Los 14 tipos de pies (y cómo identificar el tuyo)

Dependiendo de la forma de la planta, del tamaño de los dedos y de la longitud del primer metatarsiano, los pies pueden ser de distintos tipos. Y con esta guía clasificatoria podrás encontrar el tuyo.

Tipos pies

Por extraña que resulte esta afirmación, los pies humanos son uno de los mayores hitos de nuestra evolución como especie. Y es que aunque está claro que la especie humana destaca por su inteligencia, lo cierto es que la locomoción bípeda fue uno de los factores claves para permitir nuestro progreso biológico.

Pero, ¿qué es esto de la locomoción bípeda? Pues, ni más ni menos, que la capacidad para desplazarnos sobre únicamente dos extremidades. Esta es una habilidad única dentro del reino animal, pues incluso los animales más cercanos a nivel evolutivo a nosotros, se mueven sobre cuatro patas.

Y el desarrollo de esta increíble capacidad, pese a que están involucradas muchas otras alteraciones anatómicas, es, en gran medida, gracias a las características de nuestros pies. Por muy simples que parezcan, los pies son nuestro punto de contacto con el suelo y nos permiten caminar, correr, saltar, nadar, mantener el equilibrio…

Además, su anatomía y variaciones fisiológicas son muy diversas, haciendo que cada persona tenga unos pies únicos. Ahora bien, clasificarlos en distintos tipos en función de diferentes parámetros es muy útil desde el punto de vista de la podología. Y esto es precisamente lo que haremos en el artículo de hoy.

¿Cuál es la anatomía de los pies?

La Podología es la rama de la Medicina que tiene como objeto de estudio todo aquello relacionado con los pies, analizando desde su anatomía hasta las enfermedades que pueden sufrirse en estas regiones de nuestro cuerpo.

Los pies son las porciones terminales de las extremidades inferiores y cada uno de ellos está compuesto por un total de 26 huesos, 33 articulaciones y más de 100 músculos, con sus respectivos ligamentos y tendones, que unen los huesos entre ellos mismos o con los músculos, respectivamente.

Sea como sea, los pies son unas estructuras anatómicas con una importancia capital en nuestro sistema locomotor, pues son el punto de apoyo con el suelo y, gracias al trabajo coordinado de las otras partes del sistema muscular y esquelético, permiten todas las funciones relacionadas con el movimiento y el equilibrio.

Anatomía pie

A nivel estructural, el pie humano se divide en tres grandes regiones. La primera, el tarso, que es la parte del pie que conecta con la tibia y el peroné (es la región del tobillo y de sus alrededores) y que está compuesta por un total de siete huesos.

La segunda es el metatarso, que es la parte media del pie. Está compuesto por un total de cinco huesos metatarsianos, los cuales son los más largos del pie y tienen la función de servir de puente entre el tarso y los dedos. Además, es la parte que está en contacto con el suelo, pues alberga, por el dorso inferior, la fascia plantar. Más conocida como planta de los pies, esta región tiene la importantísima función de absorber la energía que se produce cuando pisamos.

Y la tercera son las falanges. En cada pie hay un total de 14 falanges, que corresponden a los dedos del pie. Cada uno de los cinco dedos dispone de tres falanges (excepto el dedo gordo, que tiene dos), que son los huesos más pequeños del pie pero altamente articulables, lo que hace que sean pieza vital para el desplazamiento bípedo.

Como vemos, los pies son estructuras anatómicamente más complejas de lo que a simple vista puede parecer. Y dependiendo de cómo se organicen las distintas partes que los conforman, estaremos ante un tipo de pie u otro. Y esto es precisamente lo que analizaremos a continuación.

¿Cómo se clasifican los pies?

Antes de iniciar la clasificación, hay algo que debemos dejar muy claro. Y es que con el tema de los tipos de pies, es muy común escuchar que, dependiendo de qué tipo tengas, tu personalidad será una u otra. Y es que hay toda una rama de la pseudociencia que busca correlaciones entre el tipo de pie de una persona y su manera de actuar e incluso lo que le depara el futuro.

Nosotros, evidentemente, huiremos de todo esto. Ni siquiera mencionaremos lo que las pseudociencias dicen sobre los distintos tipos de pie. Simplemente presentaremos los distintos tipos de pies de acuerdo a diferentes parámetros, analizando objetivamente sus características y viendo, si es necesario, qué patologías o lesiones están vinculadas a cada uno.

1. Según la forma de la fascia plantar

La fascia plantar, popularmente conocida como planta de los pies, es una lámina de tejido conectivo denso que envuelve a todos los músculos, huesos y nervios del pie, formando una estructura con aspecto de bóveda. Dependiendo de la forma de esta bóveda, estaremos ante diferentes tipos de pies:

1.1. Pie normal

El pie normal es aquel en el que la bóveda tiene una forma promedio, es decir, no es ni demasiado alta ni demasiado baja. Por lo tanto, la fascia plantar tiene una forma que entra dentro de lo “normal” y la persona suele gozar de una buena salud podológica.

Pies fascia plantar

1.2. Pie plano

El pie plano es la alteración en lo que a fascia plantar se refiere más común. Se define como un defecto congénito en el que la bóveda de la fascia plantar tiene poca o ninguna altura, lo que da como resultado un pie cuya planta está en contacto, en prácticamente toda su extensión, con el suelo.

Se estima que hasta el 25% de la población tiene problemas más o menos pronunciados de pies planos, los cuales pueden derivar en dolor, especialmente al practicar deporte, pues la fascia plantar no puede absorber bien los impactos y se puede hinchar.

1.3. Pie cavo

El pie cavo es exactamente lo contrario al plano. En este caso, la bóveda de la fascia plantar es demasiado alta. Por ello, hay muy poca superficie de la planta de los pies en contacto con el suelo. Los problemas podológicos son, en realidad, muy similares a los de los pies planos, pues también afecta al modo cómo la fascia plantar absorbe los golpes, cosa que se traduce en dolor al practicar deporte o forzar demasiado a los pies.

1.4. Pie zambo

Los tres que hemos visto son los más frecuentes, pero hay otros tipos de pies que, pese a no entrar en la mayoría de clasificaciones, también deben ser mencionados. En este sentido, el pie zambo es un trastorno podológico extraño en el que el pie rota hacia adentro en el momento del nacimiento y no se ubica en la posición correcta.

La causa de fondo no está demasiado clara, aunque suele ser una manifestación de problemas de tensión en el tendón de Aquiles o porque algunos músculos son más cortos de lo normal. Sea como sea, el tratamiento debe iniciarse lo más rápidamente posible y consiste en la colocación de férulas.

1.5. Pie equino

El pie equino es una deformidad podológica en la que el pie se encuentra constantemente en una posición de flexión plantar, lo que hace que la persona, al caminar, se apoye únicamente en la parte anterior del mismo. Es decir, la persona siempre anda de puntillas. El tratamiento puede requerir de cirugía, aunque en casos leves, la rehabilitación por fisioterapia puede ser suficiente.

1.6. Pie talo

El pie talo es lo contrario al equino. En este caso, se trata de una deformidad podológica en la que el pie se encuentra constantemente en una posición de flexión dorsal, lo que hace que la persona, al caminar, se apoye únicamente en la parte posterior. Es decir, en lugar de ir de puntillas, con el pie talo, la persona siempre anda sobre los talones, pero la parte de los dedos de los pies no entra en contacto con el suelo. Del mismo modo, el tratamiento consiste en cirugía o fisioterapia, dependiendo de la gravedad.

1.7. Pie valgo

El pie valgo es una deformidad podológica en la que la fascia plantar tiene unos defectos que provocan que los talones del pie miren hacia fuera y las puntas de los pies, hacia dentro. Esto provoca problemas motrices, además de dolor y mayor riesgo de que se formen juanetes, por lo que el tratamiento precoz (lo mejor es antes de los 3 años) con uso de plantillas a medida es la mejor opción.

1.8. Pie varo

El pie varo es el contrario al valgo. Se trata de una deformidad podológica en la que la fascia plantar tiene unos defectos congénitos que hacen que los talones del pie miren hacia dentro y las puntas de los pies, hacia fuera. Los síntomas son muy similares y el tratamiento también se realiza mediante el uso de plantillas especiales.

2. Según el tamaño y proporción de los dedos

La clasificación que hemos visto antes de acuerdo a la bóveda de la fascia plantar es la más relevante desde el punto de vista podológica, pero hay otras que siguen siendo importantes. Este parámetro del tamaño y proporción de los dedos es la que da más pie (nunca mejor dicho) a reflexiones pseudocientíficas, pero ya hemos dicho que no entraremos en ello. Sea como sea, estos son los distintos tipos de pie dependiendo de la forma de los dedos:

Pies tamaño dedos

2.1. Pie egipcio

El pie egipcio es el más común de todos, pues es el que se observa en el 74% de la población mundial. Tiene este nombre no porque las personas que lo tengan sean descendientes de los egipcios, sino porque es el tipo de pie que se observa en las estatuas de los faraones.

Sea como sea, en los pies egipcios, el dedo gordo es el más largo. A partir de él, los otros tienen un tamaño cada vez menor. Por ello, se forma una escala de tamaño decreciente perfectamente ordenada.

2.2. Pie cuadrado

También conocido como romano, el pie cuadrado es el segundo más frecuente, observándose en el 25% de la población mundial. Se trata de pies en los que el dedo gordo y el segundo dedo son prácticamente iguales. Los otros son más pequeños pero hay poca variación, motivo por el que reciben el nombre de cuadrado. Al ser normalmente pies más anchos, estas personas pueden requerir de calzado especial para pisar más cómodamente y tener menor riesgo de lesionarse.

2.3. Pie griego

El pie griego es el más raro de todos, pues se cree que solo el 1% de la población mundial lo tiene. De nuevo, recibe este nombre no porque las personas que lo presenten tengan descendencia griega, sino porque es el tipo de pie que se observa en las esculturas de la Antigua Grecia, donde representaban a los personajes con este tipo de pie.

Sea como sea, en los pies egipcios, el segundo dedo es más largo que el dedo gordo. Debido a esta característica, es posible que tengan problemas para encontrar un calzado que resulte cómodo.

3. Según la longitud del primer metatarsiano

Como hemos comentado antes, el metatarso es la parte central del pie, la que comunica el talón con los dedos y en la que se aloja la fascia plantar. Sea como sea, en lo que a componente óseo se refiere, el metatarso está formado por un total de cinco huesos metatarsianos (uno para cada dedo).

El primer metatarsiano es el que comunica con el dedo gordo y es el más voluminoso de los cinco. Dependiendo de su longitud y de si es o no el más corto de los cinco metatarsianos, estaremos ante uno de los siguientes tipos de pies.

Tipos pies index

3.1. Index minus

El Index minus es el tipo de pie más común respecto a lo que este parámetro se refiere. Y es que el primer metatarsiano es claramente más corto que el segundo. Esto es lo normal, pues el primer metatarsiano, para evitar sobrecargas, debe ser el más corto de todos.

3.2. Index plus minus

El Index plus minus es el segundo más común. En este caso, el primer y el segundo metatarsianos son prácticamente iguales en lo que a longitud se refiere. Esto ya hace que puedan haber sobrecargas y que se experimente dolor. De todos modos, no suele tener relevancia clínica.

3.3. Index plus

El Indux plus es el más raro de todos pero el que provoca más manifestaciones dolorosas. En este caso, el primer metatarsiano es más largo que el segundo. De todos modos, es un problema podológico muy difícil de encontrar.

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