-small.jpg&w=96&q=75){kind=small}
La Psicología es la ciencia social que estudia la conducta humana y los procesos mentales que ocurren en nuestro cerebro ante las distintas experiencias vitales con las que convivimos. Así, se trata de la disciplina que se encarga de analizar la naturaleza biológica y cognitiva de conceptos tales como la personalidad, la motivación, las relaciones humanas, la percepción, la inteligencia, el carácter, las emociones, los pensamientos, etc.
Por tanto, la Psicología es una ciencia que se centra en todo lo relativo a las respuestas emocionales y físicas que los humanos desarrollamos ante los estímulos que captamos del medio. Y como es evidente, la mente humana sigue escondiendo todavía muchos secretos y, cuanto más comprendemos su naturaleza, más preguntas surgen y más nos damos cuenta de su complejidad.
Una complejidad que ha hecho que sea absolutamente necesario segmentar esta ciencia en campos de estudio específicos para así centrarse en ámbitos particulares de la mente humana. Así, tenemos más de una veintena de ramas entre las que encontramos la Psicología cognitiva, biológica, educativa, evolutiva, del deporte, de la moda, de la salud, de la personalidad, jurídica, de familia, de pareja, militar, gerontológica, etc.
Pero, sin duda, hay una disciplina que destaca. Estamos hablando de la famosa Psicología Clínica, aquella disciplina que se centra en el diagnóstico, prevención y tratamiento de todos aquellos trastornos mentales que afectan a la población. Y en el artículo de hoy y, como siempre, de la mano de las más prestigiosas publicaciones científicas, vamos a indagar en las bases teóricas y prácticas de esta Psicología Clínica.
- Te recomendamos leer: “Las 23 ramas y especialidades de la Psicología”
¿Qué es la Psicología Clínica y qué estudia?
La Psicología Clínica es la ciencia y rama dentro de la Psicología que se encarga de la evaluación, diagnóstico, prevención y tratamiento de las psicopatologías. Es decir, es la disciplina centrada en el abordaje terapéutico en todos los niveles de los procesos que generan malestar subjetivo y sufrimiento en las personas, a través de atender todas las necesidades relativas a la salud mental de la población.
El objetivo principal de la Psicología Clínica es el de restaurar el subjetivo equilibrio psicológico en un paciente que está sufriendo algún trastorno mental o conducta desadaptativa que está teniendo impacto en su vida. Así, un psicólogo clínico se encarga de detectar un problema psicológico en una persona para así llevar a cabo un tratamiento individualizado a través de psicoterapia.
Por problemas psicológicos entendemos trastornos tanto somáticos (un malestar emocional se traduce en sintomatología física) como psíquicos (patologías que alteran nuestro funcionamiento mental), así como conductuales (que afectan a nuestro comportamiento), por lo que la Psicología Clínica se centra en el abordaje de problemas tales como la ansiedad, el estrés, el TOC, la depresión, el trastorno bipolar, las disfunciones sexuales, el trastorno bipolar, el insomnio, los trastornos de la personalidad, etc.
Es importante no confundirla con la Psiquiatría, pues esta es una rama dentro de la Medicina y los psiquiatras, a diferencia de los psicólogos, pueden recetar medicamentos para el tratamiento de estas patologías. Aun así, más que dos frentes distintos, Psiquiatría y Psicología Clínica trabajan unidas para, a través de la sinergia entre administración de fármacos y terapia psicológica, los pacientes puedan encontrar el mejor tratamiento para recuperar su bienestar emocional.
Sus orígenes se remontan a finales del siglo XIX, cuando Lightner Witmer, psicólogo estadounidense que fundó, en 1896, la primera clínica psicológica, se convirtió en padre de esta disciplina. Aun así, no fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial, en el contexto de un gran porcentaje de la población sufriendo las consecuencias psicológicas de este conflicto, que emergió un verdadero interés por esta disciplina.
Desde entonces, a mediados del siglo XX, la Psicología Clínica se ha ido convirtiendo en una de las más importantes ramas dentro de esta ciencia y diversificándose con el fin de comprender cada vez más la naturaleza clínica de los trastornos mentales y desajustes emocionales que podemos experimentar las personas por influencia de factores genéticos, biológicos, sociales, culturales y de experiencias vitales. De ahí que, a día de hoy, existan distintas ramas dentro de esta disciplina. Y esto es precisamente en lo que vamos a profundizar a continuación.
- Te recomendamos leer: “Psicología del Deporte: ¿qué es y qué objetivos tiene?”
¿En qué ramas se divide la Psicología Clínica?
Tras haber analizado las bases teóricas de la Psicología Clínica, llega el momento de centrarnos en el tema que nos ha reunido hoy aquí, que es el de descubrir las particularidades de las distintas disciplinas en las que se divide. Por ello, a continuación vamos a indagar en las bases de las diferentes ramas en las que puede especializarse un psicólogo clínico.
1. Psicología Clínica de adultos
La Psicología Clínica de adultos es aquella especialidad que se centra en el abordaje de los trastornos psicológicos que afectan a la población adulta. Así pues, se centra en individuos adultos que sufren algún problema que está afectando a su salud mental, como puede ser la depresión, la ansiedad, el TOC, el trastorno bipolar o cualquier otra psicopatología.
En esta rama de la clínica, se usa la terapia psicológica como herramienta para detectar el origen y encontrar una forma de tratar estas patologías con cambios en el estilo de vida y pautas con el objetivo de fomentar el crecimiento de la persona y dotarla de los medios para reducir el impacto que estos problemas pueden tener en su vida.
2. Psicología Clínica infantil
La Psicología Clínica infantil, también conocida como Psicopediatría, es aquella especialidad que se centra en el abordaje de los trastornos psicológicos que afectan a la población infantil y adolescente. Así pues, se focaliza en individuos jóvenes que todavía no han llegado a la edad adulta pero que están experimentando problemas emocionales propios precisamente del desarrollo psicológico durante la infancia, pubertad y adolescencia.
En este sentido, la psicología clínica infanto-juvenil interviene en todos aquellos aspectos que pueden interferir en la relación del niño o niña con su entorno más cercano, es decir, familia, amigos, escuela, etc. Debe tomar en consideración los aspectos de la psicología de los niños y jóvenes, que, por madurez y grado de experiencias vitales, son muy distintos a los de los adultos.
Debemos destacar que, para que los psicólogos clínicos de esta especialidad puedan realizar su labor, la tarea de los padres es esencial. No solo para asegurarse de que el niño perciba la asistencia a terapia como un momento de seguridad y confianza, sino para detectar las señales que pueden indicar que un niño está sufriendo algún desajuste emocional.
Por ello, los padres deben estar atentos a una serie de señales tales como bajo estado de ánimo, dificultades para socializar, irritabilidad, tristeza, timidez extrema, bajo rendimiento escolar, distracción excesiva, llantos frecuentes, baja autoestima… Todo esto puede indicar que, incluso sin que el niño o joven lo sepa, exista un problema de salud mental que, detectado precozmente, puede ser tratado por un profesional. Te dejamos acceso a un artículo por si te encuentras en la situación de que tu hijo, por el motivo que sea, se niega a acudir a terapia.
- Te recomendamos leer: “¿Qué hacer si mi hijo no quiere ir al psicólogo? 6 consejos para gestionarlo”
3. Psicología Clínica comunitaria
La Psicología Clínica comunitaria es aquella especialidad que se centra en estudiar el comportamiento humano no como individuos, sino como una organización en grandes masas. Así, estudian la mente humana a nivel de colectivo, centrándose en el abordaje de los fenómenos que pueden provocar inestabilidad en la salud emocional de todo un grupo de personas.
En este contexto, su principal actividad se focaliza en el desarrollo de pautas y medidas sociales que van orientadas a mejorar las condiciones de vida y, con ello, el bienestar emocional de toda una comunidad. Preservar la salud mental de los ciudadanos de un país o territorio. En esto se fundamenta la psicología clínica comunitaria, que tiene, como podemos ver, un carácter más preventivo, pues se aplica sobre el grueso de la población y no puede ser individualizado.
4. Neuropsicología Clínica
La Neuropsicología Clínica es aquella disciplina que se centra en el estudio del sistema nervioso para así, a través del conocimiento de las afecciones neurológicas que pueden desencadenar trastornos emocionales y enfermedades mentales, desarrollar un abordaje preventivo y terapéutico de los mismos.
Así pues, un neuropsicólogo clínico analiza las alteraciones químicas o anatómicas que pueden sufrirse en el cerebro y que pueden derivar en problemas en los procesos mentales, siendo así una rama de la Psicología muy vinculada a la Neurología que permite, en el contexto de trabajos en un hospital, trabajar junto a otros profesionales de la salud para el abordaje de las enfermedades vinculadas a la salud mental.
5. Psicotraumatología
La Psicotraumatología es aquella disciplina que se centra en la prevención y tratamiento del trauma psicológico, es decir, el recuerdo de un evento que ha quedado almacenado en el cerebro y que está provocando una disfuncionalidad cognitiva y/o conductual. En este contexto, es la rama dentro de la Psicología clínica especializada en el abordaje del TEPT (trastorno de estrés post-traumático), el trastorno traumático del desarrollado, el trastorno disociativo de la personalidad o el desorden de estrés agudo.
