Las 11 principales causas del cambio climático

Negar que el cambio climático de origen antropogénico es una realidad no tiene ningún sentido. Veamos los mecanismos principales que están provocando el calentamiento global en la Tierra.

Causas cambio climático

A fecha que se escribe este artículo (3 de marzo de 2021), la población mundial es de 7.684 millones de personas. En la Tierra hay más de siete mil millones de seres humanos que viven (la mayoría) haciendo uso del progreso tecnológico que ha logrado la humanidad. Y esto, evidentemente, acarrea consecuencias.

Y todas estas consecuencias convergen en un suceso común: el cambio climático de origen antropogénico. Es decir, aquel causado, en gran medida, por la actividad humana. Y negar esta evidencia no tiene ningún sentido. Desde que empezara la era industrial, la temperatura media del planeta ha aumentado 1 °C.

Un “simple” grado de diferencia ya ha provocado un aumento del nivel del mar, más eventos climatológicos extremos, acidificación de los océanos, reducción del hielo ártico, extinción de especies… Y, de no actuar ya, en el 2035 entraremos en un punto de no retorno en el que ya no podríamos impedir que, de cara al año 2100, la temperatura media de la Tierra aumente 2 °C más.

Concienciarnos sobre esta realidad climática es casi una obligación social. Por ello, en el artículo de hoy, además de entender exactamente qué es el cambio climático (y cómo se relaciona con el calentamiento global) y cuáles son las evidencias que demuestran que es real, haremos un recorrido por las causas que han llevado a su aparición. Vamos allá.

¿Qué es el cambio climático y cuáles son las evidencias de que es real?

Un cambio climático queda definido como una variación prolongada (durante décadas e incluso siglos) de los valores climatológicos terrestres. Es decir, el cambio climático es un fenómeno climatológico en el que se rompe paulatinamente el estado de equilibrio natural entre la atmósfera, la litosfera (tierra), la hidrosfera (agua líquida), la criosfera (hielo) y la biosfera (conjunto de seres vivos).

Esta pérdida de equilibrio trae consigo consecuencias medioambientales que pueden ser graves y durar hasta que se recupere dicho equilibrio. Evidentemente, el cambio climático no es algo nuevo que hemos inventado los humanos. La Tierra ha pasado por muchos cambios climáticos que han determinado su historia y que han sido estimulados por sucesos como el impacto de meteoritos, variaciones en la radiación solar, erupciones volcánicas o alteraciones en la órbita del planeta.

En este sentido, todo aquello que conlleve un aumento progresivo (o abrupto) y prolongado de la temperatura terrestre termina por desencadenar un cambio climático más o menos grave. Aquí vemos como, el cambio climático es la consecuencia del calentamiento global. No son sinónimos. Es el incremento de la temperatura terrestre lo que provoca el cambio climático.

Pero, si la Tierra ha sufrido en el pasado otros sucesos de cambio climático y se ha recuperado, ¿a qué viene tanto alarmismo? Pues porque, por primera vez en la historia del planeta, el responsable del calentamiento global causante del cambio climático es un integrante de la biosfera: el ser humano.

La Tierra se ha recuperado de los anteriores porque los detonantes del calentamiento global desaparecían paulatinamente (si había sido provocado por una intensa actividad volcánica, esta terminaba por reducirse y se regresaba al equilibrio), pero parece ser que las personas no estamos dispuestas a detener aquello que ha causado el calentamiento global.

De hecho, y pese a los negacionistas del cambio climático, el calentamiento global actual se debe en un 95% a la actividad humana. La temperatura media de la Tierra ha aumentado debido a la intensificación del efecto invernadero, pues nuestra actividad hace que emitamos más gases de efecto invernadero de los que la atmósfera es capaz de procesar, por lo que se retiene más calor solar. Y al retener más, la temperatura aumenta.

Y en ese momento surgen evidencias innegables: la temperatura media de la Tierra ha aumentado (cada década, hay un aumento de 0,2 °C), las capas de hielo se han encogido (300.000 millones de toneladas de hielo se derriten cada año), el nivel del mar ha aumentado (20 centímetros en los últimos cien años), el agua de los océanos está cada vez más caliente (0,2 °C más en los últimos cuarenta años), los océanos se están acidificando (porque absorben 2.000 millones de toneladas de dióxido de carbono más de lo que deberían), hay menos récords de bajas temperaturas (y muchos de altas temperaturas), suceden más eventos climatológicos extremos, la nieve se derrite antes, los glaciares están sufriendo retrocesos, se están extinguiendo muchas especies (cada día, 150 especies desaparecen para siempre) y los ecosistemas se están desertificando (por las tasas bajas de precipitación). ¿Hacen falta más evidencias de que el calentamiento global de origen antropogénico es real?

Cambio climático qué es

¿Qué sucesos han provocado el calentamiento global?

Una vez entendidos el calentamiento global y consecuente cambio climático de origen antropogénico, podemos pasar ya a ver sus causas. Como veremos, pese a que hay algunas causas no antropogénicas, se estima que el 95% del cambio climático actual se debe directamente a las consecuencias de la actividad humana. Empecemos.

1. Uso de combustibles fósiles

Si la actividad humana es responsable del 95% del cambio climático actual, la quema de combustibles fósiles es responsable de tres cuartas partes de dicho calentamiento global de origen antropogénico. Por lo tanto, el uso de los combustibles es la principal causa del cambio climático actual.

Los combustibles fósiles como el petróleo, el carbón o el gas natural contienen un dióxido de carbono que ha estado “encerrado” en la corteza terrestre durante millones de años. Cuando los quemamos, estamos liberando este dióxido de carbono a la atmósfera, estimulando así el efecto invernadero. Este dióxido de carbono es el principal gas de efecto invernadero y sus niveles atmosféricos han aumentado un 47% desde la era preindustrial.

2. Deforestación

Los bosques y selvas tropicales son imprescindibles a nivel climatológico ya que las plantas retiran y almacenan el dióxido de carbono de la atmósfera. La deforestación de los bosques y selvas del mundo está provocando que los niveles de dióxido de carbono no disminuyan (y aumenten más) ya que hay menos árboles que lo absorban. Y ya no solo eso, sino que cuando quemamos dichos árboles, se libera al aire todavía más dióxido de carbono.

Deforestación

3. Intensa actividad agrícola

La industria de la agricultura tiene un grave impacto a nivel medioambiental. Cultivar extensísimas zonas de la superficie terrestre para obtener productos vegetales no solo puede provocar la deforestación de ecosistemas, sino que dicha industria tiene, como consecuencia, la liberación de gases de efecto invernadero como el metano o el óxido nitroso. De hecho, el sector agrícola es responsable del 64% de las emisiones de óxido nitroso.

4. Uso de fertilizantes

Los fertilizantes usados en la actividad agrícola son uno de los principales responsables del cambio climático, pues los que contienen nitrógeno son una fuente clara de emisión de óxido nitroso, uno de los gases de efecto invernadero más importantes. De hecho, el óxido nitroso es 300 veces más potente (contribuyendo al efecto invernadero) que el dióxido de carbono, aunque no se emiten cantidades tan altas. Por suerte.

5. Uso de gases fluorados

Si el óxido nitroso es 300 veces más potente como gas de efecto invernadero que el dióxido de carbono, los gases fluorados son 23.000 veces más potentes que el dióxido de carbono. Conocidos también como CFCs (clorofluorocarbonos) son unos derivados industriales de los hidrocarburos que estaban presentes en diversos productos comerciales como aerosoles o pinturas. Debido a su enorme impacto atmosférico (además de efecto invernadero, provocan la destrucción de la capa de ozono), su uso está enormemente restringido.

6. Producción de cemento

En el mundo se producen anualmente más de 3.000 millones de toneladas métricas de cemento. Y aunque no lo parezca, la producción de cemento contribuye enormemente al cambio climático. De hecho, se cree que es responsable directo del 2% de las emisiones de dióxido de carbono.

7. La ganadería

La ganadería es uno de los principales motores del cambio climático, de ahí que el consumo masivo de carne sea, a nivel medioambiental, un auténtico desastre. Las vacas, ovejas, cabras, cerdos y, en general, todos los animales que criamos para el consumo humano emiten, al hacer la digestión, gases como el metano, que tiene un potente efecto como gas invernadero. De hecho, el sector ganadero es responsable de hasta el 40% de emisiones de metano y del 9% de emisiones de dióxido de carbono.

8. La contaminación

Los residuos generados por los humanos también contribuyen al cambio climático. Esto se hace especialmente relevante a nivel industrial, pues son las fábricas las que emiten mayores cantidades de gases de efecto invernadero a la atmósfera debido a su actividad, además de sustancias tóxicas para el medioambiente.

9. El derroche de energía

Pero la culpa no es solo de la industria. Nosotros, a nivel individual, debemos evitar derrochar energía. Y esto incluye desde reducir el uso de vehículos hasta intentar no gastar más energía en casa de la que se debería. Si gastamos solo lo necesario, estaremos evitando que lleguen más gases de efecto invernadero a la atmósfera.

10. ¿La actividad solar?

Las principales causas de origen antropogénico ya las hemos explicado. Ahora, para terminar, veremos las (supuestas) causas de origen no antropogénico. Se ha hablado mucho de que este calentamiento global ha coincidido con una época en la que las radiaciones procedentes del Sol son, en teoría, más intensas, cosa que estimularía todavía más los problemas. Pero lo cierto es que desde que medimos la actividad solar (llevamos más de 30 años haciéndolo), no se ha observado ningún incremento notable en su emisión de radiaciones. Por ello, por ahora, no podemos culpar al Sol del actual cambio climático.

11. ¿Cambios en la velocidad de rotación de la Tierra?

La velocidad de rotación de la Tierra alrededor del Sol y la forma de su órbita pueden sufrir pequeñas variaciones a lo largo de miles de años, fluctuando. Sabemos que estas variaciones han sido motor de cambios climáticos en el pasado, pero no podría ser responsable de este actual. De hecho, las predicciones indican que la velocidad y órbita actual harían que tendiéramos al enfriamiento global, pero está sucediendo justo lo contrario. Como vemos, solo hay un claro responsable de lo que está sucediendo: nosotros.

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