¿Qué es la tripanosomiasis americana o Enfermedad de Changas?

Esta enfermedad es transmitida por un parásito y puede causar lesiones cutáneas, trastornos cardíacos y afectaciones digestivas.

Enfermedad de Changas

La tripanosomiasis americana o Enfermedad de Changas es una patología parasitaria causada por el protista Trypanosoma cruzi. Se calcula que, a día de hoy, hay de 6 a 7 millones de personas infectadas por este microorganismo patógeno, de las cuales 50.000 terminan falleciendo.

Esta patología está comprendida dentro del grupo de enfermedades tropicales desatendidas (ETDs), una serie de enfermedades infecciosas que proliferan en ambientes empobrecidos, especialmente aquellas áreas geográficas caracterizadas por climas húmedos y calurosos.

Debido a su extensión e importancia epidemiológica, sobre todo en países tropicales de bajo ingreso, conocer esta enfermedad se hace esencial en diversos ámbitos. A continuación, te mostramos todo lo que debes saber acerca de la tripanosomiasis americana, desde el ciclo vital del parásito que la causa hasta sus síntomas y tratamiento.

Tripanosomiasis americana: la enfermedad de la chinche negra

Chinche negra
Chinche negra.

En primer lugar, es interesante conocer que esta patología no es la misma que la enfermedad del sueño o tripanosomiasis africana, ya tratada en ocasiones anteriores. La tripanosomiasis africana, como su propio nombre indica, tiene una prevalencia dominante en África, es causada por los parásitos trypanosoma brucei (otras especies diferentes) y el vector de transmisión general es la mosca tsé-tsé.

En el caso de la Enfermedad de Changas, los vectores principales que transmiten el parásito al ser humano son diversos invertebrados del género Triatoma, también conocidos como chinches negras. La especie más extendida es Triatoma infestans, la cual, por ejemplo, abarca el 70 % del territorio argentino y el 50 % del boliviano. Aún así, esta no es la única, pues otras especies de chinches como Rhodnius prolixus o Panstrongylus megistus también pueden transmitir a T. cruzi mediante su picadura.

Cuando fijamos la atención en el agente causal directo de la tripanosomiasis americana (es decir, el parásito), nos encontramos con un protista que recibe el nombre de Trypanosoma cruzi. Este ser microscópico, con un flagelo y una mitocondria única, presenta cuatro formas diferentes según el estadio infectivo en el que se encuentra. En general, podemos imaginarlo como una pequeña masa agusanada con un flagelo distal, de consistencia semitransparente. A continuación, te mostramos su ciclo vital.

Un ciclo complejo

El ciclo vital de Trypanosoma cruzi se encuentra recogido en el portal gubernamental de la CDC (Centros para el Control y Prevención de enfermedades). Lo resumimos en una serie de sencillos pasos:

  • La chinche pica al hospedador definitivo, y el parásito en forma de tripomastigote (forma infectante) invade las células cercanas al lugar de la picadura.
  • Aquí, estas formas infectivas se diferencian en amastigotes, formas reproductivas intracelulares, y se dividen por fisión binaria, dando lugar a nuevos parásitos.
  • Los nuevos tripomastigotes ingresan en el aparato circulatorio del humano, accediendo a otros tejidos.
  • Los tripomastigotes circulantes serán ingeridos por otra chinche que pique a la persona infectada, pues estas se alimentan de la sangre del hospedador.

Nos ahorraremos el ciclo vital del parásito en el interior del invertebrado, pues ese conocimiento está más reservado a un ámbito meramente biológico.

Es de interés conocer que los amastigotes intracelulares pueden permanecer durmientes en los tejidos del hospedador durante décadas sin causar daños evidentes en el hospedador. La suma de la fisión binaria de los parásitos dentro de las células de la persona infectada y la presencia de parásitos móviles en el aparato circulatorio son las causantes de la manifestación clínica de la tripanosomiasis americana.

Epidemiología de la enfermedad

No podemos limitarnos a decir que la Enfermedad de Changas se trata de una enfermedad tropical desatendida sin arrojar datos que respalden esta afirmación. La Organización Mundial de la Salud (OMS) nos otorga cifras de gran interés:

  • Se calcula que hay entre 6 y 7 millones de personas infectadas por Trypanosoma cruzi en todo el mundo, la mayoría de ellas en América Latina.
  • El 25 % de los habitantes de América Latina están en riesgo de contraer la enfermedad en algún momento de su vida.
  • Alrededor de 50.000 personas mueren de forma anual por esta enfermedad.
  • La prevalencia en Brasil es del 1 %, es decir, uno de cada 100 habitantes está infectado.
  • Aproximadamente 500.000 personas infectadas habitan en Estados Unidos.

Como podemos ver, a pesar de que se trate una enfermedad característica de ambientes empobrecidos, sociedades occidentalizadas como la estadounidense no se libran de la tripanosomiasis americana.

Síntomas

Esta patología se diferencia en dos fases, una aguda y una crónica. A continuación te las exponemos y te mostramos cuáles son los síntomas que suelen aparecer.

1. Fase aguda

La fase aguda dura unos dos meses tras el contagio. En este periodo, una gran cantidad de parásitos circulan por el torrente sanguíneo del hospedador, pero es característico que este sea asintomático o presente síntomas leves. Por ejemplo, en menos del 50 % de los pacientes puede observarse una lesión cutánea en el lugar de la picadura (también conocida como Signo de Romaña).

Otros síntomas, de presentación variable, son la aparición de fiebre, malestar general, linfadenopatía (inflamación de los ganglios linfáticos), palidez, dificultad para respirar y dolores moderados en el pecho y región abdominal.

2. Fase crónica

Aquí la situación se complica. Es interesante conocer que este periodo, si no se recibe tratamiento, puede durar el resto de la vida del paciente. Esta fase es especialmente delicada porque los amastigotes, formas reproductoras explicadas con anterioridad, se alojan principalmente en los tejidos cardíacos y digestivos. Por ello, el 30 % de los pacientes sufren trastornos cardíacos y el 10 % alteraciones en el aparato digestivo.

Entre las patologías de origen cardíaco encontramos aneurismas apicales asociadas a la aparición de trombos sanguíneos, arritmias ventriculares, bradiarritmias (frecuencia cardíaca menor a 60 pulsaciones por minuto) o tromboembolismos (coágulos de sangre). Como es natural, este tipo de patologías derivadas pueden causar la muerte fulminante del paciente. Algunos efectos derivados del aparato digestivo son el agrandamiento del esófago y del colon.

Tratamiento

El tratamiento de la tripanosomiasis americana es más eficaz cuanto antes se diagnostique la enfermedad, pues producir una cura total en la etapa crónica es muy complejo. Según la Asociación Española de Pediatría (AEP), el benznidazol, antiparasitario contra la tripanosomiasis y la leishmaniasis, es eficaz casi en el 100 % de los casos si se aplica al comienzo de la fase aguda. Este medicamento requiere de un tratamiento prolongado, pues ha de administrarse durante 4-8 semanas cada 12 horas.

Por desgracia, en la fase crónica son otros especialistas los que tienen que tomar medidas sobre el paciente, pues la base del tratamiento será paliar los síntomas tanto cardíacos como gastrointestinales. La aplicación de los tratamientos antes nombrados pueden frenar la expansión de la enfermedad o que, por ejemplo, una madre se la transmita a su hijo por vía transplacentaria, pero erradicar a los parásitos del organismo en su totalidad es, en este punto, una difícil tarea.

Conclusiones

Como hemos podido ver, la Enfermedad de Changas es una patología típica de ambientes tropicales empobrecidos y rurales, pero no solo América Latina se encuentra castigada por Trypanosoma cruzi.

Es interesante conocer que, a pesar que el la chinche sea el vector de transmisión más famoso y conocido, existen otras formas de contraer la enfermedad. Como hemos dicho con anterioridad, una madre puede pasarle el parásito a su hijo durante la gestación por vía transplacentaria. Además, también se puede transmitir por transfusiones sanguíneas, pues hay donantes que pueden no ser conscientes de su estado infectivo, lo que hace que sus parásitos (tripomastigotes) circulantes en el torrente sanguíneo puedan trasmitirse al paciente receptor de sangre.

Es esta última vía de transmisión la que ha causado un repunte de casos en países industrializados como pueden ser Estados Unidos. Por ello, a parte de la aplicación de insecticidas en las regiones geográficas donde los triatominos sean endémicos, es necesario que se realice el cribado tanto de sangre donada como de órganos, ya que así se evita la temida hemotransmisión nombrada con anterioridad.

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