De acuerdo a la Oficina Estadística Europea, cada persona genera 1,33 kg de basura al día, cosa que se traduce en 487 kg a lo largo del año. Si tenemos en cuenta que la población mundial es de 7.684 millones de personas, llegamos a la conclusión de que la humanidad genera más de tres mil millones de toneladas de basura al año.
Pero la de la basura no es la única contaminación que existe. Es cierto que la sociedad consumista en la que vivimos ha estimulado que generemos muchos desechos que llegan a los ecosistemas y los alteran, pero el impacto humano no se limita a esto.
Contaminación atmosférica debido a los combustibles fósiles, los residuos tóxicos generados por las industrias, la contaminación del agua, liberación de material radiactivo, impacto visual en los ecosistemas, alteración de los decibelios en los ambientes, contaminación lumínica…
Los humanos hemos cambiado la Tierra, el problema es que seguramente para mal. Y en el artículo de hoy, para entender hasta qué punto hemos impactado y tomar conciencia de la importancia de preservar, entre todos, el medio ambiente, veremos cómo se clasifica la contaminación.
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¿Qué es la contaminación?
La contaminación se define como la introducción en un ecosistema natural de elementos biológicos, físicos o químicos que alteran su equilibrio. En este sentido, la acción de contaminar provoca que el ambiente pase a ser inseguro para la vida o, al menos, con efectos negativos sobre la misma.
Y es que estos elementos introducidos, que pueden ser tanto sustancias (como la basura) o energías (como por ejemplo la luz), afectan a alguno (o a algunos) de los elementos intrínsecos del ecosistema, haciendo que este pierda sus propiedades naturales.
Por ello, la contaminación siempre tiene un efecto negativo, pues cambiar las características de un ambiente natural siempre va en detrimento de su evolución y mantenimiento. Obviamente, esta contaminación está claramente vinculada a la actividad humana, pues es a través de nuestras actividades que tenemos un profundo impacto medioambiental.
Por desgracia, la contaminación es una consecuencia casi inevitable del desarrollo social, económico y tecnológico. En el mundo vivimos más de 7.000 millones de personas. Y todos queremos vivir bien, consumiendo y teniendo todas las facilidades a nuestro alcance. Y si queremos esto, es la naturaleza la que paga las consecuencias.
Pero teniendo en cuenta que la contaminación está provocando la extinción de más de 150 especies al día, la muerte de más de un millón de niños al año, la expansión del efecto invernadero, etc, no es de extrañar que las instituciones se estén apresurando a desarrollar nuevas legislaciones para regular esta contaminación.
Aunque no está solo en manos de los gobiernos este cambio hacia un mundo más respetuoso con el medio ambiente, sino en las de todos nosotros. Y conocer de qué formas contaminamos la Tierra es el primer paso para empezar a aportar nuestro grano de arena a la hora de frenar este cambio climático que estamos sufriendo.
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¿Cómo se clasifica la contaminación?
Dependiendo del ecosistema alterado, de la extensión del problema y del elemento o sustancia ajena que se ha introducido, estaremos ante un tipo u otro de contaminación. Hemos intentado rescatar todos los tipos para que la clasificación sea lo más completa posible.
1. Contaminación por basura
La contaminación por basura consiste en la acumulación de residuos sólidos en los distintos ecosistemas de la Tierra, consistiendo en la introducción de desechos de productos que han perdido tanto su utilidad como valor económico.
Solo reciclamos entre el 15% y el 18% de los residuos sólidos que generamos, lo que explica que cada año generemos, entre todos, 3.000.000.000 de toneladas de basura al año, suficiente para llenar 800.000 piscinas olímpicas.
- Para saber más: “Contaminación por basura: causas, consecuencias y soluciones”

2. Contaminación atmosférica
La contaminación atmosférica consiste en la liberación a la atmósfera de sustancias químicas volátiles potencialmente peligrosas para la vida. Debido a la actividad humana, emitimos gases que alteran la composición química de la atmósfera, siendo el monóxido de carbono, el dióxido de azufre, el óxido de nitrógeno, el dióxido de carbono y el metano los más comunes.
Estas sustancias químicas, una vez disueltas en el aire, pueden provocar problemas de salud respiratorios tanto en las personas como en el resto de animales, además de que contribuyen al efecto invernadero y alteran la actividad de los organismos fotosintéticos.
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3. Contaminación hídrica
La contaminación hídrica consiste en la llegada de residuos sólidos biológicos, físicos o químicos a los ecosistemas acuáticos, provocando la alteración de las propiedades de ríos, lagos, mares y océanos. El impacto sobre los organismos acuáticos es inmenso.
Y es que las partículas contaminantes se pueden disolver en el agua, entrando en las cadenas tróficas y teniendo efectos nocivos en ellos. Paralelamente, en los océanos se están formando literalmente continentes de basura. Se cree que algunas islas de plástico podrían tener una extensión de más de 17 millones de km cuadrados.
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4. Contaminación del suelo
La contaminación del suelo consiste en la llegada de sustancias químicas o físicas a la parte más superficial de la corteza terrestre, ahí donde los seres vivos desarrollan sus actividades biológicas. Tanto por la introducción de basura como por la llegada de petróleo u otros productos químicos tóxicos, los suelos pueden quedar tan alterados que ninguna forma de vida puede proliferar en ellos.
5. Contaminación del subsuelo
Muchas veces, estas sustancias tóxicas presentes en el suelo pueden diluirse en el agua presente en las capas externas de tierra y filtrarse a capas más profundas. Esto es lo que se conoce como la contaminación del subsuelo, que es la llegada de los contaminantes a capas internas de la corteza terrestre. No solo hay más problemas en lo que a proliferación de la vida se refiere, sino que los tóxicos pueden llegar hasta las aguas subterráneas, propagándose a otros ecosistemas.
7. Contaminación espacial
El vacío espacial no deja de ser un ambiente más del Universo. Y no teníamos suficiente con contaminar la Tierra, sino que hemos contaminado el espacio. La basura espacial consiste en los objetos artificiales difuntos que, estando ya en desuso, siguen orbitando la Tierra. Se estima que a día de hoy, hay más de 50.000 escombros abandonados, que se traducirían en más de 7.200 toneladas de basura espacial.

8. Contaminación lumínica
Como hemos dicho, la contaminación no solo está causada por la introducción en los ecosistemas de sustancias tóxicas, sino que el contaminante puede ser una energía de carácter físico. En este sentido, nos encontramos con la contaminación lumínica, que se define como el uso de sistemas de iluminación lo suficientemente abundantes y potentes como para distorsionar el brillo de las estrellas o cualquier otro objeto astronómico. Ver estrellas en las grandes ciudades es imposible a causa de esta forma de contaminación en la que el contaminante es la luz.
9. Contaminación acústica
Otra forma de contaminación propia de las grandes ciudades y que no está provocada por ninguna sustancia tóxica química o biológica, sino por una energía física: el sonido. La contaminación sonora se define como el incremento de los decibelios por encima de los valores naturales de ese ecosistema, pudiendo provocar estrés e incluso pérdida de capacidad auditiva.
10. Contaminación visual
La contaminación visual hace referencia a la introducción de todas aquellas estructuras creadas por la tecnología humana que alteran el aspecto de un ecosistema. Desde rascacielos que se alzan cientos de metros hasta estaciones eólicas que modifican enormemente el paisaje, la humanidad ha cambiado por completo el aspecto del ambiente.
11. Contaminación térmica
Toda la Tierra se está contaminando térmicamente. Esta forma de contaminación consiste en un incremento (o disminución, pero no es lo que está pasando actualmente) de la temperatura normal de un ecosistema debido a la alteración de sus propiedades naturales.
Desde que ha empezado la era industrial, la temperatura media de la Tierra ha aumentado en 1 °C. Y aunque pueda parecer poco, ha sido suficiente para provocar ya un incremento en el nivel del mar, reducción del hielo ártico, eutrofización de aguas (enriquecimiento excesivo de nutrientes), mayor número de eventos climáticos extremos, acidificación de los océanos, etc.
De no reducir la emisión de gases de efecto invernadero ya, en 2035 entraríamos en un punto de no retorno en el que no podríamos evitar que, de cara a 2100, la temperatura media de la Tierra subiera aún 2 °C más, cosa que ya tendría consecuencias devastadoras.
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12. Contaminación radiactiva
Tanto por accidentes (todos recordamos lo sucedido en Chernóbil) como por disposiciones deliberadas de sus residuos, así como por dificultades técnicas en su gestión, los desechos generados en las industrias energéticas que utilizan productos radiactivos para estimular la fusión o fisión nuclear pueden llegar a los ecosistemas, con unas consecuencias devastadoras para cualquier forma de vida.
13. Contaminación genética
La contaminación genética se define como la introducción de genes en plantas, virus o bacterias tras tareas de ingeniería genética. A la hora de generar productos modificados genéticamente, estamos alterando el patrimonio genético de esa especie, haciendo que estos genes artificiales se expandan a lo largo de las generaciones. Los humanos hemos llegado a contaminar el ADN de los seres vivos.
14. Contaminación electromagnética
La contaminación electromagnética se define como la emisión al ambiente de radiaciones electromagnéticas debidas al uso de aparatos electrónicos, desde móviles hasta routers, pasando por las torres de telefonía. Cabe destacar que no hay pruebas de que afecten a la salud y mucho menos de que provoquen cáncer (las radiaciones que emiten estos aparatos son muy poco energéticas), pero sí que pueden afectar a los movimientos migratorios de algunos animales.
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15. Contaminación alimentaria
La contaminación alimentaria consiste en la intoxicación de los productos destinados al consumo humano o animal debido a la entrada en contacto de estos con sustancias tóxicas. Ya sea por errores durante la producción, por falta de higiene, mal almacenamiento o medidas pobres de higiene, los alimentos pueden quedar contaminados y, una vez en nuestro organismo, provocarnos problemas.
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16. Contaminación química
La contaminación química engloba todas aquellas formas de contaminación en las que el agente dañino es de naturaleza química, es decir, ni biológica ni física. Por lo tanto, puede aparecer en cualquier ecosistema terrestre, acuático o aéreo y estar causada por basura, residuos radiactivos, gases contaminantes, plásticos, derivados del petróleo, etc.
17. Contaminación microbiológica
La contaminación microbiológica es una forma muy común de contaminación de origen biológico en la que el agente dañino introducido es una población de microorganismos, ya sean bacterias, virus, hongos o parásitos. Pueden provocar enfermedades en los seres vivos y es común que estén vinculados con la contaminación tanto hídrica como alimentaria.
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18. Contaminación puntual
Por contaminación puntual entendemos cualquier forma de contaminación de las que hemos visto anteriormente pero en la que el foco de introducción de la sustancia o elemento perjudicial está limitado a una región muy concreta, como por ejemplo un vertido de una industria.
19. Contaminación lineal
Por contaminación lineal entendemos cualquier forma de contaminación de las que hemos visto anteriormente en la que la introducción de la sustancia o elemento dañino está limitada a un foco concreto pero que abarca una mayor extensión. Por ejemplo, un barco que suelta desechos de combustible (un solo foco) pero que los libera a lo largo de toda una ruta por el océano.
20. Contaminación difusa
La contaminación difusa es aquella en la que, como su propio nombre indica, los límites de propagación de la sustancia o elemento dañino son más difusos. Un ejemplo sería el de una lluvia arrastrando a nuevos ecosistemas unos residuos sólidos.