¿Cómo ayudar a una persona con depresión? 10 consejos

Los trastornos psicopatológicos constituyen problemas de salud que pueden llegar a ser profundamente incapacitantes. A diferencia de las enfermedades orgánicas, éstos suelen estar rodeados de elevados niveles de estigma e incomprensión por parte de la sociedad, por lo que sufrirlos en primera persona no es tarea sencilla.

Para lograr la recuperación de un problema psicológico la persona debe recibir el apoyo de profesionales de salud mental y adoptar un papel activo e implicado en su tratamiento. Además, especialmente importante es también el papel del entorno y las personas cercanas, pues estos pueden suponer un apoyo crucial en todo el proceso.

Los seres queridos son los primeros que pueden contribuir a reducir el estigma en torno a la enfermedad mental, mostrando una actitud empática y comprensiva hacia el paciente que sufre. La depresión es uno de los problemas psicológicos más extendidos en la población. Por ello, es altamente probable que alguien cercano a ti la haya sufrido o la esté sufriendo en el momento presente.

Si este es el caso, es probable que te hayas planteado de qué manera ayudar a esa persona que tan mal lo está pasando. Lidiar con una persona que sufre depresión no es una cuestión fácil. Este problema psicológico puede prolongarse durante meses e incluso años, y puede resultar frustrante interactuar con alguien que siente malestar emocional de forma persistente.

En muchos casos es posible que los allegados del paciente tengan buenas intenciones, pero el desconocimiento puede llevar a cometer errores a la hora de manejar la situación. La buena noticia es que ayudar a ese amigo o familiar que sufre depresión es difícil pero no imposible, por lo que en este artículo vamos a comentar algunas pautas que pueden ser de ayuda para conseguirlo.

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¿Qué sucede cuando una persona tiene depresión?

En primer lugar, es importante señalar que la depresión no es un capricho ni una característica de personalidad, sino un problema de salud mental que puede llegar a ser muy severo e incapacitante. Las personas que se encuentran deprimidas manifiestan alteraciones en el estado anímico y en la conducta, con una tristeza y apatía persistentes, así como una notable reducción de la vitalidad y la motivación debido a la pérdida de interés por las cosas.

Todo ello lleva a que el paciente deje de realizar sus actividades cotidianas, como ir a trabajar, socializar, realizar actividades lúdicas, mantener relaciones sexuales e incluso asearse. Progresivamente, la persona deprimida va reduciendo sus interacciones con otras personas, produciéndose un aislamiento cada vez más acusado.

En algunas personas toda la sintomatología emocional y conductual puede ir acompañada de síntomas físicos, como por ejemplo dolores corporales. En los casos más severos, pueden aparecer ideas suicidas e intentos de suicidio. En resumen, podríamos decir que los signos más comunes que nos indican que alguien sufre depresión son los siguientes:

• La persona no disfruta de los placeres y alegrías de la vida: Existe una apatía e indiferencia total hacia las cosas, que en psicología se conoce como anhedonia. No se trata solo de sentirse triste, sino de experimentar una total incapacidad para sentir felicidad y disfrute hacia la vida misma.

• Problemas cognitivos: Las personas con depresión suelen mostrar problemas para concentrarse y razonar, incluso cuando se trata de tareas sencillas y rutinarias. Pueden experimentar dificultades para pensar de manera lúcida y percibir los sucesos que ocurren a su alrededor. Se podría decir que sufren una especie de neblina mental.

• Desesperanza: Las personas deprimidas no sólo sienten tristeza, sino que van un paso más allá y pueden experimentar desesperanza. Esta emoción es mucho más devastadora, pues el paciente vive percibiendo la vida con una visión túnel muy limitada. El futuro se presenta como algo desconocido y oscuro, sin un sólo resquicio de luz.

• Insomnio: Es frecuente que las personas con depresión vean mermada la calidad de su sueño. Pueden aparecer despertares nocturnos o una sensación de no haber alcanzado el sueño profundo a pesar de haber dormido durante muchas horas. Todo ello produce un enorme desgaste y agotamiento.

• Problemas físicos: Muchas personas con depresión tienden a experimentar síntomas somáticos. Así, pueden manifestar dolores en el cuerpo, náuseas, dolores de cabeza, etc.

Un ser querido sufre depresión: ¿cómo debo actuar?

Es posible que si alguien de tu entorno sufre depresión tengas dudas acerca de si le puedes ayudar o no. Lo cierto es que el papel del entorno es, como venimos diciendo, decisivo. Por ello, es importante adoptar algunas pautas básicas para ayudar a esa persona en su proceso de recuperación.

1. Aprende a escuchar

Las personas somos muy buenas hablando de nosotras mismas, aunque escuchar lo que otros nos quieren decir no se nos da tan bien. Siempre tendemos a dar consejos y lecciones a los demás sin escuchar de forma activa lo que ese amigo o familiar siente o piensa. Por ello, evita dar soluciones rápidas a un problema tan complejo como la depresión y, en su lugar, limítate a escuchar de manera calmada. Limitarte a dar soluciones superficiales a esa persona solo servirá para que esta se sienta incomprendida y frustrada.

2. Acepta que no sabes cómo se siente esa persona

La depresión, como tantas otras cosas, es difícil de entender si no se ha vivido en primera persona. Evita decirle a quien la sufre que sabes cómo se siente, porque no es cierto a no ser que tu también la hayas padecido. Empatiza con esa persona y manifiesta tu comprensión con frases como: “Comprendo que lo estás pasando muy mal, pero yo te apoyaré para que eso cambie”.

3. Cuida el contacto

Con independencia de si esa persona es un amigo o familiar, es fundamental que te mantengas al pie del cañón. Cuidar no es fácil, pero mostrarte disponible para un ser querido que sufre es sin duda lo correcto. Haz saber a esa persona que estás ahí de diferentes maneras: visítalo, haz una llamada, envía un mensaje, haz un plan con ella… El contacto continuo impedirá el aislamiento y será un enorme apoyo para esa persona.

4. No puedes resolver el problema

Ayudar a esa persona que sufre depresión no significa que vayas a curarla. Tu papel es el de brindar apoyo y sostener, así como acompañar a ese ser querido en la medida de lo posible. No te cargues a tí mismo con la responsabilidad de resolver su depresión, pues esto solo te permitirá sentirte frustrado. Aunque es positivo que te informes sobre la depresión, recuerda que su tratamiento debe ser dirigido por profesionales de salud mental, pues este trastorno entraña una enorme complejidad.

5. Realiza actividades conjuntas con esa persona

El aislamiento es una de las claves que favorecen la depresión. Por ello, puedes ayudar a esa persona organizando actividades estimulantes y gratificantes. Es importante que le apoyes para que continúe asistiendo a terapia o a otros recursos disponibles para personas con depresión. También podría ser de gran ayuda que realices alguna actividad deportiva con ella, especialmente si se trata de un deporte de equipo.

6. Recuérdale que es valioso

No es un secreto que las personas con depresión poseen una autoestima muy baja. Creen no tener ningún talento, cualidad o valor, pues poseen una imagen de su persona distorsionada y desajustada de la realidad. Por ello, no está de más que le recuerdes sus cualidades y sus logros, incluso cuando estos sean prácticamente ínfimos. Fomentar y ensalzar los puntos fuertes de su persona puede ser clave para ayudar a alguien deprimido.

7. No le ridiculices o avergüences

Las personas deprimidas se encuentran en una situación de especial vulnerabilidad, por lo que determinadas situaciones que tú consideras normales pueden ser percibidas de manera negativa por ellas. Por ello, evita avergonzar o humillar a esa persona en público. Si vas a hacer una crítica, hazla siempre en el entorno privado y reserva las alabanzas para las situaciones sociales.

8. Recuerda que la depresión no es una elección

Es normal que te encuentres influido por los diferentes mitos que existen sobre la depresión. Sin embargo, es esencial que los dejes a un lado y la concibas como lo que es. Ante todo, la depresión es una enfermedad, no un capricho o señal de debilidad. Si realmente deseas ayudar a alguien, empieza por ser compasivo con esa persona y no juzgues su condición.

9. Respeta su espacio

Las personas con depresión suelen mostrarse irritables. Es por ello que necesitan más que nunca su espacio personal. Evita agobiar o atosigar y respeta sus cambios.

10. No olvides el autocuidado

Cuidar de una persona con depresión no es imposible, pero acarrea un enorme desgaste. Por ello, es importante que, antes de cuidar de los demás, cuides de ti mismo. De lo contrario, es posible que lejos de ayudar solo se logre empeorar la situación. El desgaste emocional del cuidador puede ser un detonante de la depresión, así que no olvides este aspecto por nada del mundo. Marca límites y no te involucres más de lo que puedes con la persona deprimida. No dejes a un lado tus actividades de ocio ni tu rutina, ya que esto te descontrolará.

Conclusiones

En este artículo hemos hablado acerca de algunas pautas que pueden ser útiles para ayudar a una persona que sufre depresión. El entorno juega un papel esencial en la recuperación de esta enfermedad, por lo que algunas indicaciones mínimas pueden marcar la diferencia.