Los 8 tipos de negacionistas (y argumentos contra ellos)

El negacionismo es una postura propia del comportamiento humano cuyos individuos eligen negar la realidad para evadir una realidad que les resulta incómoda, aferrándose a unos argumentos poco sólidos que, como es normal, caen bajo su propio peso. Una persona negacionista prefiere ser ciega a ver qué sucede de verdad a su alrededor.

En este sentido, el negacionismo da la espalda a la realidad incómoda a favor de una mentira más confortable. Y es justo en el ámbito científico no solo que son más habituales estas tendencias, sino que pueden ser un verdadero peligro para la salud pública.

Negacionistas de la pandemia del coronavirus, de las vacunas, del cambio climático, del SIDA, del holocausto nazi, de la evolución… Convivimos con personas que rechazan conceptos básicos, aceptados y fundamentados en evidencias científicas para, en esencia, vivir una mentira donde se puedan encontrar cómodos.

Negar la realidad e ir en contra de lo que piensa todo el mundo no hace a una persona más inteligente o más interesante. De hecho, lo más probable es que resulte un completo ignorante. Y en el artículo de hoy presentaremos a los principales tipos de negacionistas, aportando argumentos que, a diferencia de los suyos, están apoyados por la ciencia.

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¿Cuáles son los principales negacionistas?

Seguramente, si nos ponemos a investigar, encontraremos negacionistas de cualquier cosa. Sin ir más lejos, hay quien dice que la nieve son en realidad plásticos tóxicos que los gobiernos hacen caer desde aviones para hacernos enfermar o evitar que salgamos de casa. Sí. Hay negacionistas de la nieve. A partir de aquí, deja volar la imaginación.

Aun así, hoy te presentamos los tipos de negacionistas más importantes, ya sea porque sus corrientes tienen (incomprensiblemente) mucho apoyo o porque tienen un impacto relevante en el bienestar social de las personas que queremos vivir de acuerdo a la ciencia. Vamos allá.

1. Terraplanistas

La Flat Earth Society es una organización fundada en Londres en el año 1956 y que, con el modus operandi propio de una secta, se propuso crear una comunidad de personas que difundieran por el globo (a ver si les molesta esto) la idea de que la Tierra es plana y que todo lo que se dice acerca de que es esférica es mentira, un plan de los gobiernos para controlarnos (todavía no entiendo en qué nos controlan diciendo que es esférica) y mentirnos.

Y piensas, “bueno, esto son cuatro analfabetos”. Pues no. En países como Estados Unidos, más del 66% de los jóvenes tienen, como mínimo, dudas de que la Tierra sea redonda. Una clara evidencia de que su sistema educativo falla. Y es que por mucho que este movimiento negacionista esté ganando peso en el mundo, basta con tener el nivel de física de un niño de parvulario para saber que es totalmente imposible que sea plana.

Si fuera plana, ¿cómo habría gravedad? ¿No sería extraño que la Tierra fuera la única de los 4.341 exoplanetas descubiertos en ser plana? ¿Cómo habría el ciclo de noche y día? ¿Cómo se habría formado? ¿Por qué nunca hemos llegado a ese supuesto límite del mundo? ¿Por qué puede darse una vuelta alrededor del mundo? La Tierra es un planeta con una forma de esferoide oblato con un diámetro de 12.754 kilómetros. No hay más. Y quien niegue esto, le invitamos desde aquí a documentarse.

• Para saber más: “Las 12 razones por las que la Tierra no es plana”

2. Antivacunas

Los terraplanistas tienen la inteligencia de una esponja de mar, sí, pero tampoco hacen daño a nadie. Los antivacunas siguen teniendo la inteligencia de una esponja de mar, pero esta vez nos ponen en peligro a todos los que tenemos una inteligencia propia del ser humano.

Las vacunas son fármacos, es cierto. Pero toda esta gente que decide no vacunar a sus hijos, ¿tiene algún conocimiento en farmacéutica? Evidentemente, no. Lo más cerca que han estado de una universidad es, como mucho, el bar de alguna facultad. Las vacunas son perfectamente seguras. Cuando una sale al mercado, es porque ha pasado por unas increíblemente exhaustivas fases de ensayo clínico controladas por las autoridades sanitarias.

De no vacunar a los más pequeños, podemos hacer que regresen enfermedades (que no están erradicadas) como el sarampión, la rubéola, la difteria, la tos ferina, la poliomielitis, el tétanos… Son nuestra única protección frente a patógenos peligrosos.

Y claro que tienen efectos secundarios. Pero son leves en el 99,99% de los casos. Tienen, literalmente, el mismo riesgo de provocar efectos secundarios graves que un ibuprofeno. Y no hay negacionistas del ibuprofeno. Aunque a lo mejor le hemos dado una idea a alguna de estas esponjas de mar.

• Para saber más: “¿Las vacunas son peligrosas?”

3. Negacionistas del COVID-19

A fecha que se escribe este artículo (10 de febrero de 2021), la pandemia de coronavirus ha provocado el contagio de más de 107 millones de personas y 2,34 millones de defunciones. Resulta increíble que siga habiendo personas que nieguen la existencia del virus y que afirmen que todo es un plan de los gobiernos para desestabilizar el mundo.

No hay demasiadas cosas que decir. En este caso, se aplica perfectamente la definición que hemos dado de negacionista, en el sentido que son personas que no tienen miedo de parecer analfabetas con tal de alejarse de una verdad incómoda. La pandemia de COVID-19 es una realidad. Y no hay espacio en esta realidad para los negacionistas, pues sus actos atentan contra la salud pública.

• Para saber más: “Los 17 mitos sobre el Coronavirus, desmentidos”

4. Negacionistas del VIH/SIDA

Los negacionistas del VIH/SIDA son personas que, evidentemente siendo las más célebres figuras expertas en inmunología del mundo, afirman que el virus VIH no es el responsable del SIDA. En otras palabras, que la inmunodeficiencia humana es un mito y que el virus VIH o bien no existe, o bien ha sido creado artificialmente o bien no es agresivo.

Creen que el SIDA es, en realidad, una enfermedad que aparece por la administración de antirretrovirales, unos medicamentos que, según ellos, no detienen el desarrollo del virus en el cuerpo (porque no existe), sino que provocan la inmunodeficiencia. A todos estos inmunólogos de bar se les tendría que decir que la pandemia de VIH/SIDA ha causado la muerte de más de 35 millones de personas.

• Para saber más: “SIDA: causas, síntomas y tratamiento”

5. Negacionistas del cambio climático

Negar que el cambio climático no existe no tiene ningún sentido. Desde que empezara la era industrial, la temperatura media de la Tierra ha aumentado 1 °C. Y el 95% se debe a la actividad humana. Un simple grado más puede parecer poco, pero miremos las consecuencias que está teniendo: aumento del nivel del mar, reducción del hielo ártico, mayores temperaturas, más eventos climatológicos extremos, acidificación de los océanos, menos récords de bajas temperaturas, la nieve se derrite antes, desertificación de ecosistemas, extinción de más de 150 especies a diario…

Si no tomamos conciencia todos de esta realidad, en 2035 entraremos en un punto de no retorno en el que no podremos evitar que, de cara al año 2100, la temperatura media de la Tierra aumente 2 °C más. Huelga decir que las consecuencias de esto serían devastadoras.

• Para saber más: “Las 11 evidencias de que el cambio climático es real”

6. Antievolucionistas

Los antievolucionistas no creen en la evolución biológica de las especies. Además de creer que la Tierra tiene solo 6.000 - 10.000 años de edad, creen que Dios creó a todas las especies del mundo tal y como son ahora y que estas no han cambiado ni cambiarán jamás, pues la obra de Dios es perfecta.

No queremos atacar tanto a esta postura pues es evidente que tiene su origen en unas profundas creencias religiosas, aunque hay que tener en cuenta que por muy creyente que se sea, negar la evolución no tiene ningún sentido. Es uno de los hechos menos abiertos a debate dentro de la biología.

Y es que la realidad es que la Tierra tiene una edad de 4.543 millones de años y que la vida en ella surgió hace unos 3.800 millones de años, en forma de bacterias que, tras millones de años de evolución, se diversificarían hasta dar lugar a las especies de animales, plantas, hongos, protozoos y cromistas que vemos hoy en día. Todos procedemos de un antepasado común que, por necesidad de adaptación a un entorno cambiante, tuvo que evolucionar. La evolución es un hecho innegable.

• Para saber más: “¿Cómo funciona la selección natural?”

7. Negacionistas del Holocausto

El Holocausto fue el genocidio que tuvo lugar en Europa durante la Segunda Guerra Mundial bajo el régimen de la Alemania nazi. Iniciado en 1941, alcanzado su punto cumbre en 1942 y terminado en 1945 con la victoria aliada, el Holocausto nazi hizo que más de 11 millones de judíos, gitanos y otros grupos étnicos o sociales contrarios al régimen fueran asesinados.

Por increíble que parezca, hay gente que niega que esto sucediera. Hay gente que niega que los campos de exterminio fueran reales y que afirma que todo esto es una de las mayores mentiras de la historia de la humanidad. Una prueba más de que estos insensibles hacen cualquier cosa por huir de una verdad incómoda. Por suerte, la Unión Europa estableció una ley que está en vigor desde 2007 y que condena cualquier negación del Holocausto nazi. Tenemos que ser conscientes de lo que sucedió para que algo así no vuelva a ocurrir jamás.

8. Antiestatinas

Las estatinas son un grupo de fármacos usados para disminuir el colesterol y los triglicéridos en sangre en pacientes que, al tener unos niveles elevados, tienen un riesgo de desarrollar graves patologías cardiovasculares. Evidentemente, su eficacia (y seguridad) está más que comprobada y salvan la vida a millones de personas.

El problema es que recientemente, distintos portales en internet están negando su efectividad y engañando a la gente diciendo que son medicamentos peligrosos para la salud, incitando generalmente a que prueben sus productos homeopáticos que no tienen ninguna validez científica. Los cardiólogos ya avisan de que este movimiento antiestatinas puede provocar la muerte de muchas personas con riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.