¿Cómo afrontar un nuevo embarazo tras haber sufrido un aborto? En 5 claves

Afrontar un nuevo embarazo tras haber sufrido un aborto puede ser abrumador. Algunas claves pueden ayudar a vivir la maternidad sin descuidar el proceso de sanación de las heridas.

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El aborto se define como la interrupción y finalización prematura del embarazo de forma natural o voluntaria, hecha antes de que el feto pueda sobrevivir fuera del útero. Cuando un aborto ocurre de forma inesperada, este se denomina aborto espontáneo. En cambio, cuando el aborto se produce de forma deliberada se suele denominar aborto inducido.

En cualquier caso, cuando una mujer pasa por la experiencia del aborto, esta vivencia puede ser impactante y dejar una huella psicológica. En general, puede experimentarse como un proceso de alta carga emocional, aunque esto dependerá de diversos factores y por ello no hay dos vivencias iguales. Añadido a esto, todo lo relacionado con el aborto (tanto el inducido como el espontáneo), suele estar envuelto por un clima de tabú que dificulta a muchas mujeres compartir su experiencia. Esto lleva a que muchas de ellas vivan su proceso en silencio, creyendo que aquello que ellas sienten no es vivido por nadie más.

Además de procesar el aborto en sí mismo, muchas mujeres se encuentran con mucho sufrimiento cuando deciden tener hijos tras haber experimentado dicha pérdida. Afrontar de nuevo un embarazo después de haber pasado por esta situación puede despertar muchas emociones y empañar la vivencia de ser madre. En este artículo hablaremos acerca de algunas claves que es recomendable tener presente a la hora de afrontar un nuevo embarazo tras haber sufrido un aborto.

Las consecuencias psicológicas del aborto

Antes de nada, debemos tener en cuenta que el aborto es un fenómeno vivido de manera muy distinta en cada mujer. Aunque no podemos establecer generalizaciones, la realidad es que es un evento difícil que puede tener un impacto en la salud emocional. Por supuesto, los efectos del aborto van a depender de todo un abanico de variables, como por ejemplo las habilidades de afrontamiento de la mujer, si el embarazo era o no deseado, el momento en el que el aborto ocurre o el apoyo social disponible. En cualquier caso, algunos de los efectos emocionales más habituales tras vivir un aborto son los siguientes:

  • Culpa: Tras sufrir un aborto, es posible que la mujer sienta una profunda culpa después de haber perdido a su bebé. Incluso cuando se trata de un aborto natural, puede que esta caiga en el error de achacarse la responsabilidad de lo sucedido, pensando en aquellas cosas que hizo y que pudieron influir en el curso del embarazo. El deseo de buscar respuestas ante un hecho doloroso (especialmente cuando el embarazo era deseado) puede llevar a rumiar en esta dirección, buscando causas y culpables alrededor.

El sentimiento de culpa puede acompañar a la mujer incluso cuando el aborto ha sido una decisión meditada o tomada por el bien de la madre y el bebé. El instinto puede llevar a la mujer a sentirse en deuda con un bebé al que debería haber cuidado y que, por diferentes razones, no ha podido sobrevivir. Las mujeres que optaron por abortar voluntariamente pueden no arrepentirse de su decisión y saber que han hecho lo mejor, pero aun así experimentar culpa por sentirse “egoístas”, algo en lo que suele influir el pensamiento de la sociedad en general acerca del aborto. Cuando una mujer decide interrumpir su embarazo en un contexto social que castiga el aborto, es más probable que aparezcan este tipo de sentimientos.

  • Vacío emocional: Después de un aborto es posible que la mujer sienta una profunda sensación de vacío. Perder un bebé implica un proceso de duelo, especialmente cuando era un hijo deseado y el aborto se produjo de manera inesperada. La mujer puede sentir una tristeza muy intensa que le lleve a sentirse vacía, ya que las ilusiones y expectativas acerca de su hijo se rompen en pedazos de repente. En algunas mujeres este sentimiento es transitorio y sólo se extiende durante algunas semanas. Sin embargo, es posible que en ciertos casos esto se prolongue debido a que no se ha elaborado el duelo adecuadamente. En estos casos, puede ser necesaria la ayuda de un profesional de la psicología.

  • Pérdida de autoestima: Cuando una mujer experimenta un aborto puede suceder que esto impacte en su autoestima. Así, es posible que deje de sentirse capaz de poder tener un hijo en el futuro por temor a que se repita el mismo episodio. A veces, el hecho de haber sufrido un aborto se puede vivir como un ataque directo a su sentimiento de valía.

En este sentido, la sociedad no suele favorecer lo contrario, pues a menudo se transmite el mensaje de que aquellas mujeres sin hijos o que no son naturalmente fértiles son menos válidas que el resto o están incompletas. En estos casos, es fundamental que la mujer pueda recuperarse emocionalmente antes de transitar de nuevo por la experiencia de la maternidad. Si decide buscar un nuevo bebé antes de haber vuelto a la normalidad, es posible que el embarazo se viva con mucha ansiedad y desconfianza.

  • Problemas de pareja: En general, un aborto constituye un evento muy duro que puede poner en tensión a la pareja por diferentes motivos. En primer lugar, todo el dolor que la mujer experimenta, sumado a su sentimiento de culpa y pérdida de autoestima, puede hacer que ella rechace de pleno mantener relaciones sexuales. El deseo se ve afectado y existe temor a un nuevo embarazo.

En definitiva, el impacto emocional puede perjudicar la vida íntima de la pareja y enfriar la relación. Por otro lado, es posible que ambos miembros de la relación muestren diferentes estilos de afrontamiento. Si la mujer y su pareja no lidian con el dolor de la misma manera, es posible que se produzcan fricciones y conflictos que pueden distanciarlos. Esto es especialmente probable en aquellas relaciones en las que la comunicación es deficiente o ya existían conflictos previos.

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Cómo afrontar un embarazo tras haber sufrido un aborto: 5 claves

A continuación, comentaremos algunas claves importantes que es de ayuda tener presentes a la hora de lidiar con un nuevo embarazo tras haber tenido un aborto.

1. Permítete vivir tu duelo

Algunas mujeres que pierden a sus bebés de manera natural desean acabar lo antes posible con su dolor. Por ello, buscan enseguida un nuevo embarazo para pasar página. Sin embargo, no es así como las personas procesamos el sufrimiento. Tras una pérdida tan dolorosa como esta, es esencial aceptarla y permitirse sentir esas emociones difíciles que la acompañan. Negar el dolor o evitarlo sólo servirá para dejar el duelo mal cerrado, lo que seguramente llevará a consecuencias negativas a medio y largo plazo. Tienes derecho a sentir dolor con independencia de cualquier variable en torno al aborto vivido. Permítete ese tiempo para sanar y recuperarte antes de volver a intentar quedarte embarazada.

2. Deja a un lado los “debería/tendría que”

Muchas veces, vivimos nuestra vida guiados por los debería/ tendría que, lo que nos hace sentir culpables si no encajamos en las expectativas sociales. Lo cierto es que cada persona debe vivir su vida acorde a sus necesidades reales y sus ritmos, sin presiones externas de ningún tipo. Esto es especialmente relevante cuando hablamos de maternidad.

Si estás embarazada y has tenido un aborto anterior, es posible que la noticia no te haya despertado la ilusión desbordante de la primera vez. Antes de culparte por no estar feliz y pensar que no serás buena madre, debes saber que esta reacción es normal. En el pasado has vivido una experiencia dolorosa de embarazo y es comprensible que esta nueva gestación la recibas con más cautela. Eso no implica que vayas a ser peor madre ni que quieras menos a tu bebé. Sencillamente, necesitas afrontar de nuevo este proceso hasta sentirte segura a medida que veas que todo va bien.

3. Trata de vivir el aquí y el ahora

Una de las cosas más difíciles asociadas al miedo es la anticipación. Tras haber vivido una pérdida gestacional, es normal que ante un nuevo embarazo empieces a tener pensamientos anticipatorios que auguran lo peor. Sencillamente, tu cerebro trata de prepararse para un peligro que ya ha conocido. En este sentido, es importante que trabajes la focalización en el momento presente, disfrutando tu embarazo con la mirada en el aquí y el ahora. En este sentido, practicar mindfulness es una estrategia muy útil, especialmente si cuentas con la guía y el apoyo de un profesional de salud mental.

4. Apóyate en los profesionales

Si has sufrido abortos previos y tu embarazo implica riesgo, lo mejor que puedes hacer es apoyarte en los profesionales. Es esencial que te sientas cómoda con el equipo médico que supervisa tu gestación, ya que con ellos deberás resolver tus dudas y miedos desde la confianza plena.

5. Comparte tu vivencia con tu entorno cercano

Puede que te sientas culpable por sentirte como te sientes. Esto puede dificultar tu capacidad para abrirte con tu entorno y ser sincera acerca de tu dolor. Sin embargo, debes saber que contar con el apoyo de los allegados es crucial para superar el duelo y sanar la herida. Habla con tu pareja sobre este dolor y permite que él también lo haga, pues de esta forma vuestro vínculo se hará más fuerte. Si te apetece, también puedes abrirte con otros familiares o amigos íntimos que te hagan sentir en confianza. El apoyo social es clave, es la red que nos sostiene cuando nosotros solos no podemos.

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