Los 15 tipos de estrellas (y sus características)

Solo en nuestra galaxia podría haber 400.000 millones de estrellas. Y a pesar de su increíble abundancia, todas y cada una de ellas pertenece a uno de los principales tipos. Veámoslos.

Tipos estrellas

Las estrellas son la clave del Universo. En ellas se fundamenta todo, pues es a su alrededor que orbitan los distintos cuerpos celestes y, a la vez, se estructuran entre ellas para dar lugar a los millones de millones de galaxias presentes en el Cosmos.

Esos diminutos puntos brillantes que vemos en el cielo nocturno son, en realidad, inmensas esferas de plasma incandescente que están a cientos o miles de años luz y en cuyo interior suceden reacciones nucleares que permiten la formación de todos los elementos químicos de la naturaleza.

Solo en la Vía Láctea podría haber más de 400.000 millones de estrellas. Y teniendo en cuenta que nuestra galaxia es solo una más de las 2 millones de millones de galaxias, nos podemos hacer una idea del número de estrellas en el Universo.

Sin embargo, la Astronomía ha conseguido clasificar las estrellas dependiendo de su fase de vida, la luminosidad, el tamaño y la temperatura. Por ello, en el artículo de hoy, además de entender qué es una estrella, veremos los tipos que existen. Desde enanas blancas hasta hipergigantes rojas, emprenderemos un viaje a lo largo del Cosmos.

¿Qué es una estrella?

Una estrella es un cuerpo celeste de gran tamaño constituido por plasma (un estado de la materia entre el líquido y el gas donde las partículas están cargadas eléctricamente) incandescente a enormes temperaturas, lo que hace que esta “esfera” brille con luz propia.

Las estrellas pueden entenderse como un reactor nuclear a muy grande escala. Y es que son esferas que contienen enormes cantidades de hidrógeno, el primer elemento químico de la tabla periódica, el cual sufre un proceso de fusión nuclear (en el núcleo de la estrella) que lleva a la formación de helio. Este proceso requiere de temperaturas y presiones altísimas que solo pueden conseguirse en el interior de estas estrellas.

El helio, a su vez, si la estrella es suficientemente grande, puede seguir fusionándose, cosa que requiere de temperaturas y presiones mucho más alta, dando lugar así al siguiente elemento químico, que es el litio. Y así sucesivamente con todos.

Nuestro Sol solo es capaz de producir helio, pero hay otras colosales estrellas que son capaces de fusionar suficientes átomos como para dar lugar a los metales y otros elementos pesados. Todos los elementos que hay en la naturaleza proceden de la liberación que un día hizo una estrella lejana al morir.

Estas reacciones químicas nucleares suceden a temperaturas del orden de 15.000.000 °C y culminan con la liberación de, además de calor, luz y radiación electromagnética. Debido a su enorme masa, el plasma se condensa por acción de la gravedad, la cual, a su vez, atrae a cuerpos celestes, como es el caso de nuestro Sistema Solar.

Dependiendo de la masa, las estrellas vivirán más o menos. Las estrellas más masivas suelen tener esperanzas de vida de unos 30 millones de años (un abrir y cerrar de ojos en términos astronómicos), mientras que estrellas pequeñas como el Sol pueden llegar a vivir 10.000 millones de años. En función tanto de su masa como de la fase de vida en la que se encuentre, estaremos ante un tipo de estrella u otro.

¿Qué tipos de estrellas hay en el Universo?

Se han propuesto muchas categorías distintas, como por ejemplo una que se basa en la luminosidad de la estrella. A pesar de que todas ellas son muy útiles, nosotros nos hemos quedado con aquella que se hace en base al tamaño y a su fase de vida, pues es la que presenta los términos con los que estamos más familiarizados. A continuación presentamos la lista.

1. Estrella de neutrones

La estrella de neutrones es el tipo de estrella más pequeña del Universo y, sin duda, uno de los cuerpos celestes más misteriosos. Imagina que compactáramos toda la masa del Sol (millones de cuatrillones de kg) en una esfera del tamaño de la isla de Manhattan. Ahí tienes una estrella de neutrones, la cual tiene un diámetro de apenas 10 km pero dos veces la masa del Sol. Es (a excepción de los agujeros negros) el objeto natural más denso jamás descubierto.

Estas estrellas se forman cuando una estrella supermasiva, de las que veremos más abajo, explota, dejando un remanente en forma de núcleo en el que los protones y los electrones de sus átomos se fusionan en neutrones, cosa que explica que se adquieran estas densidades tan increíbles. Una cucharada de estrella de neutrones pesaría tanto como todos los coches y camiones de la Tierra juntos.

Estrella neutrones 2

2. Enana roja

Las enanas rojas son las estrellas más abundantes del Universo. Se encuentran entre las más pequeñas (aproximadamente la mitad que el Sol) y con unas temperaturas en la superficie menores a los 3.800 °C. Pero es precisamente este pequeño tamaño lo que las lleva a gastar lentamente su combustible, por lo que son el tipo de estrella más longeva. Pueden llegar a vivir más de lo que lleva existiendo el Universo. De hecho, se cree que podrían vivir 200.000 millones de años.

Enana roja

3. Enana naranja

La enana naranja es un tipo de estrella que está a medio camino entre una enana roja y una enana amarilla (como el Sol). Son las estrellas más similares al Sol, pues tienen una masa y diámetro parecidos. Pueden llegar a vivir 30.000 millones de años y son de gran interés en la búsqueda de vida extraterrestre, pues tienen características que permitirían el desarrollo de planetas habitables en su órbita.

Enana naranja

4. Enana amarilla

Como nuestro Sol. Las enanas amarilla tienen un diámetro parecido al de nuestra estrella, que se encuentra en los 1.400.000 km. Su temperatura superficial es de unos 5.500 °C y tienen una esperanza de vida de unos 10.000 millones de años. Como vemos, cuanto más grande es la estrella, menos vive, pues más rápido gasta el combustible.

enana amarilla
Nuestro Sol es una enana amarilla.

5. Enana blanca

La enana blanca es un tipo de estrella que, en realidad, procede del núcleo de otra estrella más grande. Y es que cuando esta estrella masiva muere, pierde sus capas más externas y deja como remanente el núcleo, que es esta estrella blanca. De hecho, todas las estrellas, a excepción de las enanas rojas y de las más supermasivas (que explotan dejando una supernova, una estrella de neutrones o un agujero negro), terminan su vida convirtiéndose en una enana blanca. Nuestro Sol también se convertirá en una.

Son cuerpos celestes muy densos. Imagina que condensas el Sol en un objeto del tamaño de la Tierra, dando lugar a una estrella 66.000 veces más densa que este Sol.

Enana blanca

6. Enana marrón

Las enanas marrones están en la frontera entre un planeta gaseoso gigante (como Júpiter) y una estrella. Y es que a pesar de que haya planetas que orbiten a su alrededor, su masa no es suficientemente grande como para que los procesos de fusión nuclear se inicien. Por lo tanto, ni brillan demasiado (de ahí el nombre) ni tienen una fuente de energía.

Enana marrón

7. Enana azul

Como hemos dicho, las estrellas, cuando mueren, dejan como remanente una enana blanca. Y esto pasaba con todas excepto con las enanas rojas. Pues bien, una enana azul es un tipo hipotético de estrella que se cree que se formaría cuando estas enanas rojas murieran. Su existencia no ha sido comprobada ya que, básicamente, desde la formación del Universo, todavía no ha muerto ninguna enana roja.

Enana azul

8. Enana negra

Como hemos comentado, cuando las estrellas mueren, dejan como remanente una enana blanca. Pero estas, a la larga, también terminarían por agotar su combustible. Cuando esto pasara, se irían enfriando lentamente hasta dejar de emitir luz, momento en el que hablamos de una enana negra. De todos modos, sigue siendo una estrella hipotética, pues en el Universo todavía no ha pasado el tiempo suficiente como para que una enana blanca muera. Además, en caso de que hubiera sucedido, al no emitir luz, su detección sería prácticamente imposible.

Enana negra

9. Subenana

Las subenanas son un tipo de estrella que se encuentran a medio camino entre una estrella “de verdad” y una enana marrón. Las subenanas son estrellas viejas. De hecho, se cree que fueron los primeros objetos celestes de la galaxia. Se dice que están en la frontera porque sí que suceden reacciones nucleares pero su contenido metálico es muy bajo.

Subenana

10. Subgigante

Como en el caso anterior, la subgigante es un tipo de estrella que está en la frontera entre una estrella enana y una estrella gigante. Su masa es mayor y es más brillante que las enanas anteriores, pero no es lo suficientemente grande como para ser considerada una gigante como las que veremos a continuación. De hecho, esta suele ser una fase de vida del ciclo de las estrellas más masivas, pues a medida que pasa el tiempo, se expanden y pasan a ser gigantes.

Subgigante

11. Gigante

Una estrella gigante es un tipo de estrella con un diámetro entre 10 y 100 veces mayor al del Sol. De igual modo, su luminosidad también es entre 10 y 1.000 veces mayor a la de nuestra estrella. Prácticamente todas las estrellas enanas (las que tienen a partir de la mitad del tamaño del Sol hacia arriba) se convertirán en gigante a medida que agoten el combustible.

Dependiendo de su luminosidad, pueden ser gigantes rojas o azules. Un ejemplo de gigante roja es Pólux, situada a 33’7 años luz de la Tierra y con un diámetro de 12.000.000 km, casi diez veces más grande que el Sol.

Gigante azul
Un ejemplo de estrella gigante azul.

12. Gigante luminosa

Una gigante luminosa es un tipo de estrella que está a medio camino entre una estrella gigante y una supergigante. Se trata de estrellas mucho más brillantes que las anteriores pero que, sin embargo, no cumplen con los mínimos de masa y tamaño de las siguientes.

Gigante luminosa

13. Supergigante

Las supergigantes son estrellas que tienen un diámetro unas 500 veces mayor al del Sol, aunque puede ser 1.000 veces mayor. Dependiendo de su luminosidad, pueden ser rojas o azules, siendo estas azules las que irradian mayor energía. Igual que pasaba con las gigantes, las rojas tienen temperaturas (relativamente hablando) más bajas.

De hecho, mientras que la temperatura superficial de las supergigantes azules puede llegar a casi los 50.000 °C, la de las rojas es incluso más baja que la del Sol, pues oscila entre los 3.000 y los 4.000 °C, mientras que nuestra estrella pasaba de los 5.000 °C. Como vemos, esta fase de la estrella indica que está agotando su combustible y que se está enfriando poco a poco.

Un ejemplo de supergigante azul es Rigel, una estrella situada a 860 años luz de nosotros y que tiene un diámetro de 97 millones de kilómetros. Se cree que, dada su etapa de supergigante, en unos pocos millones de años morirá con una explosión de supernova.

Rigel

14. Supergigante luminosa

Una supergigante luminosa está a medio camino entre una supergigante y una hipergigante, que es el tipo de estrella más grande. Son estrellas increíblemente brillantes pero que no cumplen con los valores mínimos de masa y tamaño como para entrar en el último grupo.

Supergigante luminosa

15. Hipergigante

Una hipergigante es el tipo de estrella más grande que existe. De hecho, las leyes de la física impiden que existan estrellas más grandes, pues de superar la masa máxima, colapsan dando lugar a una explosión de supernova, a una estrella de neutrones o un agujero negro. Las hipergigantes son miles (e incluso millones) de veces más brillantes que el Sol y sus temperaturas superficiales llegan a los 35.000 °C.

Su masa es tan increíblemente grande que su esperanza de vida es de solo menos de 3 millones de años. Pasado este tiempo, se convertirá en supernova (una explosión estelar), pudiendo dejar como remanente un agujero negro, el objeto celeste más misterioso que existe, un punto del espacio con una densidad infinita y una gravedad tan increíblemente alta que ni los fotones de la luz pueden escapar de su atracción.

Un ejemplo de hipergigante es UY Scuti, la estrella más grande de nuestra galaxia. Situada a 9.500 años luz, tiene un diámetro de 2.400 millones de km.

Hipergigante
UY Scuti, una hipergigante roja, en comparación a nuestro Sol.
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