Los 10 beneficios del deporte para la salud mental

Todos hemos oído hablar de los innumerables beneficios que el deporte puede proporcionar a nuestra salud física: un arma efectiva contra la obesidad, clave para prevenir enfermedades cardiovasculares y diabetes, mejora de la resistencia y la densidad ósea… y así una lista interminable de ventajas. Sin embargo, el ejercicio físico también es un apoyo crucial para nuestra salud mental y puede ser el aliado perfecto para preservar el equilibrio psicológico.

Forjar una relación saludable con el deporte es por ello una cuestión clave, ya que movernos es un ingrediente indispensable para disfrutar de un estado general de buena salud. Iniciarse en el ejercicio e introducirlo en la rutina puede costar al principio, pero con el tiempo dar este paso te habrá compensado por las mejoras que vas a experimentar en múltiples aspectos.

Si te interesa conocer cómo tu salud mental puede mejorar gracias a algo tan simple como realizar ejercicio físico regular, continúa leyendo, porque en este artículo hablaremos de los diferentes beneficios que el deporte puede brindar a tu bienestar psicológico.

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¿Cuáles son los beneficios del deporte en nuestra mente?

A continuación, vamos a comentar los principales beneficios que el ejercicio puede brindar a tu salud mental.

1. Adiós estrés

Sin duda este es uno de los efectos más conocidos y valorados del deporte. Hacer ejercicio hace que nuestro cerebro libere grandes dosis de endorfinas, unas sustancias químicas que cumplen la función de estimular las zonas del cerebro donde se generan las emociones placenteras.

Añadido a esto, el ejercicio también lleva a que se dispare la producción de noradrenalina, otra sustancia química capaz de modular nuestra respuesta de estrés. Por ello, después de un entrenamiento es habitual sentir un estado de relajación y bienestar, algo que puede ser especialmente recomendable para aquellas personas con altos niveles de estrés, así como aquellas que sufren problemas psicológicos como la ansiedad o la depresión.

Así, introducir el deporte en nuestro día a día es clave para sentirnos calmados y disfrutar de una mejor calidad de vida. La buena noticia es que este efecto lo conseguirás practicando cualquier tipo de ejercicio siempre que sea constante, por lo que sólo intenta moverte y evitar un estilo de vida sedentario.

2. Mejora tu vida social

El deporte puede contribuir a que disfrutes de una vida social más satisfactoria por dos vías. Por un lado, el hecho de entrenar y practicar ejercicio puede convertirse en una actividad social si la realizas en compañía de alguién o en grupo, lo cual te permitirá incrementar tu motivación, especialmente al inicio.

Si optas por clases colectivas, el gimnasio puede convertirse en una excelente oportunidad para conocer gente nueva y establecer lazos con varias personas. Añadido a esto, el hecho de realizar ejercicio repercute en nuestro bienestar y autoestima, lo que favorece que gestionemos de mejor manera nuestras relaciones sociales. En definitiva, cuando nos sentimos mejor con nosotros mismos es cuando mejor nos sentimos en nuestras relaciones con los demás.

3. Fortalece la autoestima

Aunque los beneficios psicológicos del deporte son numerosos, por lo general las personas se inician en el ejercicio físico con el deseo de cambiar su cuerpo. Si bien ver el deporte como una vía para cambiarse a uno mismo más que como un acto de autocuidado no es lo mejor para formar una relación sana con el ejercicio, es cierto que los cambios físicos pueden repercutir en cómo nos sentimos.

Al sentirnos más en forma y vernos mejor, la percepción que tenemos de nosotros mismos cambia y hace que nos sintamos más a gusto en nuestra piel. No obstante, este punto puede ser peligroso y constituir un arma de doble filo. Recuerda que no eres un cuerpo y que la forma de este no es lo único que te define y te da valor.

Por ello, es importante que tengamos muy presente por qué hacemos deporte (por agradar a los demás, por sentirte más activo y fuerte…), ya que así evitaremos entrar en bucles obsesivos respecto al ejercicio y la imagen donde nuestra autoestima se sustenta únicamente sobre estos aspectos.

4. Mejora tu descanso

Hacer ejercicio puede ser un excelente aliado contra el insomnio, constituyendo un remedio carente de los terribles efectos secundarios propios de las pastillas. Dormir es un pilar fundamental para encontrarnos sanos.

Sin un descanso de calidad nos sentimos irritables, somnolientos e incapaces de afrontar nuestro día a día con normalidad. Las horas de sueño son nuestro momento de hacer una pausa y reponer energía, algo que parece ser cada vez más difícil en una sociedad en la que el estrés constituye toda una pandemia.

Hacer ejercicio durante el día ayuda a que nuestro cuerpo se canse y se sienta más relajado. El único requisito es que realices el ejercicio físico antes de las ocho de la tarde, ya que de lo contrario este surtirá el efecto opuesto y te activará aún más.

5. Afianza tus valores

Practicar deporte también es una forma de aprender valores y comportamientos prosociales. Especialmente cuando comenzamos a practicarlo en la niñez, el ejercicio en grupo nos permite adquirir roles, mostrar respeto al rival, a los compañeros y a los entrenadores, cumplir normas, ser disciplinados y constantes, aceptar tanto las victorias como las derrotas, etc.

Estos valores en la vida adulta pueden trasladarse a otros campos como las relaciones personales o el trabajo, por lo que muchas veces el deporte configura nuestro desarrollo como personas y nos hace mejores.

6. Previene deterioro cognitivo

Con la edad y el paso del tiempo las personas podemos comenzar a mostrar deterioro cognitivo e incluso desarrollar enfermedades neurodegenerativas. Los estudios al respecto han permitido identificar en el deporte un potente remedio para prevenir estos fenómenos o, al menos, retrasarlos.

Así, las personas que realizan ejercicio con regularidad, especialmente quienes lo hacen desde su juventud, son capaces de prevenir la degeneración de sus neuronas hipocampales, las cuales se encuentran severamente afectadas en las demencias.

Además, el deporte también se ha asociado con una mejor memoria y capacidad de aprendizaje. Mantener un funcionamiento mental óptimo no requiere realizar entrenamientos muy exigentes, pues basta con hacer ejercicio aeróbico regular como caminar, nadar o pedalear.

7. Freno a las adicciones

Si sufres algún tipo de adicción, como por ejemplo al tabaco, debes saber que encontrarás en el deporte un apoyo muy eficaz. Cuando entrenamos nuestro cerebro es capaz de segregar las mismas sustancias químicas que cuando consumimos la sustancia adictiva (en el caso del tabaco, la nicotina). Por ello, practicar ejercicio te ayudará a aliviar el deseo de consumir esa droga y podrá facilitarte el camino para abandonar la adicción definitivamente.

8. Incrementa tu productividad

Cuando realizamos ejercicio nos sentimos más activos, liberamos tensión y nos encontramos motivados. Esta disposición no se limita al entrenamiento, sino que se traduce al resto de actividades que afrontamos en nuestro día a día. Por ello, realizar deporte con regularidad te permitirá afrontar con más ánimo tus obligaciones y ser mucho más productivo.

9. Aumento de la concentración

Los deportes no sólo requieren un esfuerzo físico, sino también mental. En muchos deportes la mente debe hacer un trabajo sincrónico con el cuerpo, pues entran en juego elementos como la estrategia o la técnica, en los que debemos poner toda nuestra concentración para hacerlo bien.

Por ello, el ejercicio físico es una excelente alternativa para entrenar la atención sostenida. Esto será de ayuda para poder concentrarnos mejor en otras actividades cotidianas, como por ejemplo estudiar. Por ello, el deporte es muy recomendable en casos como los niños con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).

10. Sensación de competencia

Cuando tomamos la decisión de hacer deporte y hacer que este sea un hábito más en nuestra rutina, percibimos como logramos objetivos por nuestra propia iniciativa. Esto lleva a que nos sintamos mucho más capaces y competentes, con una mayor sensación de control. Es decir, nos percibimos como personas responsables de los cambios que experimentamos y eso nos hace sentir más confiados y seguros de poder lograr lo que nos propongamos.

Conclusiones

En este artículo hemos hablado acerca de los beneficios que el deporte puede proporcionar a la salud mental de las personas. Aunque la forma en la que el deporte ayuda a la salud física es bien conocida, sus efectos sobre el equilibrio psicológico no lo son tanto. Lo cierto es que el deporte es un aliado estrella para sentirnos bien a nivel emocional, especialmente cuando se practica de forma constante y desde edades tempranas.

No obstante, nunca es tarde para iniciarse en la práctica de ejercicio, pues los beneficios que esta decisión proporciona al estado general de salud son innumerables. Entre las ventajas que tiene practicar deporte se incluyen una reducción de los niveles de estrés, una mejora de las relaciones sociales, una autoestima más fuerte, mayor sentimiento de competencia, adquisición de valores, mejor descanso, mayor productividad y concentración y un menor riesgo de deterioro cognitivo y enfermedades neurodegenerativas.

Además, el ejercicio también es interesante para combatir las adicciones y permiten lograr una mayor concentración en las distintas actividades cotidianas. Aunque muchas personas se inician en el deporte con el deseo de cambiar su físico, lo cierto es que la permanencia en este hábito se consigue cuando este se vincula con el autocuidado y el bienestar holístico de la persona.