10 claves para disfrutar del ejercicio físico

El ejercicio físico brinda numerosos beneficios a la salud. Incorporarlo en la rutina requiere elegir una actividad ajustada a nuestro estilo de vida y preferencias, así como saber descansar y medir la dificultad acorde a nuestra capacidad.

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Todos hemos oído hablar acerca de los numerosos beneficios que el deporte brinda a la salud física y mental de las personas. Además de prevenir la obesidad, también es de gran ayuda para evitar el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y diabetes o mejorar la resistencia física y la densidad ósea. Añadido a esto, no son pocos los efectos positivos sobre la salud psicológica, pues hacer ejercicio nos permite disfrutar de un mejor estado de ánimo, menos niveles de estrés, mayor autoestima, capacidad de concentración e incluso prevenir el deterioro cognitivo.

En definitiva, la lista de ventajas asociadas al ejercicio físico es muy extensa, por lo que incorporarlo en nuestra rutina diaria nunca está de más. A pesar de esto, son muchas las personas que afirman no lograr engancharse al ejercicio físico. A sus espaldas acarrean varios intentos fallidos de incorporar el deporte en su rutina diaria. Aunque está claro que el movimiento nos beneficia, no siempre es fácil introducirlo en nuestro día a día, especialmente si no nos hemos familiarizado con él desde la infancia.

Aunque empezar a hacer ejercicio y mantener su práctica puede ser difícil, lo cierto es que no es imposible. Normalmente, estos fracasos a la hora de reconciliarse con el deporte proceden de una visión de la práctica física muy limitada y rígida. Si enfocamos nuestro ejercicio físico como una forma de compensar lo que comemos que, además, no nos brinda satisfacción alguna, es esperable que en cuestión de poco tiempo lo abandonemos. Por todo ello, en este artículo vamos a hablar acerca de algunas claves que pueden ayudar a vivir el ejercicio desde el disfrute y no desde la frustración.

10 claves para disfrutar del ejercicio físico

A continuación, comentaremos algunas claves que te ayudarán a reconciliarte con el deporte desde el disfrute.

1. Hay muchas formas de hacer deporte más allá del gimnasio

Quizá pienses que la única forma válida de hacer ejercicio es acudir al gimnasio a levantar pesas o correr en una cinta. Sin embargo, son numerosas las modalidades que puedes escoger para empezar a moverte. Puede que el gimnasio no te atraiga demasiado, pero hacer ejercicio también es posible en exteriores. Prueba a salir a dar buenos paseos con tu mascota y jugar con ella, recorrer parajes de naturaleza mediante rutas y sendas o probar a hacer yoga al aire libre. No limites tus posibilidades y busca esa actividad que más te llene.

2. Haz algo que te guste

Al hilo de lo anterior, es importante que tengas presente la importancia de que disfrutes la actividad física que haces. Si vives el ejercicio como un castigo, es cuestión de tiempo que tires la toalla. La única fórmula para engancharse y mantener el hábito del deporte es que este sea un momento de cuidado, disfrute y desconexión. Aunque algunos días quizá tengas algo de pereza, por norma general debes sentir que te apetece realizar esa actividad. Intenta conocerte y reflexionar acerca de qué tipo de ejercicio puede encajar más con tu estilo de vida y tus preferencias personales.

3. Haz algo que se te de bien

No todo el mundo posee las mismas cualidades. Por ello, es normal que a cada persona se le den mejor unos deportes que otros. Es importante que identifiques qué tipo de actividad se te da mejor, ya que si te decantas por ella aumentarás las probabilidades de éxito. Todos disfrutamos más aquello en lo que somos buenos y el deporte no es la excepción. Puede que el yoga no sea lo tuyo porque te cuesta mucho mantener el equilibrio y la coordinación. Quizá prefieras hacer un ejercicio más rápido y movido que no exija tanta focalización mental.

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4. Respeta tus tiempos

Si empiezas a hacer deporte esperando progresar en cuestión de días, lo más probable es que termines sintiendo mucha frustración y acabes por abandonar el ejercicio. Pensarás que no vales para ello y que no eres capaz, e incluso caerás en las comparaciones con personas que llevan años entrenando con frecuencia. Sin embargo, iniciarse en el deporte y engancharse a él requiere una gran dosis de paciencia, pues los progresos requieren constancia y dedicación a lo largo del tiempo. No exijas a tu cuerpo grandes desafíos desde el principio. Empieza por el nivel más básico acorde a tu capacidad y ve aumentando la exigencia muy poco a poco. Esto te permitirá ver cómo vas ganando avances a tu ritmo, sin presión y disfrutando el camino.

5. Adapta el ejercicio a tu vida

Puede que te guste mucho el deporte en el exterior, pero te será difícil incluirlo en tu rutina si vives en una zona de clima frío o lluvioso. También tendrás que considerar qué tiempo libre tienes para dedicar al deporte, de forma que puedas ajustar el entrenamiento a tu disponibilidad. Es importante que el ejercicio físico que elijas se amolde a tu vida y no al revés. Si pretendes que el deporte se convierta en un hábito a largo plazo, es indispensable que encaje perfectamente en tu estilo de vida.

6. Realiza actividad física junto a otras personas

Si te cuesta mucho empezar en la práctica del ejercicio y eres sociable, puede que te estimule el entrenar acompañado de alguien. Pregunta a algún amigo o familiar si está dispuesto a hacer ejercicio contigo y buscad una opción que os guste a ambos. Si no es el caso, puedes buscar a un entrenador personal que pueda asesorarte y diseñar un entrenamiento personalizado acorde a tu estado físico, tus circunstancias y tus preferencias. Esto te ayudará, además, a prevenir posibles lesiones y problemas secundarios, ya que es un profesional el que está supervisando tu forma de ejercitarte.

7. No busques excusas

Reformular tu relación con el deporte puede ser difícil si vienes de recurrir a él como compensación de lo que comes. Por ello, volver a incluirlo en tu rutina puede hacerse complicado. En este momento, tu mente formulará numerosas excusas para autoengañarse y evitar volver a realizar ejercicio. Sin embargo, al comienzo es importante que ignores estos pensamientos y simplemente hagas ejercicio sin pensarlo demasiado.

Una vez vayas habituándote y enfocando el deporte como una forma de cuidarte y disfrutar, tus excusas dejarán de acechar y podrás realizar las actividades con ganas. No obstante, debes tener en cuenta que una relación sana con el deporte también implica flexibilizar. Si un día estás muy cansado o ha surgido algún imprevisto, no pasa absolutamente nada por no entrenar. Escucha a tu cuerpo y a tu mente y haz aquello que el organismo necesite en ese momento.

8. Encuentra una razón alineada con tus valores personales

Son muchas las personas que tienen como única motivación para hacer ejercicio el adelgazar. Sin embargo, este motivo suele venir dado más por una presión externa que por un deseo interior de cuidarse al margen de la apariencia. Por ello, se trata de una motivación bastante endeble que a la primera de cambio se disolverá. En su lugar, es mejor que trates de descubrir qué puede aportar el deporte a tu vida de forma más profunda y significativa. Puede que el ejercicio te ayude a sentirte más fuerte y enérgico o te permita disfrutar de un mejor estado de ánimo en tu día a día. Cuando conectamos con motivos con los que nos identificamos de forma genuina, el deporte ya no es una obligación, sino un deseo y un placer.

9. Cuida los pequeños detalles

Si vienes de intentar reconciliarte con el deporte sin éxito, puede que estés olvidando cuidar algunos detalles. Aunque esto pueda parecer una tontería, no lo es en absoluto. Si vas a dedicarte al deporte, es recomendable que trates de contar con una equipación que te haga sentir bien, cómodo y a gusto con tu cuerpo. Busca ropa deportiva que sea cómoda, funcional y también estética. Si afrontas el ejercicio con las camisetas viejas y las mallas desgastadas, lo vivirás como una actividad menos atractiva y tu motivación no será la misma.

10. Cuida tus descansos

Uno de los errores más comunes en lo que respecta a la práctica del ejercicio tiene que ver con los descansos. Cuando empezamos, queremos coger el deporte con tantas ganas que olvidamos la importancia de recargar energías. Especialmente si vienes de realizar poco o nada de deporte, es importante que no exijas a tu cuerpo más de lo que puede dar. Procura dejar un día entre cada entrenamiento para poder reponerte. Si no lo haces, puedes lesionarte o simplemente acabar agotado y frustrado, lo que impedirá que el ejercicio se disfrute como merece.

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Conclusiones

En este artículo hemos hablado acerca de algunas claves útiles para poder realizar ejercicio físico desde el disfrute y no desde el sufrimiento. Todos sabemos los innumerables beneficios que el deporte puede brindar a nuestra salud física y mental. Sin embargo, son muchas las personas que se sienten frustradas al no lograr incorporarlo de forma constante en su rutina. Habitualmente, estos intentos frustrados por incluir el ejercicio en el día a día se relacionan con la visión del deporte como compensación de la ingesta, con una visión rígida y limitada del modelo de ejercicio que se debe hacer. También influye la elección de actividades que no se amoldan a nuestra vida ni nuestras preferencias. Añadido a esto, descuidar los descansos o la indumentaria son errores igualmente comunes.

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