Los 3 músculos isquiotibiales (características y funciones)

Los isquiotibiales conforman un grupo de tres músculos que se extienden a lo largo de la parte posterior del muslo desde la cadera hasta la zona por debajo de la rodilla y que son esenciales para permitir la extensión de la pierna.

Músculos isquiotibiales

El cuerpo humano es una verdadera proeza de la evolución biológica en la que los más de 650 músculos que conforman nuestro sistema muscular nos permiten disponer de unas funciones mecánicas increíblemente complejas. Así pues, dada su importancia, no debe sorprendernos que hasta el 40% del peso corporal corresponda a la masa muscular.

Los músculos son órganos del aparato locomotor que, estando formados por tejido muscular y estando conectados con el sistema nervioso, están provistos de la capacidad de contraerse. Y es precisamente la contracción y la relajación lo que permite que cumplan con sus funciones de transmitir movimiento a los huesos (unidos a ellos a través de los tendones), dar estabilidad, proteger los órganos internos, generar calor, permitir el movimiento de los órganos internos, mantener la postura estable…

Y, evidentemente, absolutamente todos los músculos de nuestro organismo son esenciales, pero, sin duda, toman una especial importancia en las extremidades. Y, en este contexto, los músculos de las piernas son los que permiten una función mecánica tan importante como es la bipedestación. Y de toda la musculatura de las extremidades inferiores, hay un grupo muscular que destaca especialmente: los isquiotibiales.

Los isquiotibiales conforman un grupo de tres músculos (bíceps femoral, semitendinoso y semimembranoso) que se extienden a lo largo de la parte posterior del muslo, siendo esenciales para permitir la flexión de la rodilla y la extensión de la pierna. Y en el artículo de hoy, de la mano de las más prestigiosas publicaciones científicas, vamos a analizar las propiedades morfológicas y las funciones mecánicas de estos tres músculos isquiotibiales. Vamos allá.

¿Qué son los músculos esqueléticos?

Antes de entrar en profundidad y analizar los tres músculos isquiotibiales, es esencial que nos pongamos en contexto. Y para ello, debemos saber que los músculos del cuerpo humano se dividen en tres grandes grupos: los músculos lisos (aquellos de control involuntario, como los del esófago, el estómago, los intestinos, el útero, los vasos sanguíneos o la vejiga urinaria), los cardíacos (los que constituyen el corazón) y, que son los que nos interesan hoy, los esqueléticos.

Los músculos esqueléticos o estriados son aquellos órganos del aparato locomotor que están constituidos por un tejido muscular cuyo control de la contracción y relajación de miofibrillas es voluntario. Es decir, somos nosotros quienes, de forma consciente, modulamos la actividad de los filamentos microscópicos (formados por actina y miosina) con propiedades contráctiles que se encuentran en el citoplasma de las células musculares, conocidas también como miocitos.

Estas miofibrillas, que conectan con el sistema nervioso, guían el movimiento del tejido muscular estando en el interior de las células musculares o miocitos, los cuales dan lugar a unas fibras musculares alargadas y plurinucleadas que hacen posible que el músculo, en su conjunto, se contraiga o se relaje.

Esta musculatura esquelética conforma el 90% de los músculos del cuerpo y, al ser de control voluntario, son los que permiten el desarrollo de las funciones motrices, especialmente locomoción. Esto es posible ya que gracias a los tendones, unas estructuras de tejido conectivo fibroso muy resistentes que unen los músculos a los huesos, esta musculatura se inserta en el sistema esquelético (de ahí el nombre) para así transmitir la fuerza a las estructuras óseas y permitir el movimiento del cuerpo.

Músculo esquelético qué es

Así pues, cualquier músculo del cuerpo cuya actividad de contracción y relajación podamos controlar de forma voluntaria está compuesto de tejido muscular estriado, el cual, de forma coloquial es el que representa la “carne” del cuerpo. Estos músculos esqueléticos están inervados por nervios del sistema nervioso somático en lugar del autónomo, que es lo que ocurre con los músculos lisos y cardíacos.

Y al estar involucrados en la locomoción, es evidente que la musculatura de las piernas, que es esencial para el bipedismo, estará compuesta por estos músculos. Así pues, los cuádriceps, los abductores, los aductores, los tibiales, los extensores, los gastrocnemios (conocidos popularmente como gemelos), los sóleos y, por supuesto, los isquiotibiales serán músculos que cumplen con esta naturaleza.

Los músculos isquiotibiales: ¿cuáles son y qué funciones tienen?

Habiendo entendido de forma general qué son los músculos esqueléticos, estamos más que preparados para centrarnos en lo que nos ha reunido hoy aquí: la anatomía de la musculatura isquiotibial. Como hemos dicho, los isquiotibiales son un grupo muscular compuesto por tres músculos que se extienden a lo largo de la parte posterior del muslo (la cara de detrás) desde la cadera hasta la región por debajo de la rodilla.

Se trata de tres músculos esqueléticos (bíceps femoral, semitendinoso y semimembranoso) que están inervados por el nervio ciático o isquiático, el nervio más largo y voluminoso del ser humano que empieza en la pelvis y sigue verticalmente por la cara vertical del muslo hasta bifurcarse a la altura de la fosa poplítea. Su función es esencialmente motora, controlando la actividad de, entre otros músculos, los isquiotibiales.

Así pues, estos músculos isquiotibiales son esenciales para caminar, saltar, correr, bailar e incluso extender la carrera, pues en su función locomotora actúan como flexores de la rodilla, extensores de la cadera (una de sus principales funciones es refrenar la natural tendencia a la flexión que tiene la cadera cuando apoyamos el cuerpo durante la marcha) y flexores de la pierna sobre el muslo cuando estamos de pie.

Aun así, al ser un grupo muscular compuesto por tres músculos que, pese a coordinarse y servir con un mismo propósito, son distintos, es importante analizar de forma individual las características morfológicas y funciones fisiológicas de ellos. Veamos pues, las propiedades de los tres músculos isquiotibiales: bíceps femoral, semitendinoso y semimembranoso.

1. Bíceps femoral

El bíceps femoral es el músculo isquiotibial más lateral de los tres y está localizado en el muslo posterior. Se trata de un músculo formado por dos cabezas que, pese a que tienen un origen e inervación distintas, comparten la misma inserción. Esta inserción se realiza en la cabeza del peroné, el hueso que, junto a la tibia, conforma el componente óseo de la región del tronco inferior por debajo de la rodilla.

La cabeza larga del bíceps femoral se origina en la cara medial de la tuberosidad del isquion junto al músculo semitendinoso en el conocido como tendón conjunto. Esta cabeza larga está inervada por la división tibial del nervio ciático. Por su parte, la cabeza corta del bíceps femoral se origina en el labio lateral del tercio inferior de la línea áspera y la cresta supracondílea del fémur, siendo bastante distal a la cabeza larga. Esta cabeza corta está inervada por la porción peronea (es la única porción de los isquiotibiales no inervada por la divisón tibial) del nervio ciático.

Sea como sea, el bíceps femoral en su conjunto tiene la función de, actuando a nivel de la articulación de la rodilla y de la cadera (la cabeza larga actúa en ambas articulaciones, la corta solo en la rodilla), permitir la extensión de la cadera, la flexión de la pierna, la estabilidad de la pelvis, el ciclo de la marcha, la extensión del muslo y la rotación externa del muslo y de la pierna.

Bíceps femoral

2. Músculo semitendinoso

El músculo semitendinoso es un músculo isquiotibial fusiforme del compartimento posterior del muslo que se origina en la parte inferior de la cabeza larga del bíceps femoral y la parte medial de la tuberosidad isquiática. Desciende hasta la rodilla anteriormente para así insertarse en la superficie medial de la tibia.

Tiene la particularidad de que prácticamente la mitad de este músculo semitendinoso está formado por tendón (de ahí su nombre) y, junto al semimembranoso, conforma el margen superior y medial de la fosa poplítea. Su inserción en el isquion se localiza por debajo del glúteo mayor y en el mismo plano que el bíceps femoral.

De nuevo, sus funciones se fundamentan en la articulación de la cadera y de la rodilla, por lo que la acción del músculo semitendinoso es la extensión y rotación interna del muslo, la estabilización de la pelvis y la flexión y rotación interna de la pierna. Cabe destacar que, en operaciones de artroscopia para reconstruir el ligamento cruzado anterior después de una rotura del mismo, puede utilizarse como plastia.

Semitendinoso

3. Músculo semimembranoso

El músculo semimembranoso es el último de los músculos isquiotibiales que nos queda por ver. Se trata del músculo más interno o medial de los que están ubicados en la parte trasera del muslo y se origina en la tuberosidad isquiática, terminando en la superficie posterior de la tibia dividiéndose en tres tendones que permiten esta inserción.

Tiene el nombre que tiene porque su tendón de origen tiene un aspecto membranoso. Es un músculo que sirve de apoyo para el semitendinoso a lo largo de su trayecto y, además, cumple con importantes funciones dentro de la musculatura isquiotibial: permite la extensión posterior de la cadera (en la dirección de la espalda), la flexión de la rodilla y la rotación interna o medial de esta rodilla.

Semimembranoso
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