Jengibre: propiedades, beneficios para la salud y cómo cocinarlo

El jengibre es el tallo subterráneo de una planta y puede tomarse de distintas maneras, ofreciendo siempre grandes beneficios en nuestra salud. Un repaso de lo que dice la ciencia sobre él.

Jengibre

Jengibre: propiedades, beneficios para la salud y cómo cocinarlo

El jengibre es el tallo subterráneo de una planta y puede tomarse de distintas maneras, ofreciendo siempre grandes beneficios en nuestra salud. Un repaso de lo que dice la ciencia sobre él.

El mundo de la nutrición siempre ha estado lleno de mitos y leyendas urbanas. Y desde la expansión de Internet, este problema, lejos de solucionarse, se ha incrementado. Es común encontrar noticias falsas acerca de alimentos supuestamente milagrosos que pueden curar cualquier mal habido y por haber.

Si estás familiarizado con esta revista y te interesa la nutrición, te habrás dado cuenta que hemos dedicado muchos esfuerzos a demostrar que los denominados superalimentos no existen. No hay ningún alimento mágico o “súper”. La única clave para una vida saludable es comer de todo. Punto.

Ahora bien, sí es cierto que, si bien no hay productos milagrosos, hay algunos que, por sus propiedades, no deberían faltar en nuestra cocina. Y uno de ellos es, sin duda, el jengibre, una planta utilizada desde la antigüedad con fines medicinales.

En el artículo de hoy, apoyándonos en los más recientes artículos científicos que tratan este tema, veremos las propiedades reales (y desmentiremos las que se le han atribuido pero que son falsas) del jengibre, además de dar una descripción detallada de qué es y ver las mejores maneras de consumirlo.

¿Qué es el jengibre?

El jengibre, también conocido como kión, es la raíz de una planta de la familia de las zingiberáceas, concretamente de la especie Zingiber officinale. Se trata de una planta que puede llegar a tener 90 cm de altura, unas hojas largas de unos 20 cm y unas flores que combinan el color verde con el púrpura.

Zingiber officinale crece en la mayoría de lugares del mundo que tengan un clima tropical, siendo oriunda del subcontinente indio (se estima que empezó a ser consumida en el año 5000 a.C.), donde se sigue acumulando la mayor parte de la producción. Aun así, puede cultivarse en muchos otros países, lo que facilita su distribución. De hecho, se cree que la planta llegó a Europa en tiempos de la Antigua Roma.

Sea como sea, lo que nosotros entendemos como jengibre no es la planta en sí, sino su tallo subterráneo. El jengibre, pues, es un rizoma horizontal que constituye la raíz de Zingiber officinale y que tiene el aspecto tradicional que todos tenemos en mente. Por lo tanto, con el jengibre, estamos comiendo las raíces de una planta, la porción subterránea que utiliza para captar minerales y agua del suelo.

El jengibre tiene un particular aroma y sabor picante que permite detectar, incluso a distancia, su presencia. Por estas características, el jengibre empezó a ser utilizado como condimento culinario, pues daba a los platos un toque característico muy preciado, pudiendo ser usado como especia para carne, verduras, pescado, arroz, infusiones, sopas, salsas (especialmente el curry), pasta, etc.

Pero si por algo es célebre el jengibre y estamos tratándolo en este artículo no es por su papel gastronómico, sino por sus beneficios para la salud. Y es que si las civilizaciones antiguas orientales, que tenían un conocimiento asombroso de la medicina, lo usaban como planta medicinal, es porque realmente debía tener propiedades para el cuerpo.

Y así es. Gracias a su composición en aceites vegetales esenciales, vitaminas (especialmente B y C), minerales, aminoácidos, etc, la ciencia ha demostrado que, en efecto, el jengibre es uno de los alimentos más beneficiosos para la salud. Y ahora veremos por qué.

Zingiber officinale
"Zingiber officinale", la planta de cuyas raíces se obtiene el jengibre.

Los 11 beneficios del jengibre

Antes de empezar, debemos volver a recalcar que, en nutrición, no existe la magia. No creas que por comer jengibre vas a curar todos tus males o que vas a prevenir los futuros. No. Simplemente, debe entenderse como un complemento más a una ya de por sí variada alimentación acompañada de ejercicio físico y descanso óptimo.

El jengibre no es un producto milagroso. Y quien diga lo contrario, miente. Las publicaciones científicas demuestran que, en efecto, tiene propiedades beneficiosas para el cuerpo, pero como en el desarrollo de enfermedades intervienen factores tanto genéticos como de estilo de vida, no estaremos protegidos simplemente por comer las raíces de una planta.

Del mismo modo, debemos dejar claro que, aunque pueda leerse en muchos sitios que es anticancerígeno, esto no es cierto. Solo se han hecho estudios in vitro (en placas con células en laboratorios) y ahí se ha visto que sus componentes sí que ralentizan el crecimiento de tumores. Pero de esto a decir que, en humanos de verdad, sea anticancerígeno hay un trecho que habrá que confirmar o desmentir con futuras investigaciones. Tras haber aclarado todo esto, podemos empezar. Veamos, pues, los principales beneficios (avalados por la ciencia) del jengibre para la salud.

1. Tiene propiedades antiinflamatorias

Gracias a su composición, el jengibre ayuda a reducir la inflamación. Esto se debe a que sus componentes inciden sobre los procesos inmunitarios que activan la inflamación de los órganos y tejidos del cuerpo, por lo que consigue reducir la hinchazón. Esto puede aliviar dolores de garganta en un resfriado, por ejemplo.

2. Acelera el metabolismo

Por sus componentes, el jengibre ha demostrado acelerar, aunque sea un poco, la tasa metabólica del cuerpo. Es decir, gracias a sus propiedades, estimula el consumo de energía por parte de nuestras células. Es por este motivo que, en efecto, puede ser un buen complemento si buscamos perder peso.

3. Eficaz contra trastornos dispépticos y náuseas

El jengibre tiene unas propiedades que ayudan a estimular la digestión y promover la salud del sistema digestivo. Los trastornos dispépticos son lo que popularmente conocemos como indigestión, por lo que el jengibre puede ayudar a prevenirla. Consecuentemente, puede ayudar a tratar las náuseas. Aun así, las últimas investigaciones apuntan en la línea de que no debería tomarse para aliviar las náuseas propias del embarazo.

4. Ayuda a combatir infecciones

Las plantas deben protegerse del ataque de gérmenes. Por ello, es perfectamente normal que el jengibre contenga sustancias antimicrobianas que, en efecto, pueden ayudarnos a combatir infecciones. Aun así, es importante tener en cuenta que ni son un protector 100% eficaz (se sumarían al papel del sistema inmune), que no sirven para todas las bacterias y que solo se obtendría este beneficio si se consumiera crudo.

5. Protege la cavidad oral

Siguiendo en la misma línea del anterior punto, gracias a la presencia de su principal componente activo (el gingerol), el jengibre puede ayudarnos a tener una sonrisa más sana. Y es que por sus efectos antimicrobianos, puede prevenir el desarrollo de colonias de bacterias en nuestros dientes.

6. Alivia el dolor muscular

Los componentes del jengibre tienen efecto analgésico. No tanto como un medicamento, evidentemente, pero sí que lo tienen. Esto se hace especialmente notorio a nivel muscular, pues los estudios demuestran que los deportistas que toman habitualmente jengibre, son menos propensos a tener molestias en los músculos.

7. Reduce los síntomas de la artritis

La artritis es una enfermedad autoinmune en la que las células inmunitarias atacan a las articulaciones del cuerpo, provocando su inflamación y consecuente dolor. El jengibre no cura la enfermedad, pero sí que puede, gracias a sus propiedades antiinflamatorias y analgésicas, reducir su sintomatología.

8. Reduce los niveles de azúcar en sangre

Las últimas investigaciones apuntan en la línea de que el jengibre podría tener importantes propiedades antidiabéticas. En un pequeño estudio realizado en 2015, se observó que tomar jengibre a diario reducía los niveles de glucosa en sangre en un 12%. De todos modos, hay que tener en cuenta que fue un estudio pequeño y que la investigación a mayor escala sigue desarrollándose, por lo que habrá que esperar para confirmar este supuesto pero potencial beneficio.

9. Alivia los dolores menstruales

Los estudios científicos que analizaron los supuestos beneficios del jengibre a la hora de tratar la dismenorrea, entendida como los dolores menstruales, llegaron a la conclusión de que, en efecto, tienen propiedades para aliviarlos. Estos preliminares estudios apuntan en la línea de que las mujeres que toman jengibre durante 3 días del ciclo menstrual, cuando llega el periodo, sufren menos dolores que aquellas que no comen jengibre. De nuevo, hacen falta estudios poblaciones más grandes, pero los resultados son prometedores.

10. Reduce el colesterol

En un estudio realizado en 2018 en personas con hipercolesterolemia, se observó que el consumo de jengibre redujo los niveles de colesterol “malo” en más de un 17% en el transcurso de tres meses. Si bien son resultados muy positivos, hay que tener en cuenta que tomaron “dosis” muy altas de jengibre, mucho más de lo que en el día a día comeríamos en condiciones normales. De todos modos, si bien los efectos no serán tan notorios, todo parece indicar que puede ser un alimento muy beneficioso para rebajar los niveles de colesterol LDL.

11. Es antioxidante

El jengibre es un alimento rico en gingerol, un compuesto con demostradas propiedades antioxidantes, lo que significa que reduce el estrés oxidativo del cuerpo. En este sentido, pese a que, como hemos dicho, no puede hacer milagros, sí que puede proteger del desarrollo de distintas enfermedades vinculadas al envejecimiento.

¿Cómo puede prepararse?

Habiendo entendido qué es y cuáles son sus propiedades (los beneficios que hemos indicado son los que están mejor avalados por la ciencia, aunque muchos requieren de más investigación para confirmarse del todo), es importante ver cómo puede cocinarse para mantener sus beneficios.

Un aspecto positivo del jengibre es que, a diferencia de otros alimentos, no importa mucho cómo se prepare, pues mantiene bien sus propiedades independientemente de cómo se cocine. Evidentemente, como mejor mantiene sus propiedades es crudo, pero por su sabor y aroma tanto picante como amargo, es normal que mucha gente no quiera comerlo así.

No pasa nada. Tanto en infusión (haciendo tés) como en polvo (para usar como especia o condimento sobre carne, pescado, sopa, pan, salsa, arroz, pasta, postre, mermelada, fruta confitada…), así como licuada (para hacer bebidas), el jengibre mantiene sus propiedades beneficiosas.

Por lo tanto, más que cómo se cocina o cómo lo tomas, lo importante es que consumas pequeñas porciones a diario para disfrutar de sus beneficios. Los estudios que hemos consultado apuntan en la línea de que la “dosis” perfecta de jengibre al día son unos 3-4 gramos, señalando también que los menores de dos años no deberían tomarlo y que las embarazadas no deberían consumir más de 1 gramo diario.

Jengibre preparación
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