Aspirina: qué es, indicaciones y efectos secundarios

La aspirina es uno de los medicamentos más vendidos por sus propiedades analgésicas, de reducción de fiebre y alivio de la inflamación, pero hay aspectos a tener en cuenta antes de consumirla.

Aspirina

El ácido acetilsalicílico, más conocido como aspirina, es uno de los medicamentos más presentes en los botiquines de los hogares de todo el mundo. Al igual que el ibuprofeno o el paracetamol, la aspirina es un medicamento antiinflamatorio que proporciona un alivio rápido y eficaz de la sintomatología de algunas de las enfermedades más comunes.

Y es que la aspirina, gracias a sus propiedades analgésicas (reducción del dolor), de reducción de la fiebre y alivio de la inflamación, es una de las principales elecciones para tratar los dolores dentales, de cabeza, musculares, menstruales y de espalda, además de todos aquellos episodios de fiebre.

Sin embargo, esta eficacia, junto con el hecho de que pueda obtenerse sin necesidad de receta médica, hace que muchas personas hagan un uso inadecuado de este medicamento, el cual presenta importantes efectos secundarios y hay casos en los que su consumo está contraindicado.

Por ello, y con el objetivo de que hagamos un buen uso de este medicamento, en el artículo de hoy presentaremos toda la información más importante acerca de la aspirina, detallando qué es, en qué casos está indicado su consumo (y en cuáles no) y qué efectos adversos presenta, además de dar respuesta a algunas de las preguntas que, comprensiblemente, más dudas generan.

¿Qué es la aspirina?

La aspirina es el nombre comercial de un medicamento cuyo principio activo es una molécula conocida como ácido acetilsalicílico. Gracias a su acción en el cuerpo (que veremos ahora), la aspirina es muy utilizada para aliviar los dolores leves y moderados, así como para bajar la fiebre y reducir la inflamación de distintos tejidos y órganos del cuerpo.

Una vez el principio activo de la aspirina (el ácido acetilsalicílico) fluye por nuestro sistema sanguíneo, impide que nuestro organismo genere prostaglandinas, unas moléculas responsables de disparar los procesos inflamatorios del cuerpo y de estimular la sensación de dolor.

Gracias a esta acción, la aspirina reduce la inflamación que haya en cualquier parte del organismo (ya sea por una infección, una lesión o una reacción inmune) y nos hace más resistentes al dolor, pues las neuronas dejan de transmitir las señales dolorosas con la misma intensidad.

Y este principio activo, además, tiene un importante efecto antitérmico, es decir, rebaja la temperatura corporal. Esto es especialmente interesante cuando queremos bajar la fiebre cuando estamos enfermos.

La aspirina, pues, es un medicamento que forma parte de los antiinflamatorios no corticoesteroides, una familia de fármacos donde encontramos el famoso ibuprofeno y el paracetamol, por ejemplo. Como todos ellos, es útil para tratar muchas patologías que cursan con dolor, inflamación y fiebre, ofreciendo un alivio rápido y eficaz.

Sin embargo, la aspirina presenta más efectos secundarios y está contraindicada en más casos que otros como el ibuprofeno o el paracetamol, por lo que es importante no consumirla a la ligera. Que sea de venta libre no significa que ante cualquier molestia pueda consumirse. Veamos, pues, en qué casos sí que se recomienda su administración.

Ácido acetilsalicílico
Estructura química del ácido acetilsalicílico, el principio activo de este medicamento.

¿Cuándo está indicado su uso?

Como venimos diciendo, la aspirina tiene propiedades analgésicas, de reducción de la fiebre y de alivio de la inflamación. Está indicado en los mismos casos que el ibuprofeno y el paracetamol, los cuales han ido, poco a poco, ganándole terreno hasta el punto que las ventas de aspirina están bajando mucho en todo el mundo.

Y esto, a pesar de que pueda parecer por una cuestión médica, lo cierto es que los tres medicamentos tienen unos efectos secundarios parecidos. Por ello, pese a que es verdad que se han reportado más problemas de salud vinculados a la aspirina, la explicación a por qué cada vez el consumo es menos común se reduce básicamente a cuestiones económicas.

Por un lado, si bien una caja de ibuprofeno o de paracetamol no llega, en el caso de España, a los 2 euros; la caja de aspirinas se eleva hasta los 5 euros. Y ante la misma eficacia, la gente prefiere, evidentemente, la opción más económica. Y, por otro lado, los médicos tienden a recetar y recomendar los otros.

Sea como sea, la aspirina es un medicamento antiinflamatorio indicado para aliviar los síntomas (ni la aspirina ni el ibuprofeno ni el paracetamol curan las enfermedades) de los dolores leves y moderados causados por dolores de cabeza (su finalidad más conocida), dentales, menstruales, musculares y lumbares (de la espalda). De igual modo, gracias a sus propiedades antitérmicas, es útil para, ante una enfermedad bacteriana o vírica, bajar la fiebre y reducir el malestar vinculado a ella.

Por lo tanto, la aspirina está indicada para reducir las molestias dolorosas, inflamatorias y febriles causadas por infecciones, cefaleas, lesiones deportivas, traumatismos, artritis, inflamación de garganta, etc. Cabe destacar que, a diferencia del ibuprofeno, la aspirina no sirve para aliviar la sintomatología de las migrañas.

¿Qué efectos secundarios puede generar?

El principal riesgo de la aspirina y del resto de antiinflamatorios es hacer un mal uso, es decir, tomarlos en casos en los que no está indicado y no respetar las normas de consumo. Todo esto aumenta mucho el riesgo de que aparezcan efectos secundarios, los cuales son, en muchos casos inevitables, pues irritan el epitelio del aparato digestivo y reducen la capacidad agregante de la sangre, haciendo que sea más difícil que esta coagule. Veamos qué efectos adversos pueden surgir tras el consumo de la aspirina.

  • Frecuentes: Aparecen en 1 de cada 10 pacientes y consisten en aumento del riesgo de hemorragia (por la acción anticoagulante que hemos mencionado), sangrado en encías, congestión nasal, rinitis, náuseas, dolor abdominal, úlceras gástricas, erupciones cutáneas… Como vemos, el principal problema de la aspirina es que estos molestos síntomas surgen con una frecuencia alta.

  • Poco frecuentes: Aparecen en 1 de cada 100 pacientes y consisten en anemia (niveles bajos de glóbulos rojos), síndrome de Reye (se observa solo en menores de 16 años y es uno de los motivos de su mala fama, pues provoca daño cerebral súbito y problemas hepáticos) y hepatitis.

  • Raros: Aparecen en 1 de cada 1.000 pacientes y consisten en deficiencia grave de hierro (si la anemia empeora) e inflamaciones del estómago y de los intestinos.

  • Muy raros: Aparecen en 1 de cada 10.000 pacientes y consisten en hemorragias cerebrales, choques anafilácticos (reacciones alérgicas potencialmente mortales), úlceras gastrointestinales con hemorragia y perforación (situación muy grave) e insuficiencia hepática.

Como vemos, la aspirina tiene efectos secundarios comunes y graves, por lo que es importante consumirla solo en los casos indicados. E incluso así, a no ser que un médico recomiende lo contrario, la mejor opción casi siempre es recurrir al ibuprofeno o al paracetamol, los cuales, a pesar de que tengan efectos secundarios similares, históricamente no han registrado tantas incidencias como la aspirina.

Aspirina comprimidos

Preguntas y respuestas de la aspirina

Habiendo detallado qué es, en qué casos está indicado su consumo y cuáles son los efectos secundarios más importantes, ya hemos aprendido prácticamente todo lo que hay que saber acerca de la aspirina. De todos modos, como sabemos que, comprensiblemente, todavía te quedan dudas, a continuación te ofrecemos una selección de las preguntas que más comúnmente nos hacemos con sus respectivas respuestas.

1. ¿Cuál es la dosis que hay que tomar?

En adultos mayores de 16 años, la dosis es de 1 comprimido de 500 mg de ácido salicílico (lo indica en la caja de la aspirina) cada 4-6 horas.

2. ¿Cuánto dura el tratamiento?

Depende de cuánto duren los síntomas. En cuanto estos prácticamente desaparezcan o no resulten molestos, la medicación debe suspenderse. Si se toma para tratar un dolor, el máximo serían 5 días de tratamiento. En caso de fiebre, 3 días. Si pasado este tiempo sigue sin desaparecer el problema, habría que ir al médico.

3. ¿Genera dependencia?

No se han descrito casos de dependencia física ni psicológica por consumo de aspirinas ni a corto ni a largo plazo. Por lo tanto, no. Su consumo no genera dependencia.

4. ¿Puedo volverme tolerante a su efecto?

De igual modo, no se han descrito casos de tolerancia. No importa cuántas veces debas tratarte con aspirinas a lo largo de tu vida, su efecto es siempre el mismo.

5. ¿Puedo ser alérgico?

Como pasa con todos los medicamentos, sí, cabe la posibilidad de que seas alérgico. No tomes aspirinas si eres alérgico a otros medicamentos antiinflamatorios. De todos modos, en caso de consumo siendo alérgico, la mayoría de manifestaciones se limitan a síntomas leves.

6. ¿Las personas mayores pueden tomarlo?

Sí. A no ser que haya enfermedades que contraindiquen su consumo, las personas mayores de 65 años puedan tomarla bajo las mismas condiciones que los adultos. No es necesario ajustar la dosis a la edad. Eso sí, siempre hay que consultarlo con un médico.

7. ¿Los niños pueden tomarlo?

No. Los niños menores de 16 años no pueden tomar aspirinas bajo ninguna circunstancia. Y es que el consumo de aspirina en los niños se ha vinculado al Síndrome de Reye, una enfermedad poco frecuente pero muy grave que cursa con daño cerebral súbito y problemas hepáticos. Los casos se observaron en niños enfermos de varicela o gripe a los que se les dio aspirina.

8. ¿En qué casos está contraindicado?

La aspirina está contraindicada en varias personas. Lo mejor es que comentes con tu médico la posibilidad de tomarla o no, pues si estás en la población de riesgo, más probable será que desarrolles los efectos secundarios que hemos analizado.

Por regla general, está contraindicado en, además de niños menores de 16 años y mujeres embarazadas, pacientes con insuficiencias renales, problemas hepáticos, trastornos cardíacos, hemofilia, úlceras gástricas, alergia al ácido acetilsalicílico u otros ingredientes del medicamento o que estén siguiendo un tratamiento farmacológico con medicamentos con los que la aspirina puede interaccionar.

De igual modo, es importante no tomar aspirina los 7 días posteriores a una extracción dental o una cirugía odontológica.

9. ¿Cómo y cuándo debe tomarse?

La aspirina debe tomarse por vía oral y los comprimidos se toman masticándolos. No es necesario acompañarla de la ingestión de agua, pero si se hace no pasa nada. Lo que es importante es no tomarla nunca con el estómago vacío. Lo mejor es, especialmente si hay molestias digestivas, tomarla junto a las comidas.

10. ¿Interacciona con otros medicamentos?

Sí, con muchos y de formas muy diferentes. Por ello, siempre que se esté en medio de un tratamiento farmacológico, es importante consultar con un médico o farmacéutico las posibles interacciones que puedan suceder. Y es que en algunos casos es simplemente una reducción de la eficacia de ambos, pero en otras puede conducir a efectos adversos graves.

11. ¿Puede consumirse durante el embarazo? ¿Y durante la lactancia?

Los efectos en la síntesis de moléculas del principio activo de la aspirina puede provocar problemas tanto para la madre como para el desarrollo embrionario. Durante el primer y segundo trimestre del embarazo, solo tendría que tomarse si es estrictamente necesario. Y en el tercer trimestre, se desaconseja totalmente. Y en el caso de la lactancia, su administración tampoco se recomienda. Por lo tanto, hay que evitar la aspirina durante el embarazo y la lactancia.

12. ¿Puedo conducir si estoy en tratamiento?

Sí. No hay ninguna evidencia que demuestre que el consumo de aspirina, más allá de casos aislados, afecte a la capacidad de atención y a los reflejos.

13. ¿Las sobredosis son peligrosas?

Depende de la cantidad, pero puede serlo. Por ello, es importante que ante los signos de una intoxicación (dolor de cabeza, mareos, zumbido en los oídos, confusión, diarrea, respiración agitada, visión borrosa…) vaya inmediatamente al médico o llame a una ambulancia.

14. ¿Puedo tomar alcohol si estoy en tratamiento?

No. No se puede mezclar con alcohol, pues esto incrementa las probabilidades de desarrollar efectos secundarios a nivel gastrointestinal.

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