Los 26 huesos del pie humano (y sus funciones)

Nuestros pies están compuestos de distintos huesos que, gracias a su acción coordinada, los convierten en uno de los pilares de nuestro sistema locomotor.

Huesos del pie

Los pies humanos son uno de nuestros mayores hitos evolutivos, pues permiten que las personas tengamos una característica única en la naturaleza: la locomoción bípeda. Es decir, somos capaces de desplazarnos solo sobre dos extremidades.

Y la culpa de esto, además de otras adaptaciones a nivel anatómico, lo tienen unos pies que, pese a que puedan parecer estructuras simples del organismo, lo cierto es que esconden un nivel alto de complejidad. Son nuestro punto de contacto con el suelo, nos ayudan a mantener el equilibrio, además de permitirnos caminar, correr, saltar e incluso nadar.

En el artículo de hoy haremos un repaso de la anatomía de los pies, centrándonos en analizar uno por uno los distintos huesos que los conforman, recordando que los pies se dividen en tres regiones: tarso, metatarso y falanges. Hablaremos también de los huesos sesamoideos, que merecen una mención aparte.

¿Cuáles son los huesos de los pies?

Cada uno de nuestros pies está compuesto por 26 huesos, 33 articulaciones y más de 100 músculos, ligamentos y tendones. Todas estas estructuras permiten que los pies cumplan con sus funciones, las cuales son la base de nuestro sistema locomotor.

A nivel estructural, el pie se divide en tres regiones: el tarso (la parte que conecta con la tibia y el peroné), el metatarso (la parte media del pie) y las falanges (los dedos de los pies). A continuación veremos los huesos que conforman cada una de estas porciones anatómicas.

Anatomía del pie

Los 7 huesos del tarso

El tarso es la porción posterior del pie, es decir, es la región que une la tibia y el peroné con el pie. Dicho de otra manera, es la parte del tobillo y sus alrededores. Esta parte del pie está formada por los siguientes huesos:

1. Hueso astrágalo

El hueso astrágalo es el único hueso del pie que se articula con la pierna. Además, se articula también con el hueso calcáneo para transmitir el movimiento que procede de la tibia y el peroné a todas las otras estructuras del pie. Después de este hueso calcáneo, el astrágalo es el más grande del pie.

2. Hueso calcáneo

El hueso calcáneo es el más grande del pie y se encuentra por debajo del hueso astrágalo. Y es que conforma todo lo que nosotros definimos popularmente como talón. Además de ser fundamental para mantener el equilibrio, gracias a los músculos que se adhieren a él, el hueso calcáneo posibilita la flexión del pie, evita las torceduras del tobillo, da estabilidad a la pierna e incluso permite la flexión de la rodilla.

3. Hueso escafoides

El hueso escafoides, también conocido como navicular, se encuentra en la parte media del tarso, comunicando por su región trasera con el astrágalo, por delante con los cuneiformes y lateralmente con el cuboides. Su función es la de unir mecánicamente los huesos del tarso con los del metatarso, además de dar estabilidad al pie.

4. Hueso cuboides

El hueso cuboides se encuentra en la parte más lateral del tarso, comunicando lateralmente tanto con los huesos cuneiformes como con el escafoides, por su parte trasera con el calcáneo y por delante con el cuarto y quinto metatarsianos. Como su propio nombre indica, tiene una forma ligeramente cuadrada y dispone de un pequeño bulto en la parte inferior. Es un hueso muy importante ya que transmite la fuerza procedente del tobillo al resto del pie, además de ser imprescindible para garantizar la estabilidad del mismo.

5. Primer hueso cuneiforme

Los huesos cuneiformes, también conocidos como cuñas, son una fila de tres huesos que se localizan en el tarso y que comunican a este con el metatarso. El primer hueso cuneiforme comunica con el escafoides y con el primer metatarsiano, transmitiendo a este la fuerza.

6. Segundo hueso cuneiforme

El segundo hueso cuneiforme se localiza entre la primera y la tercera cuña y sigue comunicando con el escafoides, aunque en este caso se une al segundo metatarsiano.

7. Tercer hueso cuneiforme

El tercer hueso cuneiforme es el que se encuentra en la parte más interna, comunicando por detrás con el escafoides y lateralmente con el cuboides. En este caso, se une al tercer metatarsiano. El cuarto y quinto metatarsiano no se unen a los huesos cuneiformes, sino que lo hacen al cuboides.

Los 5 huesos del metatarso

El pie humano está formado por cinco metatarsianos, que son los huesos más largos del pie. Son los huesos que unen el tarso con las falanges, es decir, con los dedos de los pie. Hay un metatarsiano para cada uno de los dedos.

8. Primer metatarsiano

El primer metatarsiano es el más voluminoso pero también el más corto de los cinco. Es el hueso que comunica con las falanges del dedo gordo por la parte más distal y por la proximal con el primer hueso cuneiforme.

9. Segundo metatarsiano

El segundo metatarsiano es el más largo y es el que comunica por su parte más distal con la segunda falange (el dedo más próximo al dedo gordo) y por la proximal tanto con el primer hueso cuneiforme como con el segundo.

10. Tercer metatarsiano

El tercer metatarsiano es el que comunica con su parte más distal con la tercera falange (el dedo del medio) y con la proximal con el tercer hueso cuneiforme.

11. Cuarto metatarsiano

El cuarto metatarsiano es el hueso que comunica con su parte más distal con la cuarta falange (el dedo más cercano al dedo pequeño) y con la proximal con el hueso cuboides.

12. Quinto metatarsiano

El quinto metatarsiano es el hueso que comunica con su parte más distal con la quinta falange (el dedo pequeño del pie) y con la proximal con el hueso cuboides.

Las 14 falanges

Las falanges corresponden a los huesos del pie. Cada uno de los cinco dedos dispone de tres falanges, a excepción del dedo gordo, que solo tiene dos. Esto explica que en el pie tengamos un total de 14 falanges, que son los huesos más pequeños de los pies y son altamente articulables, lo que nos ofrece muchos beneficios a lo hora de desplazarnos y mantener el equilibrio.

13. Falanges proximales

Los cinco dedos de los pies tienen estas falanges proximales, que son el primer hueso de cada uno de los dedos. Las falanges proximales comunican por la parte trasera con los huesos del metatarso, cada una con el metatarsiano que le corresponde. De los tres tipos de falanges son las más largas y en su extremo tienen una superficie articular que le permite no solo unirse a la siguiente falange, sino transmitir el movimiento del pie a todo el dedo. Son distintas en morfología a las de la mano, pues a diferencia de las falanges proximales de la mano, son, evidentemente, más cortas y comprimidas.

14. Falanges medias

Tenemos cuatro falanges medias ya que el dedo pulgar no dispone de este hueso. Como su propio nombre indica, la falange media es la que se encuentra en el medio de cada dedo del pie. Son más cortas que las proximales y comunican tanto con estas por su parte proximal como con las falanges distales por su parte más alejada, donde disponen de una articulación para transmitir el movimiento hasta los siguientes huesos, que conforman las puntas de los pies.

15. Falanges distales

Los cinco dedos de los pies disponen de estas falanges distales, que son la parte más alejada de los pies. Las falanges distales conforman la punta de los pies y comunican solo con las falanges medias. A excepción de las que se encuentran en el dedo gordo, cuyo tamaño es algo superior, son huesos muy pequeños. De hecho, resultan prácticamente imperceptibles.

Los huesos sesamoideos: ¿los número 27 y 28?

Mención aparte merecen los dos huesos sesamoideos, que tienen la peculiaridad de no encontrarse en todas las personas. Hay personas que no los tienen, algunas tienen solo uno y hay quienes disponen de los dos.

Un hueso sesamoideo es todo aquel hueso que está incrustado en un tendón y que se forma como una respuesta normal del cuerpo ante tensiones o esfuerzos. Por ello, la mayoría de personas tienen huesos sesamoideos en varias articulaciones del cuerpo, incluidas, por ejemplo, la rodillas o las manos. En el pie también pueden formarse.

Los huesos sesamoideos de los pies se forman en los tendones que pasan por encima de las articulaciones propias del primer metatarsiano, en el punto de unión con las falanges del dedo gordo. Generalmente hay dos huesos de este tipo en esta región y tienen la función de alejar el tendón del centro de la articulación para mejorar su movimiento, por lo que su formación es una respuesta adaptativa.

Los dos huesos sesamoideos de los pies, cuando están presentes, modifican la presión, reducen la fricción entre las articulaciones, reduce el esfuerzo que tienen que hacer los músculos, liberan a los tendones de la tensión, etc.

Referencias bibliográficas

  • Viladot Voegeli, A. (2003) “Anatomía funcional y biomecánica del tobillo y el pie”. Revista Española de Reumatología.
  • Das, A., Baruah, J., Bhuyan, D. (2018) “Review on the Anatomy and Biomechanics of the Foot-Ankle Complex”. Asian Journal of Convergence in Technology.
  • McNutt, E.J., Zipfel, B., DeSilva, J.M. (2017) “The evolution of the human foot”. Wiley, Evolutionary Anthropology.
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