Los 7 tipos de embarazo (y sus características)

El embarazo es el periodo que transcurre desde que el óvulo fecundado se implanta en el útero hasta el momento del parto. Este evento implica diversos procesos fisiológicos en el cuerpo de la mujer, que tienen como fin último permitir el desarrollo del feto. La futura madre vivirá importantes cambios en su cuerpo a nivel metabólico, emocional y, por supuesto, físico.

Así, el organismo femenino realiza adaptaciones para lograr que el feto crezca y sobreviva. Ejemplo de ello es la interrupción de la menstruación o el aumento del tamaño de los pechos, que serán necesarios posteriormente en la lactancia.

• Te recomendamos leer: "Las 9 principales Señales de Alerta en el embarazo (y cómo identificarlas rápidamente)"

La naturaleza del embarazo humano

El embarazo humano tiene una duración de aproximadamente nueve meses. Particularmente, el primer trimestre es el que implica un mayor riesgo de aborto espontáneo, por lo que superada esa primera etapa la pérdida del bebé es mucho menos probable.

Aunque las etapas del embarazo son las mismas en todas las mujeres, lo cierto es que cada embarazo es un caso único. Incluso, una misma mujer puede tener varios embarazos siendo estos muy diferentes entre sí. Por ello, muchas veces no se pueden establecer generalizaciones, ya que cada experiencia de maternidad es vivida de forma distinta.

Generalmente, los embarazos humanos son únicos, lo que significa que solo se gesta un bebé. Sin embargo, en ocasiones pueden producirse embarazos múltiples. En los últimos años, el porcentaje de embarazos de este tipo se ha incrementado, pues son muchas las parejas que recurren a técnicas de reproducción asistida.

No obstante, más allá del tipo de embarazo en función del número de hijos, existen otras muchas clases que es importante conocer. En este artículo vamos a profundizar en cada una de ellas para poder comprender sus características.

• Te recomendamos leer: "¿Qué cosas hay que evitar durante el embarazo y cuáles no?"

¿Qué clases de embarazos existen?

A continuación, vamos a conocer los distintos tipos de embarazo y sus respectivas características.

1. Embarazo intrauterino

Este tipo de embarazo se produce cuando el óvulo fertilizado se implanta de manera correcta en el interior del útero. Por tanto, este embarazo es el que se ajusta a la normalidad, permitiendo un desarrollo adecuado del feto sin ninguna anomalía. La mayoría de las mujeres que han pasado por un embarazo han tenido, por fortuna, este tipo. El hecho de que el óvulo se haya implantado de manera adecuada es un gran primer paso para que la placenta y el cordón umbilical se formen, de manera que el feto pueda recibir el alimento necesario para crecer.

El embarazo intrauterino consta de tres etapas, la primera se inicia con la concepción hasta la semana 12, la segunda desde la 13 hasta la 20 y finalmente la tercera que culmina con el nacimiento. Dado que el embarazo tiene una duración aproximada de nueve meses, cada etapa constituye un trimestre. En cada uno de ellos será pertinente realizar determinadas pruebas para asegurar que el desarrollo del futuro bebé es correcto.

• Te recomendamos leer: "Las 3 etapas de un embarazo (y qué ocurre en cada mes)"

2. Embarazo molar

El embarazo molar es aquel en el que la fecundación del óvulo no ha sido correcta. Se trata de un embarazo peligroso, pues la placenta crece en exceso formando quistes. Además, el embrión no suele llegar a formarse y, si lo hace, es muy poco probable que sobreviva. En otras palabras, un embarazo molar da lugar a un tumor no cancerígeno que crece en el útero. No obstante, en algunos casos este puede llegar a complicarse y derivar en cáncer.

3. Embarazo ectópico

Un embarazo ectópico sucede cuando el óvulo ha sido fertilizado, pero se implanta fuera del útero. En este caso no es posible que el embarazo prosiga, ya que se pondría en riesgo la vida de la madre. Es por ello que resulta muy importante la atención médica precoz. Esta experiencia de embarazo puede ser muy traumática para la mujer, ya que el bebé en ningún caso llega a desarrollarse y sobrevivir. Es decir, la mujer embarazada vive un fuerte duelo por la pérdida de un hijo que no llegó a nacer.

Además, muchas mujeres que han vivido esta situación temen volver a revivirla si se quedan de nuevo embarazadas. Aunque este miedo es natural, la buena noticia es que un embarazo ectópico no implica que todos los embarazos posteriores vayan a ser iguales. Una mujer puede haber sufrido un embarazo ectópico e igualmente tener embarazos normales después.

• Te recomendamos leer: "Sangrados durante el embarazo: ¿son peligrosos?"

4. Embarazo de alto riesgo

Los embarazos de alto riesgo son aquellos en los que existe alguna condición en la mujer que pueda poner en peligro el desarrollo del bebé. Normalmente, se califican como embarazos de alto riesgo aquellos en los que la madre es mayor de 35 años o menor de 18, o en los que existen enfermedades como la diabetes y otras patologías que puedan afectar al feto. También se incluirían en esta categoría aquellos en los que la madre entra en contacto con infecciones como la rubéola, la toxoplasmosis, la sífilis, el VIH o el virus del papiloma humano.

Este tipo de embarazo debe ser minuciosamente supervisado, con visitas al ginecólogo mucho más frecuentes que en un embarazo normal. Es especialmente importante revisar el embarazo de las mujeres que requieren tomar algún tratamiento para mantener controladas sus patologías. La buena noticia es que los embarazos de alto riesgo pueden llegar de forma adecuada a término, sin riesgos para la madre o el bebé, siempre y cuando se siga el control médico pertinente.

• Te recomendamos leer: "Los 10 problemas del embarazo más comunes (y cómo evitarlos)"

5. Embarazo de bajo riesgo

El embarazo de bajo riesgo es el que experimentan la mayoría de las mujeres. Para que exista esta seguridad la futura madre debe tener una edad comprendida entre los 19 y los 35, así como ausencia de enfermedades que puedan poner su vida o la del feto en peligro.

6. Embarazo múltiple

El embarazo múltiple es aquel en el que varios óvulos son fecundados a la vez, por lo que pueden dar lugar a gemelos, mellizos, etc. Los gemelos dicigóticos, también llamados mellizos, se desarrollan cuando cada uno de los cigotos da lugar a una placenta y bolsa amniótica independiente. Es decir, hay dos placentas y dos bolsas amnióticas.

Los gemelos monocigóticos, también llamados gemelos idénticos, se forman cuando el embrión se divide, pero no la placenta. Los embarazos gemelares exigen un seguimiento más exhaustivo, ya que una sola placenta debe alimentar a dos fetos.

7. Embarazo intrabdominal

Este tipo de embarazo suele suceder cuando la mujer ha pasado previamente por una cesárea. En algunos casos, la cicatriz puede debilitarse y romperse, por lo que el feto se puede colar en la cavidad abdominal. El desenlace de este tipo de embarazo dependerá de la edad gestacional en la que se produzca este desgarro.

• Te recomendamos leer: "Abortos espontáneos: ¿por qué suceden?"

Precauciones durante el embarazo

Como vemos, existen distintos tipos de embarazos. Algunos pueden ser más o menos peligrosos, pero muchas veces el cómo se desarrolla la gestación no se puede prevenir. No obstante, cabe recordar algunas precauciones esenciales que toda embarazada debe seguir para favorecer su bienestar y el de su bebé. Desde el momento en que una mujer conoce que espera un hijo, es esencial que adopte una serie de medidas para evitar cualquier daño prevenible en su bebé. Entre las más destacadas se encuentran:

• Evitar el consumo de tabaco, alcohol, y otras drogas y sustancias nocivas para la salud.
• Mantener una dieta equilibrada, excluyendo de la alimentación alimentos como: carnes, mariscos y pescados crudos o poco cocinados, así como pescados ricos en mercurio (atún rojo, tiburón…), huevos crudos (contenidos por ejemplo en la mayonesa), quesos blandos, verduras y frutas sin lavar, entre otros.
• Realizar ejercicio físico regular, pero siempre de bajo impacto. El ejercicio de alto impacto puede ser peligroso para el bebé. Este punto debe ser siempre consultado con el médico, ya que no todos los embarazos son iguales y en ocasiones puede ser necesario el reposo.
• No consumir ningún medicamento que el médico (sabiendo que está embarazada) no le haya permitido.
• Informar siempre a los médicos de que se encuentra embarazada, antes de someterse a pruebas de tipo radiológico.
• Acudir a las revisiones correspondientes con el especialista.

Conclusiones

En este artículo hemos hablado acerca de los tipos de embarazo existentes. Generalmente, se habla de embarazo sin mayores especificaciones, pero lo cierto es que más allá de una gestación normal pueden producirse fenómenos más o menos peligrosos para la madre y su bebé. El embarazo humano tiene una duración aproximada de nueve meses, empezando en la concepción y finalizando en el parto.

Lo más habitual es que este sea único, de forma que solo dé lugar a un bebé. No obstante, es posible que existan embarazos múltiples, sobre todo en las parejas que recurren a técnicas de reproducción asistida. El embarazo requiere un seguimiento básico y la realización de determinadas pruebas en cada uno de los trimestres. Precisamente, la supervisión de un médico es clave para detectar de manera precoz si un embarazo se sale de lo considerado normal.

Algunos de los embarazos patológicos que pueden suceder pueden ser el ectópico, el intraabdominal o el molar. También existen embarazos de alto riesgo, pero estos no significan necesariamente que el bebé y su madre vayan a tener problemas, siempre y cuando se realice el seguimiento médico adecuado. Los embarazos múltiples no implican patología, aunque en el caso de los gemelos monocigóticos se considera necesario hacer revisiones más frecuentes con el especialista, ya que una única placenta debe alimentar dos bebés.

El embarazo es una experiencia única y cada mujer lo vive de manera distinta. En cualquier caso, seguir unos adecuados hábitos durante la gestación y acudir a las visitas con el médico son claves para reducir las probabilidades de que algo vaya mal.