Los 5 mitos más comunes sobre la Depresión, desmentidos

Los trastornos mentales constituyen problemas de salud que pueden llegar a ser incapacitantes, mermando profundamente la calidad de vida de la persona afectada. Al contrario que las enfermedades de base orgánica, éstos suelen estar envueltos por elevados niveles de estigma e incomprensión por parte de la sociedad, por lo que vivirlos en primera persona o ver a un ser querido experimentarlos puede ser muy doloroso. Quienes sufren algún tipo de problema psicológico suelen sentirse a menudo poco escuchados y ayudados, y en ocasiones incluso juzgados por los demás.

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El estigma de la salud mental

Paradójicamente, la recuperación de un problema psicológico siempre será más sencilla cuando el paciente cuenta con el apoyo de su entorno. Además de la ayuda de los profesionales de salud mental, la familia y los amigos deben adoptar un papel activo e implicado en su tratamiento. Así pues, los seres queridos son los primeros que pueden contribuir a reducir el estigma en torno a la enfermedad mental, mostrando una actitud empática y comprensiva hacia el paciente que sufre. Por supuesto, el papel de la red social no resta importancia a la implicación que el propio individuo debe tener en su proceso de recuperación.

De los numerosos trastornos psicológicos que existen, la depresión es uno de los más extendidos en la población. Por ello, es altamente probable que alguien cercano a ti la haya sufrido o la esté sufriendo en el momento presente. Si este es el caso, es posible que te hayas planteado la manera de poder ayudarle.

Aunque el tratamiento es competencia de los profesionales, eso no significa que los allegados no puedan hacer nada. De hecho, como venimos comentando, la red social puede marcar una enorme diferencia en la recuperación. Un primer paso para poder brindar tu ayuda es el de estar correctamente informado acerca de qué es y qué no es un trastorno depresivo.

Por desgracia, aún existe una gran desinformación en torno a la depresión y es por ello que se han difundido infinidad de mitos falsos acerca de este problema de salud mental. Esto tiene una enorme importancia para los pacientes y sus familias, pues la información sesgada puede llevar a los allegados a actuar de manera errónea, perjudicando sin querer a la persona con depresión Es por ello que en este artículo vamos a enfocarnos en desmentir aquellos mitos más extendidos.

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¿Qué sucede cuando una persona tiene depresión?

En primer lugar, es importante aclarar qué sucede, en términos muy generales, cuando una persona sufre depresión. Ante todo, es esencial tener presente que esta no es un capricho ni una característica de personalidad, sino un problema de salud mental que puede llegar a ser muy severo e incapacitante.

Las personas que se encuentran deprimidas manifiestan alteraciones en el estado anímico y en la conducta, con una tristeza y apatía persistentes, así como una notable reducción de la vitalidad y la motivación debido a la pérdida de interés por las cosas. Todo ello lleva a que el paciente deje de realizar sus actividades cotidianas, como ir a trabajar, socializar, realizar actividades lúdicas, mantener relaciones sexuales e incluso asearse.

Progresivamente, la persona deprimida va reduciendo sus interacciones con otras personas, produciéndose un aislamiento cada vez más acusado. En algunas personas toda la sintomatología emocional y conductual puede ir acompañada de síntomas físicos, como por ejemplo dolores corporales. En los casos más severos, pueden aparecer ideas suicidas e intentos de suicidio.

En resumen, podríamos decir que los signos más comunes que nos indican que alguien sufre depresión son los siguientes:

• La persona no disfruta de los placeres y alegrías de la vida: Existe una apatía e indiferencia total hacia las cosas, que en psicología se conoce como anhedonia. No se trata solo de sentirse triste, sino de experimentar una total incapacidad para sentir felicidad y disfrute hacia la vida misma.

• Problemas cognitivos: Las personas con depresión suelen mostrar problemas para concentrarse y razonar, incluso cuando se trata de tareas sencillas y rutinarias. Pueden experimentar dificultades para pensar de manera lúcida y percibir los sucesos que ocurren a su alrededor. Se podría decir que sufren una especie de neblina mental.

• Desesperanza: Las personas deprimidas no sólo sienten tristeza, sino que van un paso más allá y pueden experimentar desesperanza. Esta emoción es mucho más devastadora, pues el paciente vive percibiendo la vida con una visión túnel muy limitada. El futuro se presenta como algo desconocido y oscuro, sin un sólo resquicio de luz.

• Insomnio: Es frecuente que las personas con depresión vean mermada la calidad de su sueño. Pueden aparecer despertares nocturnos o una sensación de no haber alcanzado el sueño profundo a pesar de haber dormido durante muchas horas. Todo ello produce un enorme desgaste y agotamiento.

• Problemas físicos: Muchas personas con depresión tienden a experimentar síntomas somáticos. Así, pueden manifestar dolores en el cuerpo, náuseas, dolores de cabeza, etc.

¿Qué falsos mitos acerca de la depresión deben desmentirse?

Ahora que ya hemos comentado de manera general qué sucede cuando una persona experimenta depresión, es el momento de desmentir algunos mitos erróneos acerca de este problema de salud mental.

1. Depresión y tristeza son sinónimos

Este mito es, sin duda, uno de los más comunes en la población. Basta con analizar nuestro lenguaje cotidiano para darnos cuenta de que consideramos la tristeza y la depresión como sinónimos. Cuando alguien se encuentra algo decaído enseguida nos apresuramos a afirmar que está deprimido y, en definitiva, empleamos el término depresión de manera superficial.

Banalizar y confundir este problema de salud mental nos impide reconocer el enorme sufrimiento de los pacientes, que viven una realidad mucho más dura y compleja. La tristeza es una emoción normal, que forma parte de la vida y resulta adaptativa en ciertos escenarios. Todos nosotros atravesamos momentos de tristeza y esto no nos hace desarrollar depresión. Las personas deprimidas no se limitan a sentirse tristes, sino que en algunos casos llegan a experimentar total apatía ante la vida, desgana, desmotivación, ausencia de disfrute por las cosas, entre otras muchas manifestaciones.

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2. Las personas con depresión son débiles y carecen de voluntad

Otra creencia muy extendida acerca de la depresión tiene que ver con la asunción de que las personas deprimidas poseen un carácter débil o una voluntad insuficiente para estar bien. Esta creencia es un grave error, pues nos impide brindar la ayuda adecuada a las personas con este trastorno mental al depositar sobre ellas la culpa y la responsabilidad de lo que les sucede.

A nadie se le pasaría por la cabeza culpar a alguien que padece cualquier enfermedad física de lo que le ocurre… ¿Por qué entonces sí lo hacemos con quienes sufren depresión? Este trastorno psicopatológico es la consecuencia de diversos factores biológicos y ambientales que, al confluir, crean el caldo de cultivo perfecto para que el problema aparezca.

3. La depresión se puede fingir

La banalización de la depresión también ha llevado a que muchas personas desconfíen de quienes sufren este problema mental. Aún hoy mucha gente sostiene que la depresión es una reacción fingida que muchos llevan a cabo para obtener beneficios secundarios, tales como una baja laboral. Sin embargo, esta creencia es totalmente equivocada.

Los profesionales de salud mental que valoran el estado psicológico de un paciente son capaces de discriminar cuándo realmente este sufre o no depresión. Además, este fenómeno es tan complejo que no se puede simular. Más allá de la tristeza, las personas deprimidas se sienten vacías, desesperanzadas, apáticas... Incluso muchas de ellas pueden llegar a descuidar su aseo personal y aislarse en casa durante meses. Por ello, resulta ingenuo pensar que una enfermedad tan dura como esta puede llegar a fingirse.

El hecho de que la sociedad ponga en tela de juicio el sufrimiento de las personas hace que muchos individuos con depresión decidan no hablar sobre lo que les ocurre. Esto es un enorme peligro, pues no acceder a un tratamiento impide a la persona iniciar su recuperación, pudiéndose agravar los síntomas y, en el peor de los casos, culminar con el suicidio.

Las cifras al respecto hablan por sí solas, y es que en España, la depresión es el trastorno mental más frecuente. Por ello, se trata de una realidad invisibilizada más que de un fenómeno fingido.

4. La depresión no requiere tratamiento

Otra creencia muy extendida tiene que ver con la idea de que la depresión no requiere tratamiento. Mucha gente aún cree que la depresión remite de manera espontánea, algo que no es en absoluto así. Las personas que sufren depresión necesitan el apoyo de profesionales para salir adelante y recuperar su salud mental y sus vidas. Esta creencia hace que muchas personas deprimidas prolonguen su sufrimiento sin recurrir a un tratamiento específico.

5. La depresión no afecta a los niños

Este mito también se encuentra muy extendido, y es que habitualmente se habla de la infancia como una época de inocencia, felicidad, tranquilidad…Aunque esto no es en absoluto así. Si bien todos los niños deberían crecer en entornos que fomenten su salud mental, esto no siempre ocurre y es entonces cuando ellos también pueden sufrir un trastorno depresivo.

Aunque su manera de manifestarlo sea diferente a la de los adultos, eso no significa que estén libres de padecer este problema mental. Entre las señales más frecuentes de que un niño se encuentra deprimido destacan la irritabilidad, la pérdida de interés por actividades que antes eran placenteras, los cambios en el sueño y el apetito, las dificultades de concentración, los sentimientos de culpa o los pensamientos de muerte e intentos de suicidio.