-small.jpg&w=96&q=75){kind=small}
La espalda es la parte posterior de nuestro organismo que se extiende desde la base del cuello y de los hombros hasta la pelvis, siendo opuesta al pecho y conteniendo la columna vertebral, la principal estructura de soporte del esqueleto humano, además de muchos otros músculos, ligamentos y tendones.
Esta columna vertebral, el núcleo del sistema óseo humano, está formada por 33 vértebras que se apilan entre ellas de forma ordenada, haciendo que esta cumpla con sus funciones: proteger la médula espinal, mantenernos erguidos y permitir nuestro desplazamiento.
Por desgracia, esta espalda es, seguramente, la región de nuestro cuerpo que está más expuesta tanto a esfuerzos físicos constantes como a malas posturas, una combinación que deriva en el hecho de que las lesiones y dolencias en la espalda sean, de lejos, los trastornos musculoesqueléticos más comunes en todo el mundo.
Y en el artículo de hoy, de la mano de las más prestigiosas publicaciones científicas, exploraremos las causas, síntomas y formas de tratamiento de las lesiones en la espalda más frecuentes. Todos hemos sentido dolor en la espalda alguna vez, pero, ¿conoces todos los problemas que pueden experimentarse en esta zona? Vamos allá.
- Te recomendamos leer: “Las 10 lesiones en el hombro más comunes (causas, síntomas y tratamiento)”
¿Cuáles son las lesiones en la espalda más frecuentes?
El deporte, los traumatismos, los malos gestos, los trabajos en casa o en el jardín… Hay muchas situaciones que pueden derivar en una lesión de espalda, que consiste en un daño morfológico a alguna de las estructuras óseas, musculares, ligamentosas o tendinosas que conforman la espalda, que se extiende desde el cuello hasta la pelvis. Veamos, pues, cuáles son las lesiones que más frecuentemente desarrollamos en la espalda.
1. Lumbalgia
La lumbalgia es lo que popularmente conocemos como “dolor de espalda”. Es una de las lesiones osteomusculares más comunes y uno de los motivos de baja laboral más frecuentes, pues tiene una incidencia de más del 80%. Prácticamente todos la hemos sufrido y la sufriremos.
Sea como sea, la lumbalgia es una lesión en la que, a causa de caídas, traumatismos, golpes, malos gestos o levantamiento de objetos demasiado pesados, los músculos de la espalda se resienten y sufren daños morfológicos que se traducen en dolor sin que llegue a haber una afectación en el sistema nervioso.
Se manifiesta con dolor en la zona baja de la espalda, que es la región más sensible. La inmensa mayoría de casos son agudos (a excepción de los puntuales casos debidos a malformaciones en la columna vertebral) y se resuelven en menos de 6 semanas haciendo reposo pero sin permanecer tumbado demasiado tiempo. Del mismo modo, los analgésicos y, en caso de que sea necesario, las sesiones de fisioterapia, pueden ayudar cuando el dolor llega a afectar a la calidad de vida.
- Te recomendamos leer: “Las 6 diferencias entre lumbalgia y ciática”
2. Ciática
La ciática es una lesión osteomuscular que surge como consecuencia de una compresión del nervio ciático, aquel que va desde la parte inferior de la espalda hasta abajo de cada pierna, pasando por las caderas y los glúteos. Su prevalencia es baja y se estima en el 2% en la población general.
Debido a este daño en el nervio ciático, la persona sufre un dolor que se manifiesta no solo en la parte baja de la espalda, sino que se extiende también a las piernas e incluso hasta el talón o el pie. A diferencia de la lumbalgia, que tenía su origen en un daño muscular, la ciática surge por un daño en el sistema nervioso, con un nervio “pinzado”.
Los principales síntomas de esta lesión son el dolor, la sensación de hormigueo en la parte baja de la espalda y extremidades inferiores, el entumecimiento, los calambres y los pinchazos. El estrechamiento del nervio ciático tiende a ocurrir por defectos congénitos (sumados al propio envejecimiento), aunque también existen, en menor medida, las causas traumáticas.
Los medicamentos pueden aliviar la sintomatología, aunque para los casos más graves donde se convierte en una patología realmente discapacitante, tal vez haya que recurrir a una intervención quirúrgica que revierta la compresión del nervio ciático.
3. Hernia discal
Los discos intervertebrales son cartílagos que, actuando como ligamentos, permiten que la columna vertebral tenga una ligera movilidad sin llegar a comprometer a la médula espinal. Se sitúan entre vértebras y se aseguran de permitir que estas sean lo suficientemente articulables entre ellas.
Pues bien, una hernia discal es una lesión en la que un disco intervertebral se rompe, pinzando los nervios cercanos. Esta situación provoca dolor, entumecimiento y debilidad en alguna de las extremidades inferiores.
Generalmente, una hernia discal es debida al propio envejecimiento, pues es natural que, con el paso de los años, los discos intervertebrales se vayan dañando. De todos modos, el levantamiento de pesos sin la técnica adecuada también está detrás de muchos casos. Tomar analgésicos alivia la sintomatología al cabo de unas pocas semanas, pero lo mejor es prevenir su aparición aprendiendo la postura para levantar objetos pesados.
4. Tortícolis
La tortícolis es una lesión en la que, debido a una contracción muscular prolongada de los músculos de la región del cuello, experimentamos dolor e incapacidad para mover el cuello. Generalmente se desarrolla por mantener una mala postura durante demasiado tiempo o por realizar un movimiento brusco, aunque también entra en juego la genética de cada persona.
El dolor cervical, la rigidez muscular, el dolor de cabeza y la limitación de movimiento del cuello son los principales síntomas de una lesión que se supera por sí sola en poco tiempo haciendo reposo y dejando que la musculatura del cuello se relaje.
5. Lesión medular
Una lesión medular es la más grave que podemos sufrir en la espalda. Generalmente por traumatismos muy intensos, la conexión nerviosa de la médula espinal puede interrumpirse, provocando parálisis de la movilidad voluntaria y pérdida de la sensibilidad por debajo de la porción afectada. En función del grado de afectación y de la región dañada, las consecuencias serán más o menos graves.
Si la lesión medular se produce en la zona cervical, la persona desarrollará una tetraplejia, con parálisis en las extremidades tanto inferiores como superiores y de todo el tronco. Si se produce en la zona torácica o lumbar, una paraplejia, con parálisis en las extremidades inferiores.
6. Artrosis de columna
La artrosis es una enfermedad reumática ligada al envejecimiento y que afecta a las articulaciones. Tras una vida de esfuerzos, golpes y movimientos, el cartílago de las articulaciones empieza a perderse. Y cuando esto sucede con los discos intervertebrales que hemos comentado anteriormente, estamos ante un caso de artrosis de columna.
El dolor en la espalda, la sensación de rigidez, la pérdida de flexibilidad, los adormecimientos de las extremidades y el aumento del dolor con la actividad física son los principales síntomas de esta patología. En algunos casos, perder peso, realizar sesiones de fisioterapia y tomar antiinflamatorios será suficiente para aliviar las dolencias, pero en otros, quizás sea necesario pasar por quirófano.
7. Escoliosis
La escoliosis, más que una lesión, es una enfermedad caracterizada por una curvatura anómala de la columna vertebral. Se trata de una patología que afecta a 3 de cada 100 jóvenes (se desarrolla durante el periodo de crecimiento anterior a la pubertad) y que es crónica. Generalmente no cursa con dolor, pero puede hacer que hombros y cintura estén disparejos.
Muchos de los casos son leves y no requieren de tratamiento, pero cuando la curvatura es incapacitante para el correcto desempeño de la persona, entonces sí que puede recurrirse a una cirugía para reducir la curvatura de la columna vertebral.
8. Sacroilitis
La región sacra está en la parte inferior de la columna vertebral y está compuesta por 5 vértebras (de la S-1 hasta la S-5) que carecen de movilidad y que por la simple acción del paso del tiempo, terminan fusionándose en una sola estructura que recibe el nombre de hueso sacro, con forma triangular. Y este hueso sacro se une con la pelvis a través de la articulación sacroilíaca.
Pues bien, la sacroilitis consiste en una lesión en la que se produce una inflamación en una o ambas articulaciones sacroilíacas, provocando dolor en la parte baja de la espalda y/o en los glúteos. Se trata de una patología que puede ser difícil de diagnosticar (porque se confunde con otras dolencias en la espalda) y que tiende a surgir por accidentes traumáticos, artritis o infecciones. El tratamiento consiste en la administración de medicamentos y las sesiones de fisioterapia.
9. Contractura muscular
Una contractura muscular es una lesión que consiste en una contracción dolorosa, persistente e involuntaria de las fibras musculares que hace que el músculo afectado esté en tensión constante. Las miofibrillas (los filamentos con capacidad contráctil dentro de las células musculares o miocitos) están en constante estado de contracción, sin poder relajarse.
Las contracturas en la espalda son muy comunes y cursan con dolor, rigidez, reducción del movimiento y sensación de debilidad. El 90% de ellas aparecen por la adopción de malas posturas y no son lesiones graves, pero sí molestas. Aun así, en un lapso de entre 5 y 10 días, el problema se ha solucionado sin mayores complicaciones.
10. Pinzamiento cervical
Un pinzamiento cervical es una lesión de espalda que se desarrolla a causa de un bloqueo de una o más vértebras, cosa que provoca que haya una pérdida de movilidad más o menos grave. Los pinzamientos pueden ser lumbares (los más habituales), cervicales (por lesión en el nervio raquídeo) o dorsales (los menos dolorosos). El tratamiento suele consistir en una combinación de fármacos y sesiones de fisioterapia.
