroterapia y movilización analgésica en los pacientes.

Fisioterapia

5. Inyecciones de cortisona

Las inyecciones de cortisona pueden ayudar a aliviar el dolor y la inflamación localizada, pues esta hormona suprime la actividad del sistema inmunitario, reduciendo así los procesos inflamatorios y neutralizando el dolor en las zonas del cuerpo que se presentan hinchadas.

De todas formas, la cortisona inyectada solo se utiliza cuando otras medidas ya listadas con anterioridad no alivian el dolor. Con dosis grandes o de uso repetido, este tratamiento puede reportar ciertos efectos secundarios, como daño en nervios y cartílagos, infección articular, daños óseos y otros eventos negativos. Por ello, su aplicación debe ser controlada y estar limitada en el tiempo.

6. Cirugía

La cirugía lumbar solo se contempla cuando todos los tratamientos listados con anterioridad han fallado y, además, el dolor es incapacitante y disminuye de forma significativa la calidad de vida del paciente. Por lo general, toca pasar por quirófano cuando los nervios lumbares del enfermo se encuentran comprimidos, ya sea por problemas de discos intervertebrales, por un crecimiento óseo desmesurado o por la formación de un tumor.

Así pues, el abordaje quirúrgico solo se reserva para pacientes con claros fallos estructurales u otras condiciones subyacentes que impliquen la extracción o remodelación de tejidos. En la mayoría de los casos, no hace falta llegar tan lejos.

Lumbalgia cirugía

Resumen

Por suerte o por desgracia, el 90% de las lumbalgias no tienen un origen específico o problema estructural asociado. Por ello, la mayoría de los tratamientos van enfocados a reducir el dolor y aliviar los síntomas, pues, al no conocer el agente etiológico desencadenante, no se puede cortar la dolencia de raíz con el 100% de eficacia en todos los casos.

De todas formas, esto no significa que un paciente con lumbalgia (aguda o crónica) deba resignarse y permanecer postrado en la cama: todo lo contrario. Medicamentos, fisioterapia, medicinas alternativas y ciertos cambios en los hábitos diarios pueden ayudar mucho a reducir los síntomas del dolor lumbar. Acostumbrarse al dolor siempre es la peor de las opciones.

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