Los 25 mitos sobre nutrición, desmentidos

Internet está plagado de noticias falsas alrededor de los alimentos. Hoy desmentimos algunos de los bulos más arraigados en la sociedad.

Mitos nutrición

“Somos los que comemos”. Y esto es así. Por ello, no hay que jugar con la alimentación, pues es el pilar de toda vida saludable y la que determinará cómo nos encontramos tanto física como psicológicamente.

Pese a ello, estamos siendo constantemente bombardeados por bulos, noticias falsas y mitos alrededor de la nutrición. Algunos de estos son pequeñas leyendas urbanas que están muy arraigadas en la sociedad y que realmente no suponen ningún peligro para la salud de las personas que los toman como ciertos.

De todos modos, como es importante conocer la verdad detrás de todos estos mitos sobre la nutrición y hay algunos que realmente son dañinos, en el artículo de hoy presentaremos algunos de los innumerables bulos que se han dicho históricamente - y se siguen diciendo - sobre los alimentos y la nutrición.

¿Qué mitos sobre la alimentación hay que desmentir?

Prácticamente todos los mitos se podrían resumir en lo siguiente: hay que utilizar el sentido común. Si lo usamos, veremos que mucho de lo que se dice por Internet es falso. Cualquier persona con un móvil es capaz de escribir lo que quiera, pudiendo decir cosas dañinas para la salud de aquella gente que tome como verdadero aquello que lee en las redes sociales.

Por lo tanto, tenemos que desmentir mitos acerca de dietas “milagrosas”, alimentos “muy malos”, técnicas de conservación “dañinas”, hábitos alimentarios “curativos”, etc. A continuación presentamos algunos de los mitos más comunes del mundo de la nutrición.

1. Los alimentos integrales engordan menos

Falso. Una cosa es que sean más saludables, y otra muy distinta es que engorden menos. Lo único que diferencia a los productos integrales de los otros es que tienen una cantidad mayor de fibra, algo que resulta beneficioso para el cuerpo. Pero la cantidad de calorías de, por ejemplo, el pan “blanco” y el integral es la misma. Por lo tanto, engordan igual.

2. La fruta, tomada después de la comida, engorda

Falso. Las frutas tienen una cantidad determinada de calorías. Y esta cantidad será la misma la tomemos cuando la tomemos. Una persona engorda cuando consume más calorías de las que quema, no por el orden en el que come los alimentos.

3. Los alimentos “light” adelgazan

Falso. Un alimento “light” es aquel en el que se ha reducido o eliminado el contenido de azúcar o de otros componentes calóricos. Por lo tanto, si bien es cierto que engordan menos que los “normales”, en ningún caso harán adelgazar. De hecho, muchos de ellos despiertan el apetito, haciendo que podamos llegar a comer más de lo normal.

4. Congelando los alimentos se pierden sus propiedades

Falso. Una cosa es que no sepa igual que el producto fresco, y otra es que pierda las propiedades. De hecho, la congelación y la ultracongelación son dos de las técnicas de conservación de los alimentos que mejor preservan sus propiedades nutritivas.

5. Saltarse comidas ayuda a adelgazar

No tiene por qué. De hecho, saltarnos comidas lo único que hace es que tengamos más hambre y comamos más de lo necesario en la siguiente comida, teniendo así el efecto contrario al deseado.

6. El colesterol es malo

No. El colesterol no es malo. De hecho, es necesario para que nuestras células funcionen correctamente. Lo que es malo es el exceso. Dicho de otra manera, antes que prohibirte comer huevos (que además de colesterol aportan vitaminas y proteínas), céntrate en realizar ejercicio físico.

7. El sobrepeso puede ser debido a la retención de líquidos

Falso. El sobrepeso es debido a un exceso de grasa corporal, no a una acumulación de líquidos. Por ello, antes de decir que el sobrepeso es a causa de retener líquidos y empezar a tomar diuréticos, habría que consultar con un especialista.

8. Los suplementos vitamínicos son necesarios

No. No lo son. Con una dieta equilibrada se obtienen todas las vitaminas necesarias en las cantidades justas para el organismo. Excepto en casos en los que lo recomiende un médico, no hace falta recurrir a suplementos vitamínicos.

9. El café provoca hipertensión arterial

No. Al menos, no lo suficiente como para hacer esta sentencia. Si bien es cierto que contiene cafeína, un compuesto estimulante, el efecto de esta sobre la presión sanguínea es casi negligible. Por ello, habría que detectar otra causa de la hipertensión, como por ejemplo un trastorno del aparato circulatorio.

10. Las grasas vegetales son buenas para la salud

No. Las grasas son grasas y si se consumen en exceso se acumularán en nuestros órganos y tejidos. Otra cosa es que las vegetales vengan acompañadas de nutrientes beneficiosos, pero no puede darse tampoco un consumo excesivo. El aceite de coco o el de palma, por ejemplo, aumentan el colesterol en sangre.

11. El azúcar moreno es más sano que el blanco

Falso. El moreno puede parecer más “natural” o “menos refinado” que el blanco, pero desde el punto de vista nutricional, son prácticamente idénticos. Por cada 100 gramos, el blanco aporta 387 calorías; el moreno, 377. Un diferencia negligible. Elegir el moreno es más una cuestión psicológica que nutritiva.

12. Comer mucho chocolate provoca acné

Falso. Ni el chocolate ni ningún otro alimento provoca acné. Este aparece simplemente por alteraciones hormonales, que se traducen en un aumento de la segregación de grasa por parte de la piel, algo que, consecuentemente, propicia la aparición de granos.

13. El microondas hace que los alimentos pierdan sus propiedades

Falso. El microondas no hace que los alimentos pierdan su valor nutritivo. De hecho, es una de las técnicas de “preparación” de alimentos que mejor conserva las propiedades.

14. Mezclar hidratos de carbono y proteínas engorda

Falso. Engordamos cuando nuestra ingesta calórica es mayor que lo que quemamos, independientemente de si mezclamos alimentos o no. De hecho, un plato “ideal” debe llevar verdura, hidratos de carbono (pasta, por ejemplo) y proteína (preferiblemente pescado o carne blanca).

15. La carne roja es cancerígena

No. La carne roja no provoca cáncer. Actualmente están realizando estudios, por lo que entra dentro de la categoría de “posibles cancerígenos”. No hay pruebas suficientes para decir que no aumenta el riesgo de sufrir cáncer, pero tampoco las hay para decir que sí lo hace.

16. Las grasas son malas

No. Las grasas no son malas. De hecho, es importante incluirlas en la dieta siempre y cuando no procedan de comida basura, bollería industrial o ultraprocesados. Lo que sí es cierto es que un exceso de grasas en el cuerpo aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas y otros trastornos. Pero la grasa en sí no es absoluto mala, pues es una fuente de energía para el cuerpo.

17. Los hidratos de carbono son malos

Falso. Y este mito, además, es peligroso. Los hidratos de carbono deben ser uno de los pilares de toda dieta. Son el combustible de nuestras células y debemos comer productos que los tengan, como el pan, la pasta, los cereales, los frutos secos… Evitando, evidentemente el consumo excesivo y la ingesta de productos ultraprocesados ricos en azúcar.

18. La sal debe evitarse siempre

Falso. La sal no provoca hipertensión. La sal provoca hipertensión en aquellas personas con sensibilidad a la sal. Es decir, hay personas con predisposición a que la sal eleve su presión arterial. En este caso, sí que habría que reducir su consumo (evitarla siempre solo en casos muy extremos). Para el resto de la población, la sal debe incluirse en la dieta ya que previene la hipotensión, algo que puede ser igualmente dañino para el organismo.

19. Hay que comer 5 veces al día

Falso. Es lo que se suele decir, pero es solo una indicación. Cada persona debe realizar el número de comidas que considere oportunas en función de su estilo de vida. Alguien que quema muchas calorías al día quizás sí que necesite 5 comidas diarias. Pero para alguien con un estilo de vida sedentario, hacer 5 comidas al día puede ser incluso negativo para la salud.

20. Al cocinarlo, el alcohol se evapora

Falso. Se suele decir que al cocinarlo, desaparece. Pero esto no es así. Lo que se evapora es el agua presente en la bebida alcohólica. El alcohol en sí prácticamente no se reduce, por lo que acaba pasando es que este está más concentrado al perder el agua.

21. Beber agua durante las comidas engorda

No. El agua es el único “alimento” con 0 calorías. No engorda jamás. Lo que pasa es que si se bebe mucho durante las comidas, la persona se sienta más llena, creyendo que ha comido demasiado y que acabará engordando.

22. La margarina engorda menos que la mantequilla

Falso. La margarina y la mantequilla tienen un aporte calórico prácticamente idéntico, por lo que engordan igual. Lo que las diferencia es la que la margarina tiene menos grasas que la mantequilla, por lo que en este aspecto sí que es más saludable. Pero engordar, engordan lo mismo.

23. Comer zanahorias mejora la vista, especialmente si se comen crudas

Falso. No hay ni un solo estudio científico que demuestre que comer zanahorias mejore la vista, por mucho que sea lo que se les dice a los niños. Además, son más nutritivas si se comen cocinadas, pues hirviéndolas se liberan sus nutrientes y son más asimilables.

24. El zumo de naranja hay que bebérselo rápido ya que pierde las vitaminas

Falso. Es uno de los clásicos, pero no es verdad que las vitaminas se “escapen” del zumo si no nos lo bebemos rápido. De hecho, este mantiene sus propiedades durante más de 12 horas. Lo que puede cambiar rápidamente es el sabor, pero en ningún caso se pierden las vitaminas.

25. Las proteínas dañan los riñones

Falso. Las proteínas también son la diana de muchos mitos nutricionales. Tradicionalmente se ha dicho que comerlas provoca problemas renales e incluso óseos. De todos modos, todos los estudios demuestran que las proteínas, incluso ingiriendo más de lo recomendado, no dañan los riñones ni los huesos.

Referencias bibliográficas

  • Lesser, L.I., Mazza, M.C., Lucan, S.C. (2015) “Nutrition Myths and Healthy Dietary Advice in Clinical Practice”. American Family Physician.
  • NIH (2009) “Weight-loss and Nutrition Myths”. National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases.
  • Murillo Godínez, G., Pérez Escamilla, L.M. (2017) “Los mitos alimentarios y su efecto en la salud humana”. Medicina Interna de México.
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